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Presentación del libro de Francisco Fernández Buey, Sobre Manuel Sacristán, Vilasar (Barcelona), El Viejo Topo, 2015.

De un filosofar pobre y desnudo

Fuentes: Rebelión

Sin olvidar amigos y discípulos muy próximos (Jorge Riechmann, Enric Tello, Antonio Izquierdo, Alfons Barceló, Miguel Candel, Joan Benach, Toni Domènech, Manuel Monereo, Félix Ovejero, Joaquin Sempere, Juan Ramón Capella, Jordi Guiu, etc) ni, por supuesto, estudiosos e investigadores más jóvenes (Miguel Manzanera, Giaime Pala, Óscar Carpintero, Pau Luque, José Sarrión, María Francisca Fernández, Mario […]

Sin olvidar amigos y discípulos muy próximos (Jorge Riechmann, Enric Tello, Antonio Izquierdo, Alfons Barceló, Miguel Candel, Joan Benach, Toni Domènech, Manuel Monereo, Félix Ovejero, Joaquin Sempere, Juan Ramón Capella, Jordi Guiu, etc) ni, por supuesto, estudiosos e investigadores más jóvenes (Miguel Manzanera, Giaime Pala, Óscar Carpintero, Pau Luque, José Sarrión, María Francisca Fernández, Mario Espinosa, Renzo Lorente), probablemente haya sido Francisco Fernández Buey (1943-2012) la persona que más conoció y estudió, y durante más años, la obra escrita (publicada o no), la obra oral, las inquietudes, las propuestas, las reflexiones, las dudas, las preocupaciones y el hacer y el arriesgado compromiso de Manuel Sacristán Luzón (1925-1985), desde principios de los años sesenta, cuando el autor de Contribución a la crítica del marxismo cientificista llegó a Barcelona desde su Palencia natal, hasta el final de sus días, en Barcelona, los últimos días de agosto de 2012, 27 años después del fallecimiento del que fuera traductor de Platón, Marx, Engels, Hempel y Quine.

No escribió que recordemos nada sobre él (sí con él) mientras vivió el que fuera su amigo y compañero de militancia en el PSUC, en el CANC, en la federación de CCOO y en las tenaces luchas de los PNN por una universidad democrática y digana, pero el cofundador de Materiales y mientras tanto empezó a hacerlo inmediatamente después del fallecimiento del traductor y estudioso de El Capital, tras las sentidas y no olvidadas palabras que nos dirigió aquella mañana en que despedimos en Guils al que fuera esposo y compañero de Giulia Adinolfi. Desde entonces, desde aquel agosto de 1985, no dejó de escribir sobre su vida y su obra hasta el final de sus días. Además de lo publicado, filmado, grabado y aquí recogido, hay testimonio de todo ello en numerosas cartas y conversaciones. Una de sus últimas conferencias, incorporada en este volumen gracias a la generosidad del profesor e investigador José Sarrión, impartida en Madrid en 2010, versó precisamente sobre el ecologismo socialista de Sacristán. Otro gran pensador, infatigable luchador y militante comunista democrático, le acompañó en aquel encuentro organizado por la FIM, la Federación de Investigaciones Marxistas. Hablamos de Daniel Lacalle.

Todos los grandes temas, artículos, libros e investigaciones de Sacristán, y una buena parte de sus preocupaciones, están tratados y comentados en los diversos apartados que conforman este libro. Desde sus textos de crítica literaria, filosófica y teatral en Laye hasta sus conferencias, escritos, cursos y prólogos sobre Marx, Engels, Lenin, Labriola, Gramsci, Lukács, Heller, Russell, Marcuse o Harich, sin olvidar su tesis doctoral sobre la gnoseología de Heidegger, sus esperadas intervenciones políticas, sus reflexiones sobre el compromiso poliético y el papel de los intelectuales, su aproximación a la compleja figura de Ulrike Meinhof, su interpretación del marxismo como una tradición praxeológica (y desde abajo) de transformación social, sus estudios sobre Gerónimo y las culturas amerindias, sus críticas al socialismo irreal entonces realmente existente, sus prudentes y sabias intervenciones en el diálogo entre cristianos y marxistas, su lúcido intento de renovación del ideario comunista sin arrojar el cuerpo del niño/a y la heterogénea (y muchas veces admirable) tradición por el desagüe, su singular y fructífera concepción de la filosofía y el filosofar, siempre pobre y desnudo, o, por finalizar en algún punto, sus últimas y esenciales reflexiones, muy apreciadas y estudiadas por FFB, sobre sociología y política de la ciencia.

