Recomiendo:
5

Entrevista a Mark Aguirre sobre Etiopía. Una civilización en la encrucijada (El Viejo Topo, 2024)

De cuna de la humanidad a civilización en la encrucijada

Fuentes: Rebelión [Imagen: Defender el medio ambiente para luchar contra la pobreza. Créditos: Eva-Lotta Jansson / Oxfam America]

Mark Aguirre (Félix Lasheras, Zaragoza, 1954) es un itinerante con raíces. Periodista, ha sido consultor y profesor universitario. Fue corresponsal del diario El Mundo en Beijing y Nueva York. Ha residido varios años en, Yemen, Camboya, Mozambique y Etiopía. Reside actualmente en Barcelona.

Economista de formación en la Universidad Autónoma de Barcelona, se doctoró en Estudios Latinoamericanos por la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México).

En la editorial Flor del Viento ha publicado China Capitalismo Rojo. En la editorial de El Viejo Topo ha publicado Yemen. Un viaje a la Arabia profunda en tiempos turbulentos; Camboya, el legado de los Jemeres rojos; Una América Latina inconveniente; Socialdemocracia: cómo y cuando ha dejado de ser de izquierda. En la Biblioteca Buridán publicó también El nacimiento de una especie. Un viaje a África en busca del origen de la vida humana.

Centramos nuestra conversación en su último libro publicado por El Viejo Topo: Etiopía. Una civilización en la encrucijada.


Salvador López Arnal.- ¿Por qué un libro sobre Etiopía en estos momentos?

Mark Aguirre.- Si te soy sincero, cuando llegué a vivir a Addis Abeba no esperaba escribir un libro, pero a medida que conocía el país lo encontraba cada vez más fascinante. En frente de mí tenía un mundo de una diversidad ecológica, étnica, religiosa, un mundo en constante ebullición, con una historia poderosa y queriendo ser un actor influyente en África y más allá. Además, lo bueno y lo malo de nuestra época estaba ante mis ojos. Crecimiento económico vigoroso, afán de ser el primer país africano industrializado, una población joven creciendo a la velocidad de la luz, ansias de modernidad. Pero también el conflicto: las crisis políticas, los enfrentamientos étnicos, la guerra, el hambre, el cambio climático, los movimientos migratorios, las practicas dañinas contra la mujer. Males muchas veces asociados a la globalización neoliberal.

Salvador López Arnal.- ¿Has escrito un libro de viajes?

Mark Aguirre.- No, aunque la narración en las dos primeras partes del libro esta organizada como un viaje. Lo que al libro le interesa no es el viajero y como se enfrenta a lo que ve y vive en su camino, lo que le interesa es entender la realidad social que encuentra, para ello el libro recurre a la historia, a la política, a la religión, a la ecología,…Que no sea un libro de viaje no quiere decir que no sea útil para un viajero. La tercera parte es un ensayo sobre la evolución política del país tras el derrocamiento de Haile Selassie en 1974 y las dificultades que esta teniendo Etiopía para acomodar a la diversidad étnica dentro de un mismo Estado. El libro acaba con un análisis de la guerra de 2020-2022. Un conflicto entre el primer ministro Abiy Ahmed y el Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF), el partido que gobernó desde 1991 hasta la llegada de Abiy Ahmed al poder , un conflicto que devastó el norte del país.

Salvador López Arnal.- ¿Se puede considerar que tu aproximación al país africano es, fundamentalmente, una aproximación a sus gentes, a sus inquietudes, a sus deseos, a sus desafíos?

Mark Aguirre.- Las comunidades, las mujeres y hombres que viven estas contradicciones tienen una voz muy importante en el libro. En cierta forma en muchas de sus páginas el libro cuenta la diversidad ecológica y étnica a través de su relato. Es un libro escrito sobre todo en el viaje, en el paisaje, en la calle, en los encuentros casuales, en entrevistas buscadas, no en bibliotecas o despachos de poderosos. Pero sería imposible entender Etiopía sin conocer como ha forjado su identidad a través de la historia y la política, sobre todo sin conocer la Revolución popular que acabó con el Imperio y para ello también el libro dedica muchas páginas.

