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Presentación del libro “La mujer del olvido”, del escritor marroquí Mohammed Berrada

Corrupción, poder bipartido, destrozo social, y somos el final o somos el principio

Fuentes: Rebelión

¿Ha leído usted alguna novela, relato, poema, ensayo,… de un escritor o escritora marroquí?. A pesar de la importancia de Marruecos en la Historia de España, de la trascendencia en nuestra vida diaria, podemos decir que la literatura marroquí nos es desconocida. Por motivos distintos la literatura marroquí nos es desconocida y a la población […]

¿Ha leído usted alguna novela, relato, poema, ensayo,… de un escritor o escritora marroquí?. A pesar de la importancia de Marruecos en la Historia de España, de la trascendencia en nuestra vida diaria, podemos decir que la literatura marroquí nos es desconocida. Por motivos distintos la literatura marroquí nos es desconocida y a la población marroquí le es desconocida la literatura escrita en España. Aquí se leen libros de consumo, y los autores que tienen interés literario o social cuentan con tiradas bajas y sostienen una lucha permanente para estar presentes. En Marruecos la situación es aún peor, más del 50% de la población es analfabeta, y a eso hay que añadir el arrinconamiento dictatorial de la crítica, de las propuestas de cambio social y del conocimiento en general. Un detalle nos muestra el carácter político del rey de Marruecos, del que el borbón heredero del dictador Franco ha dicho que es su hermano: en una entrevista declaró que tenía suficiente con una tercera parte de la población marroquí. Todo es patrimonio de su majestad, vidas y territorio. Franco declaraba que mataría al 50 % de la población española si le fuese necesario para derrotar a la República. Los comentarios sobre los dos se los dejo a usted.

Ahora se ha publicado «La mujer del olvido», su autor es el escritor marroquí Mohammed Berrada, autor de obra muy significativa, merecedora de nuestra atención. Acérquese a sus novelas «El juego del olvido», «Luz evanescente», «La mujer del olvido», «Como un verano irrepetible», «Vidas vecinas», «Lejos del ruido, cerca de la calma», o a su libro de cuentos «Mudar de piel»; además tiene en su haber un libro de correspondencia con el gran escritor marroquí M.Chukri. Cuenta con libros de pensamiento y crítica literaria como «Muhammad Mandur y la teorización de la crítica árabe», «La lengua de la infancia y el sueño: lectura recordando la narrativa marroquí», y «Preguntas de la novela, preguntas de la crítica».

La oportunidad para conocer su creación literaria del mundo marroquí, en tantos aspectos tan parecidos a nuestra vida social y del poder, la tenemos ahora con la publicación en español de «La mujer del olvido».

Si la novela contemporánea se caracteriza por las preguntas, las dudas, las búsquedas personales, los cuestionamientos sociales y humanos, todo lo sembrado en quien lee hace de novela de signos frente a la novela indicativa del siglo XIX, ésta de Mohammed Berrada hace de sus personajes todo lo que corresponde al momento actual, con lo que hace de sus personajes viajeros por territorios que les eran incógnitos y de los que ahora, en la novela, vuelven, son los mundos interiores y exteriores.

El viaje, los viajes, irradian el calor de la causa y el fin, transmiten el extrañamiento necesario en quien lee para que se levante la consiguiente búsqueda del sentido de nuestros actos.

En «La mujer del olvido» se nos cuenta lo acontecido en conexión directa con la reflexión.

No es una novela exótica, eso es nefasto para la novela.

No es una novela en la que cuaje la anécdota, eso también acaba con la novela.

No es una novela que describa lo que otros medios ya describen, con lo que se convierte en un relato verdadero, describe para contarnos algo más con ello.

