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Colonia Dignidad: lo que no sale en la resolución del juez Zepeda

Fuentes: Rebelión

¿Hasta dónde llegará el ministro de fuero Jorge Zepeda en su investigación sobre Colonia Dignidad? Por primera vez, una resolución judicial dio crédito a lo que por décadas se había denunciado en Chile y el exterior: la complicidad (asociación ilícita) entre la secta liderada por Paul Schaefer y la DINA, encabezada por Manuel Contreras, contando […]


¿Hasta dónde llegará el ministro de fuero Jorge Zepeda en su investigación sobre Colonia Dignidad? Por primera vez, una resolución judicial dio crédito a lo que por décadas se había denunciado en Chile y el exterior: la complicidad (asociación ilícita) entre la secta liderada por Paul Schaefer y la DINA, encabezada por Manuel Contreras, contando con una red de apoyo externo e interno. Cuatro ex miembros de la DINA y 14 colonos fueron encargados reos por su responsabilidad en la desaparición de militantes de izquierda, como por su vinculación con el tráfico de armas, o su participación en delitos de lesiones graves y abusos sexuales cometidos contra menores del enclave alemán.

En la resolución de 26 páginas, se menciona los casos de los detenidos desaparecidos Juan Maino Canales, Elizabeth Recas y su esposo Antonio Elizondo, Alvaro Vallejos y Pedro Merino, secuestrados por la DINA cuyo paso por la Colonia figura en las fichas incautadas en los allanamientos ordenados por el ministro Zepeda. De ello se concluye que existió un protocolo de colaboración entre la policía secreta chilena y los jerarcas de Colonia Dignidad, por el cual se mantuvo secuestrados allí a opositores al régimen. A partir de los hallazgos de arsenales tanto en Villa Baviera como en el fundo El Litral el magistrado concluyó la existencia de tráfico internacional de armas con ánimo de lucro en beneficio de Paul Schaefer. Por otra parte, la investigación del ministro en visita confirma las agresiones sexuales contra menores, delitos que ya habían sido investigados y acreditados en otros procesos y por los cuales fue inicialmente encausado y detenido Schaefer.

Los ex DINA encausados son Manuel Contreras, Pedro Espinoza y Fernando Gómez Segovia (jefe de la Brigada Sur de la DINA, con sede en Chillán, y contacto directo con Schaefer), además de Armando Fernández Larios. Este último, implicado en el crimen de Orlando Letelier, no está detenido y reside en Estados Unidos. En cuanto a los colonos, la resolución incluye además de Schaefer a un miembro de su círculo íntimo y encargado de compras y suministros, Kurt Schnellenkamp; al doctor Hartmut Hopp, a Karl van den Berg (también alto dirigente, actual jefe de la inmobiliaria Cerro Florida Limitada y socio de la empresa ABRATEC), a Gerhard Mücke (encargado de la seguridad y relacionado con la desaparición de Alvaro Vallejos), a Gerd Seewald, responsable de los archivos, a su esposa, la doctora Gisela Gruhlke de Seewald (confesa de haber torturado a los menores); a Hans Riesland (prófugo) y al contador y representante legal de la empresa ABRATEC, Albert Schreiber (prófugo, segundo hombre de Schaefer por mucho tiempo. Se pide la extradición de Schreiber desde Alemania). Todos los acompañantes de Schaefer en Argentina -prófugos- también están encargados reos: Peter Schmidt (guardaespalda y experto en seguridad), Mathias Gerlach, Friedhelm Zeitner, Rebeca Schaefer (hija adoptiva del pedófilo) y Renate Freitag (la enfermera).

Pocos días antes de conocerse esta resolución, conversamos con Friedrich Paul Heller, un alemán experto en el tema Dignidad que conoció a raíz de su vinculación con Amnistía Internacional en tiempos de la dictadura de Pinochet. El año 2001 declaró ante el juez Guzmán en causas de detenidos desaparecidos relacionadas con Dignidad.

