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Cacerolazo de resistencia contra las medidas de Lenin Moreno

Fuentes: CLAE

Un cacerolazo contra el gobierno y por la vida, ante el mal manejo de la pandemia del coronavirus y las últimas medidas económicas, se realizó la noche del domingo 12 de abril en Ecuador, convocado por diversos colectivos y organizaciones sociales, barriales, de trabajadores, indígenas y de religiosos progresistas.

El cacerolazo se hizo sentir en Quito, Cuenca y otras ciudades, en el mismo momento que el ministro de Economía, Richard Martínez anunciaba en cadena nacional las medidas, entre ellas la retención de un porcentaje de los salarios de los trabajadores, para crear un fondo gubernamental para combatir la pandemia, y desde Guayaquil se comunicaba la muerte de más de 1.800 personas por el covid-19 y la desidia oficial.

Hasta ahora, pocos países latinoamericanos han resultado más afectados por el coronavirus que Ecuador, cuyo gobierno, acusado de ineptitud y negligencia ante la crisis, trata de desviar la atención con un acuerdo entre el presidente Lenin Moreno, el fiscal general y la justicia corrupta, con un fallo que intenta desviar la atención popular y, a la vez, impedir que el expresidente Rafael Correa pueda ser candidato nuevamente.

Como ha ocurrido con gobiernos alineados en la corriente neoliberal, el de Lenin Moreno privilegió medidas económicas que favorece más a los más ricos que a la salud. En octubre pasado, una revuelta popular rechazó un aumento en el combustible impuesto por el Fondo Monetario Internacional.

El gobierno anunció su propuesta de nuevas medidas para lograr recursos en medio de la pandemia incontrolada, con el argumento de que no hay recursos, pero los dilapidó al pagar recientemente 325 millones de dólares a los tenedores de deuda externa. La idea del gobierno de Lenin Moreno es que los de abajo paguen por la crisis que benefició sólo a los de arriba.

El gobierno dice que espera el aporte de 500 millones de las grandes empresas, a las que condonó 987 millones de remisión tributaria, pero de las remuneraciones de los trabajadores privados y estatales espera extraer entre 650 y 800 millones de dólares, con una reducción inconstitucional e inhumana de sus salarios. Pone en un mismo plan las ganancias de las grandes empresas evasoras y el salario del trabajador.

El Centro de Derechos Económicos y Sociales denunció que las medidas anunciadas por Moreno no prohíben despidos, no garantizan ingresos para desempleados y trabajadores informales, no demuestran financiamiento suficiente para detener la crisis sociosanitaria y delega a privados el fideicomiso de la emergencia.

La pandemia golpeó al país sin un centavo en las cuentas del Estado y con una deuda histórica de más de 65 mil millones d dólares. Mientras, cayó el precio del petróleo, las ventas, las exportaciones y el pago de tributos, y por si fuera poco se acaban de romper dos oleoductos que transportaban el petróleo ecuatoriano, agrega el CES.

La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, la poderosa Conaie, consideró que las medidas revelan un gobierno incapaz de garantizar bienestar social y económico al pueblo. “Son un nuevo atraco al bolsillo de miles de y trabajadores y sus familias sumando a inestabilidad laboral y no pago de sueldos”, indicó. El saqueo de fondos del Estado, es otra pandemia, indicó la Conaie.

Los colectivos convocantes del cacerolazo, anunciaron que el domingo fue solo el comienzo y que acciones de distintos cariz se sumarán en los próximos días, respetando la cuarentena, pero mostrando su rechazo al gobierno, en medidas encuadradas en el derecho a la resistencia que contempla la constitución.

Moreno otra vez metió la mano al bolsillo de la clase trabajadora para pagar una crisis que la generaron los gobernantes, al mismo tiempo que desmantelaron el Estado, indicó el Movimiento Indígena y Campesino de Cotopaxi, que señaló, asimismo, que este gobierno bajó el 30 por ciento del presupuesto de salud.

La prioridad debe ser la vida y no los negocios, de modo que la salud humana sea colocada por encima de la salud empresarial. Pero ya la semana pasada el gobierno pagó unos 350 millones de dólares al Fondo Monetario Internacional en concepto de capital e intereses de la deuda externa. Para poder pagar al FMI,  recortó el presupuesto en salud en un 30 por ciento.

«Ecuador ha llegado a un punto de quiebre, casi de no retorno. La situación, en lugar de mejorar, cada día es peor. Hay una incapacidad de gestión en todos los niveles del gobierno nacional. Cada paso que da a nivel sanitario, económico, organizativo empeora la situación», señala el exvicecanciller Kintto Lucas.

Un gobierno inoperante y sin credibilidad (Moreno apenas suma el 6% de popularidad)  no ha sabido hacer frente a la pandemia del covid-19. La negligencia oficial muestra muertos tirados en las calles y en las casas a la espera de ser recogidos y cremados, hospitales abarrotados y con falta de personal, desorganización y descoordinación entre quienes supuestamente están encargados de dirigir el combate a la pandemia.

A eso se suman denuncias de corrupción también en la adquisición de insumos para la pandemia. El gobierno sólo atina a lanzar cadenas nacionales como si se tratara de campañas electorales. Las declaraciones del presidente y sus ministros parecen burlas a la población en un momento tan difícil.

Analista e investigador ecuatoriano, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

http://estrategia.la/2020/04/13/ecuador-cacerolazo-de-resistencia-contra-las-medidas-de-lenin-moreno/