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Cambio cosmético de un Gobierno híbrido

Fuentes: ALAI AMLATINA

Al cumplir 16 meses con su «nueva forma de gobernar», Sebastián Piñera hizo cambios menores y enroques en ocho carteras de su «gabinete de excelencia». Nada creativo, movió algunos gerentes y ex ejecutivos de empresa que trasladó a otros ministerios, salvo tres que se fueron a casa. Cedió ante la Unión Demócrata Independiente al nombrar […]

Al cumplir 16 meses con su «nueva forma de gobernar», Sebastián Piñera hizo cambios menores y enroques en ocho carteras de su «gabinete de excelencia». Nada creativo, movió algunos gerentes y ex ejecutivos de empresa que trasladó a otros ministerios, salvo tres que se fueron a casa. Cedió ante la Unión Demócrata Independiente al nombrar ministros a dos senadores UDI, que al abandonar podrían mostrar cierta «escasez de cuadros» en la tienda de la extrema derecha pinochetista que procura mostrar una imagen populista. Al fin de cuentas hubo leves cambios de la fachada gubernamental, «para que todo siga igual». Un cambio cosmético que trae consigo los habituales conflictos de interés en un gabinete híbrido, empresarial y político. Ahora viene la pugna interna en la UDI para llenar las dos bancas desalojadas en el Senado, reemplazos que en el sui generis «sistema democrático chileno» serán designados a dedo por la directiva del partido más fuerte de la alianza gobernante bi-partidista.

En el ministerio más importante, Interior, Piñera mantuvo a su fiel escudero Rodrigo Hinzpeter, abogado de su mismo partido, Renovación Nacional (RN). Sacó de Educación al economista UDI Joaquín Lavín, pero lo designó en Mideplán, una cartera que no planifica sino que distribuye fondos entre sectores vulnerables y «estudia la pobreza». Se fue a su casa el anterior ministro UDI Felipe Kast.

En Educación puso al abogado RN Felipe Bulnes, antes ministro de Justicia. Esta cartera hoy es políticamente la más relevante por el conflicto estudiantil en curso, tras una educación pública gratuita y de buena calidad. En justicia fue nombrado Teodoro Ribera, ex diputado y abogado RN.

Salió la DI Ena von Baer de la Secretaría General de Gobierno. Fue sustituida por el senador UDI Andrés Chadwick, un primo del Presidente que hace rato venía criticando la gestión de la ministra vocera del gobierno.

De Economía salió el «independiente» Juan Andrés Fontaine e ingresó el senador UDI Pablo Longueira, que también venía manifestando sus deseos de tener algún rol en el primer gobierno de derecha elegido en las urnas en más de medio siglo. Dicen que la remoción sorprendió a Fontaine.

El bi-ministro estrella de Minería y Energía, Laurence Golborne, «independiente» y pre-presidenciable 2013 desde la tragedia de los 33 mineros, pasó a Obras Públicas, mientras Hernán de Solminihac, también «independiente», fue cambiado de OOPP a Minería y desempeñará Energía quien era intendente de Santiago, el empresario de la construcción Fernando Echeverría, RN y ex socio de Piñera en negocios inmobiliarios.

¿Nueva manera de gobernar?

En la UDI comenzó la pelea por la sucesión de Longueira y Chadwick en el Senado. Entre las (os) pretendientes se encuentran Ena von Baer, María Angélica Cristi e Iván Moreira. Como Moreira y Cristi ya son diputados, su eventual designación como senadores traería consigo otra disputa interna, en el seno de la UDI, para llenar sus vacantes en la cámara baja con otras designaciones a dedo. Además, Piñera deberá nombrar al nuevo Intendente de Santiago. Su gobierno ya tenía dos ex senadores como ministros: la UDI Evelyn Matthei en Trabajo, reemplazada en el senado por un ex diputado (Gonzalo Uriarte) y el RN Andrés Allamand en Defensa, cuya senaduría ocupa ahora Carlos Larraín, jefe del partido de Piñera que no fue elegido por los electores. Pareciera que ésta es, efectivamente, «la nueva forma de gobernar».

No se ve claro que el cambio de gabinete pueda sofocar los conflictos sociales en curso y pleno desarrollo. Más bien ratifica la nueva manera de gobernar-gerenciar la gigantesca empresa Chile S.A., aunque en cierto modo, Piñera les hizo caso a los estudiantes que declararon «interlocutor no válido» a Lavín, a la vez que exigían su renuncia o remoción. Para los jóvenes de enseñanza media y universitaria, Lavín tenía un claro «conflicto de interés», léase corrupción, por haber lucrado con la educación superior en su condición de socio fundador de la Universidad del Desarrollo, también llamada Universidad UDI. Por eso no quisieron hablar más con el personaje, quien continúa en el gabinete por la fuerza de la presión UDI, que todavía lo considera una carta presidencial 2013 viable si se recupera tras su caída libre en las encuestas.

Mucha gente -incluso periodistas que leen y comentan noticias por TVN- cree que el eufemismo «conflicto de interés» significa estar interesado en ciertos temas conflictivos para lucrar, pero desconocen el significado real de esa expresión estadounidense. A modo de ejemplo simple, tendría ese «conflicto de interés» un gato encargado de vigilar la carnicería/pescadería o un ratón a cargo de la custodia del queso. Según el Diario Financiero (DF), ése es ahora el conflicto del nuevo ministro de Minería, Hernán De Solminihac, porque su hermano Patricio De Solminihac es el subgerente general de la corporación Sociedad Química de Chile (SQM), ex Soquimich, compañía del Estado privatizada y entregada escandalosamente por Pinochet a su entonces yerno Julio Ponce Leroy. Ocurre que el sector minero está ilusionado en que este gobierno privatizador liberalice la explotación del altamente demandado litio, metal que hoy «no es susceptible de concesión», según la Ley de Minería. Y esta industria, según el DF, «justamente en el país hoy es acaparada por SQM y la Sociedad Chilena del Litio».

– Fuente: http://alainet.org/active/48139