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Ecuador: Elecciones 2021

Dispersión/polarización (Parte I)

Fuentes: Rebelión - Imagen: Mapa de identidad de Noelya Elías Vásquez. Colectivo Primera Línea.

Este artículo tiene el propósito de examinar las condiciones políticas coyunturales de las elecciones de 2021. Razón por la cual examina metodológicamente la relación orgánica entre el bloque dominante hegemónico y la escena política; así como también intenta prever en general los resultados de la primera vuelta. Constituye un balance político para describir el estado de situación y ambiente electoral a ser tomado en cuenta en el curso del desenvolvimiento electoral próximo; incluye análisis y criterios, de mi autoría, desarrollados en documentos anteriores.

I

En medio de la aparente ineptitud e inoperancia gubernamental, el presidente Moreno se ha convertido en el paladín del afianzamiento hegemónico del bloque dominante. En esta medida se ha puesto al servicio de intereses y sectores económicos empresariales, como bancarios, de corte neoliberal, en la línea de consolidar la relación con el capital financiero internacional.

En un principio su gobierno asumió la iniciativa de modificar la institucionalidad del Estado, organismos de control y Justicia, los mismos que fueron afectados por el manejo arbitrario de los diez años de correismo, y lo hizo a través de la Consulta popular de febrero de 2018, que creo el Consejo de Participación Transitorio. En esta medida el gobierno actuó para cambiar el régimen político imperante en el marco de la forma del estado de excepción: “que fue utilizado- como me permití señalar- en la fase correísta, cuando por caso, sin suficiente sustento constitucional del estado de derecho, es decir arbitrariamente, se modificó en diciembre del 2015 la constitución utilizando la figura de las enmiendas constitucionales, y que en el periodo de Moreno ha sido necesario para cambiar las condiciones institucionales ligadas al periodo de Correa[1]/[2].

Mencionada mutación estatal y modificación institucional, por otro lado, que fue aplicada por el gobierno de Moreno, como necesaria mediación, para impulsar una política económica ligada a los grandes intereses empresariales del Ecuador, (que lucraron y acumularon durante el gobierno de Correa), imponiendo una alternativa económica neoliberal, (ligada a las condiciones del FMI), aunque el gobierno no haya logrado su implementación completa.

Más tarde en los  meses de agosto-septiembre de 2020, el gobierno logro   renegociar una parte de la deuda externa, plazos, monto e intereses, inclinando la balanza a favor de los tenedores de bonos (capital financiero); así mismo semanas después firma con el FMI un convenio  para  recibir un préstamo de 6.500 millones de dólares, donde se destacan  condiciones, acuerdos y/o consensos,  como  la austeridad fiscal y el desmantelamiento del estado, generando un proceso de privatizaciones de las empresas públicas, y que ha llevado al flamante ministro neoliberal de derecha, Mauricio Posso, a prometer tres reformas en respuesta a las condiciones del FMI, la reforma fiscal, la laboral, y la del IESS, que tendrán la marca neoliberal de la  hegemonía en curso.

“donde se puede advertir la clara intención de cerrar el círculo de la economía, como decía, su re primarización, la privatización, el extractivismo y la hegemonía del capital bancario nacional y financiero internacional, asunto que se deja ver en la urgente propuesta legal que planteaba dotar de autonomía al banco central”[3]

Y adicionalmente la reforma laboral para precarizar el uso de la fuerza de trabajo.

Conjunto de condiciones y acuerdos, considerados como el contexto determinante de las elecciones de 2021, que sujeta y subordina al Ecuador, al Capital financiero internacional y crea los mecanismos para salir de la recesión e incrementar el nivel y ritmo de la acumulación capitalista interna. El análisis económico de nuestra situación debe tomar en cuenta estas premisas para explicar críticamente, desde el dato empírico, la situación de la economía ecuatoriana.

En esta perspectiva vale anotar que la gestión gubernamental de Moreno ha contado con la asesoría de un grupo de poder político-ideológico de derecha, estructurado ad-hoc para diseñar e implementar la estrategia que enfrente la crisis y la hegemonía dominante. Se conoce que en el grupo, el colectivo Cauce Democrático,  se han destacado personajes cercanos al círculo de gobierno, como el ex presidente Oswaldo Hurtado, el candidato de derecha  Guillermo Lasso y el banquero Fidel Egas, como también otros sectores e importantes actores; así como  connotados medios de comunicación, Ongs e intelectuales y editorialistas de prestigio; todos convencidos de la necesidad de emprender ideológica y prácticamente en la aplicación de un modelo de corte neoliberal como forma de salvación del Ecuador; en oposición a la concepción y practica  correista, y de sectores  del movimiento social y la izquierda; en la perspectiva  de estructurar la hegemonía  y el dominio político en los próximos años;  respondiendo así a la necesidad de articulación de nuestra economía, en medio de la crisis capitalista mundial, principalmente del capital financiero internacional,  y profundizar formas de acumulación rentistas y especulativas donde se destaca una amplia política  y explotación extractivista minera  entre otras políticas públicas.

