Y para los gobiernos de las Américas, pésimos gambeteadores de aquello aprobado como política de Estado en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 23 de diciembre de 2013, estampado en el rostro del planeta mediante Resolución 68/237.
Así pues:
Afrodescendencia: pueblos de las Américas de origen africano, según el abuelo Zenón. Somos como 150 millones entre empobrecidos, despojados y buscadores de su ‘Madre de Dios’. El valor de consumo crítico se distribuye por países.
Blanco: color de la epistemología eurocéntrica y no solo es de la piel. Referencia al poder político en las repúblicas americanas. Casi en todas. Ahí, ¿cómo hablamos de economía política?
Carimba: antes era marca en la piel, ahora es en la mente de niñez y adolescencia americanas, mediante los programas educacionales estatales. Tiene otro nombre más propicio: colonialidad del ser y del conocimiento. Referencias obligatorias a Aníbal Quijano.
Desarrollo: uno de los ejes del Decenio Afrodescendiente. Para la afrodescendencia ecuatoriana es el estar bien colectivo. Es una interpretación que tiene tonos definidos, sea por el color del desarrollo y por las aguas turbias de los ríos esmeraldeños. O donde hay minería, eso es de aquí hasta la punta más meridional del continente.
Esclavización: esclavitud más despojo de vida, historia y cosmogonías. Cientos de años de diligente, concluyente y bien pensada deshumanización de la gente de origen africano. Diez años de insuficiencia por la deficiencia de los jodidos gobiernos blancos.
Frantz Fanon: «Tengan el valor de leerlo: porque les hará avergonzarse y la vergüenza, como ha dicho Marx, es un sentimiento revolucionario», prólogo de Jean Paul Sartre de Los condenados de la Tierra, p.10.
Gobiernos: todos con la misma deplorable condición política. Al Decenio Afro se lo pasan por el forro. Y si hace falta lo repiten.
Humanidad: no hay reparación económica, mucho menos de humanidad de los estados y sus gestores. Aún hay quienes comen filete y otros la piltrafa. Y a veces ni eso.
Inversión (de los Gobiernos): ¿por y para el Decenio Afro en reconocimiento, justicia y desarrollo? Respuesta: ¡en el 2025 hablamos!
Justicia (reparadora): otro de los ejes del Decenio Afro. «Todo lo que se construye en el territorio, cualquier filosofía que se siembra en el territorio, es reparación, autoreparación; volvemos a ser donde no habíamos sido», Pensar sembrando/sembrar pensando, Catherine Walsh y Juan García, p. 40.
Karma: la sociedad dominante ecuatoriana cree que diversidad de pueblos y naciones es exotismo para mostrar de tarde en tarde a turistas curiosos. Y eso del Decenio Afro una gramática incomprensible. Un chiste de negros tomado con seriedad de plantación del siglo XXI.
Las palabras: » …con las que un determinado pueblo ilustra tal o cual concepto tiene que ver, sin duda, con su historia y con su experiencia de vida», Óp. Cit., P. 77.
Malcolm X: Propuso ‘soltar la palabra’ sobre la reparación histórica para los afroamericanos, mujeres y hombres, en la Organización de las Naciones Unidas. Algo se consiguió, en ácida teoría, cincuenta años después. El problema de la opresión de la gente negra «es un problema humano, Y un problema que debería ser abordado por todos los elementos de la humanidad», Malcolm X, discurso del 16 de febrero de 1965.
Negativa: «yo te ofrezco, encuentra quién te lo cumpla». Lugar común en las cumbres de gobernantes de las Américas cuando se refieren al Decenio Afro.
Ñeque: bantuismo para decir: «uno, dos, tres, muchos palenques de resistencia anticolonialidad gubernamental». Por algo el Che estuvo en el Congo… antes de volver a esta orilla.
