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Cuatro años de la Sopa de Wuhan: El virus, la crisis y el derrumbe del capitalismo

Fuentes: Rebelión

Cuatro años atrás circuló en redes social un libro fundamental para entender las interpretaciones de la crisis que desató el COVID. Este texto sintetizaría la lectura y análisis de algunos de los principales teóricos de la izquierda radical.

El libro, titulado Sopa de Wuhan, Pensamiento contemporáneo en tiempos de Pandemias, compilaba columnas de opinión y reflexiones sobre el Covid-19 de Giorgio Agamben, Slavoj Zizek, Judith Butler, Alain Badiou, David Harvey, Byung- Chul Han, Raul Zibechi, Markus Gabriel, Gustavo Yanez Gonzalez, entre otros.

Dentro de todas las ideas, tesis, reflexiones, teorías o conceptos acuñados, resaltaría por sus implicaciones para los pueblos del mundo que padecían la pandemia, el debate sobre la crisis y el derrumbe del capitalismo.

Es cierto que, en un mundo de la posverdad, donde se acuñan y desechan conceptos con gran facilidad, donde el mercado de las ideas, la academia convencional y la industria teórica global entronizan a nuevos teóricos y condenan a las “viejas” teorías, parafraseando a Marx y Engels, a la crítica roedora de los ratones; la revisión de las tesis lanzadas por los teóricos más renombrados hace ya casi un lustro, podría parecer una infructuosa arqueología del saber.

Sin embargo, para las fuerzas de izquierda siempre es importante revisar los aciertos y los errores de las formulaciones del pensamiento crítico. Y en este espíritu nos parece importante reabrir el debate en torno al derrumbe del capitalismo.

El virus y la caída del capitalismo

El COVID mostró la fragilidad de la vida y del capital, y con ello colocó en la escena un gran debate: la continuidad o derrumbe del capitalismo y la necesidad de pensar nuevas formas de sociedad. En plena pandemia surgían preguntas como estas: ¿Con la pandemia estábamos presenciando el fin del capitalismo o solo una de sus formas? ¿Qué le deparaba a la humanidad en un futuro cercano, una nueva forma de capitalismo o una sociedad basada en la cooperación, comunidad y solidaridad?

Ahora, las respuestas son más o menos evidentes. Pero hace cuatro años con la crueldad del virus restregándose en nuestra cara, las respuestas no lo eran tanto. Alan Badioui señalaba que no veía transcendencia política de los efectos de la pandemia, por lo menos no en Francia. Byung-Chul Hanii pronosticaba un capitalismo más autoritario y Judith Butleriii advertía que “la explotación capitalista encuentra formas de reproducir y fortalecer sus poderes dentro de las zonas pandémicas”, un punto muy similar al de Naomi Kleiniv, quien afirmaba que el capitalismo de catástrofe siempre busca enriquecer a las elites con la desgracia.

En contraste, Enrique Dusselv no temió en decir que los acontecimientos desatados por la pandemia eran el signo de agotamiento de una edad, la modernidad, y el principio de una nueva, la transmodernidad. El filósofo esloveno, Slovaj Zizek, vaticinaba un golpe mortal al capitalismo, uno a la Kill Bill. Atilio Boron,vi más cauto, precisaba que la víctima del coronavirus es el capitalismo neoliberal, no necesariamente el capitalismo.

Después de dos años del fin de la pandemia, lo que se demostró fue que el capitalismo siguió siendo capitalismo, sus lógicas económicas y políticas esenciales no se modificaron. Ni siquiera estamos cerca de superar al capitalismo, mucho menos de construir una sociedad transmoderna, y el autoritarismo sigue siendo un recurso al igual que hace algunas décadas. Es verdad que los efectos económicos del virus agudizaron tendencias propias de la crisis capitalista, pero estas tendencias, como los bajos niveles de crecimientos o la tendencia a la financiarización, se mantienen como una constante en la prepandemia y postpandemia.

Byung-Chul Han y Atilio Boron, afirmaron que el virus no tumbaría al capitalismo y tuvieron razón. El capitalismo tiene la capacidad de reestructurarse, lo hizo en el periodo de la segunda posguerra bajo la forma de Capitalismo de Estado o Estado Benefactor, pero también después de la crisis de 1970 bajo la apariencia de Neoliberalismo. Cada gran crisis que el capitalismo detona, si bien abre la posibilidad de revoluciones, también abre la posibilidad de su ajuste.vii

El capitalismo caerá solo si existe una fuerza política que lo obligue a caer. Este punto lo anotaba Badiou cuando señalaba que las revoluciones derivadas de los momentos extraordinarios que vive el capitalismo, como las guerras o las pandemias mundiales, se realizaban sólo porque había organizaciones de vanguardias. La ausencia de estas vanguardias políticas es la razón de que el optimismo de Zizek no se materializara.

