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«Déjà vu»: Piñera y los «Pandora Papers»

Fuentes: De Frente (Ilustración de Nico Bascuñán)

A usted le va a parecer que las siguientes líneas ya las leyó antes.
Ni usted está equivocado, ni yo me estoy repitiendo; sin embargo, ambas son igualmente ciertas.

Hace cinco semanas, publicamos en esta misma vitrina la columna Mantra, en la cual hacíamos mención del reportaje hecho por CNN, al fiscal nacional Jorge Abbott, en el que se dio cuenta de las diversas reuniones que sostuvo, de manera privada y antes de ser nombrado en su actual cargo, con diversos personeros políticos. Cuestión que reflotó, ineludiblemente, lo relativo al caso SQM y la forma en que se financiaba la política hasta hace unos años, práctica que se conoce como la emisión de Boletas ideológicamente falsas.

Con motivo de aquello, en la misma entrega recordamos el célebre caso MOP-GATE, embuste que tuvo lugar en el seno de la relación entre el Ministerio de Obras Públicas, durante el gobierno de Ricardo Lagos, y la empresa Gestión Ambiental y Territorial S.A., bajo cuya sociedad tuvieron lugar el pago de sobresueldos a 129 funcionarios por trabajos que nunca se realizaron, a la vez que GATE recibía pagos por autopistas concesionadas y sus proyecciones desde el año 1997.

Vuelvo a traer a colación esto, porque una de las aristas de ese caso fue la llamada MOP-Délano, que da cuenta de la relación del dicho ministerio con la empresa M&P Délano consultores, la que falsificó instrumentos al ex jefe de gabinete de Ricardo Lagos, Matías De La Fuente (sobrino de Luisa Durán de Lagos). Recordarán ustedes que el Délano aquí nombrado es Pablo, hijo de otro ilustre que, por estos días y dados los últimos acontecimientos en la política nacional, ha vuelto a salir a la palestra, Carlos Alberto “Choclo” Délano Abbott. Pandora Papers se llama el escándalo “de turno”, recientemente dado a conocer por el medio CIPER y la plataforma LaBot.

Uno de los aspectos más relevantes del reportaje, es el que da cuenta de cómo todo este negocio comenzó a llevarse a cabo en 2010 (con firma de Nicolás Noguera, gerente general de Bancard, que ustedes recordarán por Moneda Asset, y que tiene domicilio legal en Las Islas Vírgenes Británicas), apenas si iniciado el primer gobierno de Piñera. Entre las clausulas con las cuales se selló dicho acuerdo en, ¡Oh, Las Islas Vírgenes Británicas! señalaba que la última cuota del monto de la transacción, sería pagada única y exclusivamente si es que no existiera regulación ni obstaculización alguna a la instalación del proyecto Minera Dominga.

¿Curioso, no? Porque también en 2010 y no sin cierta sorpresa, debo reconocer, veíamos como Sebastián Piñera anunciaba muy alegre, en un video subido por él mismo a sus redes, el cómo se daba por finiquitado el entonces polémico proyecto de la termoeléctrica Barrancones, en Punta de Choros, triunfo que fue ampliamente celebrado y que el grupo ambientalista “Chao Pescao” (que protestaba con remolinos de papel como gesto simbólico para comunicarle al gobierno que la energía eólica era mejor opción), se mostraba muy satisfecho asumiendo ese logro como fruto de su trabajo. No digo que ese grupo no tuviera parte alguna en lo acontecido, pero todo era demasiado bueno como para confiar, y de hecho, ¿qué pasó después?… Dominga y Puerto Cruz Grande.

¿Hartas cosas pasaron el 2010, ah? Año del terremoto.

El 28 de julio de ese mismo año, The Clinic publicó un reportaje en donde se daba cuenta de la terminal Bloomberg que Piñera tenía en su despacho en La Moneda, la que le fue muy útil para hacer crecer las arcas de esas empresas que decía ya no controlar, y para hacer compras muy convenientes, como la de los terrenos en Chiloé.

Como el hombre es un ejemplo y jamás deja de trabajar, ya en 2019, el 03 de diciembre y en medio del estallido social, nos enteramos por medio de Diario Oficial, que la familia Piñera Morel, en pleno, subía su participación bursátil en la Bolsa de Colombia. Dicho en sencillo, nos enteramos por esas fechas de que el presidente de este país y su familia, justo en medio de medio de la crisis social más importante y aguda de las últimas décadas (detalle que no duda en sacarle en cara el nacionalista Kast, quien también apoya a la patria poniendo capitales en paraísos fiscales), no encontró nada mejor que sacar su dinero del país.

Y es que el hombre siempre ha sido muy preocupado de sus afectos y de fortalecer sus lazos familiares, como bien pudimos ver cuando le “regalaba” empresas “de juguete” a sus nietos, o como cuando compartían feliz una pizza con ellos en un cumpleaños, mientras los militares que él mandó a la calle hacían aparecer como calcinados los cuerpos a los que anteriormente les habían disparado. Hay que fortalecer la familia dicen, y estas gentes tienen muy arraigado aquello, como se ve.

