«Don’t worry about a thing, every little thing is gonna be alright.»
Three Little Birds, Bob Marley
Es un blues en la mitad de la tarde urbana esmeraldeña. Un blues enzumacao2 de preocupaciones, desesperos y medio chininín de rabia (todavía es una larva).Está ahí en medio de la desazón anterior a la pandemia del Covid-19 y se resume en una frase que tiene el escalofrío premonitorio de un epitafio: “el país va a ninguna parte”. Ese país es este de aquí mismo, con nombre de línea planetaria divisoria: Ecuador. La Historia la hacen los pueblos se salmodia con redundancia cabrona, pero falta completar: a veces es buena, mala o peor. Y es mala esta historieta electoral ecuatoriana. Malísima. El sentimiento no es político, al menos no en ese sentido, pero no engaña y se siente que nuestro país va a ninguna parte. Es como andar el camino de una lógica razonable y al mismo tiempo desandarlo para enrumbarse hacia unas dificultades innecesarias. Demasiado innecesarias como para no despertar al cimarrón (o cimarrona) dormido o aturdido desde ese domingo 11 de abril. Es idiota esta clasificación y acertada a la vez: segundo país empujado a la anti evolución. Y no digamos contra la ‘R’. Después del Brasil bolsonarizado… Aquel está de campeonato mundial. Están produciéndose estas involuciones en todo el mundo con personajes eructados de un nuevo género de manga3. Las pampas planetarias se cargan de estos personajes estrambóticos, pero la americana da una cuota ganadora: Bolsonaro, Trump, Boltaire y un etcétera alargándose. Y si se fue Boltaire reponemos uno parecido.
El Gobierno que preside Guillermo Alberto Santiago Lasso Mendoza, así de largo es su nombre como largo es nuestro blues de preocupaciones cotidianas, ha puesto el país rumbo al pasado político. Del Ecuador social y estúpidamente monolítico. Del Ecuador del concertaje malvado. No al pasado más o menos vivible sino al más sufrible e inconcebible. ¿Está bien si escribo que es al siglo XIX? De acuerdo, todo regreso institucional al pasado es un paseo macabro para la República. O para vigiar como esparcimiento masoquista las ruinas de los organismos estatales.
No nos distraigamos. Esta mala historia fue hecha por la mayoría del electorado ecuatoriano y con los tempranos arrepentimientos muestran sus muecas de disgusto y el cambio brusco de conversación es por el fastidio de escuchar el mosaico de quejas. Son tantas y tontas. Y ese sentimiento confuso de no poder enmendar el error. “No se trata de ideología”, suelta alguien. “Pero si la tienes difícil esa es la ideología”, al socaire murmuro, no es conmigo, pero compro. Bueno, esa es la explicación lógica para entender y definir esta situación quimbeando, por izquierda y derecha, para escapar del derrumbe anímico. El fútbol termina explicando esta cotidianidad de millones de familias ecuatorianas. Un servidor, este jazzman está tentado a invertir la ecuación de Francisco Maturana: “como se juega se vive”. Aquí ‘jugar’ no es el acto lúdico es el zangoloteo de ir de una lado a otro, buscando oportunidad de camello4, ‘en lo que sea, por favor’. Una caridad de trabajito, que no hay. Los indicadores nos maldicen: “siete de cada diez ecuatorianos (mujeres y hombres) están en el cochino desempleo o malviven inventado la cotidianidad”. Ni hablar de la gente afroecuatoriana, si cuando la sociedad dominante estornuda… preparen el alabao.
