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La lucha por el derecho a existir continúa

De los hermanos Restrepo a los cuatro niños de Guayaquil

Fuentes: Rebelión - Imagen: Obra de Vilmatraca, -Cortesía de la autora. "La historia se repite..." dice Vilma al conectar el crimen de los niños Restrepo (1988) con la reciente desaparición de cuatro niños en Guayaquil: Saúl, Ismael, Steven y Josué.

Hace ya muchos años, exactamente el 8 de enero de 1988, empezó un episodio doloroso en la vida de nuestro Ecuador. En pleno gobierno autoritario del socialcristiano León Febres Cordero, dos niños fueron asesinados y desaparecidos por la acción de la fuerza pública, en medio de una perversa trama que implicó a las mismas autoridades policiales y gubernamentales. Incluso se vivió un hecho inverosímil, la búsqueda de estos jóvenes estuvo inicialmente a cargo de los propios asesinos.

La doctrina oficial hablaba de reprimir la sedición y la delincuencia aún antes de que esta aparezca: “hay que matar los pavos la víspera”, era la frase utilizada. Pedro Restrepo, padre de los niños desaparecidos, en una entrevista para la CEDHU, describía el momento que se vivía entonces: “La Policía era intocable. Ni la prensa se atrevía a hablar de las barbaridades que hacía. Nadie protestaba por las cosas que pasaban porque había miedo”.

En ese contexto tan duro arrancó una lucha ejemplar, que llegaría a significar mucho para muchas personas. En la Plaza Grande de Quito, encabezados por el padre y la madre de los niños -Pedro Restrepo y Luz Arismendi-, se reunieron quienes protestaban y exigían respuestas. Estas voces se multiplicaron cada miércoles, forjando un contrapunto que encarnó un drama humano de profunda dignidad. Fue una dura lucha de quienes buscaron justicia a este crimen atroz.

En los sucesivos gobiernos continuaron las investigaciones. Se descubrió y se sancionó a algunos de los autores materiales de la desaparición forzada, tortura y asesinato, pero los cuerpos de los infantes no aparecieron. Sus repercusiones superaron las fronteras nacionales, llegando incluso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Pedro Restrepo, que no llegó a ver nunca más a sus hijos, se fue hace un par de días, justo el día de Navidad, cuando gran parte de la sociedad está horrorizada e indignada, por un hecho similar: la desaparición forzada de cuatro niños del barrio popular Las Malvinas, en Guayaquil, por parte de las Fuerzas Armadas, en otro gobierno autoritario de derecha, el de Daniel Noboa (régimen al que le atribuyen otras desapariciones como consecuencia de la militarización de la sociedad, con las que pretende -inútilmente- enfrentar al crimen organizado).

Sin negar la necesidad de afrontar la delincuencia y el narcotráfico, en ningún caso, se puede tolerar la violación de los Derechos Humanos. Y sea cuál sea el entorno represivo que vivamos, no podemos permanecer pasivos; aprendamos de la lección de Pedro Restrepo: la única que lucha que se pierde es la que se abandona…

Hoy menos que nunca podemos ceder en la lucha por los Derechos Humanos y también por los Derechos de la Naturaleza, que se complementan y potencian mutuamente. Ahora disponemos de un marco constitucional y legal mucho más avanzado; a la par de una sociedad cada vez más concientizada sobre la importancia de dichos derechos; inclusive de organizaciones de Derechos Humanos cada vez más vigorosas y comprometidas, como la Comisión Nacional por la Defensa de los Derechos Humanos (CDH.GYE), la Comisión Ecuménica de Derechos Humanos (CEDHU), la Fundación Regional de Asesoría en Derechos Humanos (INREDH), entre otras. Y es ese esfuerzo acumulado por la lucha de Pedro y tantas otras personas, el que nos exige repensar y recrear en la práctica esa noción de derechos, pues leyes y declaraciones no bastan. Afrontamos escenarios de dominación agravados por nuevos estilos de opresión y nuevos estilos de depredación, como son los que se derivan de los desbocados extractivismos. Necesitamos, en definitiva, nuevas formas de vida digna, construyendo y reconstruyendo espacios de convivencia democrática.

¡EXIGAMOS JUSTICIA, TRANSPARENCIA Y SANCIÓN!

Alberto Acosta: Economista ecuatoriano. Compañero de lucha de los movimientos sociales. Profesor universitario. Juez del Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza (desde 2014). Ministro de Energía y Minas (2007). Presidente de la Asamblea Constituyente (2007-2008). Candidato a la Presidencia de la República del Ecuador (2012-2013).

Nota de Rebelión: Los cuatro de Guayaquil son cuatro niños (de 11 a 15 años) que fueron detenidos por personal militar ecuatoriano en el barrio Las Malvinas de la ciudad de Guayaquil el 8 de diciembre. Continuán desaparecidos.