No son ciertamente numerosos los textos o apartados en los que FFB analiza la obra lógica de Sacristán y son pocos los escritos que incursionan en sus aportaciones en el ámbito de filosofía de la ciencia (aunque esta última tarea ya fue acometida por él sustantivamente en La ilusión del método) pero son frecuentes los apuntes, notas y reflexiones nada clónicos del autor de La gran perturbación que también en estos ámbitos dan en la diana, tomando pie en los estudios más decisivos y reconocidos, y ampliando al mismo tiempo nuestra perspectiva y comprensión global de la obra y el hacer analizados. Nada propio de los trabajos de Sacristán le fue ajeno al que fuera, además de amigo, compañero y discípulo, un profundo y original conocedor de sus escritos, prácticas y enseñanzas. Pensando siempre, como hiciera en tantas otras ocasiones, fue marca propia, permanente y singular, con su propia cabeza.

Son tan numerosos los textos escritos por el autor de Marx (sin ismos), un libro donde reconocía explícitamente el magisterio que Sacristán, junto con los de Korsch y Rubel, había ejercido sobre él, que nos hemos visto obligados a hacer una selección. Hemos dejado fuera artículos que están muy lejos de ser escritos menores o sin importancia. Lo esencial, sin embargo, salvo error o desinformación por nuestra parte, está incluido en este volumen que el lector/a tiene ahora entre sus ojos. Como no puede ser de otro modo en un libro de estas características, podrán leerse intersecciones no vacías entre algunos de los textos incluidos. Pero incluso en este caso, creemos que los matices complementarios merecen ser destacados y nunca resultan ser cansinos o muy visitados lugares. El pensamiento nunca tomó cómodo asiento en el caso de FFB; un pensamiento decente debería estar en crisis permanente, comentó también Sacristán en 1983 en una entrevista con la revista Argumentos.

Nuestra tarea como editores ha consistido a ordenar los textos seleccionados y a incluir notas complementarias informativas que vienen diferenciadas siempre con un asterisco. Las de mayor extensión, señaladas por las siglas N.C. y un número, han sido ubicadas como notas complementarias al final de cada capítulo. Jorge Riechmann, uno de los grandes discípulos de ambos, gran amigo de Francisco Fernández Buey, coautor con él de varios libros imprescindibles (Redes que dan libertad, Ni tribunos, Trabajar sin destruir), ha autorizado la incorporación como cierre de algunos de los poemas que ha escrito sobre ambos. Un hermoso regalo que agradecemos muy sinceramente.

Finalmente, queremos destacarlo con nuestra mayor gratitud y admiración, el director, guionista, productor cinematográfico, novelista e historiador Xavier Juncosa ha trabajado en un nuevo documental que toma pie en la entrevista que hace unos trece años hizo al profesor de la UPF para su «Integral Sacristán». El resultado está a la vista de todos y todas. Excelente, magnífico en nuestra opinión. Nuestra deuda con él es inconmensurable y para siempre, como en aquella otra ocasión. Su película, «Filosofando desde abajo» es un complemento perfecto para este libro homenaje: ¡a la altura de los textos y el compromiso poliético y filosófico de ambos! Gràcies admirat Xavier

Se cumplen este 2015 los 90 años del nacimiento y los 30 de la muerte del autor de Panfletos y Materiales. Es también éste el tercer año desde que el estudioso de Gramsci y Weil nos dejó. Una buena ocasión, pensamos, para leer o releer la profunda, imprescindible, rica y fructífera interpretación que hizo el segundo de los escritos y hacer del primero. Como dijera en alguna ocasión nuestro maestro de la aportación teórica de Sacristán, también en este caso lo que fue capaz de transmitirnos, su inmenso reconocimiento y amor por la obra -más viva que nunca- del que fuera su camarada en mil combates justos y necesarios, es aún mayor que lo que estas páginas, en nuestras opinión esenciales, logran transmitir, páginas en las que, por supuesto, se muestra mucho de su propio y libre filosofar, de su propia concepción de la filosofía en general y de la filosofía de la praxis (y de otros asuntos afines) más en particular.

Lo que acabamos de señalar sobre este ensayo, que no es ínsulas sino de encrucijadas, no es obstáculo para considerar, más bien es una inferencia obligada, que estamos ante uno de los ensayos más esenciales del ininterrumpido hacer y pensar del autor de Leyendo a Gramsci. Un homenaje, pues, a ambos, a dos grandes filósofos del pensamiento ibérico, catalán, latinoamericano y universal que pensaron siempre con su propia, amueblada, crítica, culta, generosa, rebelde y socialista cabeza.

Su filosofar, sin apoyarse nunca en instancias de poder, se quería (y fue) pobre y desnudo. Como los hijos de la mar, como la filosofía que defendieron, crearon y abonaron, como el compromiso poliético que vertebró una parte esencial de sus vidas. Un espejo en el que podemos seguir mirándonos. Para aprender, para estudiar, para reflexionar, para admirarles, para intentar aproximarnos a sus preocupaciones, para dialogar con ellos, para intentar estar a su altura y en nuestras circunstancias. Para seguir dando batallas que ya no nos pueden parecer perdidas, que de hecho nunca no lo estuvieron.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.