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Homenaje a Jorge Masetti, periodista desaparecido en 1964 en la guerrilla de Salta, Argentina

Con el Che en Sierra Maestra

Fuentes: www.cubasi.cu

Introducción 7 de Junio. En Argentina se celebra el «Día del Periodista», recordando la aparición el 7 de Junio de 1810 de «La Gazeta de Buenos Ayres», dirigida por el revolucionario Mariano Moreno. Pocos se animan a llamarlo así, mejor esconder esa palabra peligrosa, mejor recordar a Moreno como miembro de la Primera Junta, y […]

Introducción

7 de Junio. En Argentina se celebra el «Día del Periodista», recordando la aparición el 7 de Junio de 1810 de «La Gazeta de Buenos Ayres», dirigida por el revolucionario Mariano Moreno. Pocos se animan a llamarlo así, mejor esconder esa palabra peligrosa, mejor recordar a Moreno como miembro de la Primera Junta, y ponerse una escarapela los 25 de mayo. O repartir banderitas para los automovilistas, como lo hicieron los «periodistas» de Radio 10…

Pero ni Moreno, ni muchos otros pusieron su pluma y su palabra al servicio de los poderosos. No fueron escribas a sueldo como los Hadad, Grondona, Neustadt. Le pusieron el cuerpo a sus ideas, se pusieron al servicio del pueblo y asumieron ese compromiso hasta el final. Eso les costó represión, cárcel, torturas, desaparición, muerte.

A ellos homenajeamos, no a los lamebotas del poder, empresarios disfrazados de «periodistas». A los que hicieron de la verdad su pasión, y de denunciar a los que la ocultan, su tarea de honor. A los que dieron su vida por ello, a los que combatieron con la pluma, y cuando hizo falta, con las armas, a los eternos enemigos de nuestro pueblo.

A ellos, este modesto homenaje. Que es a uno de ellos, a uno de los nuestros: un Periodista y un Revolucionario.

Pablo Kilberg



Entre abril y mayo de 1958, Jorge Masetti se convierte en el primer periodista argentino que entrevista a los Comandantes Fidel Castro y Ernesto Che Guevara en plena Sierra Maestra. Quien luego fuera uno de los fundadores de la agencia de noticias cubana ‘Prensa Latina’, vive en carne propia las dificultades y el espíritu con los que combaten los guerrilleros del Ejército Rebelde contra las fuerzas de la dictadura de Batista. Y así también es testigo de la criminal represión con que el régimen, apoyado por Estados Unidos, mantiene aterrorizada a la población cubana.

Jorge Ricardo Masetti fue el primer periodista argentino que ascendió a la Sierra Maestra, en Cuba, para lograr entrevistarse con Fidel Castro y el Che Guevara.

En los meses de abril y mayo de 1958, Masetti vive toda una odisea humana y profesional para lograr su cometido. Entre los peligros que suponían andar por la Cuba de Batista en busca de los Rebeldes que combatían la tiranía y las dificultades naturales que ofrecían las montañas cubanas, este periodista argentino tuvo que subir dos veces a encontrarse con los jefes revolucionarios porque la primera transmisión de las entrevistas no había llegado a destino.

El contacto directo con los hechos, la cercanía directa con los combatientes revolucionarios y con los campesinos cubanos que sufrían en carne propia la represión batistiana, forjaron en Masetti una visión más subjetiva del proceso de lucha que se estaba llevando a cabo en la Isla.

Su primer encuentro con el Che ocurre tras agotadoras jornadas de ascenso, matizadas con lluvias torrenciales, mulas empacadas y espinos por doquier. Al llegar al campamento del comandante guerrillero argentino-cubano, Masetti se entera que Che había salido con un grupo de hombres a intentar emboscar al temible Sánchez Mosquera. Cuando Guevara regresa se encuentra con el periodista argentino que lo estaba esperando. Luego de oír las explicaciones del motivo que traía para hacer las entrevistas, la intención de mostrar al mundo qué se encontraba detrás de la guerra que mantenían, el Che escuchó la primer pregunta de quien años después sería parte de un proyecto de liberación continental más abarcador y concreto:

– ¿Por qué estás aquí?

