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Chile, Venezuela y la histeria de la Democracia Cristiana

Fuentes: Rebelión

En medio de toda la histeria que ha creado la extrema derecha (UDI-RN), la Democracia Cristiana y algunos miembros del PPD, por la posibilidad de que Chile vote por Venezuela para el Consejo de Seguridad de la ONU, derivo en un impasse diplomático hace algunos días atrás entre ambos países por las expresiones del embajador […]

En medio de toda la histeria que ha creado la extrema derecha (UDI-RN), la Democracia Cristiana y algunos miembros del PPD, por la posibilidad de que Chile vote por Venezuela para el Consejo de Seguridad de la ONU, derivo en un impasse diplomático hace algunos días atrás entre ambos países por las expresiones del embajador venezolano en Santiago, Víctor Delgado, quien criticó correctamente el actuar de la DC en el tema y reprochó la postura tomada por el gobierno de Ricardo Lagos en el intento de golpe de Estado, patrocinado por l a CIA y que afectó a Hugo Chávez en 2002.

Fue en una entrevista concedida a un medio electrónico en la que Delgado recordó que en abril del 2002 el gobierno, a través de un comunicado de la administración de Ricardo Lagos -cuando Soledad Alvear era canciller- responsabilizó a Chávez de la crisis de gobernabilidad que afectaba a ese país, y reconoció apresuradamente a los golpistas.

Más adelante y apuntando directamente a la DC, Delgado manifestó que «la posición de la DC con Chávez es la misma que tuvieron con el Presidente Allende. No me extraña esa actitud, la DC se opuso al proyecto socialista, progresista y renovador del Presidente Allende, y se opone al mismo proyecto del Presidente Chávez. Hay una organización internacional que se llama la ODCA (Organización Demócrata Cristiana de América), cuyo presidente es el esposo de la señora Soledad Alvear, señor Gutenberg Martínez, y esa entidad apoyó el golpe de Estado en Venezuela». Cabe recordar además que la Democracia Cristiana chilena, también en esa oportunidad reconoció el gobierno de facto.

Sin embargo es bueno tener en cuenta que las posiciones de un sector de la DC, obedecen a un plan previamente diseñado por la siniestra Condolezza Rice, que en su visita a Chile, con motivo de la asunción de la presidencia de Michelle Bachelet, ya esbozo cual es la política de los Estados Unidos con respecto a Venezuela y la continuidad que debía darle Chile al respecto.

En esa oportunidad el diario La Tercera (29.05.06) señalaba que «Estados Unidos ha advertido a Chile que las relaciones entre ambos países sufrirían grave daño si el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet vota por Venezuela en la elección de nuevos miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Luego agrega el matutino que dichas advertencias fueron formuladas en abril al canciller Alejandro Foxley en sus reuniones en Washington con la secretaria de Estado Condoleezza Rice y el subsecretario Roberto Zoellick. Sin embargo, pareciera que para la presidenta Bachelet, para la DC, para el presidente de la Cámara de Diputados el camaleón Antonio Leal y otras especies de la política chilena, estas declaraciones no es intervenir en la política interna de Chile y de América Latina.

Por esa misma fecha, el diario Los Angeles Time denunciaba los diversos tipos de presiones que ha debido soportar Michelle Bachelet, para que Chile no vote por Venezuela para el Consejo de Seguridad de la ONU. El periódico en esa oportunidad, citando a diplomáticos latinoamericanos no identificados, que Washington acordó vender a Chile aviones de combate F-16, pero con la advertencia de que no entrenará pilotos chilenos para manejarlos si Santiago vota por Venezuela para el Consejo de Seguridad de la ONU.

El 2 de junio 2006, en conferencia de prensa el diplomático estadounidense a cargo de las relaciones con América Latina, Thomas Shannon advirtió a Chile y el resto de la región que Venezuela no sería el mejor candidato de la región para ocupar un puesto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Ahora las provocaciones y la escalada histérica de la DC en contra de Venezuela es de larga data y no está sujeta a las declaraciones que haya vertido el actual embajador en Santiago. La Democracia Cristiana solicitó el 20 de junio 2006 al Gobierno que no vote por Venezuela para ocupar el cargo vacante en el Consejo de Seguridad de la ONU que ese país disputa con Guatemala, el candidato de Estados Unidos. La posición oficial de la falange la dio a conocer el encargado del Departamento Internacional del Partido, el ex diputado Exequiel Silva, quien señaló que La Moneda debe perseverar en la búsqueda de un tercer candidato.