Autor de un nuevo libro sobre la colonia, Lederhosen, Dutt und Giftgas: Die Hintergründe der Colonia Dignidad, («Pantalones de cuero, moños y gas venenoso: el trasfondo de Colonia Dignidad«, recién publicado en Stuttgart, Alemania por Schmetterling Verlag, el investigador germano se mostró preocupado de que el juicio concluya sancionando sólo a algunos de los responsables de los crímenes allí ocurridos y mostrando apenas una parte de los delitos.

«Erwin Fege y Willi Malessa, que estuvieron muy implicados en los crímenes nunca fueron detenidos. Fege fue el jefe de seguridad de la colonia y debe tener información sobre el desaparecido Boris Weisfeiler, que ellos recibieron de manos de la CNI. Malessa fue el encargado de sepultar los autos que pertenecieron a detenidos desaparecidos con una retroexcavadora Carterpillar 235, de los cuales se encontraron unos restos en la investigación. Al parecer, el juez les dejó a ellos dos opciones, cárcel o colaboración. Eso es una política de impunidad…»

La producción del gas sarin, la masacre de Cerro Gallo y la existencia del campo de trabajo forzado Monte Maravilla, son los hechos que Heller considera debieran ser abordados también en el proceso.

El Flaco Lira Massi y el gas sarín

Heller recapitula: «Primero este gas lo fabricaba la DINA en Santiago y luego comenzó a hacerse en la Colonia, con su apoyo logístico. Era usado para la exportación y para asesinar opositores al régimen. Las víctimas presentan los síntomas de un ataque al corazón. Probablemente con el gas los militaron mataron al periodista Eugenio Lira Massi en París, en junio de 1975.Eso me lo dijo Robert Scherrer, el policía del FBI que investigó el crimen de Orlando Letelier. Pero al parecer nadie quiere que esto se sepa. Otras fuentes vinculadas a la Colonia me comentaron que así asesinaron a Gero Gimpala, que escribió un libro sobre la Colonia. El abogado de la colonia andaba en Alemania cuando murió Gimpala. Faltan cosas por investigar judicialmente y nadie lo hace».

¿Por qué este manto de silencio?

Porque la producción del gas sarin formaba parte del Plan Andrea, formulado por Pinochet como defensa de Chile contra Argentina y Perú, cuando hubo amenaza de guerra. El ex fiscal de Estados Unidos Eugene Propper que investigó la muerte de Orlando Letelier sabe mucho del Plan Andrea. Pinochet consideraba que las armas que Chile tenía no servían y eran insuficientes. En rigor, los barcos servían para la tortura; los aviones no servían para pasar por la cordillera y los tanques se hubieran quedado no sé donde…Para el golpe sirvieron, pero nada más. Era material de la segunda guerra mundial. Pinochet invitó a Chile a Hans Ulrich Rudel, ex oficial nazi, el más querido por Hitler. Rudel se había refugiado en Argentina, donde fue el constructor de la aviación de ese país. El proyecto Andrea tenía como objetivo sentar las bases para una guerra no convencional en la que se utilizarían armas químicas, biológicas y atómicas, eventualmente. Ello incluía grados de colaboración del Bundesnachrichtendienst (servicio secreto alemán) con Colonia Dignidad. Para su implementación era necesario tener bases militares clandestinas, una de ellas era la Colonia. Por eso los bunkers, túneles, hospital, radios, pistas de aterrizaje, y la producción descentralizada de armamentos en módulos (una parte se producía en un lugar, otra parte en otra).

Esto ya lo reveló John Dinges. Pero no se habla de ello porque conlleva conflictos con Argentina: la idea era envenenar ríos, era matar civiles, hacer guerra química y bacteriológica. Y después también experimentaron con algo más, hubo incluso un intento de producir una bomba atómica. Boris Weisfeiler, que desapareció en Dignidad, tenía en la mochila un contador geiger que es para medir energía nuclear…

Parte de la maniobra original incluía armar los helicópteros con gas sarin.

¿Cuáles son sus fuentes sobre el rol de Rudel como impulsor del plan Andrea?

