China ha apostado por utilizar su propia tecnología a la hora de poner en marcha el nuevo superordenador «KD-90», que nace de un proyecto conjunto de dos universidades. En concreto, han colaborado la Universidad China de Ciencia y Tecnología y un equipo de la universidad de Shenzhen. El superordenador «KD 90» está formado por 10 […]
China ha apostado por utilizar su propia tecnología a la hora de poner en marcha el nuevo superordenador «KD-90», que nace de un proyecto conjunto de dos universidades.
En concreto, han colaborado la Universidad China de Ciencia y Tecnología y un equipo de la universidad de Shenzhen.
El superordenador «KD 90» está formado por 10 procesadores de 8 núcleos del modelo Long Xin 3B, y promete una velocidad de procesamiento de datos de 1 billón por segundo.
Además, cuenta con un servidor frontal, cinco nodos de computación, dos switches para Gigabit Ethernet y una unidad de monitorización del rendimiento, todo ello en el tamaño de un microondas.
«KD 90» emplea software de código abierto y destaca por ser un equipo que puede actualizarse de manera sencilla y es fácil de utilizar para los usuarios.
Por otra parte, entre los distintos usos que se le puede dar a esta supercomputadora china, está el trabajo en áreas como las matemáticas, la ciencia y la ingeniería, el ejército, la seguridad nacional y la economía.
vINQulos ZDNet