Cuatro años de sonsonete pendejón (correísmo vs anti correísmo) produjeron este Gobierno de ir hacia la nada y para la nada popular ecuatoriana, pero directo y recargado para el grupo social afín a Guillermo Alberto Santiago (GAS). La opulentocracia con off shore incluido, para no olvidar esa ¿virtud? económica. Y no les sirven los arrepentimientos a esas multitudes que se cuidaron para no tragar ruedas de molino, pero igual se las bebieron en pastillas, con el vasito apurado por manos farsantes bolterianas. Aun así no jugaron a la ingenuidad, todas las tribus del anti correísmo (ahí está la deplorable ‘ideología’ zoqueta) sabían muy bien lo que hacían. En swahili se dice maadili o sea conseja ancestral: No siempre el enemigo de tu enemigo es tu amigo. ¿Cacharon el dato? Mejor en inglés:catch the data. “El voto negativo ideológico” es aquello y fue elevado a redención de las masas. ¿Negativo ideológico? Exactamente aquello (no se rían que no es un maldito chiste), ‘negativo’ en el dislate e ‘ideológico’ en los hallazgos explicativos, incluye desazón. Ahora es tarde, para lamentos sectoriales, regionales, sociales, laborales o personales. Correcto, “el golpe que no ves venir ese es el que te tumba”, solía aconsejar Ángelo Dundee a Muhammad Ali. Allá en el ring, pero acá, si no se lo vio llegar se lo intuía. Estaba en sus palabras, en los zapatos rojos y en la falseta juventud. ¿Qué no? Veamos: se pusieron felices creyendo que el presidente Boltaire hizo el favor más chévere al trampear a sus camaradas de día y con sol. Esa clase felicidad dura un chininín de tiempo. ¿Y ahoraaa? Pregunta de desafío. Respuesta que no es, ‘inventar el agua tibia’.
Quizás en otros años menos pandémicos y procaces estaríamos en nuestra salsa con esta clase política ecuatoriana, es de chiste y paripé5. Nos los impide el Chimborazo de problemas para las comunidades urbanas y rurales, pero la clase política de la legislación asamblearia discute, con mucha pomposidad y seriedad, sobre el correísmo (capítulo CXLVIII). Otra vez el mismo palabraje con que se discursea sobre lo mismo. O discuten sobre el condumio de las empanadas, el largo de la inmoralidad individual, el robo suavecito o despacito, cómo hacer trampitas en el póquer legislativo; entre ellos y ellas se hacen amenazas con denuncias en la Comisaría más próxima por alguna palabreja ocasional. O alguna desubicada le manda carretadas de zalamerías a Guillermo Alberto Santiago. Con las excepciones evidentes y en minoría, sin dudas las hay, el Parlamento ecuatoriano es un chiste de baja calidad. Pésimo, agrio, detestable, etcétera. Este jazzman cree que es el límite, peores no habrá. Por si acaso, sí se paga sueldo por cumplir con el trabajo legislativo en el Ecuador. El país se va por el desbarrancadero mientras ellos discuten, lindo y parejo sobre lo que dejan las goteras de las ganas. O buscan y encuentran juicios políticos, para evitar no meterse en temas que revelen rabos de paja o en pánicos de “muerte cruzada”; hacen (o cobran) favores para ajusticiar a quién rompió el compromiso de hacerlo peor y difícil, cumplió al revés. (Averigüen a Freddy Carrión, si no comprendieron). Y GAS con sus propuestas de ley para dañar oportunidades o para exprimir el bolsillo de la chirez popular. ¿Qué cuándo discuten el sexo de los ángeles? Cualquier día que agoten algún tema parecido. O, vaya usted a saber, sin GAS de repente mande un proyecto de ley considerando este importante conocimiento para la gente ecuatoriana. En este desbarajuste político cualquier vaina es posible. ¡Ah, sí, el empobrecimiento de nuestras comunidades urbanas y rurales! Alguien tiene la culpa…
Las desventuras bolterianas, para el people del país que tiene una sagrada ave de rapiña al tope de su escudo, ya eran algo como un blues larguísimo, que contenía en sus armonías, canto de profundas emociones, historias sentimentales, estética anímica y una dolida experiencia. Algo de humor áspero, por supuesto. Se esperaba que terminaría el 24 de mayo del 2021. Sí, pero no. Otra vez, el golpe que no ves venir… Parte II corregida, aumentada y recontra-hiper-más jodida. Ganaron los medios corporativos y la parcialidad ricachona del 2 %, para continuar este caos institucional para ganancias de esos pocos. Poquísimos. Un caos de principios del mundo, metáfora del maestro Gabucho García Márquez. Acá en (la casi República del) Ecuador no es literatura macondiana. Más o menos todo es lo mismo, es realidad linda (de ninguna manera) y moronda. En serio, piensen en una institución ecuatoriana útil a los propósitos constitucionales del país. ¡Eso es, acertaron! Los límites del análisis son entre más malo y menos malo. Otra vez adivinaron, ese fue el momento en que se jodió el país ecuatorial. Por la consulta del presidente Boltaire y compañía bandida. ¿Qué no? Piensen, el costo de las neuronas aún está subsidiado. ¡Ja!