Salvador López Arnal.- Hablas en el subtítulo de “Una civilización en la encrucijada»? ¿Qué tipo de civilización es Etiopía? ¿En qué encrucijada está inmersa?

Mark Aguirre.- Hablo de civilización refiriéndome a cuando las civilizaciones nacían en diferentes territorios: el establecimiento de centros políticos, diferentes alfabetos y panteón de dioses, distinta domesticación de plantas y animales… Lo que es hoy el norte de Etiopía estaba ya entonces en el tablero. Estamos hablando de la existencia de una civilización en las dos orillas del Mar Rojo hace unos 3.000 años. Los reyes de Axum emitían su propia moneda hace más de 2.000 años y comerciaban con el Valle del Nilo, Yemen y Grecia. Etiopia todavía hoy tiene su propio alfabeto basado en el sabaeno, mantiene sus propios ritos cristianos de sincretismos muchos en ge´ez y tiene su comida preferida, la injera, hecha con grano de teff, un cereal autóctono domesticado en el altiplano.

Los etíopes se sienten muy orgullosos de este pasado propio que legitimaba el poder de los emperadores. Haile Selassie gobernaba porque supuestamente era descendiente del Rey Salomon y la Reina de Saba. Todo este entramado que caracterizó al Imperio se resquebrajó cuando Haile Selassie fue derrocado en 1974. Han pasado 50 años desde entonces y Etiopía no ha encontrado una forma estable de permanecer unida pero tampoco hay ninguna añoranza del Emperador y su Imperio. Las diferentes etnias que la componen, unas colonizadoras otras colonizadas, han llegado a expresarse políticamente en tanto que tales. El problema es que no logran ponerse de acuerdo entre ellas, amenazando cada una de tirar por su lado. Esta es la encrucijada a que me refiero.

Salvador López Arnal.- Las primeras palabras con las que abres el libro: “Etiopía es un caso único en África”. ¿Por qué?

Mark Aguirre.- Primero, no fue colonizada, creo que es el único país en Africa. El “emperador etíope” gobernó hasta su derrocamiento por una revolución hecha por los propios etíopes, no fue sometido por ningún poder externo europeo. El emperador Menelik II derrotó al ejercito italiano en 1896 en la batalla de Adua, desmoralizando al colonialismo italiano durante 40 años. Esta gesta satisfizo el orgullo africano hasta entonces muy mal herido por la invasión y ocupación colonial europea de África. El fascista Benito Mussolini lo volvió a intentar antes de la II Guerra Mundial, pero volvió a fracasar, nunca llego a tener control completo del país a pesar de sus masacres genocidas.

La segunda razón de la singularidad etíope es que es el único país en la África subsahariana que ha conocido un régimen de carácter feudal similar al europeo.

Salvador López Arnal.- Pones mucho énfasis en la diversidad ecológica entre las zonas altas y bajas del país que las diferencia enormemente. ¿Qué implicaciones políticas y sociales tiene esa gran diferencia?

Mark Aguirre.- No hay que olvidar que Etiopía fue construida como un Imperio. El centro de poder, como hemos señalado, se estableció en el norte, en lo que es hoy Tigray y Amhara y fue expandiéndose hacia el sur colonizando territorios ocupados por otras etnias. Había decenas de ellas. cada una con su propia lengua, cultura e historia aunque la más importante eran los oromos, que hoy es la población más númerosa.

Esta expansión colonizadora enfrentaba la morfología del Cuerno de África. Un altiplano en el norte donde llueve tan abundantemente que abastece de agua a Egipto a través del Nilo y unas zonas bajas al este y sur con sequías cíclicas cada vez más seguidas por el cambio climático sometidas a hambrunas periódicas, ahora evitadas o disminuidas por la ayuda humanitaria.