II

En base al discurso ideológico y político del anti correismo, emblema de estos años (que ha llevado a una importante polarización de la sociedad entre correistas y anti correistas),  el gobierno de Moreno ha puesto de manifiesto su orientación gubernamental principal. En esta perspectiva, sectores sociales y de la izquierda, desde una posición democrática contraria al autoritarismo, y en defensa de los derechos humanos y la libertad de expresión, aunque con débil autonomía y respuesta estratégica como posición táctica clara han coincidido en la práctica, en determinadas circunstancias, con la línea del anti correismo implantada por el gobierno, sectores de derecha e intereses hegemónicos del capital financiero.

Dicha posición cambio sustancialmente el momento previo a octubre cuando quedó disuelta tal estratagema frente a las movilizaciones del año 2019 y la ruptura formal de diálogos en agosto de aquel año[4]. Para enfrentar este giro y evitar su desestabilización, el régimen y bloque dominante actuaron en unidad durante el extraordinario levantamiento y movilización indígena y popular, contra hegemónico de octubre de 2019. El más importante de la década. En dichas circunstancias me permití decir, al examinar esta coyuntura y hacer un balance de los resultados políticos:

“al concluir la movilización y asistir al dialogo con el gobierno, donde se acordó el cambio del decreto 883, la fuerza autónoma del movimiento social se vio atenazada y atrapada por la intervención decisiva de las dos principales estrategias mencionadas produciéndose finalmente la vinculación y coincidencia con la táctica y estrategia del gobierno y el bloque dominante. Como se decía, en esos días: «todos corrieron a sostener al presidente moreno», frente a aquellas fuerzas, principalmente del correísmo, que buscaban la desestabilización y cambio de régimen.[5]

En dichas circunstancias el movimiento indígena y popular de octubre, que tuvo significativa expresión, terminó debilitando y diluyendo sus principales demandas, contrarias al modelo neoliberal y al Fondo Monetario Internacional (FMI), en momentos en que ya se percibía la decadencia de esta política y organismo a nivel mundial, y que me permití señalar:

“El proceso de debilitamiento del FMI en la región y otras partes del mundo, como Grecia y Portugal, responde a una situación que se vive en el planeta en relación con el nuevo momento de la globalización capitalista, el mismo que tiende a orientarse al predominio de intereses ligados a las grandes corporaciones transnacionales, en asocio con el fortalecido capital financiero mundial, desplazando a segundo plano al capital multinacional, en el contexto de la significativa y estructural presencia en el mundo globalizado de China, India y Rusia como las principales potencias que disputan una nueva situación y hegemonía planetaria.[6] 

Y en la perspectiva entonces de dar continuidad a la lucha de octubre 2019, en respuesta a la maniobra gubernamental y dominante, la estrategia  del movimiento popular,  genero una nueva iniciativa y estructuró con diversidad de organizaciones sociales y populares el Parlamento de los Pueblos; decíamos en el mencionado artículo:

“… en esencia < el Programa del Parlamento de los Pueblos> planteaba un tránsito y superación de la crisis económica desde una postura reformista y distribuidora de la riqueza contraria al FMI, como dice la propuesta mencionada el que más tiene más paga proponiendo que los 270 grupos económicos más grandes del país paguen un impuesto a la renta extraordinario.”[7]

Esta iniciativa le permitió al movimiento social de Octubre 2019 resarcir el golpe político gestado y unir y recoger las demandas de todos los sectores populares que participaron en Octubre y formular un programa mínimo para el periodo, desde otra visión y modelo económico, “La Minga por la Vida”  que destaca lo siguientes principales  ejes: 1) salud para la vida, 2) seguridad social para los pueblos 3)  una política económica transformadora y comunitaria que ponga el cuidado y la justicia social en el centro 4) educación para los pueblos: pública, comunitaria, intercultural y de calidad 5) la soberanía alimentaria, redistribución y justicia para el campo ecuatoriano, y 6) la recuperación de la madre tierra: políticas anti extractivistas.[8]

III 

De tal manera  que la  estructuración de la hegemonía,  a nivel del bloque dominante, que puso de manifiesto    diferencias de matiz con el periodo anterior, ha tenido en esta fase gubernamental de Moreno, un reto definitivo: el de la representación en la escena  donde propiamente “se cocina” la política hegemónica en momentos de crisis generalizada de la representación,  misma que se ha  dado, en medio de la descomposición,  desprestigio y descrédito de los partidos políticos, y del gobierno de Moreno, en el contexto del manejo ineficiente y corrupto de la crisis sanitaria y económica generada por la pandemia del coronavirus, así como también de un ambiente ideológico de corrupción y anticorrupción, como escándalos sobre procesos judiciales para sancionar a los funcionarios del gobierno de Rafael Correa, y al mismo ex presidente.

