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¿Cuando se acabará el sistema capitalista?

Fuentes: Rebelión

Para tratar de responder a tan importante pregunta que frecuentemente nos hacemos propios y extraños, el porque hasta ahora no se acaba el sistema capitalista de la faz de la tierra después de tantas luchas, muchos procesos revolucionarios conseguidos y que aun permanecen firmes, algunos dilapidados, otros fallidos y varios intentos ahora en desarrollo, principalmente […]

Para tratar de responder a tan importante pregunta que frecuentemente nos hacemos propios y extraños, el porque hasta ahora no se acaba el sistema capitalista de la faz de la tierra después de tantas luchas, muchos procesos revolucionarios conseguidos y que aun permanecen firmes, algunos dilapidados, otros fallidos y varios intentos ahora en desarrollo, principalmente en América Latina. Tenemos que mirarnos a nosotros mismos.

Y también ¿por que cuando pareciera que está por retroceder semejante sistema depredador vuelve a renacer?, es decir vuelve a reciclarse y continúa en su carrera desenfrenada, para que unas minorías satisfechas continúen explotando y permanezcan como propietarias de los medios de producción, usufructuando de las plus valía en el mundo, donde impera el sistema capitalista con su premisa principal de la libre empresa, el libre mercado, y su pervertido sistema de acumulación del capital como si fuera una sentencia divina y natural.

Cuando los pueblos con sus luchas consiguieron hacer retroceder al sistema, instaurando por las circunstancias que determinaron la realidad concreta, a gobiernos llamados de izquierda, progresistas, antiimperialistas o también de corte nacionalistas, generalmente terminaron en sendas derrotas sangrientas que llenaron de desencanto a los pueblos, postergando así las aspiraciones de un mundo mejor; a largos periodos de recuperación de las luchas revolucionaria de las mayorías.

Nos referimos a experiencias en países donde se instauraron gobiernos que se decían socialistas o proyectos revolucionarios y antiimperialista que se dieron ( similares a los que se dan hoy en varias partes del mundo) y apoyados por mayorías, creyendo que habían logrado «tomar el cielo por asalto», lastimosamente terminaron en cruentos golpes de estado militar, siempre auspiciados por los EE.UU., utilizando a sus agentes y lacayos nacionales en los países donde se intentaban dichos procesos liberadores.

Respuestas tentativas, sobre cuales han sido los motivos y causas para estos hechos violentos en contra de avances populares, son variadas y para todo gusto, grandes analistas y sesudos investigadores, acomodaticios con el sistema capitalista aseveran que, la culpa de todos estos retrocesos , se ha debido a la actitud izquierdista de » grupos que provocaron a las burguesías y al imperio» por una posición ultra izquierdista o radical, otros sostienen que los trabajadores no entendieron los momentos históricos y exigían aumentos salariales desmedidos, los otros de que los partidos de izquierda no aceptaron o no aplicaron la receta que venia de la URSS en esos tiempos, sobre la actitud revisionista de la «coexistencia pacifica» con el imperio, y que era necesario «respetar» a la empresa privada para no ahuyentar los capitales de nuestros países, etcétera. Así como otros análisis «marginales», los menos escuchados, nos dicen que los retrocesos y fracasos de los proyectos liberadores, se debió a la falta de claridad y consistencia ideológica de los líderes de arriba y abajo, lo que impidió una mala lectura de las realidades concretas, para llevar a buen puerto dichos proyectos.

Una elemental respuesta, pretendiendo aportar a enmendar los errores del pasado, y evitar de volverlos a cometer hoy día en los procesos en curso, del porque sobrevive el sistema capitalista, pese a sus crisis periódicas se recicla y permanece vivito y coleando. Con todas sus prerrogativas y abusos de poder, de continuar siendo el responsable de los desastres que padece la humanidad y el planeta.

Debemos encontrarlas en una profunda autocrítica permanente, de quienes tienen la posibilidad de llegar con su predica política y revolucionaria a las grandes masas, teóricos, escritores comprometidos con la causa, partidos políticos y organizaciones revolucionarias como partes importantes en las luchas por una nueva sociedad de iguales.

Son los gobernantes de procesos en marcha, los que tienen un papel principal y la necesaria obligación, para orientar y esclarecer, la meta de los proyectos y no confundir a los pueblos, ni tratar de meter contrabandos ideológicos con sus máximas antojadizas, que solo tienen que ver con su práctica personal y no con la teoría y la practica revolucionaria, que desorientan o desaniman a las masas, haciéndoles crear falsas expectativas de que es posible dar soluciones a los problemas de las mayorías, dentro del sistema capitalista de explotación.

Así como se acusa correctamente a la derecha de desinformar, alienar y confundir por sus medios de comunicación masivos cuando defienden sus intereses de clase, también algunos de nuestros gobernantes confunden consciente o inconscientemente a los pueblos, principalmente cuando expresan la línea política e ideológica de los proyectos, predican verdades que a las mayorías le gusta escuchar, «que el capitalismo es el enemigo de la humanidad» ,»que el imperio debe desaparecer», etcétera, pero al mismo tiempo se contradicen, ante otros escenarios, donde frecuentemente sostienen entre otras premisas, «que en estos proyectos cabemos todos», «que nadie habló de acabar con la propiedad privada «, y para colmo de males, se habla de un socialismo a medias, de comunismo, ni hablar pues eso seria provocar, según ellos, entonces ¿en que quedamos?

Esa es una de las mejores maneras, de no aportar de forma decidida a que el capitalismo vaya desapareciendo de la faz de la tierra, ni en la mente ni en la realidad, pues no se acabará por si solo, sino por la acción concertada de gobiernos y pueblos y sus vanguardias los trabajadores con sus propios métodos de lucha y sobre todo, con conciencia clasista y definida de que queremos transitar hacia la única alternativa posible de liberación, una sociedad socialista y comunitaria.

Es evidente que el capitalismo, no desaparecerá mediante decretos ni discursos o por nuestros buenos deseos, hay que golpearlo directamente al corazón, principalmente en su estructura económica, para así ir liberando las fuerzas productivas en favor del pueblo ,pues en esta brega «se ventilan principalmente intereses económicos» y al respecto los procesos en marcha no están haciendo lo suficiente..

Nunca el socialismo vendrá por arte de magia, hay que construirlo con conciencia revolucionaria clasista y con coraje, lo demás se llama cualquier cosa, capitalismo normal, o reformismo, pero nunca revolución liberadora. Así ni soñemos acabar con el sistema capitalista. Hoy todavía no es tarde para profundizar y acelerar los procesos en marcha, (para no ser encubridores activos o pasivos del reciclaje del capitalismo), sin importarnos lo que diga el Fondo Monetario Internacional y sus amos. Estamos en el momento preciso para no dar marcha atrás.


* El autor es ex miembro de la Central Obrera Boliviana

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.