Esta diferencia ecológica había creado en el norte una sociedad de campesinos jerárquicos, cristianos, que pagaban el gabar (renta feudal etíope)a sus señores feudales y, en las zonas bajas, grupos sin Estado que practicaban una agricultura de quema y tala o sociedades pastoriles más igualitarias, islamistas o animistas. Ambas zonas estaban unidas históricamente por intercambios comerciales a través de caravanas y mercados que llegaban hasta los puertos del Mar Rojo, muchas veces en manos de comerciantes árabes.

Salvador López Arnal.- Pero fue un mundo que cambió drásticamente…

Mark Aguirre.- Este mundo empezó a cambiar drásticamente muy recientemente, en pleno siglo XX. Las políticas modernizadoras y desarrollistas fueron transformando esta vieja dinámica productiva. El ferrocarril de Yibuyi a Addis Abeba construido por los franceses en las primeras décadas del siglo trajo la industria, luego inversionstas establecieron plantaciones y agricultura extensiva, la burocracia moderna del estado fue creciendo disolviendo a estas viejas sociedades tradicionales que habían sobrevivido durante siglos. Esto ocurría con el recuerdo fresco de aquellas formas de vida -la expansión imperial es algo relativamente reciente, finales del siglo XIX, comienzos del siglo XX- y de la violencia que acompañó a la colonización interna. Las guerras de ocupación y expansión del Imperio hacia el sur habían sido financiadas con la venta de prisioneros convertidos en esclavos y con el marfil de los elefantes. El emperador Menelik era uno de los mayores esclavistas y comerciante de marfil. Simplificando mucho se podría decir que el norte, el altiplano, campesinos amharas y tigriños, colonizaron bajo el Imperio a un sur predominantemente pastoril y oromo.

Salvador López Arnal.- ¿Etiopía llegó a ser cristiana antes que Europa? ¿Cómo fue eso?

Mark Aguirre.- En el norte de Etiopía en torno a lo que es hoy la ciudad de Axum se había constituido un centro político que se financiaba con el comercio de productos africanos con destino al Mediterráneo; controlaba puertos importantes en el Mar Rojo, en lo que es hoy Eritrea. A estos centros de comercio llegaban comerciantes desde Siria y Egipto donde el cristianismo ganaba fuerza. Estos comerciantes cristianos influyeron en la elite política de Axum que buscaba un reacomodo geopolítico con la crisis abierta en la región con la caída del Imperio Romano. Los emperadores de Axum adoptaron el cristianismo en el siglo IV posiblemente para sellar una alianza con Bizancio. La evidencia que esgrimen los historiadores es la acuñación en el año 330 de una moneda con la efigie de la cruz de un lado y la efigie del emperador Ella Amida en la otra.

Salvador López Arnal.- ¿Cuál es la importancia del Nilo en la historia de Etiopía? ¿Han sido buenas las relaciones que ha mantenido Etiopía con Egipto?

Mark Aguirre.- El Nilo azul ha sido importante en la historia de Etiopía, nace en las cercanías del Lago Tana en el corazón de Amhara donde la Iglesia ortodoxa ganó peso, pero es incluso más importante ahora cuando es posible técnicamente construir una gran presa y detener su flujo como esta haciendo Etiopía en la frontera con Sudán. La presa esta ya casi lista para producir la electricidad que necesita Etiopía para su industrialización. Esta posibilidad de detener el flujo del Nilo fue siempre el temor de los faraones y ahora del poder en Cairo. El agua del Nilo azul es para el gobierno egipcio un asunto de Seguridad Nacional. Sin suficiente agua, Egipto sería inestable política y socialmente. El Nilo etíope aporta cerca del 90% del agua que llega a Egipto porque la del Nilo blanco se evapora a su paso por Sudán. Esta “dependencia estratégica” crea ansiedad en las autoridades egipcias y es la causa potencial de un conflicto entre los dos países hasta el punto que alguna vez Egipto ha amenazado con destruir la presa.

