Si a usted le mienten a las siete de la mañana y a las ocho y a las nueve y a las cinco de la tarde y a las diez de la noche y de madrugada. Si a usted le mienten el lunes y el miércoles y el sábado y el domingo. Si a usted […]
Si a usted le mienten a las siete de la mañana y a las ocho y a las nueve y a las cinco de la tarde y a las diez de la noche y de madrugada.
Si a usted le mienten el lunes y el miércoles y el sábado y el domingo.
Si a usted le mienten de frente y de espaldas, en color y en blanco y negro, de perfil y entre líneas.
Si a usted le mienten en inglés y en español, por señas, con premeditación y alevosía.
Si a usted le mienten de uno en uno y en cadena, en directo y en diferido.
Si a usted le mienten en todas las medidas y le cuentan mentiras «extra-largue» y mentiras «medium» y mentiras «smoll», mentiras de diez libras y de veinte, mentiras al detalle y mentiras al contado.
Si a usted le mienten en «do» y en «fa» y en «mi-sol-la» y en «do-re-mi».
Si a usted le mienten al derecho y al revés, discretamente y a la franca, de memoria y de corrido.
Si a usted le mienten en la cama y le mienten también en la cocina y en el patio, a los postres y en la sobremesa, con y sin preservativo.
Si a usted le mienten previa cita y de improviso, al paso, a la carrera, a la buena de Dios y a la mala también.
Si a usted le mienten en serio y de relajo, con filtro y sin filtro, de blanco y de morado.
Si a usted le mienten en casa y en la calle, así venga saliendo o vaya entrando.
Si a usted le mienten de la mano y del brazo, a pasito lento y a pasito largo.
Si a usted le mienten por arriba y por abajo, con fina discreción de gato y con grosera devoción de perro.
Si a usted le mienten todos y le engañan tanto…usted no es un ingenuo.
Usted es un cómplice.