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Caminos de esperanza

Fuentes: Rebelión

Luego de la traición del expresidente Moreno, apoyado por 29 asambleístas, y de la pandemia neoliberal organizada por el FMI (Fondo Monetario Internacional), vino la pandemia del COVID que sembró decenas de miles de muertes entre la población indefensa, la indolencia culpable del gobierno y la corrupción campante en la adquisición y la venta de las vacunas. Esta situación fue prolongada por el gobierno de Guillermo Lasso con la complicidad de los grandes medios de comunicación comerciales.
Pero el resultado de las últimas elecciones fue como un terremoto: El gobierno perdió la consulta con una goleada de 8 a 0. Los partidos progresistas del la Revolución Ciudadana y de Pachakuik lograron un sinnúmero de prefecturas y alcaldías, como también la elección de la mayoría de los miembros del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) que la derecha quería eliminar. El panorama político cambió, poniéndose en contra de las políticas neoliberales y de la corrupción y manipulación del gobierno y de sus instituciones. Para darse un baño de buena conducta, de un lado, la embajada norteamericana permitió las denuncias de corrupción del actual gobierno y de su entorno cercana. Por otro lado, la fiscalía del Estado sorpresivamente anunció, 5 años después de las denuncias, que aceptaba el enjuiciamiento del gobierno de Lenin Morena y de su círculo familia por corrupción generalizada. En fin, los asambleístas, masivamente con 104 votos, dan paso a la admisibilidad del juicio político del presidente Lasso.
De estas maneras, la votación del 5 de febrero abre nuevos caminos de esperanza se están abriendo para un cambio de rumbo en la política nacional, al gran dan de los medios de comunicación neoliberales que callan o distorsionan estas novedades. ¿Qué pasó y qué va a pasar?
La mayoría de los ecuatorianos no olvidamos que “antes estábamos mejor” y que se nos robó y descartó la decisión de continuar con un gobierno progresista y su década ganada. Tampoco se asumió la incesante compaña de mentiras y de odio. No se creyó en las ilusorias promesas de una nueva consulta mañosa y se optó para exigir un cambio de rumbo y el emprendimiento de caminos nuevas para el país. Los militantes de la Revolución Ciudadana y de Pachakutik hicieron una campaña de despertar, haciendo conciencia que ‘sí, podemos cambiar’ e influir en la orientación de las políticas catastróficas de la derecha. Dejamos ‘en la lona’ un gobierno inepto, los partidos que lo apoyan y se benefician de sus favores, como también los grandes medios de comunicación con sus falacias constantes.
En esta última campaña electoral, los movimientos sociales demostraron que no estaban muertos ni habían desaparecido, sino que trabajaron para explicar y motivar a los ciudadanos que “podemos cambiar”: “En el voto esta nuestra fuerza y nuestro derecho a ser escuchados” – “¡Podemos ganar!”. Decenas de miles de ciudadanos utilizaron las redes sociales para explicar el engaño de la consulta y la necesidad de volver a ser un ‘país soberano’ en el camino del ‘Buen vivir y convivir’: “¡Otro Ecuador es posible, urgente y necesario!”
Las últimas elecciones implicaron sobre todo la necesidad de confirmar en la práctica la dirección indicada, sin esperar que otros hagan el trabajo en vez nuestra. La dirección correcta se emprenderá y se fortalecerá en la medida en que seguiremos controlándola y fomentándola. Son nuestra organización y nuestras voces que exigirán que se cumpla lo que hemos expresado en las urnas. El camino de esperanza no se torcerá ni se desvirtuará si seguimos vigilantes y participativos, porque “somos los mandantes”.
La gran novedad de estas elecciones es que se eligió gente joven entre la cual hay muchas mujeres, pero sobre todo se demostró que los cambios tienen que venir de las bases y no de las cúpulas: “El cambio somos nosotros”, y también “el poder somos nosotros” … Los partidos políticos y sus líderes no van primeros, sino los ciudadanos organizados en movimientos sociales y organizaciones populares: los partidos son las manos que obedecen a las cabezas ciudadanas más conscientes y unidas en sus múltiples colectivos vivos, pensantes, claros y esperanzados.
Para los cristianos, el libro del Apocalipsis es el libro de la esperanza. Mediante imágenes simbólicas, este libro nos habla de 2 bestias terribles que terminan derrotadas. La primera bestia lleva el número 666 que a la vez escondía y revelaba, para los cristianos de ese tiempo, el nombre del emperador Nerón. Este no quería que ganaran espacio las Comunidades cristianas decididas a vivir la fraternidad y el compartir equitativo en nombre del Dios de Jesús de Nazaret. En cuanto a la segunda bestia, ésta era la ideología que llevaba adelante el emperador romano: “Yo soy el hijo de dios y la encarnación de la divinidad: Mis órdenes son órdenes divinas”.
Hoy siguen vivas estas 2 bestias con la economía de mercado, divinizada por su ideología neoliberal. Hemos herido de muerte estas 2 bestias, pero su agonía va a perdurar si nos descuidamos y no nos constituimos en protagonistas del país que queremos y hemos comenzado a construir. “La esperanza es nuestra gestación”: Está por nacer y crecer desde nuestras luchas y organizaciones. Como ayer y anteayer, Dios apoya esta esperanza certera.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.