Salvador López Arnal.- Uno de los apartados del primer capítulo lleva por título: ¿sobrevivirá el pastoralismo en el cuerno de África? ¿Sobrevivirá en tu opinión?

Mark Aguirre.- Hay razones para pensar que el pastoralismo puede estar en proceso de desaparición. El cuerno de África ha sido uno de estos lugares donde grupos pastoriles viven desde hace 5000 años. Hay evidencia de ello en pinturas rupestres y es triste pensar que este mundo pueda acabar. Los grupos pastoralistas necesitan moverse de un lugar a otro con sus rebaños en busca de agua y pastos en territorios bajo control de sus clanes. Lo que ocurre es que el cambio climático esta haciendo más seguidos los años de sequía impidiendo que los rebaños mermados se rehagan. No tienen tiempo de recuperarse. La falta de lluvia obliga a mover los rebaños de manera continua en busca de pozos de agua, debilitando a los animales. Los más vulnerables sucumben, niños y viejos sufren dramáticamente la falta de alimentos aumentando las fatalidades humanas. Estos grupos sobreviven una sequía cada vez más frecuente con ayuda humanitaria. La respuesta que ha dado el gobierno ha sido concentrarlos en nuevos asentamientos donde es más fácil traer la ayuda humanitaria, agua, facilitar veterinarios y abrir escuelas y centros de salud. Pero eso significaría acabar con el pastoralismo como forma de vida caracterizado por el nomadismo aunque se salve la vida de los pastoralistas. Se puede ser pesimista.. La sobrevivencia del pastoralismo como un modo de organización económica y social depende exclusivamente de su resiliencia, por otra parte difícil de medir.

Salvador López Arnal.- Hablas también de la industria de la migración y pones el ejemplo de guardias saudíes asesinando a cientos de emigrantes etíopes indocumentados que intentaban pasar la frontera desde Yemen. ¿Qué papel juega esa “industria”? ¿Qué representa Arabia saudí para ellos?

Mark Aguirre.- Etiopía desde siempre ha enviado mano de obra a Arabia y países del Golfo. Durante siglos en forma de esclavos, el libro narra uno de estos episodios de tráfico de finales del siglo XIX. Había una ruta desde Jimma, al suroeste de Addis Abeba, que esclavistas recorrían de mercado en mercado hasta llegar a puertos del Mar Rojo en lo que es hoy el sur de Eritrea y Yibuti. Allí los embarcaban hacía puertos de Yemen. Una ruta que ahora siguen jóvenes migrantes en busca de oportunidades o como una estrategia familiar contra la pobreza. Un flujo que ha continuado incluso con el peligro añadido de la guerra de Yemen, un riesgo que ha beneficiado a los traficantes que cobran más por el viaje. En Arabia Saudí existe la posibilidad de legalizar a inmigrantes como sirvientes, una figura conocida como Kafala una reminiscencia de la esclavitud. El país rico que es Arabia Saudí hace lo mismo que Europa con otros africanos, tratar de frenar de cualquier modo su llegada. Como quiere hacer Europa de tanto en tanto las autoridades saudíes los deporta en masa. En vez de dejarlos morir en el Mediterraneo los acribilla a balazos cuando tratan de pasar sin papeles la frontera desde Yemen. Un horroroso episodio bien documentado por Human Rights Watch.

Salvador López Arnal.- ¿Sigue vigente la mutilación genital femenina en Etiopía?

Mark Aguirre.- Si, aunque es difícil saber su número. El gobierno la ha prohibido y hace campañas contra ella, pero sigue arraigada en muchas comunidades. Las mujeres lo viven como una costumbre interiorizada por la que hay que pasar en la vida, como algo normal en sus vidas, haciendo difícil su total abolición.

