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Coyuntura posconsulta popular

Fuentes: Rebelión

Este es un artículo a 3 voces que transcribe un programa que se realizó el día 8 de febrero del 2017, cuatro días después de realizada la consulta, en la radio La Chamiza, transmitido en la XYZ Radio. Contamos con la presencia de Mario Unda, Francisco Muñoz y Napoleón Saltos. El tema que se trató […]


Este es un artículo a 3 voces que transcribe un programa que se realizó el día 8 de febrero del 2017, cuatro días después de realizada la consulta, en la radio La Chamiza, transmitido en la XYZ Radio. Contamos con la presencia de Mario Unda, Francisco Muñoz y Napoleón Saltos. El tema que se trató fue la coyuntura política del país en medio del proceso electoral de Consulta Popular. Se analizaron, entre otras cosas, la correlación de las fuerzas sociales y políticas, los resultados del sufragio, la conformación del bloque en el poder y tendencias económicas, la cultura política heredada y reconfigurada en esta consulta, y la situación del movimiento popular, sus perspectivas y posibilidades de reactivación de la lucha social.

Moderador: Carlos Ordóñez

Buenas tardes a todos los radioescuchas estamos una vez más con el programa La Chamiza política por XYZ radio .   En esta tarde tenemos invitados muy especiales para analizar la consulta popular que en la última semana ha vivido el Ecuador. El día domingo asistimos a las urnas y ya están listos los resultados preliminares de este proceso electoral. E s una consulta que está definiendo el destino político del país . Bueno quiero dar la bienvenida a nuestros invitados. Gracias a Mario Unda, a Francisco Muñoz también a Napoleón Saltos por atender a esta invitación. Estamos muy gustosos de tenerlos en esta mesa de discusión para tener su interpretación sobre la consulta popular y el futuro del país luego de la consulta de febrero del 2018 . Esta consulta despierta mucha expectativa sobre cómo se conforma el consejo de participación ciudadana , con qué fortaleza quedan los distintos partidos y movimientos políticos que se han visto involucrados en la consulta , y sobre todo, cuáles van a ser las políticas que en el futuro se van a implementar en el gobierno de Lenin Moreno .   

Para comenzar quisiera que tratemos los acontecimientos coyunturales que han dado lugar a la consulta para internarnos en el ambiente que hemos vivido en las últimas semanas de posicionamiento de las fuerzas políticas anterior a la consulta , y lo que se vivió en la campaña electoral . Quisiera empezar contigo Mario,   ¿ Cuál es tu interpretación   sobre la coyuntura que hemos vivido en estos últimos meses ?

 

Mario Unda: Esta coyuntura surge de la debilidad en la que entra el gobierno de Lenin Moreno. Triunfa en las elecciones las elecciones de febrero y abril de 2017 arrastrando consigo un fuerte debilitamiento de Alianza Pais y de la capacidad hegemónica de la llamada «revolución ciudadana», incluso de la capacidad de atracción de la imagen de Correa. Un deterioro que comenzó a expresarse ya en las elecciones seccionales de 2014. Apenas un año después de que Correa fuera reelegido con un 56% de votos en el 2013, Alianza Pais perdió sorpresivamente las elecciones para alcaldes en prácticamente todas las capitales provinciales y en los principales centros políticos y económicos del país. Y ese deterioro se expresó en una pérdida de credibilidad en el gobierno, en un aumento de la desconfianza y el rechazo de la población a determinadas medidas del gobierno y de las conductas autoritarias del presidente que permeaban hacia abajo en el aparato estatal y de expandían en la sociedad; en un retorno de la movilización social encabezada por el Frente Unitario de Trabajadores y por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador; en la movilización de unas desencantadas clases medias, que volvieron a mirar hacia la derecha en búsqueda de certezas. Y, finalmente, en las elecciones de 2017. El resultado fue que, entre 2013 y 2017, Alianza Pais perdió un millón y medio de votos. Entonces, Alianza Pais llega triunfante pero debilitado.

Para su suerte, las oposiciones se encontraban en una situación similar. La derecha en este país no está unificada, su capacidad de dirección política también es limitada (por lo menos hasta ahora). El 48% de votos que logró Lasso en las elecciones de 2017 no puede contabilizarse fácilmente como adhesión social a un programa de derecha, sino más bien como un voto de rechazo al gobierno de Correa por los conflictos que generó y por el modo de tramitar esos conflictos. La derecha venía dividida claramente en dos fracciones: una, alrededor de las nuevas formaciones políticas Creo y Suma; otra alrededor del tradicional partido Socialcristiano. Esto no le permitía construir un programa que dispute con ventaja la hegemonía a Alianza Pais -y ello a pesar de una nítida conservadurización del sentido común. Para completar el panorama, la izquierda y los movimientos sociales no lograron aprovechar el impulso de las movilizaciones de 2014 y 2015 para sostener una presencia autónoma y tornaron a una relativa desmovilización que atravesó todo el período electoral y el primer momento de la transición del correísmo al morenismo. De cualquier manera, el retorno de la movilización real y el cerca de 7% de votos en el 2017 muestran que, por lo menos, en el escenario se advierte la posibilidad del crecimiento de una fuerza distinta a la derecha y al populismo.

En estas condiciones, llegado Moreno al gobierno tiene que remontar esta situación de relativa debilidad y lanza primero la línea de los diálogos buscando abrir su espacio político y de legitimidad, pero empieza a recibir casi inmediatamente el ataque de Correa y del correísmo duro, que sienten las políticas de Moreno como una traición y una deslealtad a la figura de Correa, que identifican con el proyecto político. Esto va acelerando el conflicto entre correísmo y morenismo.

Este escenario estuvo atravesado por las denuncias de los casos de corrupción, que llevaron a Moreno a profundizar su deslinde del gobierno anterior y provocaron una tensión prácticamente insoluble al interior de Alianza Pais y, finalmente, esto llevó a la consulta. Así que la consulta debe ser entendida como parte de los intentos del gobierno para recrear las condiciones políticas que le permitan un ejercicio de gobierno para la implementación de su programa.  

¿En qué escenario se encontraba Lenin Moreno cuando plantea la consulta popular?

