Los créditos otorgados al país son parte de la autoemboscada propiciada por la ley «Trole 3». La fuga de divisas, fomentada por esta ley y profundizada por la estructura importadora de las élites, va a provocar un problema de liquidez, en la que la dolarización estará en juego. Los distintos créditos otorgados a Ecuador, en […]
Los créditos otorgados al país son parte de la autoemboscada propiciada por la ley «Trole 3». La fuga de divisas, fomentada por esta ley y profundizada por la estructura importadora de las élites, va a provocar un problema de liquidez, en la que la dolarización estará en juego.
Los distintos créditos otorgados a Ecuador, en este momento son la principal noticia en materia económica y política. Un total de USD 1.137 millones serán recaudados tras la aprobación de la ley «Trole 3» ( dicho monto es inferior a los USD 1.344 millones que debían ser cobrados a tan solo los 50 principales deudores por concepto de intereses, multas y recargos por impuestos no pagados) . Los organismos multilaterales y el monto de los préstamos son: i) Banco Interamericano de Desarrollo (BID) con USD 237.6 millones para servicios sociales y USD 250 millones para terminar el metro de Quito; ii) Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) con USD 150 millones y; iii) Goldman Sachs con USD 500 millones.
Este último implicó que Ecuador, a través del Ministerio de Economía y Finanzas, venda y transfiera a Goldman Sachs un monto nominal de bonos por USD 1.201 millones bajo la figura de Repos: «Repurchase Agreement» o Acuerdo de Recompra como «garantía» del préstamo. Se dice que » esos papeles no generan interés a favor de Goldman, no serán negociados en el mercado internacional y deben ser devueltos cuando Ecuador termine de pagar el crédito «. No obstante, a esa aclaración es necesario agregar que eso será así «excepto en el caso de un evento de incumplimiento por parte de la República» como señala el documento oficial sobre la contratación del préstamo . Es decir, si se incumple con los pagarés Goldman Sachs tiene derecho a vender o disponer de su participación en dichos bonos, por tanto, generar productos derivados de dicha deuda y venderlos en el mercado.
¿Qué significa esto para el país? Si bien los hechos ocurridos en Argentina son un espejo para Ecuador, responder a esta pregunta implica analizar la historia de Grecia. En esa nación, la articulación entre élites y organismos multilaterales -específicamente Goldman Sachs- sumergió a Grecia en una catástrofe inimaginable. Similar proceso que ahora se está tejiendo en Ecuador, de manera cada vez más profunda y que puede convertirse en una de las peores crisis económicas y sociales no observadas desde el feriado bancario y posterior a la dolarización.
La situación de Grecia ya era crítica, efecto de unas élites evasoras de impuestos y que depredaban el Estado. Por lo que la posterior llegada de Goldman Sachs solo selló la debacle económica. El mecanismo utilizado fue un crédito que ocultó la verdadera deuda, misma que se reconvirtió de dólares y yenes a euros pero con una tasa de cambio ficticia. De esa forma, Grecia logró entrar al euro pero las finanzas no mejoraron. En efecto, no fue posible cancelar el crédito y Goldman Sachs generó productos derivados que vendió en el mercado. Así, en apenas cuatro años la deuda que Grecia contrajo con Goldman Sachs pasó de 2.800 millones de euros a 5.100 millones . Y esta entidad ganó un total de USD 500 millones de dólares con esas transacciones a partir de los derivados. Del otro lado, Grecia se convirtió en un país con altos niveles de pobreza y desigualdad. El poder adquisitivo de los trabajadores era casi nulo y el desempleo se convertía en la cotidianidad.
Este es el camino que probablemente Ecuador va a transitar ¿Cómo ocurrirá este proceso? A partir de la fuga de capitales: El país no va a tener liquidez. Este es el efecto de la ley «Trole 3» que, como una autoemboscada, sitúa en riesgo a la dolarización. Los artículos esbozados en esa ley agotan las fuentes de ingresos del Estado (remisión del pago de multas e intereses, eliminación del anticipo impuesto a la renta, exoneración del mismo, doble contabilidad de las empresas, etc.). De esa manera, no se va a cumplir con los compromisos adquiridos por los créditos, como con Goldman Sachs.
En consecuencia, no se va a tener ingresos para recomprar los acuerdos y estos serán puestos en el mercado como productos derivados. Por lo que la deuda aumentará hasta volverse impagable, obligando a contratar más deuda. En efecto, se dará una salida de capitales vía deuda. A esto se debe agregar que las imposiciones para recibir nuevos créditos serán la reducción del gasto social, disminución más drástica del aparato estatal (despidos), desregulación del mercado laboral y disminución o estancamiento del salario. Esas son posiciones que ya ha sugerido el Comité Empresarial Ecuatoriano; al igual que sugirió la eliminación del subsidio a la gasolina súper, mismo que fue acatado.
A esto se suma que las élites económicas empresariales en el Ecuador son comerciantes, es decir importadores (3 de cada 10 grupos económicos son importadores). Por tanto, la estructura productiva del país genera salida de divisas, fuga de capitales. Por lo que la ley «Trole 3» alienta la fuga de capitales, a partir de la eliminación del impuesto a la salida de divisas. En ese sentido, que la Cámara de Comercio de Guayaquil busque la reducción de aranceles para fomentar la competitividad, en realidad, va a aumentar las importaciones, es decir, la salida de divisas. El círculo se cierra con la fusión del SRI con Aduanas, lo cual devela la capacidad de las élites empresariales importadoras de hacer lobby para que se flexibilice los controles de aduana y debilitar el papel clave del SRI para regular la evasión y elusión tributaria. Y, por otra parte, se genera una estructura de incentivos para que un productor migre a ser importador, reforzando más la fuga de capitales.
De esa manera, se genera un problema de liquidez en la economía ecuatoriana que situaría al país en una crisis económica insalvable. Y las voces de los economistas neoliberales no van a hacerse esperar, indicando que la desdolarización es la ruta a seguir. En ese sentido, es pertinente recordar que el camino a la dolarización empieza entre 1995 y 1998 con las cámaras empresariales, institutos, académicos, entre otros. La cuestión es, ¿aún se está a tiempo de evitar una catástrofe económica?
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.