Ginebra, 29 mar (PL) La causa de cinco cubanos presos en Estados Unidos por combatir el terrorismo despertó hoy emociones y solidaridad entre delegados a la Comisión de Derechos Humanos (CDH), pese a que esa dependencia de la ONU mantiene silencio sobre el asunto. Frente al recinto donde sesiona la CDH se reunieron decenas de […]
Ginebra, 29 mar (PL) La causa de cinco cubanos presos en Estados Unidos por combatir el terrorismo despertó hoy emociones y solidaridad entre delegados a la Comisión de Derechos Humanos (CDH), pese a que esa dependencia de la ONU mantiene silencio sobre el asunto.
Frente al recinto donde sesiona la CDH se reunieron decenas de funcionarios de delegaciones del Tercer Mundo y amigos de Cuba para escuchar a Olga Salanueva y Adriana Pérez, esposas de René González y Gerardo Hernández.
Ellas también hablaron a nombre de Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Fernando González, y sus familiares.
En el encuentro fue presentado el documental Misión contra el Terror, que recoge las razones por las cuales encararon la misión de monitorear y prevenir los actos terroristas que, contra Cuba, se preparan y ejecutan desde territorio estadounidense.
En la cinta el ex agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) Philip Agee reconoce que las acciones de Washington han convertido a la isla en un país «bajo cerco y asedio».
También aparece el testimonio del guatemalteco Percy Alvarado, infiltrado de la seguridad cubana en las agrupaciones contrarrevolucionarias asentadas en Miami.
Alvarado explica los planes de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) para hacer detonar explosivo C-4 en el conocido cabaret Tropicana. De no haber sido abortado habría provocado decenas de víctimas, apunta.
A su vez el abogado estadounidense Leonard Weinglass, quien forma parte de la defensa de los Cinco, como se les conoce internacionalmente, califica las condiciones de encarcelamiento y aislamiento como forma de tortura contemplada en convenciones internacionales.
El presidente del parlamento cubano, Ricardo Alarcón, recuerda en el documental que La Habana entregó valiosa documentación a Washington sobre las actividades criminales contra la isla.
Lejos de atacar al terrorismo lo que hicieron fue encarcelar a quienes lo combatían, explica Alarcón.
En esta sede de la ONU fue presentado también el libro Cartas de amor y esperanza, una compilación de las cartas enviadas por los Cinco y publicado por Ocean Press, cuya introducción estuvo a cargo de la escritora norteamericana Alice Walter.
Olga Salanueva explicó que no se trata de una novela de ficción, sino del drama humano de esos cubanos injustamente encarcelados y sus familias, condenadas a la separación.
Textos de esas misivas y versos escritos tras las rejas emocionaron a los presentes, en particular la entereza con que unos afrontan el hecho de no ver crecer a sus hijos, mientras para otros, como para Fernando González (condena de 19 años en prisión) «los hijos por tener se convierten en los que nunca serán».
En igual situación está Gerardo Hernández, quien por ley de la vida no tendrá tiempo para cumplir las dos cadenas perpetuas más 15 años que le impusiera un tribunal de Miami. Su esposa Adriana Pérez dijo que él tiene otra condena no escrita, la de no poder ver a su cónyuge, a quien las autoridades estadounidenses han negado la visa seis veces en casi siete años.
Por su parte el embajador de Cuba ante esta subsede del organismo mundial, Iván Mora, subrayó la importancia de la solidaridad internacional para una causa que, apuntó, debe ser la de todas las personas honestas del planeta.
Delegados africanos y de países latinoamericanos, miembros de organizaciones de apoyo a los Cinco y a Cuba, participaron en el encuentro. Varios de ellos firmaron postales alusivas que serán enviadas a Condoleezza Rice y Alberto González, secretarios de Estado y de Justicia de Estados Unidos, respectivamente.
Adriana Pérez dijo a Prensa Latina que en la jornada de hoy sostuvieron un encuentro con el nuncio Silvano Tomasi. El representante del Vaticano, aseguró, se mostró muy receptivo y prometió trasladar la información a la Conferencia Episcopal norteamericana.
También se reunieron con Safir Syed, asistente del relator especial contra la tortura de la CDH, quien evadió comprometerse con el caso, aunque reconoció que cumple los requisitos para ser considerado en la Comisión.