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Culpas de Alemania en crímenes de Colonia Dignidad

Fuentes: Punto Final

El presidente alemán, Joachim Gauck, llega a Chile en visita destinada a limpiar en parte la imagen de su país frente a los crímenes cometidos en Colonia Dignidad y al apoyo que ésta brindó a la dictadura militar. Gauck, pastor protestante en la ex RDA, se reunirá con la presidenta Michelle Bachelet, representantes del Parlamento […]

El presidente alemán, Joachim Gauck, llega a Chile en visita destinada a limpiar en parte la imagen de su país frente a los crímenes cometidos en Colonia Dignidad y al apoyo que ésta brindó a la dictadura militar. Gauck, pastor protestante en la ex RDA, se reunirá con la presidenta Michelle Bachelet, representantes del Parlamento y del Poder Judicial. La visita se enmarca en la decisión del gobierno alemán de abrir las actas del Departamento de Exteriores sobre la Colonia Dignidad, el enclave que dirigió en territorio chileno el ex nazi Paul Schäfer desde 1961 y que durante la dictadura fue utilizado como centro de detención y torturas.

Schäfer, transformado en predicador protestante, huyó de su país con unos 300 ciudadanos alemanes desde la localidad de Siegburg, en Renania del Norte-Westfalia. En Chile, adquirió un vasto terreno en la zona de Parral, a 300 kilómetros al sur de Santiago, y comenzó a levantar una colonia germana. Schäfer era investigado por la fiscalía de Bonn por abuso infantil.

En Colonia Dignidad se trabajaba de sol a sol, sin contratos ni remuneraciones; los lazos familiares o de amistad estaban prohibidos; los que se rebelaban o intentaban escapar eran sometidos a golpes, electroshocks o tranquilizantes químicos. Un hospital, en el que también se atendía a los campesinos de la comarca, les ayudaba a proyectar la falsa imagen de un generoso grupo de inmigrantes alemanes.

La Colonia Dignidad ayudó a la preparación del golpe de Estado y colaboró con la policía secreta. Cientos de prisioneros fueron interrogados y torturados en ella, decenas de cautivos fueron asesinados y hasta hoy se los considera desaparecidos. También allí se fabricaron armas, se instalaron estaciones de radio para la Dina y se entrenó agentes en el uso de explosivos. En 1997, Paul Schäfer pasó a la clandestinidad y huyó a Argentina. Sólo después de su detención y extradición a Chile, en 2005, comenzó un lento proceso judicial que se mantiene hasta ahora.

Casi la mitad de sus habitantes ha abandonado la Colonia. Hoy viven allí unas 150 personas, algunos autores o cómplices de crímenes y que ahora se dedican al turismo y a la gastronomía con un parque, un restaurante y fiestas de la cerveza. Los familiares de los asesinados en la Colonia realizan frecuentes protestas. Exigen terminar con el turismo y que el lugar se convierta en un memorial. Los apoya la Asociación por la Memoria y los Derechos Humanos Colonia Dignidad, que preside la doctora Margarita Romero.

En mayo de 2015 el juez Jorge Zepeda falló en el caso de Alvaro Vallejos Villagrán, miembro del MIR llevado por agentes de la Dina a Colonia Dignidad en 1974 y desaparecido desde entonces. Los agentes y un miembro de la Colonia Dignidad fueron condenados a varios años de prisión. Zepeda resolvió, además, que el Estado chileno debe construir en el fundo de los colonos alemanes un memorial que recuerde los crímenes allí cometidos.

Entre 1985 y 2010 la fiscalía de Bonn investigó sin éxito a cuatro jefes de la secta. En 2011, Hartmut Hopp, el médico de la Colonia, varias veces acusado y condenando en Chile, huyó a Alemania. En los últimos años más de una decena de sospechosos de crímenes en la Colonia Dignidad escaparon también de la justicia chilena regresando a Alemania. A fines de junio, la fiscalía de Krefeld pidió la prisión de Hopp, condenado en Chile a cinco años de cárcel por abuso sexual a menores.

Colonia Dignidad adquirió nueva atención pública tras el estreno de la película Colonia , del director Florian Gallenberger, que trata sobre el apoyo de los colonos alemanes a la dictadura militar y que no ha sido exhibida en los cines chilenos, mostrándose sólo en algunas universidades e instituciones privadas.

HABLA JAN STEHLE

DESDE BERLIN

Jan Stehle, miembro del Centro de Investigación y Documentación Chile-Latinoamérica (FDCL), en Berlín, está terminando un doctorado en la Universidad Libre de Berlín sobre «Política exterior alemana y derechos humanos: el caso de la Colonia Dignidad». Stehle lleva cerca de veinte años dedicado al estudio de la Colonia Dignidad, ha revisado miles de escritos y se ha transformado en uno de los principales especialistas en el tema. Habló con PF desde Alemania.

¿Qué ha encontrado en la revisión de los últimos archivos desclasificados?

«Los fondos sobre el caso Colonia Dignidad en el Archivo Político del Ministerio Federal de Relaciones Exteriores comprenden varios cientos de tomos de documentación, que abarcan desde el año 1961 -cuando Colonia Dignidad se instala en Chile- hasta el presente. Es decir, hablamos de decenas de miles de páginas. Antes del anuncio del ministro Steinmeier del 26 de abril pasado era posible leer y fotocopiar los documentos hasta el año 1986. Tras el anuncio se pueden leer -pero no fotocopiar- documentos hasta 1996. También se levantó la clasificación ‘secreto’ de algunos documentos. Lo que he podido revisar confirma lo que antes ya se especulaba: la diplomacia de la República Federal de Alemania (RFA) en todas las fases históricas del caso, contaba con información o al menos indicios sustanciales sobre las violaciones a los derechos humanos que se cometían en el enclave. Sin embargo, no tomaron iniciativas adecuadas para poner fin a estos crímenes».