Francisco Muñoz: Muchas gracias por la invitación. A mí me parece en primer lugar, que hay que tratar de darle sentido y significación a la coyuntura que se vive, donde encontramos muchos dilemas e incertidumbres. Creo que lo que nos permite comprender la situación actual es la transición. En esta perspectiva quisiera plantear algunos elementos críticos de esta que comienzan con la presidencia de Lenin Moreno en mayo y llega hasta la consulta popular en febrero de 2018.

Un primer elemento que quisiera destacar es la posible transición del bloque dominante, del bloque en el poder. La misma que puede expresarse como tensión, propia de la disputa entre fracciones dominantes, o como efectivamente un proceso de nueva configuración relativamente distinto a aquel que hubo en la época del correismo. Una de las contradicciones principales del dominio politico que se vive desde la etapa correista, está dado, por las fuerzas e intereses intermediarios ligados a la fenomenal inversión de la China, por un lado y por otro, los intereses de los sectores vinculados con el capital financiero norteamericano y europeo, que disputan niveles de inversión y niveles de aplicación del capital internacional. En este sentido hay un contexto geopolítico que se requiere considerar como condición de la coyuntura actual y que se refiere básicamente a la disputa y control de la región.

Una segunda transición, que define la coyuntura, está relacionada con el gobierno y la escena política. A mí me parece que – señalo en algún artículo que hice circular estos días- el sentido de esta coyuntura, es la continuidad y ruptura, que crea un campo de ambigüedad objetiva. La categoría transición, comprende aquello que en el proceso se mantiene frente a aquello que se renueva. Es decir entre continuidad y discontinuidad. La continuidad y ruptura es la característica fundamental que está presente en la escena actual en muchas de las manifestaciones que se han dado, como por casos la descomposición del Movimiento correista, Alianza País, el viraje de asambleístas de Alianza País en la Asamblea Nacional, la conducta del Fiscal General aparentemente abierta a seguir en la investigación y sanción a algunos casos de corrupción, como el propio pedido de sanción a Jorge Glas, la conformación del Consejo de Participación Transitorio para evaluar y renovar las instituciones de control, y otros casos. Así esta nueva situación que se ha creado en la coyuntura expresa esta transición.

Un tercer elemento que debe ser analizado en la coyuntura es la transición del régimen político. El tema es verdaderamente complejo y difícil. Puesto que en la aplicación de la pregunta número 3 aprobado en la Consulta de febrero, se encuentra la posibilidad de iniciar la modificación del régimen político. Y que se encuentra expresado en la selección y conformación del Consejo de Participación Transitorio que es una posibilidad cierta para superar aspectos institucionales del control, y una apuesta democrática. Es una  respuesta política sui generis resultado de la presión ciudadana, y adicionalmente, de coincidencia con el gobierno de Moreno. Y en lo inmediato hace posible resolver los grandes problemas de la corrupción que se ha generado en estos diez años de correismo, devolviendo así mismo legitimidad al sistema y régimen.

Sin embargo yo sí sostengo algo que es puntual, y deberíamos pensar y estar atentos, que es el llamado a la instalación de una Asamblea Constituyente o Constitucional que podría efectivamente superar el régimen político concentrador, autoritario y corrupto que hemos vivido. Pero ese es un problema que debe ser referido a la posibilidad de las tendencias en disputa y la correlación de fuerzas, como también a la madurez del proceso y la reconfiguración de actores y tendencias que ciertamente pone de manifiesto un tema de la coyuntura que estamos viviendo

Y el último elemento que planteo es la transición, de los sectores subalternos. Yo sí creo que en este proceso las fuerzas sociales apuntan – y esa debería ser la perspectiva- a la construcción de una voluntad colectiva nacional luego de que Correa obstaculizó y reprimió este desarrollo. Aquí me parece que debe discutirse el tema de la conducta política. Que debió generarse y que debe generarse en la pos consulta y que me parece es la de la coincidencia e independencia de los sectores sociales, más no la subordinación al régimen que ha representado la orientación de algunos sectores sociales y políticos.

Quería plantearte, Napoleón en la misma línea de interpretación de la coyuntura, ¿Qué hechos marcaron el escenario político en el cual Lenin Moreno planteó la consulta?

Napoleón Saltos: Muchas gracias por la invitación. Las elecciones del 2017 no logran resolver la transición política. Asistimos al cierre de ciclo del proceso progresista, lo que sucede no solamente en el Ecuador sino en América Latina. Hay un declive, agotamiento o crisis del modelo de Alianza País, tanto por factores externos como internos. Rafael Correa accede en un doble vacío. Se sustentó en la crisis del régimen neoliberal, la crisis de la hegemonía socialcristiana; y también en el debilitamiento y crisis desde abajo, del bloque social liderado por el movimiento indígena. Llega en un momento de abundancia por el boom de los precios internacionales de las commodities, en particular del petróleo, y de aflojamiento de la dominación directa del poder americano, con el ascenso de las BRICs, especialmente China. Estas circunstancias le permitieron un profundo proceso de modernización capitalista y un recambio del bloque en el poder. La abundancia sustenta un «Estado mágico», que puede moverse, en forma «bonapartista», por encima de los intereses orgánicos de los grupos particulares econ´micos y de poder, y representar el interés general del capital local y la articulación con el capital mundial.

Pero este modelo tiene un agotamiento, que se siente a partir del 2013-2014 bajo la forma de reducción de los ingresos y el papel de Estado. Esto permite el resurgimiento de la oposición, tanto de la oposición oligárquica y tradicional; y la oposición del movimiento popular. Hay una confluencia, que termina en las elecciones del 2017 en un empate político, que se ve reflejado en el estrecho margen del triunfo de Lenin Moreno en la segunda vuelta, con sombra de fraude. Lo que determinó la falta de legitimidad de Moreno y la incapacidad de ejercer gobierno prácticamente en los 8 meses hasta el desenlace de la consulta, la política se mueve en cámara lenta en una especie de stand by.