Salvador López Arnal.- Comentas que en 2000, hace un cuarto de siglo aproximadamente, Etiopía tenía 60 millones de habitantes, pero que en 2023 eran ya 110 millones, casi el doble. ¿Qué explica esa explosión demográfica en menos de un cuarto de siglo?

Mark Aguirre.- Etiopía es el segundo país más poblado de África después de Nigeria y participa de la explosión demográfica africana. Hay sin duda diferentes razones que la explican. El número de hijos que las mujeres tienen ha disminuido ligeramente mientras ha caído drásticamente la mortalidad infantil. La mejora en la calidad de vida en las ciudades tampoco se ha traducido en una disminución importante del tamaño de las familias como se espera que ocurra en sociedades urbanas. La cultura de tener hijos es fuerte, puede que en vez de tener nueve hijos tengancinco ó seis. Posiblemente ocurra por el peso que conserva la cultura tradicional. Hay culturas donde está mal visto no tener todos los hijos que se pueda. Sin duda, los conflictos étnicos en momentos puntuales pueden ayudar también. Los amharas llegaron a acusar a las agencias que repartían anticonceptivos de ayudar a los oromos al querer disminuir su población. El matrimonio precoz y el embarazo en adolescentes son altos lo que dificulta que haya menos nacimientos.

Salvador López Arnal.- Hablabas antes de él. ¿Qué papel histórico ha jugado el emperador Haile Selassie?

Mark Aguirre.- Lo que se esperaba de Haile Selassie era que modernizase Etiopía, pero fracasó. En muchos sentidos era una anomalía política. Era increíble que en pleno siglo XX un jefe de estado se legitimase en términos bíblicos de hacía 3.000 años. Al Emperador lo coronaba la Iglesia ortodoxa en ritos ancestrales. Era lo que fascinaba a las revistas europeas ciegas a la miseria de todo un pueblo. Haile Selassie gobernaba como un rey absolutista con la ayuda de la Iglesia y la represión. Etiopía era él. Hubo esfuerzos para que aceptara una monarquía parlamentaria pero nunca fructificaron. Mientras la política quedaba obsoleta, la sociedad se modernizaba. El capitalismo penetraba, la burocracia se ponía al día y una naciente clase media traida por las nuevas universidades nacía. En los años setenta cuando el Emperador es detenido en su palacio, Adis Abeba era una ciudad moderna. Hay edificios altos, nuevas avenidas, automóviles. La música, la poesía, las artes conocen un renacer. La clase media frecuentaba restaurantes, compraba ropa por catálogo en Sears, jugaba al tenis. Pero no ocurría lo mismo en las zonas rurales donde la pobreza de los campesinos era enorme y las hambrunas terribles. La nobleza feudal aliada con el Emperador seguía a cargo axfisiando a los campesinos. En 1974, el 90% de los etíopes eran analfabetos. El 80% trabajaba en el sector agricola. Había 100 mil obreros en todo el país, quizá menos. El PIB por cabeza anual era de 126 dólares.

Salvador López Arnal.- ¿El sistema político colapsó?

Mark Aguirre.- El Régimen empezó a colapsar cuando los nuevos estudiantes ansiosos de modernidad comprendieron que el dique que la contenía era el Emperador mismo. Haile Selassie que gobernaba con la policía los reprimió hasta el punto que llegó a asesinar a varios de sus líderes. Pasaron de verlo como un padre a un viejo caprichoso, reaccionario y sanguinario que subyugaba en la pobreza a su pueblo. Fue el comienzo del fin.

Salvador López Arnal.- Decías antes que todo este entramado que caracterizó al Imperio se resquebrajó cuando Haile Selassie fue derrocado en 1974. ¿Qué tipo de revolución fue la revolución de 1974?