En estas condiciones, en el Ecuador se ha configurado una escena  electoral, convulsa y anárquica, de gran dispersión y/o fragmentación ideológica y política, como tergiversación  comunicativa; donde perviven mecanismos y formas de la vieja partidocracia;  la descomposición política y ética de la gestión pública, la limitación e ilegitimidad institucional de la Asamblea Nacional, la imposibilidad de mínimos acuerdos de carácter nacional, la subordinación a intereses foráneos de sectores dominantes; la deslegitimación del Consejo Nacional Electoral(CNE) que puede, eventualmente, ser manipulado arbitrariamente y/o  conducido a situaciones de fraude electoral; asunto  que dependerá de la correlación de fuerzas que termine manifestándose en el confronta miento institucional y legal en el curso del proceso electoral.

Mencionada situación que ha creado un ambiente de difícil desempeño y operación, de los partidos y movimientos electorales, así como también de configuración y respuesta de las tendencias que se despliegan en estas elecciones. En esta perspectiva es necesario tener en cuenta las reformas a la ley Electoral y su reglamento, que establece un periodo para definir alianzas y ratificar candidaturas, el mismo que se dio hasta el 3 de septiembre. Este es un incentivo legal que pretendía contribuir a superar la extrema fragmentación en la realización de las primarias en los partidos y movimientos políticos para seleccionar candidatos a la presidencia y asambleístas   nacionales y provinciales

Sin embargo de lo dicho, es necesario examinar la escena electoral, y enumerar caracterizaciones y conjeturas, para ubicar, entre otros factores, intereses, ideología y límites de la representación política en el Ecuador de hoy, así como prever los resultados en el 2021. Se vuelve de particular interés observar la profundidad de la crisis de representación política, especialmente de izquierda, donde se requiere examinar   el probable desplazamiento en la representación,desde el correismo que ha aparecido en estos años expresando predominantemente a la izquierda, hacia el movimiento social radical liderado por el sector indígena, y que tuvo tan importante significación en las movilizaciones de Octubre de 2019.Tema de vital importancia, queserá corroborado por el desempeño de las distintas tendencias en las próximas elecciones 2021.Surge entonces la pregunta: ¿Cómo se expresara electoralmente este cambio de representación de la izquierda que desplazaría a la corriente correísta, en medio de una situación de tensión entre Pachacutik y el movimiento indígena y popular?

Se encuentra configurada, por otra parte en el Ecuador, a nivel de escena, una sui generis dialéctica, que combina la dispersión y fragmentación de la representación, con la polarización.

La dispersión y/o fragmentación  como resultado de la escena descrita e incentivada por los cambios legales generados en la última reforma al  Código de la Democracia, como también por la multiplicación de partidos movimientos y agrupaciones,  motivadas por la participación a la presidencia y a la elección de asambleístas. Como recuerda atinadamente Ivan Fernandez en un artículo inédito al referirse al fenómeno de dispersión electoral:

“A todos ha escandalizado este nuevo record del país: 16 binomios participarán en las próximas elecciones de febrero de 2021. ¿Por qué tantos candidatos presidenciales en un país pequeño como el Ecuador? Por las mismas razones por las que tenemos registrados 283 organizaciones políticas en el Consejo Nacional Electoral (8 Partidos Políticos, 16 Movimientos Nacionales, 72 Provinciales, 167 Cantonales y 20 parroquiales). Por las mismas razones que tenemos el record mundial de 19 Constituciones aprobadas y algunos ya están pensando en la Constitución número 20 (¡¡¡), como si cambiando las leyes en el papel se puede cambiar la sociedad. [9]

La polarización, por otro lado, determinada principalmente por la estrategia anti correísta conducida, por la derecha política ecuatoriana, que ha creado e incentivado el confronta miento ideológico, político y ético, entre dos grandes conglomerados del Ecuador, los correistas y los anti correítas, produciendo así el enfrentamiento, desde concepciones ideológicas dogmáticas, sectarias, de corte religioso, abiertamente contrarias a las renovadas formulaciones de la iglesia católica  en la nueva etapa  del Papa Francisco[10], y de actitudes de odio y racista (principalmente con los indígenas), que ha exacerbado la mencionada polarización, la misma  que se ha manifestado en contra del movimiento indígena, recordando el racismo y el patriarcalismo colonial del dominio  ideológico cultural  ecuatoriano, fortaleciendo así  una ideología y cultura dominante obsoleta y reaccionaria, que hace recordar  esa proposición que concibe la política como la dialéctica entre amigo/ enemigo del filósofo político del fascismo Carl Schmit. [11]Sin duda el mencionado confronta miento adquiere ribetes significativos que conduce al antagonismo social de dimensiones estructurales, que eventualmente, se manifestara en el próximo periodo.