Entonces, en términos coyunturales se juegan diversos intereses. Prima el objetivo -en el que van a confluir muchas fuerzas- del gobierno desde la lógica de recuperar legitimación, cómo sostener un proyecto, modificar los aspectos que no son aceptables. La derecha, sorprendida por el recambio de Moreno, no puede aprovechar las circunstancias de la consulta para superar la etapa de Correa; y los movimientos sociales también actúan subordinados, esperando que esta coyuntura sea la oportunidad para abrir un cauce para la movilización.

Entonces son varios intereses. Hay una sola lógica del gobierno, hay una lógica de la derecha y hay una lógica de los movimientos sociales. Finalmente se impone, desde el Estado, el control del gobierno. Recordemos que se presentaron alrededor de 2000 posibles preguntas y se concretan en 7 preguntas. El carácter de las preguntas es el que señala el alcance de la consulta. Es una consulta más coyuntural que de proyección estructural, es una consulta más para resolver la legitimidad del gobierno que para sentar las bases de un cambio de la estructura política. El tema económico pasó a segundo plano, en las preguntas hay referencias para legitimar una minería regulada y la explotación controlada del Yasuní. En la consulta no hay un punto de partida para modificar lo que había sido el legado del periodo de Correa, el sistema político autoritario, el sistema normativo y el carácter de la Constitución.

Ahora quisiera tratar el tema de las transiciones, ya habíamos mencionado en la primera parte del programa que estamos en una época de transición, tanto a nivel mundial regional y a nivel nacional. Napoleón quisiera plantearte justamente ese tema. En qué tipo de transiciones estamos inmersos actualmente?

NS: Se superponen varias transiciones. En la coyuntura, una transición del gobierno del ex presidente Correa al gobierno de Lenin Moreno. Aparte de esto tenemos otros momentos. En un tiempo medio, el cierre del ciclo de los gobiernos progresistas que plantea la pregunta sobre la perspectiva y las formas del poder. Y en el tiempo largo, una transición global en el marco de la crisis del capital y de las disputas geopolíticas entre el eje Norte-Sur, liderado por la tríada tradicional USA-UE-Japón, y el eje Este-Oeste, liderado por la alianza China-Rusia.

Muchas decisiones del poder no se toman en el país, sino que tienen un contexto mundial. El período de Correa representó una fuerte modernización dentro de la agenda del capital, con un desplazamiento a nivel geopolítico: un mayor acercamiento al eje del Este-Oeste, sobre todo a China; y un distanciamiento del eje Norte-Sur, liderado por Estados Unidos. China se convierte en nuestro principal acreedor, inversionista en 14 grandes proyectos extractivistas. Aunque ya en el periodo de la escasez, a partir del 2013, hay un reacercamiento al Norte, sobre todo con el Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea que se firma precisamente en ese último período, y con el paso al Plan B en el Yasuní.

Ahora que llega Moreno, se profundizan los realineamientos y la modificación de correlación de fuerzas, una entrada de los intereses del Eje Norte-Sur, liderado por el capital imperialista de Estados Unidos, una normalización de las relaciones con el capital mundial. Un nudo particular se concentra en los temas petroleros y de minería, que son los temas de la gran disputa geopolítica.

Este movimiento marca no sólo lo que pasa en la economía, sino también cuáles son los representantes, cuál es la organización del gabinete, qué tipo de presencias tenemos y hacia dónde va a desembocar la post consulta.

Hay también una transición en el campo de la estructura política que es quizás la más interesante y que hoy podríamos analizar. Los resultados de la Consulta muestran aquella tesis que sostenía Cueva sobre los ciclos del pacto burgués-oligárquico. Podemos rememorar el viejo debate entre Cueva y Quintero, el segundo decía que no existen los suficientes datos, en cambio ahora Cueva le podría decir a Quintero aquí están los datos. Cueva se refiere a la existencia de dos culturas políticas en este país: una de la Costa y otra cultura de la Sierra. Dos formas de construcción de la política y de la economía. Estamos ante un ciclo más largo, el orden que se abre después de la Gloriosa del 44. Desde la Revolución Alfarista hasta el 44, la Costa es el centro del bloque modernizante progresista, hubo momentos, como la Revolución Juliana que la energía modernizante viene de la Sierra, pero en general es más bien la Costa la que lleva adelante la modernización capitalista y las medidas progresistas, más bien la Sierra se presentaba como el centro del polo oligárquico tradicional. Desde la Gloriosa del 44 y luego con la crisis del sistema de hacienda en los 50, hay un desplazamiento de la energía a partir de la movilización y la insurrección desde la Sierra, desde Quito, la presencia de los trabajadores, artesanos, intelectuales, se presenta como un referente de un modelo productivo de modernización. La Costa, por la vía de la representación de la Concentración de Fuerzas Populares (CFP), de Guevara Moreno y luego de los diferentes caudillos populistas locales, y de la oligarquización del Partido Liberal, se presenta más bien con una política tradicional, con una política dependiente del proyecto oligárquico, sobre todo de los grupos agroexportadores.

Estos tipos de cultura y los ciclos del pacto burgués-oligárquico, tienen diferentes dinámicas con varias formas de representación. Correa representa un desplazamiento. En su primera fase, tiene un apoyo sobre todo de la Sierra que es la que le da la victoria en el periodo de la Constituyente, donde existen una serie de definiciones y recambios. A partir del 2010 el electorado de Correa empieza a desplazarse a la Costa. El 30S es un acontecimiento de parte aguas, por ello la relevancia que obtuvo, como mito originario del carácter revolucionario de AP ante los embates golpistas del imperialismo y la oligarquía.

Aquí vemos un ciclo de cultura política de más largo alcance, que es el que también se refleja en los resultados de la Consulta, y es el que está en disputa en términos de representación. Los resultados del SI son marcados en la Sierra y la Amazonía, y llegan a sus puntos más altos en las provincias con presencia del movimiento indígena. Mientras que el NO logra mejores resultados en la Costa, con un triunfo en Manabí.

Para saber qué tipo de régimen existe con Lenin Moreno, podríamos decir hay un regreso débil de la energía de cambio desde la Sierra; pero fundamentalmente hay un replanteo de normalización, de acuerdo, de alianzas público-privadas; ya no hay la necesidad de un bonapartismo, sino de una normalización del manejo económico y del manejo político, una representación más orgánica de las relaciones de poder, tanto local como transnacional.