Mark Aguirre.- La mayoría de los historiadores están de acuerdo en que puede ser comparable a la Revolución Rusa de 1917, no tanto por los actores principales y sus objetivos sino por lo que significó para el país y su radical transformación social. Hay un Etiopía antes y otra después de la Revolución. El viejo orden colapsó. La viaje clase política fue destruida físicamente, naciendo una nueva que nunca había tenido poder. Los sectores populares se empoderaron, hasta el punto que se nacionalizó o colectivizó la tierra, incluida el suelo urbano, acabando definitivamente con el feudalismo. La Iglesia perdió tierras y poder. “La tierra para quien la trabaja” fue junto al de la autodeterminación de las naciones, nacionalidades y pueblos oprimidos las reivindicaciones que la articularon.

Salvador López Arnal.- ¿Jugó también su papel la crisis del petróleo de 1973?

Mark Aguirre.- La crisis del petróleo de 1973 y la inflación que le siguió ayudó al levantamiento revolucionario de otros sectores golpeados. A los estudiantes les siguieron los taxistas, los sindicatos llamaron a una Huelga General, acabaron sumándose los militares de media y baja graduación que al final fueron los que se quedaron con el poder. Sin duda fue un levantamiento popular sobre todo en las ciudades. Era dificil de creer que Haile Selassie, visto hasta hacía unas semanas como un figura semidivina por la población, estuviera preso en su palacio en manos de una Revolucion Popular. Un año después moriría ejecutado, posiblemente por axfisia.

Salvador López Arnal.- ¿Qué orientación política tenían los militares que tomaron el poder?

Mark Aguirre.- Los militares que tomaron el poder, conocidos como el Derg, rompieron relaciones con Estados Unidos y se alinearon con la Unión Soviética proclamándose marxistas-leninistas. Hay todo un debate sobre ello.

Salvador López Arnal.- Un resumen…

Mark Aguirre.- Los estudiantes habían formado partidos marxistas, logrando que el marxismo fuera la principal ideología de la revolución. Hay historiadores que sostienen que esa “hegemonía ideológica” impuesta por los estudiantes les llevó a los militares a adoptar el marxismo-leninismo como su propia ideología. De hecho el nuevo gobierno aplastó físicamente al movimiento de los estudiantes y sus partidos. Estos historiadores ven al Derg como nacionalistas-desarrollistas, más que como un partido marxistas-leninista como ellos se revindicaban.

Salvador López Arnal.- ¿Qué tipo de gobierno es el gobierno etíope actual? ¿Es un gobierno soberano?

Mark Aguirre.- Etiopia es una República Federal constituida en bases étnicas con derecho a la separación. Muchos dicen que en realidad es solo una fachada y la toma de decisiones ha estado siempre en Addis Abeba. Es un gobierno soberano aunque tiene sus alianzas exteriores, ya hemos dicho que Etiopía nunca fue colonizada y tanto la Revolución de 1974 como las guerrillas etnico-nacionalistas que derribaron al Derg y adoptaron la actual Constitución Federal son genuinamente populares.

Salvador López Arnal.- ¿Etiopía es actualmente un país en paz?

Mark Aguirre.- No. El conflicto en Tigray acabó pero continúa una guerra que podíamos decir de baja intensidad aunque las Fuerzas de Defensa Etíopes han llegado a usar drones contra las milicias amharas. Estas Milicias que habían peleado con Abiy Ahmed contra los tigriños hacía unos meses están ahora en guerra contra él. La causa es su desengaño con Abiy Ahmed. Les había prometido que si ganaban les iba a entregar territorios constitucionalmente tigriños que los amharas consideran como suyos. Pero en los acuerdos de paz esto no fue inculido, ni tan siquiera se les invito a las negociaciones. Abiy Ahmed además quiere centralizar lo maximo posible el poder en Addis Abeba reduciendo el poder federal. Después de la guerra del norte disolvió las fuerzas armadas de cada provincia federada incluidas las de Amhara lo que causo más descontento espoleando la guerra. Existe además una fuerte guerrilla oroma con una fuerte tradición histórica que amenaza con romper la federación y ocupa buena parte de territorio en Wollega, al oeste de Addis Abeba. Hay otras guerrillas la mayoría constituídas en base étnica como la de los Gumuz pero son más pequeñas.

