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Drama en la historia de la tierra

¿Cuando desapareció el mar Mediterráneo?

Fuentes: Rebelión

Con aproximadamente 2,5 millones de km² y 3.860 km de longitud, es el segundo mar interior más grande del mundo, después del Caribe. Mar Medi Terraneum, mar en medio de las tierras. Axel Bojanowski estuvo en Viena en el congreso anual del EGU, la Unión Europea de Geociencias (European Geosciencies Union), celebrado en Viena entre […]

Con aproximadamente 2,5 millones de km² y 3.860 km de longitud, es el segundo mar interior más grande del mundo, después del Caribe. Mar Medi Terraneum, mar en medio de las tierras.

Axel Bojanowski estuvo en Viena en el congreso anual del EGU, la Unión Europea de Geociencias (European Geosciencies Union), celebrado en Viena entre el 17 y 22 de abril de este año de 2016. Y narra que de nuevo se expusieron tesis, trabajos y explicaciones sobre el vaciado y llenado del mar Mediterráneo.

Una profunda depresión de dos kilómetros de profundidad en lugar de la gran piscina rebosante de agua proveniente del océano Atlántico. Y Mallorca se convirtió en una altiplanicie, ocurrió hace seis millones de años. Increíble; se evaporó el mar Mediterráneo.

¿Qué ocurrió, cómo fue?

Pareció como si alguien de pronto hubiera quitado el tapón a la bañera, y desapareció el mar Mediterráneo. Las otrora playas, donde antes rompían las olas, convertidas ahora en costa asomándose a una depresión escarpada de hasta 2000 metros, cañones profundos surcando y atravesando las bruscas faldas y ríos precipitándose en la gran fosa por las fisuras y muescas de la costa. Y en las terrazas rocosas de los costados se iban aferrando las coníferas

Una llanura profunda y pobre se extendía por donde antes bamboleaba el agua. En el fondo destellaba un desierto grisáceo de sal, de vez en cuando salpicado por lagos y charcas salteadas. Emergían planicies y altozanos cual conos achatados como las islas de Mallorca, Córcega, Cerdeña y otros, tildados y calificados de paraísos en nuestros días.

En la reunión anual del European Geosciences Union (EGU), celebrada este abril en Viena, investigadores y estudiosos de la Geodinámica han presentado nuevas explicaciones de cómo se llegó y por qué ocurrió la desecación del mar Mediterráneo

Que debió ocurrir algo colosal se dieron ya cuenta en el S. 19 algunos estudiosos de la naturaleza, que observaron que en el sur de Francia algunos trabajadores, al perforar pozos, encontraron en las entrañas desfiladeros profundos cubiertos por capas de tierra.

Pero hubo más sorpresas

Nuevas perforaciones mostraron que una garganta subterránea recorría y se prolongaba como una especie de sótano a lo largo del valle del Ródano. Parecía claro que, en tiempos, el río debió correr o deslizarse a mucha mayor profundidad, por un cauce mucho más bajo.

Sólo cabía una conclusión, que los investigadores no se atrevieron a formular: que el nivel de agua del mar Mediterráneo debió ser sensiblemente más bajo.

Hace unos 60 años, estudiosos de la Geología descubrieron en el fondo del mar Mediterráneo algo sorprendente: al examinar el fondo mediante ondas sonoras se dibujó en los monitores del barco, utilizado en la investigación, una línea como a unos 1000 metros de profundidad, en el cieno se reflejaron ondas sonoras. Pero no acabó ahí la sorpresa: la línea se extendía a lo largo de todo el fondo del mar, por lo que a lo largo de todo el mar debió depositarse una capa. ¿De qué?

Se tardó más de 10 años hasta que perforaciones descubrieron que la capa se componía de sal. Y ahora se preguntaron los investigadores sorprendidos: ¿A qué se debía esta capa en la base extendida y depositada de manera regular por toda la base de la gran bañera?