Mario en este tema de las transiciones, ¿qué complicaciones se presentan a las fuerzas políticas en esta época de transición que vivimos actualmente?

MU: Las complicaciones están a la orden del día porque, tal como se ha venido analizando y explicaron Napoleón y Francisco, esta es una transición compleja que incluye la activación de diversos niveles de transición y esto complica mucho más el asunto. Tenemos una transición, que no está completa, a nivel de la hegemonía del capitalismo global; todavía la relación entre Estados Unidos, China y, eventualmente, Rusia, no está completamente resuelta. En el último período, la desaceleración de la economía China permite un reingreso de la influencia norteamericana en América Latina y, al mismo tiempo, las políticas de Trump implican dificultades para este regreso. El ejemplo más claro es la torpeza de Trump en relación con su fijación por el muro entre México y Estados Unidos y su obsesión de que el muro sea pagado por México. Esto muestra los límites con los que se puede topar la recuperación de la hegemonía norteamericana sobre América Latina.

Sin embargo, al mismo tiempo vivimos una transición de los llamados «progresismos» (los populismos de esta última época) hacia regímenes más liberales. Lo vimos en Argentina, lo vimos en Brasil, en la elección de Chile y de alguna manera lo vivimos de modo distinto en el Ecuador. Como ya se indicaba, al final del gobierno de Correa, y ante la crisis de su modelo de reproducción, se empiezan a retomar determinados elementos de políticas neoliberales. El correísmo acusa al morenismo de abandonar los principios de la «Revolución Ciudadana» y de retornar al neoliberalismo; pero, finalmente, ese rumbo fue iniciado por el propio Correa: fue en su gobierno que se firmó el TLC con Europa, que se aprobó la ley de alianzas público-privadas y que, a su cobijo comenzaron las privatizaciones y se entregaron los puertos a capitales transnacionales; fue en su gobierno que se ofreció a los empresarios reintroducir la flexibilización laboral y aprobar nuevas formas de contratación del trabajo… El Ecuador ya venía con su propia transición al liberalismo, pero con la particularidad de que ella se produce al interior del progresismo.

Pero, además, hay otras transiciones inconclusas en cuanto a la configuración de las distintas fuerzas que están contendiendo en el momento actual. De la derecha ya hablé un poco en el anterior bloque, pero lo mismo podemos ver en el caso de Alianza Pais, que no logró readecuarse a los nuevos desafíos, terminando en una ruptura abierta. Y en los sectores populares la situación es similar en la medida en que todavía no se logra aglutinar una política que retome la iniciativa popular frente a los conflictos que se están desarrollando en la hora actual.

Entonces estamos en un momento harto complejo, que está atravesado por otro elemento del que no se habla mucho, y que tiene que ver con los movimientos de la economía, es decir, cómo se está reconfigurando la economía ecuatoriana, cuál es en concreto la forma y el signo de esta organización capitalista reciente. La economía ecuatoriana en el período de Correa experimentó una expansión gigantesca, la producción se multiplicó por 3 en 10 años; esto implica una expansión capitalista muy grande. Pero, al mismo tiempo, esta expansión capitalista moderniza los modos de ser del capital y de las relaciones sociales que desarrolla o que atrapa. Ciertas empresas de punta ya han introducido la robótica en sus líneas de producción; hay ramas y empresas en las cuales el capital y los procesos de trabajo se globalizan; los grandes capitales subordinan a capitales menores y a la economía popular a través de encadenamientos productivos; se han expandido y profundizado las relaciones mercantiles en casi todos los ámbitos de la vida social; y, al mismo tiempo, se ha verificado una presencia relativamente importante del Estado en la economía, aunque habrá que ver qué ocurre con eso en adelante. Se producen, en fin, formas nuevas de abigarramiento económico y social.

Todo esto implica transformaciones profundas en la constitución de las clases sociales. La burguesía ecuatoriana de ahora no es la misma que la de los años 60; difícilmente se puede hablar ahora de burguesía nacional en el sentido en que se hablaba entonces. Pero el proletariado de ahora tampoco es exactamente el mismo de los setentas. Las clases medias también han tenido mutaciones muy grandes. Y esto ha ocurrido igual en las ciudades que en el campo, rebasando cualquier frontera regional y étnica.

Y qué decir del modo en que las clases se expresan políticamente. Uno de los temas que se discutió siempre es esta dualidad de la representación política de las diversas clases, que se expresan tanto a través de sus organizaciones reivindicativas como a través de las formas políticas: ambas se encuentran fuertemente imbricadas.

¿Qué posibles escenarios no estarían planteando estas transiciones?

FM : Creo que lo principal de la comprensión del momento de la consulta es identificar la característica política sui generis del Ecuador en la región, en el contexto de su derechización neoliberal. Y a partir de allí intentar ubicar las principales contradicciones que se manifiestan en los distintos momentos de la transición. Respecto de lo que aquí se ha dicho sobre las fracciones dominantes en pugna, yo sí creo que el gobierno de Correa y el impulso significativo a la modernización capitalista y tecnocrática en consonancia con la ola modernizadora del capitalismo planetario – que se dio en estos diez años-limitó o prácticamente eliminó esa vieja contradicción que existió históricamente entre oligarquía y burguesía emergente. Y más bien en este periodo de modernización correista se re articularon en formas de organización burguesa, incluso de representación, en torno a la estructuración del bloque dominante. Aquí se debería considerar por caso la oligarquía, a la que representa y ha representado el alcalde de Gye, Jaime Nebot.

Donde se debe poner el acento desde un punto de vista social y de izquierda es en la transición de los sectores subalternos. Y aquí plantearse cómo se va a definir – como he venido afirmando desde tiempo atrás- un programa de transición de período. Que es algo que todavía no se logra formular y que tiene un objetivo fundamental que es construir la contra hegemonía desde abajo a través de la movilización y la resistencia afianzando la autonomía. Esto es fundamental en la transición y es la que hay que calibrar tomando en cuenta la característica sui generis de la salida política coyuntural del Ecuador.

