Pequeña, de color verde y blanco, semejante a una maletica de colores o temperas. Pocos imaginan, si la ven sin abrir, que dentro hay una computadora que puede ser tan buena como cualquier otra. Sin embargo, enmascara un nuevo proyecto de dominación global de Estados Unidos. Esta vez, a través de la manipulación de los […]
Nacida por iniciativa de Nicholas Negroponte, un «gurú» de la Informática, la computadora de cien dólares, o Proyecto OLPC, se ha propagandizado ampliamente como una alternativa tecnológica de bajo costo que podría ayudar a reducir la «brecha digital».
Pero Daniel Olivera, un uruguayo que hace mucho vive en Argentina, piensa de forma muy diferente. Y no solo se ha contentado con disentir, sino que tiene en sus manos una alternativa realmente solidaria para este proyecto, y sin embargo los creadores de la «laptop de cien dólares» se niegan a escucharlo.
«Crear una computadora barata, cuyo costo actual ronda los 138 dólares, fue una iniciativa de Nicholas Negroponte, fundador y director del Media Lab, del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT, por sus siglas en inglés), Estados Unidos, quien es un gran ideólogo de las Ciencias Informáticas, pero también hermano de John Negroponte, director nacional de Inteligencia de Estados Unidos.
«Ante este proyecto de la OLPC, del cual conocía poco hace un año y hoy que sé más no estoy seguro de que sea tan bueno, se nos ocurrió que podríamos hacer una versión del sistema operativo de la máquina mucho mejor. Hoy ya no es una mera idea; se ha convertido en obligación, pues el plan del MIT es espantoso».
MIRANDO AL SUR
Daniel Olivera dirige en Argentina el proyecto UTUTO (www.ututo.org), cuyo nombre viene de una pequeña lagartija que vive en ese país, el cual persigue facilitar el acceso a los conocimientos a través de la tecnología, especialmente en los países del Sur.
La organización, que se mantiene por donaciones y desarrollando programas de software libre para diversas entidades, ha logrado crear varias versiones del sistema operativo UTUTO, enteramente en software libre, cuya calidad la atestigua el hecho de que Richard Stallman, el creador de este movimiento, lo use en su computadora personal.
«La mayoría de los sistemas operativos de software libre fueron creados en el Primer Mundo. Por eso desde el proyecto UTUTO nos propusimos hacer investigaciones que permitan acumular conocimientos y acceder mejor a este.
«Entre las iniciativas está la de desarrollar un sistema operativo que, a diferencia de otros basados en el es completamente libre y su control y desarrollo tienen lugar en el Tercer Mundo».
Ya con esta experiencia en la mano, y con un aval importante a partir de casi 500 000 descargas del sistema en unos cien países, Olivera y su equipo conocieron de la computadora de cien dólares y le pidieron al MIT que les enviara un prototipo para estudiarla mejor.
«Lo que nos enviaron fueron dos cajas con un equipo adentro, que incluso resultó muy complicado entrarlas a la Argentina, porque nadie sabía qué era. Ni siquiera en la Aduana tenían cómo clasificarlas, pues en esencia era un prototipo de la placa madre de la máquina, que va puesta detrás de la pantalla, y algunos componentes más.
«Nosotros mismos le adaptamos un teclado, un monitor, y nos propusimos desarrollar un sistema operativo desde cero, que se ejecutara en esta máquina. O sea, buscamos torcer un poco la idea original del plan, concebido desde el Primer Mundo, para hacer algo propio del Tercero y más adecuado a este». El trabajo no fue fácil, porque la máquina, por su bajo costo, tiene limitaciones técnicas muy específicas, como no tener disco duro.
«Son solo la placa, el teclado, la pantalla y la pila. Esa placa tiene integrado el procesador de solo 1,1 watt, las memorias, una tarjeta de video, tres puertos USB, conexiones inalámbricas y un transformador», afirma Olivera.
En dieciocho días los programadores de UTUTO generaron un sistema operativo, trabajando casi 22 horas por jornada, y a diferencia del MIT, que casi no proporciona información de lo que hace, conectaron la máquina con el nuevo paquete de programas y la hicieron pública, para que cualquiera viera cómo funciona.
«O sea, antes que darla a nadie en específico, la primera computadora en la cual se puso nuestro sistema operativo estuvo disponible para cualquiera en la zona pobre de Buenos Aires, y libremente en Internet, por lo cual muchísima gente, más de mil usuarios, entraron al sistema de forma remota».
