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COVID-19 y sistema de salud siguen llevándose vidas

Fuentes: Conaie.org

A tres meses del impacto de la pandemia, la situación se agrava en Ecuador con la supuesta “nueva normalidad” y las decisiones gubernamentales que debilitan aún más al sistema de Salud y generan más crisis con los recortes presupuestarios, leyes y ajustes de corte neoliberal que implican despidos masivos, desempleo, hambre y miseria.

La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) alerta sobre las decisiones irresponsables del gobierno, como el mecanismo de semaforización, ceder a la presión empresarial y exponer a la clase trabajadora, el desmantelamiento del Sistema de Salud Pública desde el gobierno nacional, así como el servicio deficiente en la red hospitalaria del país y el COE Nacional apresurando la “reactivación económica” con base en datos de nula credibilidad, desorden y desinformación sobre el impacto del Covid-19 han aumentado el riesgo de contagios y la gente sigue muriendo en los hospitales públicos por falta de medicinas y atención, se evidencia además, la devastación a la seguridad social y la opción de clínicas privadas no es viable para las familias populares debido a los altos costos que es imposible asumir en medio de la crisis, el desempleo y precarización laboral; mientras los graves casos de corrupción en hospitales, ministerios, municipios surgen a diario sin que la justicia actúe con celeridad frente al robo descarado de dineros públicos.

La red hospitalaria del Ecuador desde el inicio de la pandemia tuvo serios cuestionamientos hechos por gremios de médicos y especialistas, universidades y entidades científicas, dejando al descubierto la realidad alarmante para enfrentar la propagación del coronavirus, la emergencia sanitaria evidenció que las casas de salud están desprovistas de equipos, medicinas e insumos de bioseguridad, la realidad actual y latente muestra principalmente insuficientes camas en unidades de cuidados intensivos, pocos laboratorios clínicos y médicos especialistas en las áreas que requieren atención más sensible para evitar que la gente siga muriendo.

El escenario es dramático, a tres meses del impacto de la pandemia en el Ecuador se agrava con la apariencia de la “nueva normalidad” junto a las decisiones gubernamentales que debilitan aún más al sistema de Salud y generan más crisis con los recortes presupuestarios, leyes y ajustes de corte neoliberal que implican despidos masivos, desempleo, hambre y miseria. Lenín Moreno y su gobierno indolente e irresponsable realizó un manejo desastroso de la pandemia, priorizando su alianza con las élites empresariales y financieras, el pago de más de USD 324 millones a la deuda externa y aprovechó descaradamente la emergencia sanitaria y el estado de excepción para radicalizar las imposiciones del FMI que fueron contenidas en el levantamiento indígena y popular de octubre de 2019. Mientras, el pueblo continúa esperando su derecho de acceso a la salud, recibir atención digna y garantizar el respeto a la vida, la gente no confía en el sistema de salud pública, el miedo mayor a partir del contagio por Covid-19 es la ineficiencia en los hospitales y casas de salud. 

El escenario es más complejo en las comunidades indígenas, zonas rurales y periferias de las grandes ciudades, pues existe una desigualdad socioeconómica profunda, casas de salud sin infraestructura y equipamiento necesario, escaso personal de salud y especialistas, lo que pone a las poblaciones más vulnerables en un riesgo mayor, la crisis para estos sectores se agravó con las medidas de restricción y movilidad social, que impidió el acceso a alimentos, medicinas y servicios básicos, entre otras necesidades para su supervivencia. El gobierno indolente de Moreno no logró entender que la cuarentena no puede ser la misma en todos los sectores y más en las familias trabajadoras que sostienen la crisis. La amenaza no ha pasado, la pandemia continúa, pero el Gobierno sigue priorizando su alianza empresarial y financiera con los grandes evasores de impuestos, la vida no es la prioridad para Moreno. 

Por el Consejo de Gobierno

Jaime Vargas, presidente de la CONAIE.