El 9 de julio de 2006, en entrevista concedida para el órgano oficial de la CIA en Chile, el diario golpista El Mercurio, Guteberg Martínez expresa: «Chile debe ayudar a fortalecer las políticas de integración, de democracia, de derechos humanos, para aislar los populismos de la región. No aceptando las provocaciones de Chávez, sino más bien aislándolo».

Luego el presidente de la alicaída ODCA señala: «Nuestra opinión del gobierno de Chávez, como ODCA, es mala. Chávez es un elemento disyuntivo, pero en la medida en que vaya quedando aislado, el consenso se establecerá». La ODCA fue la primera organización política regional que reconoció a los golpistas.

De allí, que las opiniones de diversos personeros de la DC, no constituyen un hecho aislado, son parte de una campaña premeditada e histérica, y provienen de elementos ligados a la política del Departamento de Estado norteamericano, para cuestiones latinoamericanas. En donde uno de sus testaferros más destacados es precisamente el actual Canciller Alejandro Foxley, un antichavista acérrimo al igual que Martínez.

Soledad Alvear, actual presidenta de la DC , presunta y ambiciosa candidata presidencial para el 2009, y que acostumbra en su circulo más íntimo a expresarse con respecto Chávez, como el dictador venezolano, en declaraciones publicadas por el diario oficialista La Nación, el 23 de junio de 2006, reconoció que el rechazo a la postulación caraqueña le ha provocado «más de algún dolor de cabeza», insistió en que «así como nos pareció en su momento que era criticable lo de Guantánamo, es tan criticable aquello como las violaciones a los derechos humanos en otros países». Luego enfatizó que sigue pensando que Venezuela no está capacitada para representar a Latinoamérica en las Naciones Unidas.

Independientemente de las opiniones del embajador venezolano en Santiago, lo cierto es que éste se quedo corto en sus apreciaciones con respecto a la DC. Ya que es bueno recordar que la Democracia Cristiana chilena, tiene un pasado oscuro y aún no asume la responsabilidad histórica ante el pueblo chileno, en lo que le compete con respecto a la desestabilización del gobierno legitimo de Salvador Allende. Para nadie es un misterio que el sector de derecha de la DC, conspiro abiertamente contra el gobierno de la Unidad Popular

Este partido político formo parte de la Confederación por la Democracia (Code) que fuefinanciada por la CIA y el Departamento de Estado norteamericano, para conspirar y crear las condiciones necesarias para el derrocamiento del gobierno de la Unidad Popular, así lo demuestra la prensa de la época y los diversos documentos desclasificados abiertos en los Estados Unidos, en donde parte de ellos se encuentran en la Biblioteca Nacional en Santiago, a la espera de ser traducidos para dar luz a la verdad histórica, a lo que la DC y la extrema derecha se oponen.

Sin embargo lo que está claro, es que el gobierno de Bachelet y la Cancillería chilena ante este incidente diplomático, producto de las presiones de la DC y la Derecha , han sobredimensionado y exacerbado las opiniones del diplomático venezolano. Incluso la nota de protesta redactada de puño y letra por Foxley es hasta ridícula, así al menos ha sido considerada por el mundo diplomático latinoamericano en la ONU. Lo que se busca en el fondo, es justificar de una u otra manera el alineamiento del gobierno de Bachelet, con las políticas criminales y genocidas del gobierno de G.W. Bush, en diversos lugares del planeta.

Sin duda que la decisión que tome Bachelet, la pone en un duro aprieto en su aislamiento del resto de los países latinoamericanos, del MERCOSUR, de los procesos de integración al margen de la hegemonía neofascista que quiere imponerle los Estados Unidos, al resto del mundo. El propio gobierno de Bachelet, nada dicho acerca de las intervenciones directas o encubiertas de los EEUU en Venezuela, Nicaragua y Bolivia. Tampoco conocemos la opinión de la DC chilena y de la ODCA con respecto al intervencionismo y las maquinaciones de la Casa Blanca para conseguir sus objetivos.

Finalmente los costo que deberá pagar Chile, por someterse a las políticas del terrorista Bush por votar por el candidato de los Estados Unidos (Guatemala) para el Consejo de Seguridad, se dejarán sentir a corto plazo en la región y establecerá un negro precedente, en lo que respecta a la política internacional de Chile y de otra índole con el país sudamericano. Pues aquí no se trata de votar por Chávez o n o, aquí se vota por Venezuela o no, se vota por el pueblo venezolano que mayoritariamente apoya su gobierno, incluso es más, la oposición política ha Chávez, con diferentes matices, se encuentra plenamente de acuerdo de que Venezuela forme parte del Consejo de Seguridad.