En esta perspectiva habría que examinar el contexto regional y tratar de esclarecer qué significa la transición en América Latina hoy. ¿Es efectivamente una transición neoliberal que deja atrás los procesos llamados «progresistas» que se dieron en el inmediato pasado? O ¿cabe pensar la posibilidad de un quiebre, una reacción política en el contexto geopolítico regional y que podría estar en la condición sui generis del Ecuador? Estas son problemáticas fundamentales a dilucidar. Claro que la condición sui generis no es un tema subjetivo sino que nace de una situación de realidad y correlación de fuerzas que hay que saberlas calibrar suficientemente. Porque de eso dependerán las posibilidades de la actuación táctica de las fuerzas sociales y de izquierda. Ahí me parece que está la clave. Es decir la necesidad de empujar una salida al reflujo en el que ha devenido el movimiento social en el último período y trazar la línea de una perspectiva distinta. Ahí es donde vuelvo a insistir en el tema de la necesidad de definir una conducta de coincidencia e independencia o autonomía del movimiento social. La debilidad actual de los sectores subalternos, sociales populares, lleva a que se actúe con inteligencia y cautela, y en esta medida la posibilidad de la coincidencia con el régimen en base a las exigencias y las demandas sociales y democráticas y no la subordinación. Y eso plantea la necesidad, -como clave de la transacción que vivimos- de un programa de periodo donde el eje fundamental sea construir las condiciones de la contra hegemonía.

En esta parte quisiera que podamos tener una interpretación sobre los resultados que ha tenido la consulta . Si bien es cierto que la ganancia del Sí tuvo una amplia mayoría .   ¿Qué detalles podemos encontrar en los datos, qué tendencia se pueden ir coligiendo, tanto a nivel regional , como por provincia . Bueno, Mario, quisiera darte la palabra en ese sentido .   ¿   ómo has visto los resultados de la consulta?

MU: Se pueden hacer varias lecturas . A primera vista, la diversidad regional de los resultados , de lo que ya Napoleón hablaba, de esas culturas políticas distintas que se traducen en comportamientos electorales marcadamente diferenciados. Esto se expresa de manera clara al comparar la votación en Manabí con la del resto del país: fue la única provincia donde triunfaron las tres preguntas correístas. Ese es un tema para profundizar. Por de pronto, podemos decir que tiene relación con un desplazamiento de las preferencias electorales. Al inicio del período, en la primera vuelta de 2006, Correa tuvo el apoyo de la Sierra urbana, particularmente de los sectores medios; para esa según da vuelta -el primer triunfo de Correa- se le sumó el apoyo de la Sierra rural, indígena sobre todo. Pero en las elecciones siguientes, su respaldo comenzó a trasladarse hacia la Costa, con especial énfasis desde la consulta para «meter las manos en la justicia», en 2011, cuando ya comienza a perder el apoyo de los sectores indígenas. A la vuelta del tiempo, la consulta de 2017 encuentra al correísmo como una expresión política mayormente costeña. Al mismo tiempo, ello nos lleva a reflexionar sobre la presencia de otros ejes que están configurando el comportamiento electoral y la conciencia política en el Ecuador: Costa-Sierra, urbano-rural, clase-etnia.

Otro elemento determinante fue el voto en plancha; el voto por el «Sí» es consistente: donde gana, lo hace con resultados parejos . Lo mismo pasa con el «No». El correísmo jugó a un doble planchazo . Una plancha era «todo No», y su impacto se revela en la votación que alcanzaron las preguntas 1 y 4, a las cuales, prácticamente desde cualquier lógica, el ciudadano debía haber dicho que «Sí»; no obstante, tuvieron entre 20 y 30% . El segundo planchazo correísta fue ron las preguntas 2, 3 y 6 , en las que se jugaba el poder presente y futuro del correísmo. Poder presente en la mantención del Consejo de Participación Ciudadana y por lo tanto de todas las instancias del Estado nombradas por ese Consejo; no hay que perder de vista que, hasta ahora, el correísmo sigue controlando parte del aparato de Estado, aunque no controle el gobierno. Poder futuro en el rechazo a que se elimine la reelección in definida para que Correa -el caudillo- pueda seguir siendo candidato eternamente y asegure la continuidad de la presencia política de los grupos articulados alrededor de la figura de Correa . Adicionalmente, el correísmo buscaba resguardar una suerte de poder simbólico, convertido en bandera ideológica , más propagandística que real, alrededor de la pregunta sobre la ley de plusvalía . El «No» a esta pregunta llegó a tener entre 30 y 40% en diversas provincias, y 58% en Manabí .

Los resultados de la consulta son el inicio de la reconfiguración del campo de fuerzas político, pero, por de pronto, prácticamente todos ganaron en algo, y todos perdieron un poco. El correísmo es ampliamente derrotado: no logró triunfar en ninguna de las preguntas que quiso salvar y gana en una sola provincia , pero la cantidad de votos que obtiene le permite salir triunfante pues le facilita su existencia futura. Moreno sale triunfante porque las 7 preguntas fueron aprobadas por la población y obtiene finalmente al respaldo de 75% de los votantes, bastante más que lo alcanzado por Correa en su consulta de 2011. Aunque es cierto que no pueden tomarse los votos como un «cheque en blanco», lo cierto es que recupera un aire de legitimación que pudiera haber estado perdiendo por la fractura de AP, el destape de casos de corrupción y los cuestionamientos de la derecha y del correísmo. Las derechas pueden reclamar ser parte del triunfo electoral y tratar de aprovechar las circunstancias para incrementar su presión en pro de un retorno hacia el neoliberalismo. Los movimientos sociales y las izquierdas pueden ver el resultado como un paso en dirección a la democratización del país y a la recuperación de derechos conculcados en la década correísta. Pero, probablemente, ninguno de los contendientes pueda capitalizar todo lo que pretende: a fin de cuentas, una votación no resuelve las debilidades en que cada cual ha llegado a la contienda. El escenario continuará abierto -no sabemos por cuánto tiempo más- y su resolución dependerá del juego de presiones que comenzaron ciertamente antes de la consulta.