A principios de los 90, un funcionario diplomático alemán me confirmó que el nazi Rudel había estado en la Colonia. Varias veces oí esta versión, de distintas fuentes. No hay duda alguna respecto del gas sarin. Además está la confesión de Townley…

La descentralización de la producción de armamento se hizo también en Alemania después de los bombardeos de los aliados. Empezaron a producir minas en túneles. En Chile se copió el modelo. Hay todavía un túnel no abierto en Dignidad, no allanado, donde copiaron una subametralladora israelita, y produjeron lanzacohetes y granadas. Todo era compartimentado, trabajo de partes y piezas, cada una en un módulo diferente. No es difícil organizarlo. Schaefer aprendió mucho de métodos de la clandestinidad a través de los interrogatorios a gente del MIR.

¿Sabe de otro caso en que hayan usado el gas sarin?

Otra muerte rara es la de Alfred Schaak, que en 1985 era el representante de Paul Schaefer en Alemania, y por lo mismo, estaba encargado del tráfico de armas. En 1985 dos parejas que huyeron de Dignidad, denunciaron públicamente que Schaefer abusó de niños alemanes. Parece que Schaak quiso entonces denunciar el tráfico de armas. Entonces viajaron desde Dignidad a Alemania Winfried Schmidtke y Helmut Seelbach, quienes fueron recibidos en el aeropuerto por Schaak, que estaba en perfecto estado de salud. Pero Schaak murió pocos días después, en octubre, repentinamente. El doctor Hartmut Hopp viajó en seguida a Alemania y se trajo el cadáver de Schaak a Chile, e informó a la asamblea de colonos que «Onkel Alfred» (el tío) Schaak había muerto de fiebre. Y que en su testamento, dejaba sus bienes a la Colonia. Al mismo tiempo, informaron -con diez meses de atraso- de la fuga de la pareja, agregando que sus denuncias en Alemania les habían hecho un gran daño.

¿Cuál era el rol de Dignidad en el tráfico de armas?

La colonia era parte de una red. No hay que mistificarlos. Era una secta loca pero con poder, con su radio, su hospital y su corredor…

Por sus papeles y facilidades como sociedad benefactora, era un corredor de libre acceso para importaciones y exportaciones. Un ex embajador alemán en Santiago me dijo que Dignidad era un «nido de contrabando de armas».

La masacre de Cerro Gallo

Cerro Gallo es un cerro vecino a la colonia, donde en 1975 -año de la Operación Colombo- habrían sido ejecutados un centenar de prisioneros políticos. Explica el investigador alemán: «Esta es una historia ya publicada en mi libro ‘La dignidad de la Colonia’, y la fuente es un soldado conscripto llamado Juan Miranda. Un grupo de soldados y oficiales al mando del comandante Hugo Cardemil, mayor de Ejército, de Linares, buen amigo de la colonia, acompañados de oficiales de Santiago, debían matar a guerrilleros que venían de Argentina. Pero se trataba de presos que tenían que actuar como guerrilleros. Los oficiales los masacraron. Esto coincide con el diseño de la operación Colombo. El soldado agrega que uno de los alemanes que participó en el operativo tenía un problema en el ojo, y veía la operación desde un helicóptero, sobrevolando. Schaefer tenía esa manera de hacer las cosas, no era necesario ordenar, él planificaba todo para que las cosas ocurrieran.

¿Y qué sabe usted de los archivos descubiertos?

No los dan a conocer porque se trata fundamentalmente de un archivo para chantaje sexual. Hay grabaciones de Pinochet haciendo el amor con su mujer, aparece Mónica Madariaga con sus secretarias, grabaciones en prostíbulos, cosas así. … Schaefer se refería a Lucía Hiriart como «la puta».

Se está considerando el archivo «secreto de Estado», por seguridad nacional no puede salir a la luz pública, pero entiendo que los abogados están peleando por este tema. Mientras tanto, el juez dio acceso a las partes a una pequeña parte del archivo.

