Entre todo el brillo del comienzo del Festival de Cine Independiente de Sudance, tres realizadores desconocidos conquistaron adeptos con sus trabajos sobre la inmigración indocumentada en la frontera entre México y Estados Unidos. Los paparazzi persiguieron a Jennifer Aniston, estrella que llegó para presentar Friends with money, y la comedia Little Miss Sunshine consiguió alrededor […]
Entre todo el brillo del comienzo del Festival de Cine Independiente de Sudance, tres realizadores desconocidos conquistaron adeptos con sus trabajos sobre la inmigración indocumentada en la frontera entre México y Estados Unidos.
Los paparazzi persiguieron a Jennifer Aniston, estrella que llegó para presentar Friends with money, y la comedia Little Miss Sunshine consiguió alrededor de 10 millones de dólares del distribuidor Fox Searchlight para convertirse en la primera gran venta del festival.
Sin embargo, fueron los documentales De nadie, del mexicano Tin Dirdamal, y Crossing Arizona, de Joseph Mathew, y el drama de Pablo Véliz La tragedia de Macario, los que lograron emocionar al público.
Tras mostrar Crossing Arizona a sala llena, Mathew dijo que sintió que la película, que cuenta la lucha de los inmigrantes contra la deshidratación y la muerte en el desierto de Arizona y los esfuerzos por frenar el cruce indocumentado de la frontera, tocaba el corazón de la audiencia.
El director expresó que inicialmente vio el documental como forma de mostrar la mala situación de los inmigrantes de México y Centroamérica.
Pero amplió su visión después de que el debate político en Estados Unidos creció y que los opositores a la inmigración sin documentos formaron grupos como Minuteman Project, organización de ciudadanos que patrulla voluntariamente las fronteras.
El realizador dijo que los debates políticos sobre la seguridad nacional y cómo detener esa migración soslayan una necesidad más inmediata.
«El discurso necesita traducirse en esfuerzos humanitarios», dijo.
En una entrevista por separado, el organizador de Minuteman Project, Chris Simcox, asintió. «Mientras no haya una solución debe haber refuerzos humanitarios (…) que provean agua y comida», dijo.
Cada año más de un millón de indocumentados tratan de cruzar la frontera de 3 mil 200 kilómetros entre México y Estados Unidos en busca de trabajo. Al menos 464 murieron al hacer el intento el año pasado, muchos por deshidratación.
Una mitad al sur
Mientras Crossing Arizona se centra en temas que aparecen a diario en los medios estadunidense, De nadie y La tragedia de Macario abordan el problema desde la perspectiva de los inmigrantes, no siempre incluida en las crónicas periodísticas.
La historia de aquellos que buscan cruzar la frontera está surcada por la pobreza, y los anima la esperanza de hallar mejores trabajos y sueldos en Estados Unidos como trabajadores de la construcción o empleados domésticos.
Algunos cruzan la frontera y logran al menos parte de sus sueños. Muchos no lo consiguen, pero todos necesitan de ayuda, la cual parece faltar, de acuerdo con esas películas y sus realizadores.
La tragedia de Macario cuenta la historia de un trabajador mexicano que deja su pueblo con poco más que su gran fe en Dios y su determinación de ir a Estados Unidos, donde espera encontrar trabajo.
De nadie es la mirada de Dirdamal sobre los centroamericanos que frecuentemente fracasan en el intento por alcanzar la frontera entre México y Estados Unidos porque son detenidos por pandilleros que los golpean, violan y a veces matan.
Algo más que albañiles o mucamas
Conmovido por la historia de los inmigrantes, Dirdamal tomó una cámara digital y se dedicó a documentar sus penurias. El director dijo que quiere que su obra se exhiba en Estados Unidos para que la gente pueda ver a estas personas como algo más que albañiles y mucamas.
Otro documental, Letters from the other side, que se exhibe en el Festival de Cine Slamdance, paralelo al más famoso Sudance, habla de las esposas e hijos que se quedan solos en México cuando sus maridos y padres viajan al norte en busca de mejores perspectivas laborales. Frecuentemente sus vidas empeoran cuando los hombres no les envían dinero o los olvidan.
«La voz de esta gente se deja de lado, pero es una voz que necesita ser escuchada», dijo Heather Courtney, directora del filme.