Este gobernante se equivocó de tiempo y quizás de país. Y que nadie se refugie en la ingenuidad. GAS presagió esta realidad política con asombrosa nitidez en sus discursos electorales, delineó estos padecimientos populares, también la hidra publicitaria creó sin necesidad de tanta genialidad el desbarajuste que ocurriría. GAS parece confuso, ¿será? O es estrategia de las sombras blanquecinas llamadas por equivocación brutal libertarias. Ahora la erudición de la esquina sentencia: las cosas se parecen a su dueño. Exacto, este descalabro político y social le corresponde en exacta medida a quien ¿no sabe?, qué país gobierna. Si el éxito supremo de GAS era ganar las elecciones presidenciales, la diversidad ecuatoriana está en la paila del infierno. O en el décimo círculo del Averno, Dante Alighieri contó nueve, él debió omitió el del Ecuador país tozudamente amazónico. (Y esta tozudez última, elegir a quien se la iba a complicar con ganas y ganancias para su 2 % grupal y off shore). Miles de emigrantes son víctimas del ‘más de lo mismo’. Y bastante peor, si hacemos bien los cálculos.
“La política es un duro juego de intenciones contrapuestas. El más efectivo es el que mejor dinamiza la iniciativa política”6. Ajá, allá o por allá el estilo de gozarla o padecerla en esas sociedades. Acá, en la República (parcial) del Ecuador, el juego es de pésimas intenciones de los grupos dominantes (oligarquía despiadada, si usted quiere) aunque causen la aniquilación económica (¿solamente?) de las comunidades negras e indígenas, por el encarecimiento propuesto (próximo a ejecutarse) del encarecimiento de los servicios básicos, reducción a cero de las políticas sociales estatales y triple plus de represión policial. O sea el “duro juego” contra las necesidades populares. Aniquilación si el cimarronismo de barrio adentro lo permite. Un préstamo a Frantz Fanon. Les damnés de la quasi-République d’Equateur, ojalá este jazzman se equivoque. Mal ojo le veo al muerto, ironizaban los Ancestros cuando la ingenuidad se parecía a idiotez contumaz.
1 Tres pajarillos, canción (en reggae) de Bob Marley. Traducción del autor de este artículo: “No te preocupes por nada, porque cada pequeño problema será resuelto”.
2 El enzumacao es un plato de mariscos aderezado con zumo de coco. Es mezcla de diferentes componentes (aliños) que favorecen el sabor del preparado sin estorbos para el gusto y el olor. Pertenece a la cocina tradicional de las Comunidades Afropacíficas de Colombia y Ecuador.
3 Palabra japonesa para designar las historietas en general. Fuera de Japón, se utiliza para referirse a las historietas de origen japonés.
4 En el coloquial ecuatoriano equivale a ‘empleo’.
5 Engaño, fingimiento o vanidad.
6 Frase de Profundamente de derechas y muy de derechas II, de Javier Marías, publicado en El País, formato digital, del 30 de octubre de 2021.
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