En esta perspectiva se ha hecho uso de mecanismos jurídicos y políticos, como la “politización de la justicia”, en el contexto de las mencionadas formas del estado de excepción, así como  ofensivas legales  como aquella que se dio, por iniciativa del Contralor General, para descalificar al partido instrumentado por el Correismo en su participación seccional del 2018 , así como  la referida a  la justa sentencia  por sobornos que ratifico el Tribunal de Casación contra 18 funcionarios del anterior régimen acusados de soborno,  y que  involucro al ex presidente R. Correa[12], determinando la imposibilidad de su participación como candidato en el proceso electoral.

En este aspecto de la mencionada estrategia,   aún no se advierte la profundidad de  los efectos político-electorales de la  decisión tomada por los jueces en semanas pasadas, ¿se generó una nueva victimización que ha promovido electoralmente a esta corriente?. Ofensivas, en todo caso, que han terminado victimizando a la mencionada tendencia, victimizándolo y promoviéndolo. Sin duda todos estos años han estado conducidos por esta estrategia.

Precisemos: la estrategia “anti correista”, se ha constituido en este periodo en un “bumerang”, que regresa y afecta a los sectores proponentes. Situaciones de dispersión de la derecha y la centro izquierda pueden atribuirse, entre otros factores, a este  antagonismo unilateral, y  en consecuencia ha conducido a la consolidación de  la mencionada tendencia, su representación y bastiones electorales, obteniendo efectivamente  beneficios electorales, (de hecho en el momento de redactar este artículo, las preferencias electorales le dan a la tendencia correista un 18,2%  según la encuestadora interviú); haciendo previsible su llegada a la segunda vuelta electoral Presidencial en el 2021,

Otro rasgo destacado de la escena electoral, especialmente, para las visiones de sectores orientados al marketing, es  el “estado de ánimo” del votante, determinado principalmente, por los efectos de la crisis de salud y económica; así como también el rasgo de la significativa indecisión electoral, equivalente al 70% del electorado, dejando el 30% – según el criterio de algunas encuestadoras- como una  muestra importante del electorado que ha decidido su voto, y que podría constituirse en indicador de la evolución futura del comportamiento electoral. En todo caso,  más allá de las descripciones empíricas, de carácter circunstancial,  están aquellas que se refieren a aspectos estructurales, que muestran las tendencias sociales e ideológicas, mismas que eventualmente podrían ser más correspondientes a la realidad del momento  en que se advierte la pugna  de tres principales tendencias; derecha, izquierda/ movimiento indígena, y correista. Quizás esto puede permitir prever, más allá de la reducción empirista y circunstancial, los resultados electorales 2021.

Fenómeno y proceso que hay que dimensionarlo, por otra parte, tomando en cuenta la raigambre de la  tradición cultural política del populismo ecuatoriano; donde se requiere recordar la importancia, que en nuestro país, tuvo  históricamente el populismo de Velasco Ibarra, que con diferencias-.y claras diferencias- expresa  lo que hoy ha representado en el Ecuador el populismo de Rafael Correa.

La extraordinaria acción contra hegemónica, de octubre 2019, no obstante, genero un espacio y una fuerza, desde las organizaciones sociales y el movimiento indígena, que limito   este uso perverso del movimiento social por parte de la mencionada estrategia de derecha,  al mismo tiempo que puso de manifiesto el renacimiento de la auténtica representación de izquierda. El proceso electoral del 2021 es un espacio y forma, que sin duda crea esta posibilidad de continuidad y abre un nuevo momento histórico de desarrollo del movimiento social y de la izquierda, la tradicional y la nueva, la crítica y la no institucional. Esta es la significación más destacada del proceso electoral y adquiere sui generis importancia,  obligando a las izquierdas críticas a definir un comportamiento político que no se reduzca a la abstención electoral; en la medida que  es un recurso que da cuenta de la  continuidad de una genuina lucha, como la de Octubre, pero que no deja de mostrar limitaciones, que en el accionar político, debe ser asumida  y utilizada como forma que abre condiciones para promover movilizaciones  e insurgencias futuras.

IV

En este escenario de la lucha política descrita, que se manifestara en un determinado resultado en las elecciones de febrero del 2021, se han encontrado los dilemas e incertidumbres, como los límites y posibilidadesde la participación electoral de la derecha y de la izquierda, del movimiento indígena, como del correismo, y otras tendencias políticas como las de centro-izquierda.

Moreno ha actuado incentivando esta lucha, y ha hecho un “juego de abalorios” para poner el combate a la corrupción como el aspecto principal de la política pública. Farsa y estrategia en la que se ha escondido él y tantos corruptos de bajo perfil como A. Bucaram, pero que sirve también para distraer y contrarrestar la fuerza e intereses del movimiento social.

