En 2000, sólo un año antes del corralito, «Argentina era el niño mimado del Fondo Monetario Internacional, el nuevo Eldorado, un milagro económico», explicaba ayer en la Casa de América de Madrid el cineasta Juan Solanas. Después, el crash económico desnudó la verdad tras la fría (y falsa) estadística, «y afloraron historias terribles». Por ejemplo, […]
En 2000, sólo un año antes del corralito, «Argentina era el niño mimado del Fondo Monetario Internacional, el nuevo Eldorado, un milagro económico», explicaba ayer en la Casa de América de Madrid el cineasta Juan Solanas.
Después, el crash económico desnudó la verdad tras la fría (y falsa) estadística, «y afloraron historias terribles». Por ejemplo, las de padres que vendían a sus hijos recién nacidos para poder comer.
Solanas se pasó dos años vagando por la miseria, por las regiones deprimidas del país, «40.000 kilómetros de coche buscando historias que mereciera la pena contar».
De allí salió el guión de su primer filme, que se estrena mañana con el título de Nordeste, con Carole Bouquet, Mercedes Sampietro, Goya Toledo y Aymara Rovera.
La historia con Bouquet merece capítulo aparte. Solanas, que vivió años en Francia, vio en ella el rostro ideal para encarnar a Helene, una ejecutiva francesa de 43 años que viaja al nordeste argentino en busca de un hijo que comprar.
Y después de hacerle el ofrecimiento, antes de recibir el sí, el director se enteraba de que la actriz, ex chica Bond, ex chica Buñuel y esposa de Gerard Depardieu, llevaba 20 años colaborando con La Voix de L’enfant, una ONG que protege los derechos de la infancia.
«La adopción legal es generosa, altruista, heroica casi diría, pero aprovecharse de la miseria es horrible», dijo ayer Bouquet en Madrid. «Yo tengo dos hijos de los llamados biológicos, y no, no creo que nunca pudiera adoptar: requiere un fuerza que no tengo».
Y un poquito de polémica: ¿de verdad dijo Bouquet hace un mes en la presentación en Barcelona que, «tal y como está el mundo, no adoptar y tener hijos propios es egoísta»? Respuesta ayer: «Pues claro que no. Yo reivindico ese egoísmo de tener hijos, biológicos o adoptados. Es igual de egoísta tenerlos que adoptarlos».
Sin que nadie le preguntara, la esposa de Depardieu siguió ella sola: «En Barcelona, alguien me tachó de neocolonialista. Pero es que en Occidente es muy difícil adoptar en el propio país. Y no creo que se pueda tachar así a alguien que se recorre todo el mundo para salvar a alguien que está en peligro».
El filme, duro y seco, juega al falso documental con personajes reales mezclados con actores profesionales, exhibe fotografía de mucho grano y fue improvisada en gran medida con planos de seis minutos. «Me di cuenta de que a los dos minutos, ya parecía que la cámara no estaba allí», explicó Solanas. Después de semanas de rodaje en la Argentina más pobre, Bouquet se mostró ayer muy concienciada: «El tráfico infantil es más lucrativo y peor que el de droga: se les saca los órganos, se les prostituye, se les envía a la guerra…»