Salvador López Arnal.- Un título inquietante de un apartado del tercer capítulo: “Acabar con los pobres, no con la pobreza”. ¿Por qué ese título?

Mark Aguirre.- Esto se debe a los planes en curso de modernización de Addis Abeba, un símbolo de las ideas neoliberales que profesa Abiy Ahmed, las de excluir de la economía a la mayoría de la población en beneficio de una minoría, el famoso 1%. Bajo este paradigma Abiy Ahmed tiene un proyecto de embellecimiento de la ciudad que no incluye a los pobres que la habitan, al contrario los esta sacando a la fuerza. Los pobres son numerosos, la clase media modesta. Esto lo verá cualquiera que camine por la ciudad. La política de Abiy Ahmed no esta orientada a que la ciudad mejore como colectivo sino que su crecimiento este orientado a intereses económicos de un grupo cercano a él. La quiere convertir en un simbolo de lo que entiende él como una nación moderna: un escaparate donde se hacen negocios. Altos edificios, nuevos materiales, parques donde la nueva clase media se relaja los fines de semana, sin importar la carencia de servicios y la falta de infraestructuras básicas que carece la mayoría de la población. Este proyecto esta financiado por Emeritos Arabes Unidos, Foreing Affairs publicó que el Jeque Mohammed bin Zayed le había dado a Abiy Ahmed 3 mil millónes de dólares para que los gastase como quisiese. Se esta construyendo el mismo un palacio a las faldas del monte Entoto que cuesta cientos de millónes de dólares mientras derriba las vecindades populares del centro que han dado personalidad y carácter a la ciudad y en donde viven familias con moderados ingresos desde hace décadas.

Salvador López Arnal.- ¿Cuáles son las relaciones de Etiopía con sus países vecinos? Pongamos que hablo de Somalia o de Eritrea, por ejemplo.

Mark Aguirre.- Diría que difíciles y en forma de veleta. La política en el Cuerno de África raramente toma la forma de un proyecto, quizá Meles Zenawi que gobernó Etiopía entre 1991-2012 sea una excepción. Lo más común es considerar a la política como un activo como quien amasa oro o petroleo y lo pone en el mercado. Los que amasan poder saben que hay interesados en el control del Cuerno de África por razones de seguridad y acceso a rutas y recursos. Hay un buen estudio de esto hecho por Alex De Waal, un académico de la Universidad de Tufts. Bajo esta concepción es más fácil entender porque las alianzas se rompen y reconfiguran y los enemigos de ayer son los amigos de hoy. Siempre puedes invertir tu mercancía “el poder” de mejor manera cambiando o buscando nuevos socios. Puedes entender entonces porque Abiy Ahmed se acerca a Emiratos Árabes Unidos quien le regala 3.000 millones de dólares. Esto que decimos podemos verlo en la relación con Eritrea.

Salvador López Arnal.- Nos ilustras sobre el tema.

Mark Aguirre.- Durante el gobierno del TPLF Etiopía y Eritrea viejos aliados de la época guerrillera contra el Derg se convirtieron en enemigos hasta el punto que fueron a la guerra. Abiy Ahmed en el poder no considero razones estrategicas cuando se acerco a Eritrea, quería acabar con su enemigo el TPLF. Sabía que Isaias Afwerki el lider eritreo lo odiaba a muerte después de la guerra de 1998-2000. No había detras un acuerdo sobre un proyecto para el Cuerno de Africa sino intereses particulares personales o de grupos. Dos años después la alianza entre Etiopía y Eritrea se había enfríado de nuevo porque había otras alternativas más lucrativas. Algo similar esta ocurriendo con Somalia. Meles Zenawi llegó a un acuerdo con Estados Unidos para convertir a Etiopía en una muralla en el Este de Africa contra el islamismo radical de al-Shabab. Trabajaba con el gobierno de Mogadishu y los Cascos Azules de la ONU para ello. Era una ayuda que le permitía hacer acuerdos económicos con China sin ser objetados por Estados Unidos. Desde que Abiy Ahmed llegó al poder ha ido rompiendo la colaboración con Mogadishu para acercarse a Somaliland una provincia que actua como un estado independiente y que Mogadishu considera renegada. La razon conseguir para Etiopía una salida al mar hinchando las ganancias de compañías emiratís que controlan los puertos principales de Somaliland a pesar de los riesgo de que Somalia declare la guerra a Etiopía.