La interpretación de las tendencias y desempeño político electoral, desde una perspectiva crítica, que no se reduzca a la circunstancialidad del mencionado evento, debe partir de una premisa fundamental: la interrelación entre el carácter de la estructuración hegemónica del bloque dominante, por una parte y por otra, el desempeño de las tendencias, las mismas que se expresan en el campo de la representación o escena política, con sus propias reglas y expectativas.

Una clara precisión de estos niveles y sus diferencias permitirá interpretar sin equívocos y sin reducciones económicas y/o electorales, a la izquierda y a la derecha como a otras tendencias; y sobretodo identificar y examinar los nexos que se entretejen (no mecánicamente) entre el campo del poder (bloque dominante) y la representación en la escena, en el contexto de la crisis e inestabilidad mundial del capital, especialmente, del financiero.

Para una mejor comprensión del fenómeno ecuatoriano es interesante tener en cuenta, la siguiente visión:

“Autores como Lazzarini afirman que los grupos económicos nacionales suelen conformarse a partir de lazos familiares, que se sostienen por las relaciones de cercanía y entrelazamiento entre economía, política y aparato estatal. Es por ello que únicamente pueden acrecentar su capital y expandir sus fronteras en la medida en que cuenten con el apoyo del Estado, además de redes clientelares con economías extrajeras. Para el fortalecimiento de estos grupos económicos privados nacionales, es necesario crear lazos entre actores privados y públicos, sumados los gobiernos y demás actores de la esfera pública.[13]

Dinámica y nexos,   que conforman el espacio de definición del bloque dominante en su intrincada relación estatal, donde se interrelacionan los distintos intereses de grupos y de sectores ligados a determinadas actividades económicas. En el caso del Ecuador, la mediación institucional y política de la esfera de la representación, como una de las claves para entender y explicar el curso del proceso electoral y sus resultados o escena, se suele confundir, en el análisis, con la del bloque en el poder. Una suerte de rezago oligárquico lleva a concebir e interpretar, sin diferencias, los intereses económicos, sin más, atados a los políticos.

En todo caso, un enfoque desde una  visión crítica de las ciencias sociales, debe ser capaz de identificar la relación, complejidad y contradicciones de estos dos niveles, el del bloque y su hegemonía, por una parte y por otra, el de la escena o representación donde se requiere identificar las in correspondencias [14] e incongruencias entre el uno y el otro aspecto, particularmente en momentos, como el que vive el Ecuador, de crisis o frágil configuración hegemónica,  determinando la lucha y disputa de las distintas fracciones del bloque y del campo popular.

Con estos antecedentes de status teórico, a continuación se examina el curso de la escena electoral. Las características de dispersión/polarización del escenario electoral, muestra el difícil momento de definición hegemónica, a nivel estrictamente político, el mismo que se complejizó y se evidencio en el último periodo, cuando se arribó a la etapa de inscripción formal y legal de las candidaturas, en medio de la situación de inestabilidad y confusión generada por los diversos criterios legales y reglamentarios que se han debatido para calificar la idoneidad de los binomios presidenciales. De hecho se ha planteado, principalmente, la descalificación de la tendencia Correista; y el el Frente de Unidad por la Esperanza, UNES, ha impugnado la candidatura de Lasso por su vínculo con paraísos fiscales.

En una de las últimas sesiones del mes de Octubre, el CNE resolvió, utilizando la figura de la “subsanación”, negar las impugnaciones y aceptar la calificación de la una y otra tendencia, ¿correlación de fuerzas? ¿Vínculos entre agrupaciones de la una y otra tendencia?. Hecho que ciertamente revela desajustes e in correspondencias en el bloque dominante y en la alianza electoral de la derecha. En este aspecto podría ser sintomático e ilustrativo el caso del comportamiento de uno de los vocales socialcristiano del CNE que voto por la calificación de la candidatura mencionada.

En estas circunstancias o panorama electoral, confuso e incierto, cuando se habían manifestado posiciones y voces(principalmente de la derecha),  que llamaban a sacar de la contienda al correismo (incluso se llegó a firmar por parte de un articulista de prestigio que el propio correa tendría esta objetivo); el Tribunal Contenciosa Electoral (TCE),  el día 20 de Octubre, sensible a la correlación de fuerzas y aplicando  el reglamento electoral, negó la demanda y dio paso a la calificación del binomio correista, ¿qué sucedió? ¿Se abre una nueva incertidumbre?, especulándose sobre la posibilidad- como en Bolivia con Arce elegido presidente el 18 de Octubre- del triunfo en primera vuelta de la mencionada? En todo caso, una observación objetiva, de acuerdo con algunas encuestadoras, hace prever que el binomio mencionado entrara en la primera a dirimir la presidencia de la república, en la segunda vuelta electoral.

