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Cachagua y la invasión de Wallmapu

Fuentes: Rebelión

Dos acontecimientos ocurridos la semana pasada dan cuenta del Chile que tenemos, ese Chile donde los ricos (causantes de la pobreza en el país), delinquen a vista y paciencia de las autoridades y el gobierno fascistoide de Piñera viola constantemente los derechos humanos del pueblo mapuche. Las fiestas de Cachagua en plena pandemia, y la invasión de la comunidad de Temucuicui, en la comuna de Ercilla, por la PDI, son un botón de muestra.

En Cachagua, donde veranean los ricos, los hijos de estos, en plena pandemia del Covid 19, y pasándose por todas partes las leyes sanitarias, se han dado a las tentaciones de Sodoma y Gomorra contagiando a diestra y siniestra el coronavirus, como lo certifican los audios que se reproducen en las redes sociales. El tono ‘cuico’ deja claro que se sienten con el derecho de burlarse de todo Chile y hacer lo que les dé la gana, violar la ley y observar altaneros desde Las Condes, Vitacura o Lo Barnechea a sus críticos. Los “niños bien” saben que tienen impunidad, que pueden drogarse, conducir borrachos e incluso traficar, violar y asesinar y no les pasará nada. Sus padres llamarán a funcionarios del gobierno, a fiscales, jueces, policías y todo se arreglará entre gatos y medianoche. Los medios de comunicación callarán y en pocos meses nadie se acordará de nada. Así funciona el sistema portaliano.

Por otro lado, la PDI invade la comunidad de Temucuicui en Ercilla aduciendo un operativo antidroga. Operativo que contó con una cantidad impresionante de policías, jamás vista en operativos antidroga en Santiago en sectores reconocidos, de acuerdo a las autoridades, como territorios dominados por bandas de traficantes; por ejemplo, El Pantano, La Chimba, El Canal, el Barrio Chino, etcétera, aunque convengamos que en estos lugares marginales no se encuentran los grandes traficantes, los que tienen los contactos en el extranjero. No. Estos se encuentran en el barrio alto, sí, allá mismo donde habitan los niños de Cachagua, donde la policía no allana, sino que hace la vista gorda. ¿Alguien se imagina un allanamiento en La Dehesa? Durante la invasión de la comunidad de Temucuicui murió un policía y otros quedaron heridos (se habla de 11), lo que debe ser aclarado, sin duda, pero Ojo, aclarado en su mérito, no arbitrariamente y con intentos de montaje como ya ha ocurrido. No olvidemos tampoco a los infiltrados. Los medios de comunicación, sobre todo la TV, informa solo lo que el gobierno fascistoide les pautea o declara.

Estos hechos, más lo que se avecina en marzo y abril, elección de convencionistas incluida, donde se pretende pasar gato por liebre, anuncian ventarrones (y no “brisas”), al parecer, sobre el “cielo azulado”.