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Benetton

Fuentes: El Nuevo Diario

Los Benetton poseen, en la Patagonia argentina, 900.000 hectáreas de tierra. No saciados, il signore Lucciano usó su poder para usurpar 385 hectáreas a dos humildes indios mapuches. Un juez corrupto desconoció los títulos de los mapuches. Falló a favor del multimillonario. El Nóbel de la Paz, Pérez Esquivel, ha salido en defensa de los […]

Los Benetton poseen, en la Patagonia argentina, 900.000 hectáreas de tierra. No saciados, il signore Lucciano usó su poder para usurpar 385 hectáreas a dos humildes indios mapuches.

Un juez corrupto desconoció los títulos de los mapuches. Falló a favor del multimillonario. El Nóbel de la Paz, Pérez Esquivel, ha salido en defensa de los atropellados indígenas.

Benetton responde. «La propiedad física e intelectual debe ser de quien puede construirla con su trabajo». Los salvajes, quiere decir, no tienen derecho a la tierra. Están para peones.

Lucciano no visita sus feudos salvajes. Sí su hermano, Carlo, quien afirma que la Patagonia le inspira «una maravillosa sensación de libertad». Ya se puede, con 900.000 hectáreas.

En Argentina, dice Pérez Esquivel, los indígenas están siendo expulsados de sus tierras. Maltratados y ninguneados por el sistema. En el siglo XXI aún rigen las ideas del XVI.

Lucciano remacha. Adquieren enormes extensiones de tierra para «transformar una empresa en decadencia en una empresa agrícola próspera». Producir desarrollo, trabajo en la zona.

Las empresas extranjeras repiten todas el cuento. Llevar trabajo, desarrollo, bienestar. Los pueblos acaban expoliados. Pero los culpables están dentro. Presidentes, ministros, jueces…