Donde el “karma” de la estrategia anti correista-polarizadora, puede llevar a un nuevo fracaso que ponga en cuestión la expresión política (en escena) de la derecha en tanto expresion de la hegemonía del bloque dominante. ¿Entramos entonces a una forma distinta de interrelación, bloque dominante y escena política? ¿Desajustes e in correspondencias en la articulación de las fracciones dominantes en el bloque? Difícil, muy difícil encrucijada,   que lleva incluso a plantear el cambio de modelo de estado hacia la autonomía o federalismo, como sugirió Nebot, en la conmemoración del bicentenario de la independencia de Guayaquil, el 9 de Octubre pasado.

Lo cierto es que   la sorpresa/ maniobra, que llevo a especular sobre la descalificación del correismo no se ha concretado en el Tribunal Contencioso Electoral (TCE), donde ha cursado una demanda de ilegalidad de la calificación del binomio Arauz- Rabascal. Así mismo han caído múltiples reflexiones y conjeturas, como especulaciones, sobre todo aquella  de derecha extrema, como la del articulista del Universo Perez Luce, que declaró que es  ilegal e ilegítima la calificación a la mencionada candidatura proponiendo en consecuencia desconocer la resolución del CNE. Un nuevo intento por cuestionar al binomio Arauz-Rabascal fue desestimado por el CNE el 31 de octubre.

En este sentido las distintas posiciones, especialmente de la derecha, han medido situaciones de correlación de fuerzas políticas y han calculado las respuestas electorales de la población; donde se puede identificar algunas posiciones dentro de esta corriente ideológico -política, como la antes mencionada; y que se mueve en una abanico disperso y amplio, desde la exclusión a la permisividad de la participación del mencionado binomio. Algunas de ellas más matizadas son favorables a la participación en tanto argumentan la necesidad de apertura, coincidiendo así con acuerdos que se generaron en el pasado inmediato, en temas principalmente legislativos.

En estas circunstancias, de debilidad e incongruencias en las respuestas para enfrentar el desafío político de la hegemonía en ciernes, se pretende en el proceso del desempeño electoral crear condiciones políticas   para imponer la expresión y linea, que corresponde al bloque dominante en el campo electoral, vale decir la representación de la debilitada   tendencia de derecha. En este sentido el momento se vuelve inestable e incierto, y puede llevar a consecuencias de difícil previsión, así como decisiones arbitrarias de corte autoritario, propias del estado de excepción, para concretar la hegemonía con la candidatura de derecha; situación que incluso podría conducir a tentaciones que busquen imponer la hegemonía a “sangre y fuego”, sin ninguna legitimidad, en base a la coacción arbitrariedad y autoritarismo, profundizando la crisis política.

“Está a punto de abortar- decía el presentador socialcristiano de TV, Carlos Vera-   la alianza PSC-CREO». «… decimos quienes creemos en ella, como yo y lo advertimos a tiempo. Felizmente, no soy la única voz, Pedro Valverde, articulista de El Universo lo dijo la semana anterior. 

“Ahora cuál es el origen del tema – reiteraba el mencionado presentador- ; se firmó una alianza extraña, porque no incluye participación en el gobierno. Respetuosa, porque no tiene injerencia en el plan de gobierno de Guillermo Lasso. Y distante, porque después de la reunión no se han vuelto a encontrar. Sin un buró político común que se reúna todas las semanas. “[15]

Por otro lado el consultor internacional en temas electorales, Jaime Durán Barba, en un reciente artículo de opinión intitulado        «Meritocracia y Mediocridad», afirmaba: 

«Cuando empezó el gobierno de Lenin Moreno le aconsejamos que se dedique a solucionar los problemas de la gente y se olvide de perseguir a Rafael Correa. Hizo lo contrario. Sacó a Correa de la competencia electoral, pero tiene la peor imagen presidencial del continente. Quien encabeza las encuestas es el candidato de Correa, seguido por un candidato del partido indígena Pachakutik. Va tercero un banquero en un mal tiempo para ser candidato y banquero. Alguno de los 14 candidatos menores que se inscribieron podría tomar fuerza. En un país en el que el 90% de los habitantes ha perdido la esperanza puede pasar cualquier cosa». (jtr)[16]

Tácito reconocimiento de la ineficacia y desastre de la estrategia de derecha, centrada en forma unilateral en el anti-correismo, que en distintos eventos políticos y jurídicos ha victimizado a Correa y el correismo, promoviendo y generando mayor adhesión social e ideológica de sectores de la población, lo que se ha traducido hasta el momento en una importante intención electoral del voto decidido hacia el mencionado binomio. Estrategia que- como decíamos en párrafos anteriores- sustentó la posición de la derecha política en todo el periodo de Moreno.