Monte Maravilla

Hasta ahora el ministro Zepeda no habría investigado la existencia de Monte Maravilla, un campo de trabajo forzado que la colonia, mantuvo al suroeste de Dignidad. Explica Heller: «Es un lugar que existe en el mapa con ese mismo nombre. Oí hablar de esto por primera vez en Amnistía Internacional cuando se informó que allí llevaron al detenido Edgardo Enríquez. Eso no se conocía todavía como recinto secreto de la DINA. No era parte de la colonia, estaba afuera, era un campamento de carpas y lo manejaba la colonia con las fuerzas armadas. Les daban píldoras a los presos. Unos cien presos pasaron por allí, entre mujeres y hombres. Los que sabían como falsificar documentos eran puestos a trabajar para transmitir sus conocimientos, fue algo similar a lo que hicieron los marinos de la ESMA argentina con los montoneros presos.

Agrega el investigador que Amnistía tuvo más información a raíz del caso del detenido desaparecido Francisco Sánchez, un carabinero socialista arrestado después del golpe y llevado a este fundo más allá de la Colonia. Ahí estaban todavía los presos en 1978, aun después de la disolución de la DINA. El nombre del testigo de este hecho es Luis Arias, quien mandó su testimonio a Amnistía Internacional y a Naciones Unidas pero nadie le creía en ese tiempo.

«Ahora se ve que todo coincide. Hay que comparar el testimonio de Luis con el de Muñoz Alarcón, el encapuchado del Estadio Nacional. Muñoz habla de 102 detenidos en el Pabellón 2 de la Colonia Dignidad. En esa época hubo abogados como Zalaquett que decían que no podía ser real, porque no cabían, y nadie más mencionó esta situación. Había una cierta «economía de investigación» .Todos dicen que saben pero en realidad si vas al fondo, todo se pone cada vez más misterioso. Esos testimonios están disponibles en Amnistía Internacional y quizás en los organismos de Naciones Unidas que los recibieron en su momento. …Me dijeron que Luis Arias volvió a Chile, pero no tengo como encontrarlo, no sé donde está.»

¿Y en Alemania qué efecto se produce al denunciar lo del gas sarin?

En mi país se toca poco el tema porque es muy delicado hablar de que se mató con gas, eso lleva a hacer la asociación con el holocausto…El ministerio de Relaciones Exteriores en Berlín y la embajada alemana en Chile no quieren que esas cosas salgan hacia fuera. Pero los hechos están. Mariana Callejas en sus declaraciones reconoció que probaron el gas sarin con presos políticos; con víctimas en el exterior, los químicos lo formularon como spray. Incluso la DINA lo usó para matar al agente Manuel Jesús Leyton Robles, implicado en un robo y de allí quedó el dicho «Tú vas a morir como Leyton». Y últimamente, dos colonos le confesaron al abogado Hernán Fernández que tenían la tarea de matarlo con gas sarin, y eso era en los años 90, ya en democracia…Sería tan fácil, llega la víctima en coche a la Colonia, baja el vidrio, le rocías con el gas y la persona muere más rato de un ataque al corazón…No pasó nada desde el punto de vista judicial».

Friedrich Paul Heller es un investigador que ha realizado diversas publicaciones sobre la historia de Colonia Dignidad y las violaciones a los derechos humanos en Chile, durante la dictadura militar. También es autor, junto a Claudio Velasco, de «La venganza es mía», sobre Miguel Krassnoff, editada por el Centro de Derechos Humanos de Nuremberg (http://www.menschenrechte.org).

El tiene también una propuesta a los sobrevivientes: «Los organismos de derechos humanos deberían reclamar desde ya la casa de Parral de Colonia Dignidad, la antigua residencia del doctor Mujica en Ignacio Carrera Pinto 262 (ex calle Unión) que fue utilizada como recinto clandestino de detención por la DINA. Bienes Nacionales debiera desde ya tomar posesión de esa casa. Y también, sobre todo, de la casa que la colonia tiene en Santiago, cerca del Estadio Nacional, en calle Los Pescadores que es en sí un verdadero bunker, con subterráneos e instalaciones completas y puede utilizarse en forma muy pedagógica para contar estas historias.»

Heller visitó la colonia recientemente y estima que las personas mayores que viven allí están dañadas para siempre, y por la vida que llevaron, no tienen sentido del tiempo ni noción acerca de la verdad o la justicia.