El escándalo que hoy nos convoca, vuelve a tener como protagonistas a estas ejemplares familias, que han robado cuanto han podido desde el fin de la dictadura hasta acá. Nueve son los hijos del Matrimonio Délano Méndez (como ya dijimos en la columna Mantra), entre los que figura Pablo, quien, junto a sus hermanos, controlan el 75% de Minera Dominga. Otro de sus hermanos, Carlos Délano, controla Penta con Francisco Lavín Chadwick, el hijo del otro involucrado en el escándalo del grupo financiero, Carlos Eugenio Lavín García-Huidobro. Familia unida, como hemos dicho.

En agosto de 2020, Dominga seguía trabada por la justicia desde 2014, justamente por los problemas medioambientales que el proyecto implica y que son exactamente la razón por la que aún hoy no termine de aprobarse del todo. El asunto es que mientras todo esto sucede, Puerto Cruz Grande goza desde el principio de muy buena salud y mueve, de hecho, una cantidad de hierro mucho mayor que el que movería Dominga, desde la costa de La Higuera, apenas unos kilómetros al sur.

Un mes después, en septiembre del 2020, celebrábamos el cierre definitivo del proyecto Pascua Lama, de la canadiense Barrick Gold, justo en momentos en que el gobierno se negaba a firmar el acuerdo de Escazú.

Lo que quiero decir, por si aún no queda claro, es que nunca es nuestro un triunfo si quienes lo celebran son ellos, y de nuevo hoy como ayer, ya nos enteraremos mañana de qué oscuros y secretos acuerdos fueron los que mediaron para que fueran ellos quienes celebraban.

Ya en diciembre del mismo año, se anunciaba como una gloriosa victoria medioambiental el cierre de Ventanas 1, dentro de lo que se conoce como el plan de Descarbonización de la matriz energética, con lo que la empresa estadounidense AES Gener perdía a una de sus plantas más longevas (en operaciones desde 1964). Lo cierto, es que lo aconteció en ese entonces fue que la empresa se acogió al ERE (Estado de Reserva Estratégica), un instrumento de “gestión ambiental” por entonces debutante, y correspondientemente aprobado por nuestra administración actual. Gracias a dicho instrumento, la generadora pudo poner en “hibernación” plantas como la mencionada (que no es de las más grandes de su propiedad, cabe agregar), mientras recibe (desde ese entonces) una “remuneración” por parte del Estado, por el hecho de “haberse tomado la molestia” de haber cesado la actividad de una de sus plantas, o las que fueren.

Insisto, no somos nosotros los que ganamos, cuando los que celebran son ellos.

Piñera necesita ganar tiempo para obtener el máximo de ganancia y beneficio en sus negocios personales, y la excusa, cualquiera: incendios, milicos, ojos menos, respiradores malos, residenciales sanitarias para familiares, etc; todo lo que desvíe la atención e implique ganar tiempo, siempre le será bienvenido. Piñera no tiene escrúpulos, ninguno. Su vocación de mercader, versus las víctimas que quedaron en las calles, en las UCIs, o los privados de libertad aun sin prueba alguna en su contra, lo confirman. Toda la gente en Talca lo sabe.

A Piñera jamás le han interesado los derechos humanos, ni aquí ni en el extranjero, menos le van a interesar los derechos medioambientales. Está obligado a cumplirlos por los acuerdos que ha ido firmando en su afán de ganar y ganar más plata, y ni aun así. Ahora podemos entender perfectamente cuál era el sentido de su presencia en la frontera Colombo-Venezolana cuando llevó esa “ayuda humanitaria” a esos mismos que hoy expulsa como si de los peores criminales se tratara; de la misma manera que podemos entender su negativa a firmar el acuerdo de Asuntos Ambientales de América Latina y el Caribe, porque, entre otras cosas, dicho acuerdo protege a los activistas medioambientales, y aquí, a esos, se los suicida.

Agrego todo esto, solo por si le faltan antecedentes de cuan ruin, indecente e inescrupuloso es quien aún nos mandata.

Así como, de la misma manera que la torpísima “confesión” de Sichel no hace más que fortalecer la posibilidad de un cuarto retiro, todo este reciente escándalo le da nuevos y necesarios bríos a los grupos y luchadores medioambientales, para esgrimir con mucha más fuerza sus justos argumentos en contra de Dominga, y eso es muy buena cosa. El asunto es que nuestra clase política y las “instituciones que funcionan” siguen siendo las mismas.

Espero equivocarme en todo, por supuesto, y espero que ninguno de los depredadores proyectos del presidente ni de sus amigos prospere, y espero que la justicia, nacional o internacional, sepa dar cuenta de los crímenes por los cuales aún sigue impune el miserable. Déjà vu entonces, puede que no sea la figura más adecuada para describir todo este bucle desesperante en que parecemos estar atrapados; pero si no lo fuera, al menos concédanme que, ineludiblemente, estamos en algunas de las fosas y zonas del octavo y noveno círculos del infierno descritos por el Dante.

“Al menos ya pasamos el purgatorio!”, replicará usted. Y sí, digamos que sí. La diferencia es que para por fin ascender a ese paraíso que tanto merecemos, lo que debemos hacer, aquí, es desafiar de una vez por todas leyes mucho más complejas y oscuras que las físicas, e invocar milagros mucho más intrincados que los narrados por el autor, tales como la reconquista de nuestra propia consciencia, de clase, por ejemplo.

Nada más, pero tampoco nada menos.

https://www.revistadefrente.cl/deja-vu-por-pablo-monroy-marambio/