Salvador López Arnal.- ¿Qué papel juega la República Popular China en la Etiopía actual? ¿Qué puede significar para Etiopía su pertenencia a los BRICS?

Mark Aguirre.- Es importante aunque sólo fuera porque el aeropuerto de Bole en Addis Abeba es la puerta de entrada de China en África. Hay al menos diez vuelos diarios desde China. Hubo un momento, cuando Abiy Ahmed llegó al poder, que fue tenso para las relaciones, sobre todo con respecto al pago de una deuda que es sustanciosa, China es es el mayor acreedor etíope. China había financiado y a veces construido entre otras cosas carreteras, polígonos industriales, el ferrocarril que une Addis Abeba con Yibuti donde entran y salen la mayoría de importaciones y exportaciones, y el sistema eléctrico de la gran presa que esta construyendo Etiopía en el Nilo azul. Las turbinas están siendo construidas en Shanghai. Posiblemente Abiy Ahmed intento redefinir la relación entre Etiopía y China diseñadas por el TPLF algo que no le gustó a China después de tanta ayuda al proyecto de industrializar Etiopía. Pero al final se solucionó el desencuentro y las relaciones volvieron a normalizarse. China regaló un parque en el centro de Addis Abeba a Etiopía como muestra de la amistad entre los dos pueblos. Puede que en este reacercamiento ayudara la asociación de Etiopía y Emiratos Árabes Unidos a los BRICS, un proyecto en el que China ha puesto mucho esfuerzo. Etiopía podía desarrollar una relación económica con Emiratos sin menoscabar a China. Probablemente los perdedores sean los países europeos.

Salvador López Arnal.- El título de la tercera parte del libro es un interrogante: “¿Está Etiopía en camino de la desintegración”? ¿Lo está en tu opinión?

Mark Aguirre.- Es sin duda alguna una posibilidad como lo es permanecer unida. Hay dos fuerzas que jalan en ambas direcciones. El problema no es tanto a largo plazo cual es la más fuerte, sino sí el país es capaz de encontrar una manera de reconciliarlas. Algo que viene buscando desde el fin del Imperio pero cada vez que lo intenta se le escapa de las manos. Se había puesto mucha ilusión en el proyecto de Abiy Ahmed el mismo se considera un oromo pero su mujer es amhara. Tiene un padre musulmán y una madre cristiana ortodoxa el es un pentecostalista. Era una buena oportunidad para poner a todas las etnias juntas en un proyecto colectivo, una nueva forma de panetiopismo pero han pasado más de cinco años y hay un grado elevado de decepción. Su proyecto empieza a ser visto como el proyecto de un pequeño grupo constituído en su entorno no las de un pueblo. No son buenas noticias. Cómo antes he dicho, todo depende de que las etnias que se expresan ahora políticamente logren ponerse de acuerdo entre ellas. Pero Abiy Ahmed parece que ha fracasado en este sentido y amharas, tigriños y oromos amenzan con tirar cada uno por su lado. Veremos su capacidad y voluntad para salvar el viejo proyecto imperial de hacer de este territorio un único centro de poder redefiniendole democraticamente y progresivamente.

Salvador López Arnal.- ¿Quieres añadir algo más?

Muchas gracias por darme la oportunidad de presentar mi libro con tu entrevista en El Viejo Topo y e este por publicarlo.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.