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Notas sobre el mercado mundial del capital contemporáneo

Doce máximas sobre el imperialismo transnacional

Fuentes: Correspondencia de Prensa

Publicamos aquí doce máximas de Gianfranco Pala, que reubican numerosos debates sobre el capitalismo y el imperialismo a partir de una clarificación conceptual. Estas máximas nos llevan a un gran número de escritos del autor, esencialmente en lengua italiana. El rigor lógico de los desarrollos efectuados por Pala será la bienvenida en más de un […]


Publicamos aquí doce máximas de Gianfranco Pala, que reubican numerosos debates sobre el capitalismo y el imperialismo a partir de una clarificación conceptual. Estas máximas nos llevan a un gran número de escritos del autor, esencialmente en lengua italiana. El rigor lógico de los desarrollos efectuados por Pala será la bienvenida en más de un artículo sobre el capitalismo, el imperialismo, los conflictos de clase, y las transnacionales, que se difunden en el llamado movimiento «altermundialista». (Redacción)

1) El imperialismo pertenece al capital, de allí que el tema no provenga de una cuestión general de denominación («Imperio», etc) sino de sus sustancias. Lo que cuenta es precisamente lo sustantivo: el capital.

2) El capital es una relación social (y no una cosa), lo que implica tres características:

– «Relación social» significa fundamentalmente «relaciones de producción» (pero no solamente porque son ante todo «relaciones de vida»), a saber relaciones de propiedad;

– Las «relaciones de propiedad» (apropiación y expropiación en tanto que oposiciones), no son «comunes», son privadas, en el sentido que los individuos son «privados» por otros de la disposición de objetos y de relaciones. Esto representa relaciones de clase, relaciones entre las clases sociales fundamentales que, en el modo de producción capitalista, asumen la forma de lucha entre burguesía (capitalista) y proletariado (es decir todo el trabajo asalariado – Lohnarbeit -, y no el trabajo general – Arbeit – o solamente «obrero»);

– El capital como relación social no se caracteriza solamente de forma antitética en relación a «la otra clase» definida (el proletariado), sino que también lo es en relación a «otros capitales» (el capital terminado) que de manera constitutiva deben ser múltiples (la multiplicidad de capitales) lo que implica «la anarquía de la producción».

3) Sin la anarquía de la producción capitalista (que lleva a la separación y a la independencia de las decisiones tomadas por numerosos capitales) – que integra la conflictualidad interimperialista de los «hermanos – enemigos» (los capitalistas)- no habría crisis (capitalistas) de superproducción de valor (o de superproducción de plusvalía no acumulable). Inclusive si la plusvalía fuera realizada (si las mercaderías fueran vendidas), eso no sería suficiente, pues la finalidad del capital no es la realización (venta y consumo), sino la acumulación por el aumento de la producción de valor.

4) La multiplicidad esencial de los capitales (su llamada finitud, particularidad) está en contradicción inmanente con la infinitud característica del capital (modo de producción), conceptualmente único en la historia («producción por la producción», como su propio fin, de valor y plusvalía).

5) La «relación entre las clases», al igual que las clases ellas mismas (burguesía y proletariado), con su lucha, no pueden existir en el capitalismo sin la otra relación, la que está en el interior de la clase dominante; sin ella el modo de producción capitalista mismo no sería lo que es. En consecuencia, la conflictualidad capitalista es específica, porque por el contrario, las clases, la propiedad privada, la plusvalía y la explotación la preceden (y pueden continuar) bajo diversas formas.

6) La centralización del capital- al comienzo monopólica, luego financiera (es decir productiva, y monetaria, y no solamente bajo esta última forma)- se revela a través de sus «fases superiores» (el imperialismo del capital), allá donde la lucha de competencias no se detiene, sino que se manifiesta como guerra económica, y no solamente económica de los monopolios entre ellos.

7) Las fases del imperialismo (nacional, multinacional, trasnacional) se siguen bajo una forma bajo la cual cada una contiene -«conserva y supera» (aufheben)- la precedente. En consecuencia si el Estado nacional perdura, se modifica sin embargo, deshaciéndose de diversas funciones, con un rol específico renovado al lado de otras formas organizacionales superestructurales (del Banco Central Europeo a la OMC).

8) Mas que de Estado («nacional»), convendría hoy hablar de instituciones (y esto no sólo en el sentido dado por el llamado «institucionalismo» en economía que implica más que nada una acepción política y poco analítica del regulacionismo post-keynesiano). La referencia «a las instituciones», hoy, en relación al concepto más estrecho de «Estado», sirve para explicar mejor su transversalidad y su extensión múltiple (que va desde estructuras administrativas de las entidades locales hasta Estados en tanto que tales, pasando por las macro-regiones informales hasta las federaciones de Estados, para terminar con los organismos supra-estatales).

9) El imperialismo trasnacional es la forma contemporánea que no solamente opera en todo el mercado mundial, sino que se caracteriza por «arreglos de propiedad» estructurados por el gran capital, el cual se sirve de cualquier institución («el Estado» o toda otra forma institucional) que le permita «atravesar» (lo que hace evidentemente referencia, en primera instancia, a los capitales que tengan una «base» en un «Estado» determinado).

10) La territorialidad de la institución – y particularmente del «Estado» nacional que persiste – no se disipa (ella no puede materialmente desaparecer), ni puede representarse a través de una única entidad indiferenciada. Pero, tampoco puede concentrarse en instituciones más vastas (tales como los polos imperialistas) en conflicto entre ellos.

11) El conflicto inter-imperialista no solamente perdura, aunque no sea en términos directamente «territoriales», sino que se expresa más directamente en el concepto fundamental de las contradicciones planteadas por el antagonismo entre clases (capital y trabajo asalariado), a escala mundial y al interior de las clases dominantes entre los múltiples capitales transnacionales (y no inmediatamente entre estados).

12) Es a través de las zonas monetarias que las contradicciones antagónicas no inmediatamente territoriales se manifiestan en esta fase bajo una forma doble. Por un lado las monedas de referencia en el mercado mundial no pueden ser más gerenciadas por los «bancos centrales» pertenecientes a los Estados o a los supra-estados imperialistas. Sin embargo, del otro lado, estas monedas «apreciadas» (buscadas) están en situación de ocupar todo el mercado mundial mismo, independientemente, de la instancia (bancos centrales) y del lugar de emisión, así como de la procedencia territorial del capital que decide tratarlas, a la vez que deshacerse de ellas.

Gianfranco Pala es Profesor de economía en la Universidad La Sapienza, Roma. Participa de la revista La Contraddizione. El trabajo fue publicado en francés por la revista A L´encontre : www.alecontre.org
 
Traducción de Liliana Caviglia para Correspondencia de Prensa