El análisis dio que básicamente se trataba de anhídridos, residuo salitroso que queda cuando el agua del mar se evapora

Desembocadura de ríos en la base del mar

Nuevas perforaciones trajeron nuevas sorpresas: en la sal los investigadores descubrieron esteras bacterianas petrificadas, los denominados estromatolitos. Los estromatolitos son estructuras estratificadas, formados por la captura y fijación de partículas carbonatadas por parte de cianobacterias en aguas someras que, en la fotosíntesis, liberan oxígeno y retiran de la atmósfera grandes cantidades de dióxido. Estos seres, que habitaron la tierra desde tiempos primigenios, se desarrollan en aguas poco profundas.

Para los estudiosos ahora no había duda: en tiempos la base del mar Mediterráneo debió estar seca o semiseca.

Todo iba coincidiendo en la tesis: grandes ríos como el Nilo o el Ródano, que habían perforado -como atestiguaban las investigaciones- pasillos de hasta 2400 metros de profundidad en las costas. Una perforación en Cerdeña aportó el espaldarazo final: En el fondo del mar se acumulaba gran cantidad de grava, se trataba de deposiciones de cascajo arrastradas en otros tiempos por la torrentera en la desembocadura del río. El agua tuvo que precipitarse directamente del río sobre el fondo del mar.

¿Y de cuándo hablamos?

Los estudiosos aguardaron impacientes el resultado del análisis de la sal. Se encontraron átomos desintegrados en cantidad parecida. Comparando la cantidad de las partículas desintegradas con la cantidad de las partículas originarias se obtiene la antigüedad de la sustancia. Fue una gran sorpresa: La sal se había depositado hace escasamente 6 millones de años, desde un punto de vista geológico ayer. Para entonces el mar Mediterráneo debió haberse evaporado y haber dejado tras de sí la sal.

¿Y a qué se debió ese gran drama geológico? Parece claro que alguna vez el paso de Gibraltar tuvo que cerrarse, esa carretera estrecha de 14 kilómetros entre Europa y África suministradora de agua al mar Mediterráneo

En el EGU de Viena los geólogos dibujaron dos teorías:

a.- una placa, el denominado Arco de Gibraltar, habría girado bloqueando el paso, era la conclusión de un grupo encabezado por Ana Crespo-Blanc, catedrática de Geodinámica de la Universidad de Granada y presidenta de la Sociedad Española de Geología.

b.- Guillermo Booth-Rea, profesor de Geodinámica de la Universidad de Granada, y sus colegas en cambio defendían que habría sido la actividad volcánica la causante del taponamiento del paso al mar Mediterráneo.

Ana Crespo-Blanc y sus colegas han reconstruido los movimientos de las placas tectónicas, que en Gibraltar conforman un puzzle complicado de muchas placas: La región estuvo implicada en la resaca del origen de los Alpes. La placa africana se habría encrustado como un aguijón en la placa europea, dando origen entre otros fenómenos a la aparición de los Alpes.

Hace nueve millones de años, en el relato de Ana Crespo-Blanc y sus colegas en la reunión de Viena, comenzó a girar un bloque de unos 200 kilómetros de ancho en contra de las agujas del reloj en el paso de Gibraltar, hasta que finalmente hace unos 6 millones de años escasos se cerró

El grupo de Guillermo Boorth-Rea en cambio presentaron imágenes subterráneas, recogidas mediante ondas sonoras, donde aparecen dos placas, sedimentos volcánicos de kilómetros de espesor, que en un tiempo que va desde los 10 millones de años a unos 6 millones tuvieron actividad en el fondo marino, llegando a bloquear un día el paso de Gibraltar.

Al disminuir la afluencia de agua se originó una reacción en cadena, piensa Rob Govers de la Universidad de Utrecht de Holanda: una rebaja en el nivel del agua bastaría para hacer irreversible la desecación del mar.

Cuando bajó el nivel del agua la base del mar se aligeró y se elevó, empequeñeciendo aún más el paso de Gibraltar y, por tanto, disminuyendo todavía más la afluencia de agua del Atlántico, y con ello el peso sobre el fondo del mar. La base del mar siguió subiendo.

Según los investigadores el que hoy esté de nuevo lleno el mar Mediterráneo se debe al hundimiento de nuevo de la placa, que cerró el grifo zarandeando la base. Y hace unos 5´3 millones de años bajó lo suficiente como para que el agua del Atlántico comenzara a afluir de nuevo al Mediterráneo.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.