FM: yo diría que los específicos datos electorales de la consulta, hay que interpretarlos, en primer lugar, políticamente. Me parece que la consulta, resultado de la presión social y ciudadana, es un triunfo significativo canalizado por Moreno. Que afianza la conducción hegemónico gubernamental. Aunque me parece que debe tomarse en cuenta que en ese resultado electoral se mantiene la posibilidad de la acción política del correismo. Yo no creo que el correismo tenga 35%. Pero si creo qué puede hablarse de un voto duro del 20 al 25%. Políticamente ha dado una señal de su fuerza y el correismo puede reconstituirse legalmente. Sociológicamente creo que hay mucha tela que cortar. Habrá que hacer un análisis más minucioso y extraer conclusiones algunas de las cuales ha manifestado Mario, y que permitirá un examen del comportamiento de la población, en términos regionales, sociales, de género y etarios. Y que dará pistas de un proceso de reconfiguración de tendencias y representaciones políticas en el Ecuador de hoy

Pero más allá de este análisis sociológico y político, yo plantearía la necesidad de examinar las incertidumbres que se abren en este periodo, que es donde me parece que hay que poner la atención y la posibilidad de comprensión de la coyuntura pos-Consulta como de actuación político táctica de las fuerzas sociales. Una primera incertidumbre es aquella que expresa la posibilidad de una crisis política. Vale decir que el momento actual podría abrir una situación de crisis parecida a aquellas que se dieron antes del periodo correista, donde estarían en juego los temas jurídico político, ideológico y el tema de la hegemonía sobre determinados por la situación económica difícil y el posible programa económico del gobierno presionado por las posiciones neoliberales. Habrá que ver hasta dónde es posible y si eso se expresa en un equilibrio inestable.

La segunda incertidumbre es la que yo vengo insistiendo permanentemente. ¿Hasta qué punto las fuerzas sociales y el movimiento social tienen condiciones efectivas para su recuperación? ¿Esta acción política desde abajo a través de la movilización y la resistencia tiene condiciones en la pos consulta para recuperarse e incidir en la orientación de la coyuntura y hacer posible un programa de transición? Que se observa en las últimas semanas concretado a través de las distintas expresiones sociales, en el marco del dialogo y de las demandas generadas hacia el gobierno.

Y me parece que hay una tercera. No muy clara todavía, que es ¿cuál es y cuál podría ser en la pos-Consulta el cambio en la correlación de fuerzas del grupo dominante? Y este quizás es un tema crucial donde se debe considerar la mantención de la disputa entre distintas fracciones que tienen por objetivo elevar la cuota de ganancia y acumulación y en consecuencia reducir la inversión estatal, que podría llevar al desmantelamiento del estado y la privatización. Como también considerar las características que se dan en el proceso de configuración en la escena de las fuerzas sociales y movimientos políticos donde se observa las representaciones políticas de la derecha, del centro que pululan por ahí dispersas, y la propia representación de los sectores sociales. Me parece que en este sentido la pregunta principal es: ¿Hasta dónde el bloque dominante logra configurar una perspectiva de estabilidad, de normalización como dice N. Saltos, que le permita imponer en el proceso de definiciones de política económica, como política social y democrática que debería asumir el gobierno. Y es en esta línea de política económica que se ha venido debatiendo a nivel de la academia y la sociedad civil, en torno a una salida ortodoxa neoliberal o heterodoxa. Esto ciertamente encarna incertidumbre.

Se decía que los resultados no pueden atribuirse directamente a un grupo social, sino que más bien expresan una realidad bastante compleja, ¿cuál es tu opinión Napoleón sobre los resultados políticos y sociales que dejan esta consulta ?

NS: Los resultados de la elección se mueven en la representación y hay que ver qué pasa en el campo de la presentación del juego de fuerzas . Efectivamente , un primer fenómeno que ha notado Mario es este movimiento de ciclos de cultura política , vemos que aquí hay una continuidad en el desplazamiento del apoyo a Correa hacia la costa . Y eso toma una forma de representación política, a la que se suma el agotamiento de la representación bonapartista y un asentamiento orgánico . Aparece entonces un campo de disputa , pero no ha cambiado el ciclo . Hay formas de representación que varían , pero no cambia el ciclo, según vemos en los resultados .

En términos geográficos hay que destacar un segundo aspecto . En las provincias en las cuales hay una presencia fuerte del movimiento indígena hay un resultado más alto del S í . Hablamos de Cotopaxi , Chimborazo, Bolívar, Cañar, sí como de las provincias de la Amazonía. Donde la representación de las fuerzas políticas y de los actores sociales juega un papel más fuerte, se logra la sumatoria , una coincidencia con la derecha y el sector morenista , pero con su propia forma, es una diferencia que está , precisamente , en la brecha del porcentaje .

Qué pasa en cambio respecto al polo oligárquico que tiene principalmente su asentamiento en la costa . El debilitamiento no es sólo Manabí, sino también Guayas, El Oro y Los Ríos . Los porcentajes del SI giran por debajo del 60 % y cerca del 50%. Allí la disputa de representación entre Correa y las formas tradicionales del poder es mucho más fuerte, porque se mueven en un terreno común .

Los resultados electorales desatan en el escenario ciertos signos de empate político entre las diferentes fuerzas y proyectos políticos . El triunfo de la propuesta del gobierno, le permite una legitimación . Pero el triunfalismo del 80/20 anunciado es contraproducente, crea un estado de consciencia que el resultado , aun siendo históricamente importante , tenga simbólicamente un límite . Correa logra mantener una presencia importante, si bien no se le puede asignar el 33% del NO, como pretende, pero quizás puede contar con un apoyo del 20-22%; aunque es más bien el techo. Si aplicamos una aritmética electoral simple, en el 65% del SI, el aporte de Lenin estaría, en torno al 14-15%, pues hay que partir del 50% de la oposición en la segunda vuelta. [1]

La salida de Correa del escenario político directo, después de 10 años de copamiento en la escena, debilita los referentes. Entramos en un período de reordenamiento de las representaciones; y si bien hay incertidumbres y pantanos, la derecha tiene posibilidades de reentrar en un nuevo ciclo.