Compleja situación  que, por otra parte, como es obvio por lo examinado, podría determinar  la imposibilidad del acceso a la presidencia  de la alianza derechista de Creo con PSC, en la medida en que la escena muestra su débil consolidación; al mismo tiempo que se observa de manera importante el ascenso y crecimiento de la candidatura de Yaku Perez de Pachacutik, y la fortaleza social-electoral e ideológica, del binomio Arauz-Rabascal, a pesar de los juicios anticorrupción, legítimos juicios,  generados a los  integrantes del gobierno anterior,  desde la mencionada estrategia  equivoca de la derecha. Finalmente entonces, al 31 de octubre, se preveían tres tendencias principales- según la mayoría de encuestadoras- que tendrían la posibilidad de llegar a la primera vuelta en el 2021, la derecha, la izquierda – Pachacutik,  y el correismo. Previsiones antes señaladas respecto al resultado de la primera vuelta, a realizarse el 7 de febrero de 2021,

En el mismo sentido examinado, la situación  electoral   coincide con circunstancias de descontento y protesta social que muestran un estado de ánimo del movimiento social, similar a Octubre de 2019,  mismo  que demanda al gobierno rectificaciones de la  política económica,  en  momentos en que se han deteriorado dramáticamente las condiciones de vida, ha crecido exponencialmente el desempleo y ha caído la actividad del pequeño comercio ambulante (informal), situación que puede contribuir objetivamente a incentivar la actividad de organizaciones sociales impulsando reacciones y enfrentamientos similares a  octubre  de 2019. Organizaciones sociales y dirigentes han llamado a manifestarse en este sentido, y el FUT convoco el 22 de octubre a una movilización de protesta nacional; cuestión que podría poner en peligro la misma estabilidad del proceso electoral.

De tal manera, que el proceso de definiciones legales e institucionales examinadas, se encuentra en un momento de tensión (en las primeras semanas de octubre 2020), que muestra la difícil interrelación dialéctica entre los niveles del bloque dominante y la escena política, dificultando,  incluso impidiendo, la línea que cierra el círculo estratégico del dominio político, en correspondencia con la representación  de derecha[17]

V. conclusión

En estas circunstancias examinadas en el panorama electoral 2021 se presentan las siguientes preguntas, ante la debilidad de la candidatura de derecha: ¿podría surgir sorpresivamente un outsider de sus propias filas o de centro derecha?,¿Cómo influirán las posibles y reales movilizaciones sociales que se aprestan a reaccionar contra la política del gobierno de Moreno y las deterioradas condiciones de vida?

¿Cómo se pretende cerrar el círculo de la aplicación estratégica del dominio político, aquel centrado en el anti correismo?, es decir ¿se ha debilitado a nivel de la representación política (de la escena), la hegemonía dominante del bloque de poder?,

¿Se abre un momento de incertidumbre que podría desequilibrar esta hegemonía, poniendo de manifiesto, en consecuencia, la falacia de la estrategia anticorreista que ha conducido la política en estos años? por una parte y por otra, ¿se ha afectado la condición contra hegemónica del movimiento indígena y popular, que fue determinante en la acción insurgente del mes de Octubre de 2019, al dejarlos resquebrajados en el proceso prelectoral de definición de candidatos?

Desde este punto de vista ¿se ha fortalecido la ofensiva hegemónica que el bloque dominante genero a raíz del levantamiento de Octubre, con el objetivo de  recuperar el dominio ideológico-cultural y reprimir tan extrema situación social.?.

Ofensiva de carácter ideológico, de fuerte tono racista, como de tergiversación comunicativa y que en la primera vuelta ¿tendería a cerrar con la consolidación de la hegemonía por el lado de la representación de la tendencia de derecha y el debilitamiento de la contra hegemonía?

Termina así el artículo, en esta primera parte, con una serie de interrogantes propios de la incertidumbre de las elecciones 2021. Queda para una próxima entrega el examen de las tendencias principales que se encuentran participando y confrontando, sus programas y estrategias, así como nuevas y precisas previsiones de resultados electorales. Análisis que tendrán como premisa algunos de los elementos planteados en el presente documento, así como la interpretación del con texto geopolítico en tanto que incidirá en el resultado final en el 2021.

(Fin primera parte)

Quito 4 de noviembre de 2020

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Vera Carlos, director del programa «Al Día», de Max Tv Online


[1] Muñoz, Francisco. Coyuntura: marzo 2019. En https://rebelion.org/coyuntura-marzo-2019/

[2] Nota:  la configuración del estado de excepción “Quizás uno de los temas políticos, estructurales más importantes de América Latina- decía en un artículo – es que se viven cambios significativos de la forma de Estado, fenómeno que ha llevado a Mantovani a enfatizar en la estructuración del “Estado de excepción”, es decir, un Estado en el que se debilita el:

“…orden jurídico, [lo que] se ha convertido durante el siglo XX en forma permanente y paradigmática de gobierno. Una idea que Agamben retoma de Walter Benjamín, en especial de su octava tesis de filosofía de la historia, que Benjamín escribió poco antes de morir, y que dice: «La tradición de los oprimidos nos enseña que el estado de excepción en el cual vivimos es la regla. Debemos adherir a un concepto de historia que se corresponda con este hecho».[2]

