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Crónica sobre la visita de la Defensoría Popular a Europa

Fuentes: Rebelión

No era la mejor fecha de viaje. Teníamos poco tiempo para armar agendas, dudas logísticas, y un invierno prematuro que complicaba algunas cosas. Pero era esta o esta, y no la íbamos a desperdiciar. Con esperanza y voluntad colectiva le dimos pa’elante acordándonos del clásico «uno propone y Dios dispone» que decían las abuelitas, aunque […]

No era la mejor fecha de viaje. Teníamos poco tiempo para armar agendas, dudas logísticas, y un invierno prematuro que complicaba algunas cosas.

Pero era esta o esta, y no la íbamos a desperdiciar. Con esperanza y voluntad colectiva le dimos pa’elante acordándonos del clásico «uno propone y Dios dispone» que decían las abuelitas, aunque parafraseándolo en un más adecuado «uno propone y la lucha de clases dispone»… Fue así como nos coordinamos, y sobrepasando nuestras legítimas diferencias, trabajamos codo a codo para hacer posible la visita de la Defensoría Popular a tierras europeas.

María Rivera y Rodrigo Román llegaron a París el 22 de noviembre y no pasaron piola. No porque quisieran, sino por el show que se mandó la policía francesa brindándoles la bienvenida que guardan para «personas non gratas». Y sí, ese era el mensaje que estaba detrás de la detención injustificada, provocadora e irrespetuosa que sufrió María Rivera en el aeropuerto Charles de Gaulle.

Como más tarde nos contó, le retuvieron el pasaporte pidiéndole pasar a una sala de espera donde algunos agentes verificarían sus datos.

«Sala de espera», esos espacios que el antropólogo francés Marc Augé clasifica entre los «no lugares», donde nada está dejado al azar. Acción dramatúrgica que incluye un conjunto de dispositivos de infraestructura, corporales, y de lenguaje, diseñados para transmitir tensión e intimidar a lxs sospechxs. Interrogatorio vano de todas maneras, porque en el caso de María la documentación estaba en regla: pasaporte, seguros, dinero, direcciones de llegada e itinerarios. Nada fuera de la ley. Y ellos, desde antes, lo sabían.

Se trataba entonces solamente de poner en escena las viejas técnicas del amedrentamiento psicológico contra lxs disidentes. Estrategias a veces sutiles, y otras no tanto, a través de las cuales quienes detentan el poder se encargan de recordarnos nuestra vulnerabilidad, buscando quebrantar convicciones y persuadir propósitos.

María resistió la afrenta aunque salió conmovida (como cualquiera en su lugar), rabiosa por la vejación, inquieta tras comprobar la cantidad de información que manejaban sobre ella, turbada por la manera en que le mostraban en pantalla detalles de un pasado político -del que por cierto se siente orgullosa- como si fuera un prontuario.

No queda lugar a dudas, la coordinación existente entre las policías chilena y francesa para transmitir datos de viajeros «molestosos» es casi perfecta.

«Casi» decimos, no porque les falte información, sino porque más allá del disgusto, episodios como este refuerzan la magnitud del fenómeno que nuestros amigos venían a denunciar: la represión que sufren quienes enfrentan el poder estatal, el trato delincuencial dispensado a lxs que reclaman derechos humanos y ciudadanos conculcados.

Pero como esto recién empezaba dejamos el recibimiento para el anecdotario, y partimos esa misma noche con un conversatorio internacional sobre… adivine: LA CRIMINALIZACIÓN DE LA PROTESTA SOCIAL EN CHILE.

Tremendo comienzo, lleno de simbolismo: sala repleta, honrados de ser recibidos por Lucio Urtubia, mítico anarco internacionalista vasco, en un espacio dedicado a Louise Michel, esa feminista emblemática de la Comuna de París, revolución hecha por y para los obreros a fines del XIX, fraguada en estos mismos barrios al Este de la ciudad.

En casi 3 horas de exposición y debate, Rodrigo Román explicó los propósitos y desafíos de la Defensoría Popular, contó de manera pedagógica cómo operan las instituciones estatales chilenas, y desenrollando historias fue mostrándonos la manera en que se construye el imaginario colectivo de la criminalización. Ese que ante la opinión pública nos convierte en terroristas, por ejemplo, por andar de negro, ser vegetariano y vivir en una casa okupa; por ser mapuche, reivindicar territorios y usar poncho; por exigir el derecho humano al agua o a una vivienda digna; o solamente por gritar con vehemencia el deseo de transformación social en cualquier manifestación.

Siguieron a esa primera actividad días y semanas cargados. Reuniones con organizaciones y personalidades que defienden los derechos sociales se sucedieron en Ginebra, Bruselas, Berlín y Madrid. Encuentros que permitieron tejer lazos, reforzar fraternidades, y mostrar sin ambages la verdadera cara de Chile.

