En Rosario, ciudad devastada por las políticas neoliberales de los que se expresan en lengua de opresión, después de varias jornadas de debates culminaron dos congresos muy distintos. En uno de ellos , el oficial, monitoreado por el heredero de Franco, el Rey Juan Carlos, descendiente directo de los invasores que masacraron a los pueblos […]
En Rosario, ciudad devastada por las políticas neoliberales de los que se expresan en lengua de opresión, después de varias jornadas de debates culminaron dos congresos muy distintos. En uno de ellos , el oficial, monitoreado por el heredero de Franco, el Rey Juan Carlos, descendiente directo de los invasores que masacraron a los pueblos originarios en las epocas de la conquista y causaron nada menos que 90 millones de muertes. Allí, rodeado de alcahuetes y laderos locales, de esos que nunca faltan ante el tintinear de las monedas de oro, el zángano «Bobón», se dio el lujo de dar «cátedra» sobre la lengua opresora, como si nada hubiera pasado con los pueblos arrasados por su política de despiadada conquista.
Sin embargo, eso no fue lo más humillante, sino los discursos de sus amanuenses, aquellos que disfrutan denominándose «hispanoamericanos», como el mexicano Carlos Fuentes, quien cantó loas a la colonización y sus «ventajas», o el cipayo argentino Héctor Tizón, quien arrepentido de sus origenes, se dedicó a endulzar los oidos de «su» (la suya, claro) Majestad con referencias a la «lengua de todos».
Ni qué hablar de Sábato, siempre tan presto a los homenajes de los poderosos y tan remiso a reivindicar a los que los enfrentan.
En fin, fueron unas jornadas dedicadas a reivindicar nuevamente a quienes arrasaron y destruyen nuestras tierras, a cantar estrofas de pleitecía a los asesinos de los pueblos, a negar nuestras cientos de lenguas originarias. Todo ello, en el marco de un pais que hoy sigue sufriendo las consecuencias de los viejos y nuevos conquistadores, los de la cruz y la espada y los de las trasnacionales saqueadoras. Todas ellas, no lo olvidemos, se expresan en la lengua castellana de los genocidas y en nada se diferencias de los otros, quienes programan sus crímenes en clave anglo-sajona.
El Congreso de los que resisten
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Los pueblos que luchan, los originarios habitantes de Abya Yala, no concurrieron al Congreso de los ricos opresores, y levantaron otro escenario donde sí se expresaron las realidades de nuestro continente.
Atiborrados de publico joven y ansioso de escuchar las voces postergadas, los salones del Congreso de laS LenguaS, fueron testigos de discursos y testimonios donde se hizo un minucioso repaso de lo que significó la voz de la conquista sobre las lenguas originarias.
Ninguneado por los medios y atacado expresamente por Tizón y Fuentes (quienes para complacer a su Rey hablaron despectivamente de «ese congresito»), el Congreso de laS LenguaS fue defendido con dignidad por Adolfo Pérez Esquivel y por todos los asistentes, que en cada jornada llenaron de luz y propuestas la idea del multilengüismo y la pluralidad.
Conclusión: en Rosario, como en cualquier parte de este planeta donde el imperio occidental intenta imponer un solo discurso, la pompa y el derroche de dinero que tuvo el Congreso oficial, no pudo ahogar la resistencia y la lucha de los pueblos. Por un lado, el «Bobón», los Tizones y los Fuentes de la sumisión, arropados por una multitud de cortesanas y lacayos que disfrutan con sus anécdotas de conquista y guerra. Por el otro, la rebeldía, la resistencia, la lucha, la esperanza, el coraje de seguir batallando -a pesar de las dificultades- por un mundo sin Reyes, sin traidores, sin arrepentidos, sin cipayos, sin la opresión de una lengua única.