Las salidas son de carácter coyuntural como hemos visto. Después de la consulta el tema pasará a la disputa de la reconstitución de la institucionalidad . Ahí se va n a definir las fuerzas . ¿ Qué carácter va a tener el Consejo de Participación Ciudadana transitorio? La tendencia es que vamos a tener un CPCCS resultado del reparto político , un Consejo que combine representación política con alguna voz social . ¿Qué fortaleza va a tener eso en el siguiente período ? La disputa va a estar entre un Consejo que asuma el poder «constituyente» proveniente del mandato de la Consulta en el ámbito de la consulta, cumplir el mandato «que se vayan todos» los organismos de control; o reducir la actuación a un reordenamiento que se subordine a los juegos de poder, al cálculo de reparto de puestos.

Pero no se trata solo de la pregunta tres, sino del espíritu sobre el patrón de acumulación extractivista y el sentido punitivo de la lucha contra la corrupción y la violencia contra los niños y las niñas contenidos en las otras preguntas. Un momento de catarsis y de apuntalamiento para el SI en las preguntas políticas.

El gran límite histórico, no sólo en esta coyuntura sino en todo el siglo , parte de las propias fuerzas de izquierda y de las fuerzas populares . Nos hemos educado en una estrategia del mal menor , siempre estamos buscando cuál es el sector más progresista con el cual tenemos que coincidir. La preocupación primera es ver qué pasa arriba para saber cuál es el menos peligroso .

En estos ocho meses ha predominado la lucha anti, desmontar el correísmo. Después del resultado, se abre un panorama en el cual se pueden tomar iniciativas y se puede mirar al revés , preguntarnos ¿ cuáles son las condiciones de consolidación de una fuerza autónoma, desde las cuales podemos luchar y enfrentar a las otras posiciones, a los dos polos de poder, sin quedarnos empantanados en la elección entre Correa y Moreno ? ¿ Qué significa autonomía ? No sólo golpear al sector que representa Correa, porque ahora se complica el asunto . No una bipolaridad , sino que se debe enfrentar a la política de Correa y hay que enfrentar a la política y resurgimiento de las posiciones neoliberales tradicionales que entran con fuerza a presionar , y también hay que tener una política de exigencia frente al gobierno .

Para resumir, se requiere una política de autonomía y reconformación de la propia fuerza política de enfrentamiento y continuidad a l a oposición a Correa ; política de enfrentamiento al retorno de políticas neoliberales desde el polo oligárquico y el dominio imperialista ; y política de exigencia ante el gobierno . Ese tipo de estrategia múltiple es lo que permitirá recobrar un cierto grado de identidad de parte de la lucha popular.

A manera de conclusión quisiera tratar este tema de la post consulta por ser un tema que abarca diferentes aspectos . A mí me despiertan varias interrogantes del senario Pos consulta . Napoleón mencionaba Cómo quedará conformado el consejo de participación ciudadana , para eso el gobierno debe lograr una mayor ía en Asamblea . También Cuáles son las políticas a futuro del gobierno luego de haber logrado este resultado de legitimidad que le da la consulta . A qué presiones responderá el gobierno de Moreno , ya se hablaba de las presiones del bloque oligárquico por imponer su línea neoliberal , y está también la propuesta de la comisión anticorrupción de su lista de personas para el consejo de participación ciudadana . Entonces ¿ Cuál sería este escenario post consulta qué previsiones y perspectivas podemos dar de aquí a futuro?  

MU: El escenario inmediato va a ser de confrontaciones y de luchas, buscando todos reconfigurar el mapa de las relaciones de fuerzas . Ya ha quedado claro lo que hay en cuanto a las fuerzas que están en la disputa. La una es la derecha, entendiendo por tal sus expresiones gremiales (las Cámaras empresariales), políticas (los partidos y movimientos) e ideológicas (la prensa, ciertas universidades, grupos de pensamiento, etc.). Otra es el corre ismo que, aunque golpeado, ha demostrado que todavía tiene fuerza. La tercera es el morenismo, el gobierno nacional, que intenta fortalecerse mediando las contradicciones y los intereses de todos los demás. Y la cuarta es algo que por ahora se encuentra todavía en estado potencial: las posibilidades de recomposición del movimiento popular .

Probablemente, las luchas se van a concentrar básicamente en un puñado de temas. El primero -hablando desde la perspectiva del movimiento popular- es lo que podríamos denominar una redemocratización del país; tiene que ver con el cambio del Consejo de Participación y con lo que haga el Consejo transitorio; pero, detrás de ello, básicamente si se desmontan o no los mecanismos e instrumentos jurídicos, administrativos, legales y también personales a través de los cuales el correísmo se hizo con el poder autoritario y atacó a diestra y siniestra pero, sobre todo, al movimiento popular; por lo tanto, tiene que ver con la posibilidad de recuperar los derechos conculcados en la década pasada. Evidentemente, dentro de este eje se disputa, desde la perspectiva de la «revolución ciudadana», cuál de las dos alas queda con el control del aparato del estado, con las relaciones privilegiadas con al menos algunos sectores del capital y con la influencia sobre la conciencia social. Mientras que, desde la perspectiva de la derecha se juega la representación política de la burguesía, sus posibilidades de atraer tras de sí a importantes capas de las clases subalternas, la ansiedad por influir en el aparato del Estado e ir acomodándolo a sus ilusiones de un retorno neoliberal.

El segundo eje de la conflictividad va a girar alrededor la economía . En la consulta, aparecía en las preguntas sobre la minería, el Yasuní y la ley de la plusvalía . Claro que la consulta no resuelve el conflicto: sólo abre un nuevo momento en su desarrollo, sobre todo porque queda pendiente el programa económico, impuestos, privatizaciones, flexibilización laboral, despidos, contención de los salarios, reducción de la inversión pública. Esto no se reduce sólo a legislación, que puede ser modificada o no en el escenario posterior a la consulta, sino que atañe a las relaciones prácticas entre las clases. Y más en un momento en que las clases trabajadoras están sufriendo un fuerte embate por parte de los empresarios, empeñados en reducir el número de trabajadores, en limitar la acción sindical, en minar la confianza de los trabajadores y en hacer retroceder la contratación colectiva .

