Bajo la consigna «Este Partido se Gana en las Calles», la Confech (Confederación de estudiantes de Chile) llamó a participar en la Tercera Marcha por la Educación del año 2017. Acá en Valparaíso la convocatoria estudiantil tuvo un escasísimo respaldo y fue la más baja que hayamos podido observar estos últimos años, ya que sólo […]
Bajo la consigna «Este Partido se Gana en las Calles», la Confech (Confederación de estudiantes de Chile) llamó a participar en la Tercera Marcha por la Educación del año 2017. Acá en Valparaíso la convocatoria estudiantil tuvo un escasísimo respaldo y fue la más baja que hayamos podido observar estos últimos años, ya que sólo se hicieron presentes alrededor de unos 500 alumnos y alumnas universitarias y, gracias a la participación de las y los estudiantes secundarios, el número de movilizados se acercó al millar.
Esta situación «a la baja» del Movimiento Estudiantil, es expresión de un fenómeno mucho más profundo, en donde las actitudes vacilantes del estudiantado participando en diálogos infructuosos con las autoridades, han sólo confundido y entrampado al movimiento. Por otro lado tenemos también que agregar que, casi de manera inconsciente, los valores individualistas de la sociedad de mercado han penetrado de manera potente en las conciencias estudiantiles, pues uno de los argumentos esgrimidos entre los mismos asistentes relacionados con la escasa participación, era el del término del semestre y el compromiso académico de los estudiantes, pudiendo deducirse, por lo tanto, que la preocupación principal de las y los estudiantes universitarios de hoy día es la de poder ir cumpliendo las metas académicas, para poder terminar en el menor tiempo posible sus carreras y transformarse en profesionales que se inserten rápidamente al mercado laboral y al consumo. Es decir, una actitud totalmente diferente de lo que sucedía precisamente hace 50 años atrás, en donde las y los estudiantes porteños, en un lejano 17 de junio de 1967, emprendieron un movimiento revolucionario de Reforma Universitaria que remeció las bases mismas de la academia.
En estos momentos, en la Universidad Católica de Valparaíso, se están realizando una serie de actividades con el objeto de visibilizar y conmemorar el proceso de Reforma Universitario que partió acá en Chile, anticipando el Mayo francés del 68, con la Toma de la Universidad Católica de Valparaíso el 17 de junio del año 67. Así expresan los protagonistas de aquella época en un volante repartido al dar inicio a estas jornadas conmemorativas:
«(…) Llevábamos años hablando de Reforma Universitaria, la gran mayoría estaba de acuerdo en su necesidad, pocos se oponían. Teníamos ideas claras de la nueva Universidad, pero nada ocurría. El tiempo de hablar de Reforma se había agotado. Había llegado el tiempo de actuar, de hacer, de transformar buenas ideas en nuevas realidades (…) Había llegado el tiempo de poner en acuerdo pensamiento y acciones, intenciones y acción, buenas palabras con buenos gestos. Había llegado el tiempo de dar el combate, peligroso, desafiante, exaltante, poético, de jugarnos por construir una realidad universitaria nueva…»
El espíritu solidario y comunitario guiaba las movilizaciones de esos años y, si bien puede aparecer odioso comparar situaciones y contextos tan diferentes, nunca está de más retomar la memoria histórica de los movimientos sociales, ya que las luchas del presente deben necesariamente recoger las experiencias anteriores. La memoria sólo es parte del pasado cuando no se traduce en enseñanza para las acciones y las luchas actuales.
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