– Estoy aquí, sencillamente, porque considero que la única forma de liberar a América de dictadores es derribándolos. Ayudando a su caída de cualquier forma. Y cuanto más directa, mejor.

– ¿Y no temés que se pueda calificar tu intervención en los asuntos internos de una patria que no es la tuya, como una intromisión?.

– En primer lugar, yo considero mi patria no solamente Argentina, sino toda América. Tengo antecedentes tan gloriosos como el de Martí y es precisamente en su tierra en donde yo me atengo a su doctrina. Además, no puedo concebir que se llame intromisión al darme personalmente, al darme entero, al ofrecer mi sangre por una causa que considero justa y popular, al ayudar a un pueblo a liberarse de una tiranía, que sí admite la intromisión de una potencia extranjera que le ayuda con armas, con aviones, con dinero y con oficiales instructores. Ningún país hasta ahora ha denunciado la intromisión norteamericana en los asuntos cubanos ni ningún diario acusa a los yanquis de ayudar a Batista a masacrar a su pueblo…

Lo que más asombró a Masetti fue el ver qué tipo de organización se estaba llevando a cabo en plena serranía. Una reforma agraria de las tierras liberadas por el Ejército Rebelde, repartidas entre los campesinos; el reparto del ganado confiscados a las fuerzas batistianas y a los terratenientes de la zona, distribuidas de acuerdo a las necesidades de las familias más humildes; un sistema judicial, inexistente hasta entonces en las montañas cubanas; escuelas, fábricas de armas, zapaterías, panaderías, todo una nueva realidad para una población olvidada y marginada de los beneficios de la economía de Cuba.

– Che – llamé a Guevara susurrando para no despertar a los que habían colgado su hamaca cerca de nosotros – ¿cómo surgieron todas estas cosas? ¿ Ya habían planificado la acción antes de desembarcar?.

– Mucho de lo que estamos haciendo ni lo habíamos soñado. Podría decirse que nos hemos formado revolucionarios en la revolución. Vinimos a voltear a un tirano, pero nos encontramos que esta enorme zona campesina, en donde se va prolongando nuestra lucha, es la más necesita de liberación en toda Cuba. Y sin atenernos a dogmas y a una ortodoxia inflexible y prefijada, le hemos brindado, no el apoyo neutro y declamatorio de muchas revoluciones, sino una ayuda efectiva. No luchamos para ellos en un futuro. Luchamos por ellos ahora. Y consideramos que cada metro de sierra que es nuestro, es más de ellos. Y que, por lo tanto, nada debe demorarles una vida mejor, dado que para el campesinado la revolución ya ha triunfado plenamente.

En su libro ‘Los que luchan y los que lloran’, Jorge Masetti realiza una crónica pormenorizada de las tribulaciones y acontecimientos que rodearon su aventura periodística y la impresión que se plasmara en él sobre la realidad cubana, bajo la sangrienta dictadura de Fulgencio Batista.

Las impresiones recogidas en su libro forman parte del testimonio radiofónico que Masetti transmitiera para varios países latinoamericanos, incluso Argentina. En él también hace sus consideraciones personales y políticas sobre la revolución, las que tras el triunfo de 1° de enero de 1959 lo traerían a Cuba para crear, junto al Che, la agencia de noticias Prensa Latina y en la que trabajarían plumas eminentes del continente como García Márquez y Rodolfo Walsh, entre otros.

En 1963 encabezará el Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP) en la provincia norteña de Salta, en Argentina. Bajo el nombre de Comandante Segundo, Jorge Masetti se puso al frente del proyecto revolucionario que el Che avizoraba para América Latina y confió en el ex corresponsal de Radio Mitre y El Mundo de Buenos Aires, la tarea de conformar un foco guerrillero en su patria.

Esta experiencia guerrillera fue aniquilada por el ejército argentino y jamás pudo conocerse con certeza el destino de Masetti, ni recuperado su cuerpo y el de varios de los combatientes.