Hay en la novela un hilo conductor, el de la rebeldía y la denuncia de la situación de la mujer en el ámbito de la familia y la sociedad en general; y a él se abrazan el de la rebeldía por la organización social en clases; el de la rebeldía por la corrupción, que destroza vidas en particular y la convivencia social; el de la rebeldía por el bipartidismo, por la alternancia política; el de la rebeldía por los prostitutos del poder; el de la rebeldía por quienes apuñalan hipócritamente ideas de justicia; el de la rebeldía contra quienes hacen contrabando con el sexo y el género femenino; … y cerramos el círculo.

Hay una cuestión de peso en la novela de Berrada, las lecturas de que se nos habla; los personajes han leído, leen, y leen autores revolucionarios, de vanguardia, transformadores, sus protagonistas leen a Hegel, a Marx, a Freud, escriben, se interesan por la música y la pintura, uno de los protagonistas declara: «¿Captas el significado de sentirse sediento de libertad, de saber, poseer el mundo desde un nuevo método?». El personaje rechaza la antigua opresión, el personaje se siente y quiere ser responsable de su propio destino, por eso busca en la lectura conocimiento. Quiere una sociedad que sienta y anhele ser responsable de su destino, a diferencia de esa sociedad que se aburre, que busca lecturas entretenidas.

Fijaros en sus palabras: «La negación es un punto de partida para descubrir la violencia y la violencia es indicio de revolución y su esencia … Así imaginaba las relaciones y el camino para reconfigurar el mundo. … Lo que ambicionaba cambiar para que las mujeres de mi país pudieran ejercer su libertad. … Una utopía nada excelente, que sería lo opuesto a poner cadenas, al cambalache, la prohibición y la transmisión hereditaria de las costumbres, los valores y el dinero.»

En el 2º capítulo expone la vida del protagonista que pertenece a un partido que ha tenido, muchos años atrás, el interés por el cambio y la mejora social, pero que podrido por la corrupción sólo aspira al beneficio de sus dirigentes, que buscan, como él dice, «la participación en la cadena del cambio», «salvar lo salvable», «establecer conexión directa con el Palacio y sus gerifaltes», «se encontraban en la necesidad de continuar la acción y renovar la organización a través de la participación y el aprendizaje con la consigna secreta de: «hay que moverse». Y es que el protagonista ha vuelto a Rabat y ve que la desigualdad ha crecido. Escucha un discurso con acusaciones de «aburguesamiento», y se pregunta: «¿el aburguesamiento porta el gorro del ocultamiento?», lo que lleva a no integrar a los más débiles de la sociedad, que «corren jadeantes -nos dice- tras el bocado de la supervivencia».

La novela está organizada en cinco capítulos, y para entrar en cada uno de ellos tiene, como si fuese un frontispicio, una frase o unos versos que lo abren. Excepto en el primer capítulo y en el último, sus autores son escritores franceses: René Char, Paul Clodel, Artaud, Genet, Basilí, son autores vanguardistas que hicieron una labor fundamental en la literatura contemporánea, y que respiran en la elaboración temática de «La mujer del olvido».

En el frontispicio del primer capítulo, unos versos, están firmados por M.B., supongo es el autor de la novela, Mohammed Barreda, y dicen así: «¿Acaso no tenemos derecho a / hacer algo / para cuidar de una estrella que / se inclina a su ocaso?»; y en el frontispicio del último capítulo leemos una pregunta y una respuesta, y firma Muhammad Afifi Matar:

«- ¿Acaso nosotros estamos al final?. / – Por el contrario, nosotros somos el principio.»

Los dos autores, M.B. y Muhammad, son marroquíes, los dos hablan de lo que muere y de lo que comienza, y «somos el principio», luego hay esperanza.

En ese «nosotros» primero, y en el siguiente «nosotros somos el principio», estamos incluidos.

Título: La mujer del olvido.

Autor: Mohammed Berrada.

Editorial: CaNt Arabia.

Traducción: Celia Téllez y Mohamed Barrada.

Ramón Pedregal Casanova es autor de «Dietario de crisis», puedes bajártelo de Libros libres, en rebelion.org; y es autor de «Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios», edita Fundación Domingo Malagón.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.