La semana pasada entrevisté por teléfono a Alejo Alberdi, músico que fue miembro de Derribos Arias. Alberdi y otro componente del grupo, Juan Verdera, se están reuniendo estos días para poner en común todo el material inédito que han podido reunir sobre Derribos Arias. Tienen la idea de sacar un disco de vinilo, que probablemente […]
La semana pasada entrevisté por teléfono a Alejo Alberdi, músico que fue miembro de Derribos Arias. Alberdi y otro componente del grupo, Juan Verdera, se están reuniendo estos días para poner en común todo el material inédito que han podido reunir sobre Derribos Arias. Tienen la idea de sacar un disco de vinilo, que probablemente será doble y editará la discográfica Munster. Los músicos tienen intención de hacer una selección para pasarlas a mp3 y colgarlas en internet como dominio público. «No sabemos si la SGAE se nos va a echar encima, me dijo, pero no queremos que nos pase como el material editado por las discográficas, que tienen los derechos a perpetuidad». Alejo recordó como las grandes compañías discográficas «ni comen ni dejan comer» a los grupos que en los 80 editaron con ellas y ahora quisieran ver recuperadas sus canciones. Ni las compañías les quieren reeditar ni les dan permiso para que ellos se autoediten o distribuyan gratuitamente las canciones en internet.
Cito más declaraciones de ALejo Alberdi: «el CD está totalmente obsoleto, si a mí me regalan un CD me hacen una faena, prefiero bajarme las cosas antes que tener que pasarlas a mp3 desde un CD».
Ahí estoy muy de acuerdo con Alejo. Aunque todavía me compro algún CD, sólo lo hago si la edición es bonita y no existe en vinilo. Actualmente, casi todos los discos que entran en mi casa son vinilos y la gran mayoría de segunda mano. Aunque de vez en cuando también caen nuevos. No tantos como me gustaría porque el precio es elevado.
En muchas ediciones de hoy día el vinilo viene acompañado del mismo disco en CD, como es el caso de Sounds of the Universe de Depeche Mode, así no es necesario pedir que alguien te preste los archivos en mp3 para poder escucharlo en tu walkman.
También hay quien prefiere hacer una edición en un pincho USB, como Niños del Brasil con su último disco.
Lo que me parece evidente es que el CD es un formato agonizante y que ya no nos interesa. La música, en cambio, nos sigue interesando.
En un artículo pblicado por Albert Cuesta en La Vanguardia hace dos años se decía que actualmente, la capacidad mundial de producción de discos ópticos (que incluye CD, CD-ROM y DVD) es de 58.000 millones de discos al año, mientras que la demanda ‘legítima’ (quiero entender que se refiere a la que está dentro del mercado) es de 28.000 millones de unidades. ¿Y qué ocurre con el resto? Pues que tiene que destruirse y los policarbonatos con los que se fabrican los cds son contaminantes. Existen fábricas de reciclado, por ejemplo la de Bayer, que también era la fabricante del policarbonato Melokron con el que se hacen los cds. Cada año se reciclan cerca de 2.000 toneladas de policarbonato -en forma de 1.400 millones de discos compactos- pero no todas estas toneladas sirven para hacer nuevos cds, ya que depende de si la fábrica en cuestión hace el proceso de una manera o de otra, se obtiene la suficiente calidad como para fabricar más discos compactos con material reciclado. El policarbonato reciclado que no sirve para hacer más cds sirve, por ejemplo, para hacer carcasas de impresoras.
Los primeros CDs se fabricaron en 1982. Aunque los fabricantes aseguran que los CDs tienen una vida útil de 200 años, muchos consumidores denuncian que a los 15 ya comienzan a fallar. Basta con salir y dar una vuelta por la calle o por internet para comprobar como, en el mercado de segunda mano, ya no tiene ningún interés el CD y sí el vinilo. Las tiendas de discos de segunda ya no compran CDs y apenas consiguen vender los que tienen. En eBay es muy difícil conseguir vender, aunque sea por 0,99, ese CD que hace cinco años nos costó 20 euros.
Y, ya para terminar, atención a la siguiente reflexión de Alberdi: «cuando hacemos un mp3, dijo, nosotros decidimos qué calidad va a tener, si 256 kbps, 128, 96 o lo que sea, mientras que cuando haces un CD estás regalando el master». Si Alejo tuviera un grupo ahora afirma rotundamente que no sacaría CDs, lo del vinilo se lo pensaría, pero está seguro de que lo publicaría todo en mp3.
La crisis de la industria musical pasa por comprender que la música se consume de una manera diferente y que el CD está obsoleto, terminado, en desuso, desprestigiado, agonizante, inservible, inútil.
Enlaces:
http://www.interempresas.net/Plastico/Articulos/Articulo.asp?A=6633
http://www.ecuadorciencia.org/blog.asp?id=2435
http://www.consumer.es/web/es/tecnologia/hardware/2006/01/26/148862.php?page=3