Ese Chile donde el 50% de los trabajadores gana menos de $250.000 mensuales (según datos de la Fundación Sol), donde la modernización se tradujo en endeudamiento e individuación, donde la relación entre dinero y política ha marginado a lxs ciudadadxs del espacio de toma de decisiones, y donde la distribución del ingreso es tan indecente que ni siquiera el problema son ya los ricos, sino los «súper ricos» (ver artículo), esos que ganan en un día lo que un trabajador en toda su vida laboral. Un Chile de gobiernos civiles que en las últimas décadas, sin distinción de coaliciones, ha convertido la expresión de diferencias de pensamiento en «amenaza a la convivencia social».

Luego de dos semanas la visita terminó como había empezado, en París, con un Encuentro en la sede de la Confederación Nacional del Trabajo, donde pese al frío nos reunimos mucho más que cien personas.

El llamado era a debatir pero también a disfrutarnos, ¡que a la lucha no tiene por qué faltarle alegría! Por eso le pusimos sabor a la segunda parte del evento y lo convertimos en una celebración donde cantamos y bailamos cumbias, cuecas y salsas junto a la «Sonora de Luchar», para que quede claro que desde la disidencia tampoco se improvisa la semántica.

Antes de terminar esta crónica sobre acciones y sentidos que se articulan a uno y otro lado del Atlántico, como Comité por la Recuperación del Agua Chile- Francia, agradecemos a lxs abogadxs y profesionales de la Defensoría Popular por su apoyo irrestricto a las batallas medioambientales y por el Agua.

No dejaremos de mencionar el caso emblemático de Rodrigo Mundaca, dirigente de MODATIMA (Movimiento de Defensa por el acceso al Agua, la Tierra, y la protección del Medio Ambiente), quien el año 2013 conoció el peso del poder político y económico al recibir cuatro querellas simultáneas por parte del señor Edmundo Pérez-Yoma, empresario agrícola, ex-Ministro de Interior, y hoy comprobado ladrón de agua.

Como las querellas por injurias fueron interpuestas en varios tribunales (La Ligua, Quillota, Santiago y Concepción), inteligente estrategia de acoso legal que sólo permite el dinero, dicho sea de paso, era imposible contar con los medios económicos y legales para hacerles frente. De ahí el rol imprescindible que jugaron los defensores populares.

Tras un año de juicio y desdoblamiento por parte de lxs abogadxs y de Rodrigo para presentarse en los distintos tribunales, finalmente este 29/08/2014, el señor Perez Yoma desistió de todas las querellas, anotándole un gran triunfo no sólo al Movimiento Social por el Agua, sino al conjunto de los movimientos medioambientales, y por supuesto a la Defensoría Popular, que una vez más había estado al servicio de las causas justas.

Y es que CAUSAS JUSTAS, así, con mayúscula, han sido los juicios simbólicos donde estos abogadxs han mostrado la rigurosidad de su trabajo, logrando desenmascarar y probar las malas artes de montaje, persecución, y acusaciones infundadas que han hecho algunos privados poderosos, pero sobre todo, y lo que es más grave, también algunos fiscales del Ministerio Público.

Quién no recuerda el papelón del Fiscal Peña con sus mentiras sobre el llamado «caso bombas», o la comprobación de la falsedad de las acusaciones hechas por la Fiscalía de Temuco y la Policía de Investigaciones contra el lonko Daniel Melinao a raíz de la muerte del cabo Albornoz en un allanamiento a la comunidad Wente Winkul Mapu. En fin, quién no recuerda las innumerables víctimas de uso injustificado de la violencia policial, sobre todo en las marchas, que terminan procesadas por supuesto «maltrato de obra a carabineros», y luego dejadas en libertad sin cargos porque las imputaciones terminaron siendo desmentidas…

Tanto hay para ejemplificar la criminalización de la protesta con lo que ha pasado, y sin embargo queda todavía tanto por resistir. Los movimientos sociales en Chile han despertado para quedarse, denunciar, exigir una transformación real, y no conformarse con la inclusión por goteo. Aún está todo por refundarse, y por eso el desafío de lxs luchadorxs sociales, y por tanto de la Defensoría Popular, será creciente. ¡El llamado es entonces a apoyar su trabajo!

De nuestra parte, quienes por diversas razones estamos hoy en París, continuaremos haciendo eco de las reivindicaciones socio políticas que en nuestro país ocurren, porque no está demás recordarlo, pese a que todavía se nos niega la ciudadanía: ¡chilenxs somos todxs!

Quizás no era la mejor fecha para que vinieran, aunque no hubiera existido otra más perfecta!

Comité por la Recuperación del Agua Chile- Francia (CREA).

París, diciembre 2014.

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En el espacio francés la visita se concretó gracias al trabajo conjunto de las organizaciones: Comité por la Recuperación del Agua Chile-Francia (CREA); Colectivo Abya-Yala (anticapitalistas del sur); Federación de Asociaciones Chilenas en Francia (FEDACH); Revolución Democrática Territorio Europa Sud y Oeste; Tierra y Libertad para Arauco; Igualdad París; y Confédération National du Travail France.

Video preparado por la Defensoría Popular para dar a conocer su trabajo, y apoyar la visita a Europa: https://www.youtube.com/watch?v=ufMoBh0BQbM

Datos de contacto con el Comité por la Recuperación del Agua Chile-Francia (CREA): Facebook: Comité Recuperación-Agua Chile-Francia Correo: [email protected]