¿Ha logrado establecer alguna relación de diplomáticos alemanes en Chile con la Colonia Dignidad después del golpe militar de 1973?

«Existían relaciones cordiales entre jerarcas de Colonia Dignidad y algunos funcionarios de la embajada de la RFA. A su vez, algunos diplomáticos tenían relaciones muy directas con generales chilenos de descendencia alemana como Fernando Matthei o Rodolfo Stange. Una especial cercanía con Colonia Dignidad existía por parte de un embajador, Erich Strätling, que estuvo en Chile entre 1976 y 1979 y que defendió a Colonia Dignidad públicamente. Esto lo hizo cuando Amnistía Internacional en 1977 denunció que en Colonia Dignidad funcionaba un campo de torturas de la Dina. Strätling defendió a la Colonia a pesar de que la embajada contaba con información que apuntaba a una relación cercana entre la Dina y los jerarcas de la Colonia.

Sin embargo, Colonia Dignidad no solamente buscaba relacionarse con el personal diplomático. Existió una especial cercanía con algunos políticos bávaros de la Unión Social Cristiana (CSU). A mi juicio lo más relevante, sin embargo, fueron las relaciones que sostenía un importante traficante de armas alemán, Gerhard Mertins, con Paul Schäfer y los jerarcas. Mertins era cercano al director de la Dina, Manuel Contreras, y trabajaba para el servicio secreto alemán, BND. Mertins muy probablemente traficaba armas a través de Colonia Dignidad. Al mismo tiempo realizó un fuerte trabajo de lobby a favor de la Colonia en la RFA».

¿Qué otros archivos sobre la Colonia permanecen clasificados?

«Existe documentación sobre Colonia Dignidad aún no accesible en los archivos de diferentes instancias gubernamentales. Especialmente en la Cancillería Federal y en el servicio secreto alemán BND. En relación a la documentación del BND no se sabe siquiera de cuanto material se trata. Si por parte del gobierno alemán aún existiesen aspectos relevantes todavía desconcidos sobre Colonia Dignidad, deberían encontrarse en estos documentos».

 

EXIGENCIAS A ALEMANIA

¿Cuál cree que debiera ser la actitud del gobierno alemán frente a los crímenes cometidos en Colonia Dignidad?

«Si la RFA hubiera tomado medidas más eficaces para terminar con las violaciones a los derechos humanos -sobre las cuales contaba con información- probablemente Colonia Dignidad se habría terminado mucho antes. Muchísimos crímenes se hubieran evitado. Obviamente una gran responsabilidad también recae en el Estado chileno, por la directa complicidad de la dictadura cívico-militar con Colonia Dignidad. Pero la RFA es corresponsable al menos por omisión. Hay que recordar que mientras Chile estaba en dictadura, la RFA contaba con un sistema democrático. Debería haber asumido una postura más decidida frente a las violaciones de los derechos humanos cometidas por ciudadanos alemanes en Colonia Dignidad.

Pienso que sería adecuado que el gobierno alemán pida perdón y coopere con el gobierno chileno para ayudar a las víctimas. Existen diversos colectivos de víctimas con urgencias diferentes: los familiares de detenidos desaparecidos que hasta el día de hoy, a pesar de haberse constatado por la justicia chilena que Colonia Dignidad fue un lugar de exterminio, no saben con certeza cuáles de sus familiares fueron asesinados ahí y quiénes fueron los autores materiales de estos crímenes. Entre los colonos y ex-colonos hay muchos que sufrieron brutales maltratos y explotación laboral. Ellos piden entre otras cosas pensiones, salud y terapias. Tampoco hay que olvidarse de las docenas de víctimas de los abusos sexuales de Paul Schäfer. Una comisión bilateral de expertos debería determinar las necesidades de cada grupo y elaborar propuestas para ayudas concretas».

¿Cree posible que el gobierno alemán contribuya a la construcción de un memorial en Colonia Dignidad?

«Es urgente que se visibilicen los crímenes de Colonia Dignidad, que la sociedad sepa lo que ahí ocurrió y que exista un lugar para recordar y homenajear a las víctimas. Para eso en Colonia Dignidad tiene que instalarse un sitio de memoria. Organizaciones de derechos humanos también han hecho propuestas, por ejemplo para levantar un centro de documentación en la casa cercana al Estadio Nacional que era la sede de Colonia Dignidad en Santiago. O poner a disposición de las agrupaciones la casa de Colonia Dignidad en Parral, en que la Dina instaló el cuartel de Inteligencia Regional-Sur. Alemania debería contribuir a la implementación y financiamiento de estas medidas».

¿Cuántos procesos judiciales siguen abiertos en Alemania por Colonia Dignidad?

«La justicia alemana jamás ha dictado acusación contra algún jerarca de Colonia Dignidad. Al igual que el nivel político, la justicia alemana es responsable de graves omisiones. Existieron investigaciones en la Fiscalía de Bonn entre 1985 y 2010, que se sobreseyeron sin resultado alguno. Tras la fuga del jerarca Hartmut Hopp en 2011 se han abierto nuevas investigaciones. Hasta el día de hoy también sin resultados. Una serie de presuntos criminales de Colonia Dignidad se han sustraído de la justicia chilena y hoy viven en Alemania en la completa impunidad».

 

Publicado en «Punto Final», edición Nº 855, 8 de julio 2016.

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