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Crónica gloriosa de un día cualquiera

Fuentes: Rebelión

El presidente proclama el fin de la pobreza. El ministro de Economía asegura el fin de la inflación. El ministro del Ejército anuncia el fin de la guerra. El ministro de Trabajo informa el fin del desempleo. El ministro de Deportes confía en el fin de la derrota. El ministro de Justicia declara el fin […]

El presidente proclama el fin de la pobreza.

El ministro de Economía asegura el fin de la inflación.

El ministro del Ejército anuncia el fin de la guerra.

El ministro de Trabajo informa el fin del desempleo.

El ministro de Deportes confía en el fin de la derrota.

El ministro de Justicia declara el fin de la corrupción.

El Ayuntamiento se compromete con el fin de la basura.

El ministro de Educación comunica el fin del analfabetismo.

El ministro de Salud festeja el fin de la enfermedad.

Aduanas da cuenta del fin del contrabando.

La Policía celebra el fin de la delincuencia.

Las empresas eléctricas anticipan el fin de los apagones.

El Banco Central advierte en fin de la recesión.

La DEA insiste en el fin de las adicciones.

Los historiadores garantizan el fin de la memoria.

Los políticos pactan el fin de las ideologías.

Los patriotas se congratulan por el fin de la colonia.

Los comerciantes reiteran el fin del agiotismo.

La Iglesia Católica confirma el fin de los pecados.

Otras iglesias aseguran el fin del mundo

Yo estoy loco por declarar el fin de la demagogia…

pero todavía no me atrevo.