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Derrotar a las derechas

Fuentes: Rebelión

La inmensa mayoría democrática del país tiene en su imaginario derrotar a la derecha en las elecciones presidenciales y parlamentarias del 17 de noviembre próximo, una derecha representada por Evelyn Matthei, candidata medularmente pinochetista. Ante este panorama surgen dos preguntas esenciales: ¿Qué significa derrotar a la derecha? y ¿Qué candidato, de ser electo, representaría la […]

La inmensa mayoría democrática del país tiene en su imaginario derrotar a la derecha en las elecciones presidenciales y parlamentarias del 17 de noviembre próximo, una derecha representada por Evelyn Matthei, candidata medularmente pinochetista. Ante este panorama surgen dos preguntas esenciales: ¿Qué significa derrotar a la derecha? y ¿Qué candidato, de ser electo, representaría la derrota de la derecha? Para responder es necesario indagar en la historia, pues cuando Patricio Aylwin, Eduardo Frei, Ricardo Lagos y Michelle Bachelet obtuvieron sus respectivos períodos presidenciales, se dijo que habían derrotado a la derecha, y hoy, cuando Michelle Bachelet aspira a un segundo período presidencial, se dice que es la candidata que nuevamente derrotará a la derecha. Pero seamos serios y digamos las cosas por su nombre, es impresentable que los candidatos de la Concertación -hoy Nueva Mayoría- engañen al electorado por quinta vez.

Cuando un conglomerado, tal o cuál, y su candidato, triunfan en una elección, significa que llevarán a la práctica su propio programa. Es decir, el programa por el que fueron votados y no el programa del contrincante derrotado. Hacerlo, además de ser un abuso y una trampa, es una estafa y una falta de ética descarada. Lamentablemente, y hay que decirlo con mayúsculas, eso fue justamente lo que pasó desde la elección de Aylwin, tras el plebiscito de 1988, pasando por Frei y Lagos, hasta la elección de Bachelet en 2005. Nominalmente derrotaron al candidato de la derecha, pero en la práctica aplicaron las políticas de la derecha y gobernaron con ella de manera vergonzosa. Incluso legitimaron la fraudulenta Constitución de Pinochet aplicándole unas reformas artificiosas; y no conforme con eso, rescataron al genocida dictador de las manos de la justicia inglesa. El programa por el cual fue electa la Concertación en 1990 fue arrojado al tacho de basura y, como plaga, se multiplicaron los Correas, Tironis, Brunners, Escalonas, Schillings, Vidales, y otros siniestros, que dieron por tierra con las aspiraciones de un democracia de verdad. Las pruebas de la derechización de la Concertación, y la manera en que continuó beneficiando al empresariado, lo mismo que lo hizo la dictadura, y a las transnacionales, durante sus gobiernos, son cientos. Todas estas pruebas han sido publicadas en medios de prensa escrita: Punto Final, El Ciudadano, El Periodista, Le Monde Diplomatique, El Rodriguista, Fortín Mapocho y en el semanario El Siglo, órgano de prensa del Partido Comunista de Chile, y en una serie de documentos partidarios del PC, prensa y documentos que son de dominio público.

Entonces: ¿De qué derrota de la derecha se habla? ¿Qué garantía da Michelle Bachelet, de ser electa, que no volverá a ocurrir lo mismo que ha venido ocurriendo? Ninguna, es cosa de ver la nómina de su equipo económico, un botón de muestra. Quién verdaderamente, de ser electo, propinaría una derrota concreta y real a la derecha, es Marcel Claude. El programa de Marcel Claude, que incluye una asamblea constituyente, no da espacio para políticas ni acuerdos de derecha. Si triunfa Marcel Claude, los únicos acuerdos serán con el pueblo y con sus demandas democráticas. El programa de Marcel Claude apunta al fin de los abusos en previsión y salud, a entregar educación estatal gratuita, a la re-nacionalización los recursos naturales, comenzando por el cobre, y a concretar una democracia donde quién decida lo que se debe hacer sea el pueblo todo y no los politiqueros profesionales. Derrotar a la derecha no es gobernar con el programa de la derecha, derrotar a la derecha es gobernar con el pueblo y con un programa totalmente opuesto al de la derecha.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.