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Cacha, puruhá-quechua

Fuentes: Rebelión

Cacha, parroquia andina de la provincia de Chimborazo, siempre ha despertado interés entre los investigadores (Humboldt, Wolf, Jijón y Caamaño, Aquiles Pérez, los esposos Costales Peñaherrera) y, ahora, entre los jóvenes estudiosos indígenas que se dedican a buscar respuestas a las hipótesis que plantea. Como todos los pueblos indígenas de Ecuador que fueron poblando la […]

Cacha, parroquia andina de la provincia de Chimborazo, siempre ha despertado interés entre los investigadores (Humboldt, Wolf, Jijón y Caamaño, Aquiles Pérez, los esposos Costales Peñaherrera) y, ahora, entre los jóvenes estudiosos indígenas que se dedican a buscar respuestas a las hipótesis que plantea.

Como todos los pueblos indígenas de Ecuador que fueron poblando la serranía del centro del país, el puruhá, (término que puede tener relación con bululá, del idioma Cha´palá o Cayapa, y que significa familia grande o tribu) es el resultado de migraciones que llegaron del norte por tierra y por mar superando innumerables obstáculos naturales y, quien sabe, la resistencia de pueblos asentados con anterioridad a ellos.

Los puruhaes se aposentaron en la cuenca del río Sicalpa y llegaron a conformar una tribu-nación. Es posible que topónimos como Cahuán, Calpi, Pungalá, Licto, Guano, Punín, Sicalpa correspondan a ciertas comunidades confederadas y subordinadas al señor principal de la dinastía Duchicela, que residía en la actual Cacha, sitio estratégico para la defensa de la población.

Hasta hoy se conservan vestigios en barro de un gran palacio donde debieron residir los monarcas Duchicela. Los cerros Tulabug y Alajahuan se consideraban sagrados, como ocurría con el sombrero cuaripøto, símbolo de eternidad entre los guambianos -pueblo indígena que hasta ahora habita en el departamento colombiano de Nariño- y que también lucían hasta hace poco las mujeres quichua-puruhaes.

De acuerdo a las notas de Alexander von Humboldt, en Cacha se recuerda la erupción del volcán Altar, que trajo como consecuencia el hundimiento de una gran extensión del asentamiento con habitantes y todo. La catástrofe aconteció 14 años antes de la llegada de Wayna Capaq, aproximadamente en 1461, según Teodoro Wolf. Por otro lado, a fines del siglo XIV, otra Cacha, ubicada al sur del Cuzco, fue devorada por la tierra a causa de la explosión del Qimsachata. Parece obvia la relación entre las dos Cachas y el cambio de nombre del poblado puruhá por el topónimo quechua Cacha.

Las crónicas históricas revelan que los incas se aliaron con los Duchicela y es probable que hayan respetado algunas tradiciones puruhaes, aunque impusieron también las suyas. Cacha está unida por un antiguo chaquiñán que premeditadamente sigue una línea recta hasta Colta Cocha (laguna de patos) de la misma manera como estaba comunicado Cuzco con el lago Titicaca.

Además, en Colta se construyeron canchas en barro de estilo incaico, y con las piedras del templo quechua, derruido por los españoles, se edificó el frontis de la Valvanera, primera iglesia cristiana en territorio del futuro Ecuador, que mira a la laguna como el primero dedicado al Sol.

Los puruhaes fueron leales a sus aliados incas-quechuas, y hasta se afirma que un hijo de Atahuallpa pasó toda su vida en Cacha, rodeado de parientes de las dos casas reales.

Hoy día se recuerda en Cacha, el gran levantamiento de Fernando Daquilema en 1881, el principal héroe del levantamiento contra el régimen opresor de García Moreno.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.