FRAUDE MUNDIAL
En diciembre del año pasado, después de mucha insistencia, el MIT les envió otro prototipo de máquina para experimentar, pero esta vez completamente armada.
«Después de dieciocho correos nos anunciaron que nos iban a enviar un nuevo prototipo y nos llegó una máquina ya armada, que en realidad es muy buena. No obstante, el proyecto, como les decía, tiene cosas oscuras que no nos gustan.
«Por ejemplo, el MIT tiene contratado con una empresa de Luxemburgo un sistema de ubicación satelital de los equipos cuando se mueven, lo cual contradice su mensaje de que es algo «abierto» o «libre», porque permite ubicar a quien tenga uno de estos dispositivos.
«Además, en los contenidos todo indica que estos equipos vienen con un servidor con un disco rígido de 60 gigabytes y un CD con materiales. Este servidor permite la conexión inalámbrica de las máquinas y visualizar los contenidos que están allí».
Igualmente -según explica Olivera- el sistema operativo de la computadora barata, que ha sido elaborado por la empresa de software libre Red Hat, permite solo siete desempeños: conectarse a otro servidor, navegar vía este, jugar algunos jueguitos educativos y utilizar un procesador de texto, entre otros.
«Esto se diferencia de nuestra propuesta, que tiene 250 programas, lo cual convierte esa máquina en una computadora común, con las mismas aplicaciones que cualquier otra. A tal punto es versátil nuestro sistema, que yo impartí mi conferencia y puse mi presentación en pantalla con esta placa».
-¿Eso quiere decir que podría funcionar como una computadora normal?
-Con la propuesta del MIT no, con la de Ututo sí. Esto es solo una máquina. Uno la puede hacer tan buena o tan mala como quiera.
«Nosotros lo que hicimos fue desarrollar un sistema más versátil y sin costo alguno. Cualquiera puede instalarlo en la computadora que quiera, menos en esta pues el MIT, muy «solidariamente» ha bloqueado la posibilidad de instalar otro sistema».
Detrás de todo esto, más que los supuestos objetivos «humanitarios» hay un gran negocio, ya que el MIT no solo ganaría un gran por ciento del dinero por vender esta máquina a los gobiernos, pues solo admite que la compren por cantidades no menor de un millón; sino que además obtendría dinero por el servicio técnico y de reparaciones de estas máquinas.
«La máquina, si bien la idearon ellos, en realidad la hace Quanta, una empresa china, y el MIT le pone un precio por venderla a los gobiernos, ya que no se comercializará a particulares. Además, también cobra por el sistema operativo que le instalan», explica Daniel.
«Ahora sí, han logrado el «milagro» de disfrazar la manipulación de los contenidos».
-¿Por qué?
-El MIT ha desarrollado un paquete tecnológico para el área educativa, supuestamente para reducir la «brecha digital». Nadie está en contra de esto. ¿Donde empieza el problema? En que el MIT ha contratado a la Enciclopedia Virtual Wikipedia para el tema de los contenidos, a partir de que se supone que sean «libres», pues se pueden escribir por cualquiera. «Pero es que esto significa, por ejemplo, que a los niños argentinos les va a enseñar geografía, por no decir historia, alguien que posiblemente no es del país. O sea, que tenemos 85 000 maestros en Argentina y quien les va enseñar geografía a nuestros niños es presumiblemente un norteamericano.
«Ellos se defienden diciendo que cualquiera puede escribir estos contenidos, incluso los maestros, pero es que para eso necesitan una computadora y la mayoría tendrían alguna si esta les llegara alguna vez… con los contenidos ya fabricados.
«Es un sistema espantoso de dominación y manipulación cultural global porque esta computadora viene con sistema de posicionamiento global para ubicar los equipos, otro para bloquear su uso cuando se les antoje a sus creadores y además los contenidos que van a utilizar adolescentes y jóvenes».
SISTEMA ALTERNATIVO
La propuesta de UTUTO de un nuevo sistema operativo para la máquina barata permitirá no solo instalar más programas con su sistema operativo, lo cual garantiza una mayor versatilidad, sino también una visión más solidaria.
«Nosotros consideramos que no hay por qué estar sujeto a los programas que trae de por sí la computadora. Con los nuestros, no solo mejora esta, sino que además, sin costo adicional alguno, pudiera ser muchísimo mejor», afirma Daniel.
Esto propiciaría que cualquiera que lograra producir una computadora similar ya tendría un sistema para ella, gratuito y que puede ser descargado libremente desde Internet.
Solo falta que alguien escuche a estos programadores del Sur, para quienes la ganancia está en que todos aprendan más.