Para rechazar las visiones aterciopeladas del fin del capitalismo, debemos construir esas vanguardias políticas dotadas no solo de aspiraciones postcapitalistas, sino de propuestas emanadas de un riguroso análisis del desarrollo capitalista y la correlación de fuerza. Pero también, debemos combatir el pesimismo de la razón con el optimismo de la esperanza.

El debate sobre el derrumbe

La discusión del derrumbe del capitalismo por sus contradicciones internas no es nueva. Se abordó ampliamente a principios del siglo XX entre los teóricos de las diferentes organizaciones y corrientes socialdemócratas y comunistas de Europa. En él polemizaron personajes como Tugan Baranovsky, Eduard Bernstein, Rudolf Hilferding, Rosa Luxemburgo, Otto Bauer, Henrik Grossman, Nicolai Bujarín y el mismo V.I. Leninviii

Sobre el debate del derrumbe, V.I. Lenin concluyó que para el capitalismo “no existen situaciones absolutamente sin salida”. Enfatizaba que, en todo caso, las crisis del capitalismo abren situaciones revolucionarias pero que “no toda situación revolucionaria termina en una revolución”. Para que una situación revolucionaria, decía V.I. Lenin, termine en una revolucion se requiere de acciones políticas, de la organización, concientización, de un extraordinario vinculo de los partidos revolucionarios con las masas, y de la capacidad de explotar la crisis en beneficio de una revolución victoriosa.

Marx y Engels apuntaban en el Manifiesto Comunista en 1948 que lo que los diferenciaba de los distintos tipos de socialismo utópico, era la lucha por el poder político y la eliminación de la propiedad privada burguesa de los medios de producción. La intención era enarbolar un programa no solo radical, también eficaz para destruir al capitalismo. Esto fue el talón de Aquiles de los teóricos de la Sopa.

Después de dos años es un hecho que el capitalismo no se derrumbó. 1 Ni las contradicciones internas, ni la crisis estructural de la economía, ni porque la pandemia mostró que el capitalismo es éticamente condenable, se suscitó una crisis terminal del capitalismo. Sin embargo, es verdad lo que apuntaba Gilberto López y Rivasix o Noam Chomsky.x El capitalismo puede colapsar por el cambio climático o una guerra nuclear, situando a la humanidad en una línea delgada. De ahí que la consigna: socialismo o barbarie tenga más vigencia que nunca, y que la necesidad de la construcción de partidos de izquierda radical sea la tarea más urgente para los pueblos del mundo.

Notas:

i Badiou, Alain. Sobre la situación epidémica, en Sopa de Wuhan. http://iips.usac.edu.gt/wp-content/uploads/2020/03/Sopa-de-Wuhan-ASPO.pdf

ii Byung-Chul Han. La emergencia viral y el mundo de mañana en Sopa de Wuhan http://iips.usac.edu.gt/wp-content/uploads/2020/03/Sopa-de-Wuhan-ASPO.pdf

iii Butler, Judith. El capitalismo tiene sus límites, en Sopa de Wuhan http://iips.usac.edu.gt/wp-content/uploads/2020/03/Sopa-de-Wuhan-ASPO.pdf

iv Klein, Naomi. Como la élite mundial tratará de beneficiarse de la pandemia, https://www.sinpermiso.info/textos/como-la-elite-mundial-tratara-de-beneficiarse-de-la-pandemia-entrevista-a-naomi-klein?fbclid=IwAR1bSd5q9wHjfpnfAziM_DHAP4uv9oNsFfiIomfiTi3RI5Uhm_lIjqoWwpc

v Dussel, Enrique, Cuando la naturaleza jaquea la orgullosa modernidad. https://www.jornada.com.mx/2020/04/04/opinion/008a1pol

vi Boron, Atilio. https://www.clacso.org/la-pandemia-y-el-fin-de-la-era-neoliberal/

vii Los ajustes del capital pueden explicarse desde los aportes de las teorías del ciclo económico de Kondratiev o incluso de la teoría de ajustes espacios temporal del geógrafo marxista David Harvey.

viii La discusión puede encontrarse en la compilación realizada por Lucio Collletti bajo el titulo El marxismo y la teoría del derrumbe publicado en 1978. Una versión sintética también se puede encontrar en la introducción al libro Le ley de la acumulación y del derrumbe del sistema capitalista de Henryk Grossmann (2011) realizada por Jorge Tula.

ix López y Rivas, Gilberto. Necropolitica, colapso y corinavirus, en https://www.jornada.com.mx/2020/03/20/opinion/018a1pol?fbclid=IwAR3IVJiR0Q5v95qzvnGCI0FUwDBDr3whQlAeoK94cmNB5JSf_FwMI0wUv4Y

x Chomsky, Noam.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.