[Así]”…el totalitarismo moderno –dice Agamben– se define como la instauración de una guerra civil legal a través del estado de excepción, y esto corre tanto para el régimen nazi como para la situación en que se vive en los Estados Unidos desde que George W, Bush emitió el 13 de noviembre de 2001 una «militar y orden» que autoriza la «detención indefinida» de los no-ciudadanos estadounidenses sospechosos de actividades terroristas.[2]

Precisamente afirme en el mismo documento

A esto responden los regímenes de excepción que ponen por delante el autoritarismoy que –decía a propósito del acceso a la presidencia de Brasil del ultimo mandatario (2018)- el gobierno de Bolsonaro anuncia ahora su vigencia en línea neofascista; donde se encuentran-siguiendo a Agamben- la transformación de la vida política de las llamadas democracias, la ambigüedad del derecho constitutivo del orden jurídico y el aumento del decisionismo del poder ejecutivo. En definitiva, la terminación de esa importante función por la cual, como decía Norberto Bobbio, el derecho disciplina a la política.”[2]

Me he referido a este contexto general sobre la evolución del estado en América Latina, especialmente de las formas del estado de excepción para comprender y profundizar la interpretación electoral en juego en el Ecuador de 2021, (en articulo Bolsonaro un Signo de los Tiempos, 2017, Rebelión, com

[3] Meyer, Eric Stefano (2019). El paquetazo y la autonomía del Banco Central, algunas reflexiones. En https://www.alainet.org/es/articulo/202616

[4] Iza, Tapia y Madrid. 2020. Op. Cit., págs. 81-88.

[5] Muñoz, Francisco (2019). Octubre 2019, Contra Hegemonía y Política. En https://rebelion.org/octubre-2019-contrahegemonia-y-politica/

[6] Ibid.

[7] Ibid.

[8] Los ejes de la “Minga por la Vida” del Parlamento de los Pueblos. Observatorio del Cambio Rural (2020). Disponible en https://ocaru.org.ec/index.php/debate-rural/item/10247-parlamento-de-los-pueblos-organizaciones-y-colectivos-sociales-lanzan-una-propuesta-para-afrontar-la-crisis-minga-por-la-vida

[9] Ivan Fernandez, Articulo Inédito, en  correspondencia personal, circulación restringida, Octubre 2020

[10] Hurtado Oswaldo en una entrevista concedida a la Revista VISTAZO en Mayo de este año decía..” y ahora en el siglo XXI con el Papa Francisco, con sus ideas anticuadas, impropias de un jesuita, que se supone debe tener las lecturas al día”

[11] Carl Schmit, figura esencial del movimiento revolucionario conservador  12​ y un prominente miembro del Partido Nazi Schmitt escribió extensamente sobre la ejecución práctica del poder político, y sus obras han ejercido una gran influencia en la Teoría política y legal,[11]

[12] El Universo 7 de septiembre del 2020. En https://www.eluniverso.com/noticias/2020/09/07/nota/7969714/caso-soborno-rafael-correa-inhabilitacion-perpetua-elecciones

[13] Heidi Mieles/Withney Olmdeo, El Grupo Nobis y la construcción de políticas públicas para el agro, https://ecuadortoday.media/2020/10/11/el-grupo-nobis-y-la-construccion-de-politicas-publicas-para-el-agro/

[14] Poulantzas Nicos , Poder Político y Clases  Sociales, S XXI editores, México

[15] Carlos Vera, Director del programa «Al Día», de Max Tv Online

[16] Duran Barba Jaime, Meritocracia y mediocridad, Octubre 2020, Perfil. Com

[17] Nota: en este sentido planteado se requiere observar que el proceso de dominio político hegemónico  para afianzarse integralmente ha desplegado  importantes elementos, de distinto, nivel: uno, de carácter económico, relativo a  la implementación de la política neoliberal fondomonetarista,  ligada al capital financiero nacional e internacional; Dos de carácter jurídico, relacionado a la propuesta de consulta para  modificar aspectos del estado y régimen político;  la misma que se complementa con el requerimiento de correctivos jurídicos y constitucionales,  en medio de  la proclama de grupos de derecha cuestionando la vigencia de la constitución de 2008, y proponiendo  el regreso a la constitución neoliberal del 1998; Tres  la inclinación conservadora y reaccionaria del Gobierno Nacional, que ha  negado en su totalidad el Código de Salud aprobado por la Asamblea Nacional; Cuatro,  finalmente el cambio de hegemonía ideológico cultural, que como decíamos  constituyo un vacío dominante que abrió el espacio, entre otros factores, para la reacción extraordinaria contra-hegemónica de Octubre 2019;  factores todos estos que abonan en el sentido de cerrar el círculo de la hegemonía dominante como diría Gramsci,  en línea regresiva.