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Multitud

Capital, capitalismo y comunas

Fuentes: Rebelión

Para István Mészáros es central distinguir el «capital» del «capitalismo», ya que son fenómenos distintos, y asegura que la identificación conceptual de ambos es lo que ha hecho que las experiencias revolucionarias del siglo XX se mostraran incapacitadas para superar el «sistema de metabolismo social del capital», es decir, el sistema caracterizado por la división […]

Para István Mészáros es central distinguir el «capital» del «capitalismo», ya que son fenómenos distintos, y asegura que la identificación conceptual de ambos es lo que ha hecho que las experiencias revolucionarias del siglo XX se mostraran incapacitadas para superar el «sistema de metabolismo social del capital», es decir, el sistema caracterizado por la división jerárquica del trabajo, que subordina sus funciones vitales al capital.

Éste, el capital, antecede y sobrevive al capitalismo, ya que el último es sólo una de las formas posibles de realización del capital. Así como existía capital antes de la expansión del «sistema productor de mercancías», pues de igual forma para Mészáros se puede detectar al capital después del capitalismo (a través de la constitución del «sistema del capital postcapitalista» que tuvo vigencia en la URSS y en los demás países de Europa del este). Subrayemos con Mészáros, que estos países no rompieron con el sistema de metabolismo social del capital, ya que mantuvieron intactos los elementos básicos constitutivos de la división social jerárquica del trabajo.

Por el contrario, La comuna es un cambio de lógica, es otro registro y eso supone otro modo de producir la vida material y espiritual de la gente. Si la comunidad es la base de la producción y no el mercado, entonces el trabajo queda liberado porque se realiza desde y para la sociedad y de esta manera vuelve sobre sí mismo. A cambio el trabajador no recibirá un producto específico y particular como el dinero, sino una cuota especial de la producción comunal en primer lugar, y podrían pensarse formas de intermediación abstractas para cubrir el acceso a aquellos objetos producidos más allá de la comuna, como tecnologías de la comunicación.

Éstos más adelante podrían a su vez ser producidos por una poderosa red de comunas que planifique la producción y colocación de estos productos, «de cada cual según sus capacidades, sus necesidades y su trabajo». De esta forma, el trabajo se irá vaciando del contenido que tiene ahora, asociado al valor de cambio, las jerarquías y los privilegios.

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