Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Como economista especializada en desarrollo, he visto numerosas teorías económicas o así llamadas ‘balas mágicas’ de un solo día para los males del mundo. No, no soy tan vieja, pero la economía, como la moda, tiene muchas teorías de un solo día que luego vuelven al estilo retro. El problema es que algunas de ellas han sido ampliamente desacreditadas, pero siguen volviendo porque sirven los intereses de los que tienen influencia y poder. De modo que siempre ha sido políticamente conveniente enmascarar el interés propio en una jerga económica intimidante e intransparente.
Durante los años ochenta y noventa, el Banco Mundial y el FMI creyeron que algo llamado ‘efecto de goteo’ podría salvar a los pobres del mundo. En términos simples, ‘efecto de goteo’ significa que si uno da ventajas fiscales a los ricos y apoya sus industrias, la riqueza que creen terminará por beneficiar a la gente más pobre. Es decir que el dinero, como la lluvia comenzará a gotear sobre todos nosotros. Una teoría que nunca funcionó, y los países africanos y latinoamericanos que fueron forzados a seguirla se empobrecieron, no se enriquecieron, y los más pobres de esos países terminaron por pagar un precio muy elevado.
John Kenneth Galbraith, otro economista, la llamó la teoría del caballo y el gorrión: «Si le das suficiente avena al caballo, parte de ella caerá a la calle para los gorriones.» Por lo tanto, ¿cómo se aplica esto a la actual crisis bancaria? Bueno, es muy relevante porque gobiernos en todo el mundo, pero particularmente los de EE.UU. y Gran Bretaña, están solucionando la crisis financiera con un enfoque de arriba-abajo. Esperan que si hacen llover dinero sobre los banqueros ricos y utilizan los medios de los contribuyentes para financiar sus bancos, parte del dinero termine por filtrarse hacia nosotros.
Demasiado optimismo.
William Cohan, un conocido periodista estadounidense, cuestionó recientemente esa idea en el New York Times.
«¿Por qué se invierte tanto esfuerzo en apuntalar a los están arriba en la pirámide económica – los bancos al centro del dinero, las compañías de seguros, los hedge funds, etc. durante un período de deflación como el que atravesamos, si cualquiera recuperación sólo tendrá lugar mediante la restauración de la confianza de la gente que está abajo, en la base de la pirámide?»
Pero considerando que muchos de esos bancos son ZOMBIS – y quiero decir que están muertos, pero que caminan entre los seres vivientes gracias al dinero de los contribuyentes, creo que basar nuestros futuros económicos en su resurrección es llevar el optimismo algo demasiado lejos. Basta con mirar cuánta deuda tóxica tienen en sus balances.
Economistas como Ann Pettifor y John Kenneth Galbraith creen que los bancos utilizarán todo el dinero del contribuyente que llegue a sus manos para recapitalizarse.Los bancos tratarán de cubrir inmensos agujeros en sus balances resultantes de la deuda tóxica que tienen. En su lugar deberían utilizar ese dinero para comenzar a volver a prestarnos – sabéis, a la verdadera economía. Es lo que supuestamente deberían hacer los bancos. El ‘goteo’ ha sido capturado por los bancos y eso seguirá ralentizando nuestra recuperación, y lo considero muy inquietante.
¿Cómo pudo suceder? Los gobiernos tratan de encontrar soluciones a este problema en función de los intereses de los sectores bancarios y financieros. Pero ¿desde cuándo los intereses del sector financiero se convierten en el interés del país? Particularmente cuando se estima que el desempleo en EE.UU. va a llegar a más de un diez por ciento. ¿Alguien ha preguntado al que pierde su casa cómo se siente al respecto?
Simon Johnson, ex jefe economista del FMI, dijo recientemente: «Durante toda la crisis, el gobierno ha tenido un cuidado extremo de no molestar los intereses de las instituciones financieras o de cuestionar los delineamientos del sistema que nos llevó donde estamos.
«En septiembre de 2008, Henry Paulson pidió al Congreso 700 millones de dólares para comprar activos tóxicos de los bancos sin condiciones y sin un análisis judicial de su decisión de compra.
«Muchos observadores sospecharon que la intención era pagar en exceso por esos activos y así sacar el problema de las manos de los bancos; por cierto, es la única manera cómo la compra de activos tóxicos hubiera ayudado en algo.
«Tal vez porque no había ninguna manera de hacer políticamente aceptable un subsidio tan flagrante, ese plan fue aplazado indefinidamente.»
«Las cosas siguen igual»
Por lo tanto me sorprende que los gobiernos sigan determinados a mantener el status quo, la actitud de que las cosas sigan igual como lo que nos llevó a este lío para comenzar.
¿Existe una sola administración de un banco que haya cambiado a pesar de ser la fuente del lío? ¿Ha sido verdaderamente nacionalizado un solo banco en el sentido real de la palabra? ¿Ha tenido lugar una sola auditoría decente de un banco? Y por favor no nos vengan con pruebas de estrés, que fueron hechas para estar seguros de que todos las aprueben… Para cada una de esas preguntas la respuesta es un fuerte y resonante NO.
Se ha permitido que algunos de los bancos devuelvan parte del dinero de rescate – bancos como State Street y JP Morgan Chase. Pero se les permite que lo hagan sin revelar la dimensión de los activos tóxicos en sus balances.
«Temo que esos bancos sean bombas de tiempo errantes… libres de toda ligadura o control que el gobierno haya tenido sobre ellos porque han pagado su rescate.»
No sabemos nada más de lo que sabíamos al comienzo de esta crisis sobre hasta qué punto esos bancos son verdaderamente ‘insolventes’. Sí, odio mencionar esa palabra, pero el que estén devolviendo parte del dinero del Programa de Alivio para Activos en Problemas del Tesoro no significa por sí solo que estén en buena salud. Hay que recordar que están utilizando dinero del contribuyente para devolver dinero al contribuyente.
El gobierno de Obama tenía un plan para librarse de esos activos tóxicos llamado Programa Público Privado de Inversiones (PPIP). Y, a pesar de que el PPIP dio a los inversionistas y a Wall Street increíbles incentivos e inmensos subsidios con dinero público para comprar y vender esos activos tóxicos, los bancos no cooperaron. El plan fue enterrado la semana pasada, lo que es algo extraordinario porque era el puntal central del plan del gobierno de Obama para rescatar a los bancos.
Pienso que eso es un desastre. No porque me haya gustado el PPIP; pensé que era terriblemente injusto y estoy de acuerdo con los economistas Paul Krugman y Joseph Stiglitz cuando dijeron que transfería dinero público a los bancos.
Pero el PPIP por lo menos trató de encarar los activos tóxicos que nos metieron en este lío para comenzar.
Ahora temo que esos bancos sean bombas de tiempo andantes, que ahora comienzan a errar, liberados de toda ligadura o control que el gobierno haya tenido sobre ellos, porque han devuelto su rescate. Y si no llega pronto una recuperación económica, los activos tóxicos en los balances de los bandos detonarán y nos derribarán a todos con ellos.
Los bancos basan su juego en los verdes retoños de una milagrosa recuperación económica, que considero ilusoria y ¡que se avergüencen los que detienen el poder por darles otra oportunidad de jugar con nuestros futuros económicos!
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Samah El-Shahat también presenta el programa People & Power de Al Jazeera.
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