FM : Creo que la pregunta clave que hay que hacerse y que también nos hacíamos antes, es si el movimiento social, los sindicatos, los indígenas y sectores medios, tienen condiciones para salir de la situación de reflujo. Es un análisis de filigrana. De carácter organizativo e ideológico. Como también se requiere hacer un examen referido al modo cómo actúa el gobierno y el bloque dominante en determinados temas álgidos, como es por ejemplo -decía Mario- la política económica. Ahí no cabe la menor duda. Se quiere zanjar desde ciertos intereses una política económica desde un impulso neoliberal y en esta medida poner de manifiesto la continuidad con el último tramo del correismo. En eso está la derecha, en eso están los principales grupos dominantes. Y habría que ver cuál es la respuesta del gobierno de Moreno. En principio ha dado una pauta en una reunión con la prensa internacional cuando ha afirmado: «yo con el neoliberalismo nunca».

Yo creo que es necesario asumir en la coyuntura una posición. En realidad la experiencia del movimiento popular- se ha dicho- ha sido negativa al subordinarse al mal menor. Pero esta comprensión no está suficientemente balanceada. Sin duda fue un error cometido en el pasado inmediato. Y si antes hubo ese error de subordinación al mal menor, no quiere decir que ahora en la coyuntura no se atienda a determinadas circunstancias, que expresan disputas en las políticas entre diferentes sectores y fracciones en la representación y en el bloque dominante. Y que ese contexto debe ser considerado como una de las condiciones que deben tomarse en cuenta para el efectivo desarrollo autónomo del movimiento social y la izquierda. Que se constituye en la clave de la transición. Por eso a mí me parece que en la comprensión de la coyuntura hay sectores que tienden a ver el tema de la coincidencia e independencia como un dualismo maniqueo. Estos dos aspectos hay que interrelacionarlos dialécticamente, porque de lo contrario promovemos un voluntarismo estéril. Le ha pasado a la izquierda antes y puede volverle a suceder.

Hay que hacer un balance crítico de lo que ocurrió en el pasado. Y entender que un camino de análisis y uso de las condiciones para mejorar la correlación de fuerzas y salir del reflujo del movimiento popular puede darse en el momento actual, precisamente, en esta sui generis coyuntura del Ecuador de hoy. Por supuesto si sabemos actuar tácticamente en perspectiva estratégica.

 

NS: Hay que unir dos tiempos , el tiempo más corto de la táctica y el tiempo largo de la estrategia . Y ése es otro debate, ¿ hasta dónde avanza este ciclo ?

Las salidas que se están dando al conflicto político y al conflicto económico están marcadas por una serie de incertidumbres , y pueden llevar a un desenlace de crisis económica y crisis política más estructurales . Ése es el horizonte al que debemos prepararnos . Es difícil poner tiempo, pero más o menos en 5 años habrá una coyuntura en la que el sistema de representación tenga nuevamente problemas profundos y también el sistema económico, al no haber formas de resolver el nudo de la acumulación y la dependencia, y al agotarse los juegos de reparto arriba . El modelo económico se sostiene en bases rentistas y especulativas y no hay fundamentos productivos y de acumulación interna. Cuando el pleito se queda arriba, como disputa entre fracciones de poder, en términos de Cueva entre el polo oligárquico y el polo burgués-progresista, se juega la política como reparto de cargos, como «policy». Sólo cuando en el pleito pueden intervenir con autonomía los de abajo, hay política, posibilidad de cambio. Esto exige una planificación al revés . Condicionar la táctica a la estrategia, líneas de acumulación y reorganización de fuerzas , para prepararnos al desenlace del ciclo .

Hay dos temas inmediatos . El uno es el tema democrático , c ó mo se reconstituye la institucional idad del Estado , quién controla la representación en la coyuntura . No hay todavía visos de parte de Lenin Moreno de una voluntad para desmontar la herencia normativa en la cual se origina la estructura autoritaria antidemocrática ; eso exigiría una voluntad de realizar una Asamblea Constituyente . Ahora se buscó una salida inmediata de reconstitución de los organismos , especialmente del Consejo de Participación transitorio . Ahí hay una disputa de representación ante las presiones de la derecha. Ése puede ser el terreno de coincidencia con Moreno .

En el tema económico se observa más continuidad que cambios . No sólo en los diez meses del gobierno actual , sino en la proyección , estamos frente a una disyuntiva entre dos modelos fracasados : De un lado, las presiones de las Cámaras empresariales, de los economistas ortodoxos por reimplantar un «programa de austeridad» como salida a la crisis, nuevamente las fórmulas del neoliberalismo con algunos adornos nuevos, otra vez el sacrificio de los de abajo, para garantizar la recuperación del capital local y transnacional, para dar confianza a las inversiones externas, para el funcionamiento del «libre mercado», para la expropiación de los bienes públicos. Y de otro, el modelo fracasado de Correa , pero que ha dejado líneas maestras que conforman la orientación del actual gobierno . Precisamente cuando Moreno dice que no va a pactar con la derecha , se refiere a mantener las políticas del anterior gobierno , como las alianzas público privadas . Si vemos las cartas y el discurso de Moreno van en esa dirección . El tema del TLC con Estados Unidos no es un tema desconocido por Moreno , lo proponen públicamente los ministros como solución, es un tema del mismo presidente; igual en el tema de las privatizaciones, de la deuda externa, del extractivismo controlado, de las alianzas público-privadas . E n el aspecto económico va a haber más continuidad que cambios; y es allí donde tiene que concentrarse los acumulados del movimiento contra el extractivismo , contra el modelo financiero, contra las nuevas formas de dominio de las transnacionales. Todavía hay debilidad para levantar un proyecto alternativo.

La coyuntura postconsulta va significar un realineamiento de fuerzas. Yo soy optimista , existen, por un corto período, condiciones favorables para la reconstitución del movimiento popular en forma autónoma .

Nota:

[1] No es posible realizar asignaciones directas, mecánicas. En encuestas sobre los partidos realizadas en estos días, apenas el 25% señala adscripción a algún partido. AP de Moreno sigue teniendo el respaldo mayor, en torno al 8%, pero desciende del 32% que tenía hace un año. Las fuerzas de la derecha se ubican por debajo del 6%, pero el PSC tiene un ligero repunte. La debilidad de la izquierda es marcada. Históricamente, Pachakutik se ha colocado en torno al 3%.

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