ONU: Reparación. Santa palabra, en serio. Prohibida en foros internacionales sobre afrodescendientes, hasta poner en fuga a ciertos gobiernos si algún o alguna tercermundista se ponía en plan cimarrónico. Es como rasquiña en la piel de aquella diplomacia que babea sobre «derechos humanos». Ah, la Resolución 68/237. Caramba, qué les digo.
Palenques: fueron territorio-nación, espacio autónomo, ahí indígenas y negros se la pasaban en libertad y reconstruían sus identidades destruidas por la dominación colonial. «Los más grandes ‘palenques de cimarrones’ en Ecuador estuvieron en las tierras de las Esmeraldas, lugares como Coaque, Portete, Viche, Dobe tienen historias muy importantes que contarnos…» Óp. Cit., p. 113-114.
Quilombo: no es lo que se cree en Argentina. Es lo mismo que palenque, pero en Brasil y en Palmares.
Reconocimiento: «Promover un mayor conocimiento y el reconocimiento y respeto de la cultura, la historia y el patrimonio de los afrodescendientes a través, entre otros medios, de la investigación y la educación y abogar para que la historia y las contribuciones de los afrodescendientes se incluyan de forma completa y precisa en los planes de estudio». Así inauguró la ONU la posverdad diplomática.
Sartre, Jean Paul: (El colono /el colonizado=colonialidad). «No toma en cuenta la memoria, los recuerdos imborrables. Y sobre todo hay algo que quizás no ha sabido jamás: no nos convertimos en lo que somos sino mediante la negación íntima y radical de lo que han hecho de nosotros», prólogo de Los condenados de la Tierra, de Frantz Fanon.
Territorio: «El territorio es el espacio para la reparación y la semilla que va a perdurar es el producto de la reparación. En el territorio nos reparamos, nos autoreparamos… Pensar sembrando/Sembrar pensando, Juan García Catherine Walsh, p. 41.
Ubuntu: El estar bien colectivo de la gente afroecuatoriana, de acuerdo con el abuelo Zenón.
Voces: distintos idiomas e iguales demandas, distintas geografías e igual territorialidad. Muchas voces son una sola voz para este Decenio de las Reparaciones, porque cada acto estatal o política pública es apenas unas reparación ciudadana y comunitaria.
Walter Rodney: «El camino hacia el Black Power aquí en el Caribe y en todas partes tiene que comenzar con una revalorización de nosotros mismos como negros y con una redefinición del mundo desde nuestro punto de vista», El Black Power, su relevancia en el Caribe, Walter Rodney. Pensamiento crítico del Caribe, p.211. Revalorización, reconocer el valor humano, para comprender esta demanda de reparación.
X, Malcolm: hay una ciencia de las imágenes con la cual te descomponen y cuando hablas de ‘reparación’ te hacen dudar de tu exigencia. Y quieren que ames el árbol y odies las raíces (el conflicto de algunos con la partícula ‘afro’). ¿Saben por qué? Porque «es una ciencia que utilizan, muy hábilmente, para hacer que el criminal aparezca como víctima y para que la víctima aparezca como criminal», discurso del 16 de febrero de 1965, en Malcolm X, vida y voz de un hombre negro, p. 214, Txalaparta editorial, 1991.
Yam: pronunciación (algunos despistados, también lo escriben) de jam. O sea una Hip Hop Party. Una fiesta de Hip Hop, man, por el Decenio.
Zenón, el abuelo: el abuelo del maestro Juan García Salazar. «El abuelo Zenón nos contaba que la mamá de su abuela, que Ventura se llamaba, era descendiente de una familia de africanos nobles que un día fueron esclavizados por «unos tales amos» y traídos a estas tierras de Ecuador para trabajar en las minas de oro de Playa de Oro». Fue uno de los muchos guardianes de la tradición, alguien que liberó (o soltó) la palabra para «enseñar al que llega buscando». Y también porque «la palabra que ilumina y devuelve la dignidad al corazón de los hombres y mujeres que buscan frutos en las raíces, es una virtud que se recibe cuando se nace», Pensar sembrando/Sembrar pensando, Juan García y Catherine Walsh compiladores.
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