Hace poco tiempo atrás, en «The Guyana Chronicle» (Georgetown) ha sido publicado un artículo escrito por Rickey Singh, titulado «Recordando una Leyenda: 25 Años después del Asesinato de Walter Rodney». Nos recuerda que en este mes de Junio estamos celebrando «el 25 aniversario del más llamativo caso de un acto político de asesinato de un […]
Hace poco tiempo atrás, en «The Guyana Chronicle» (Georgetown) ha sido publicado un artículo escrito por Rickey Singh, titulado «Recordando una Leyenda: 25 Años después del Asesinato de Walter Rodney». Nos recuerda que en este mes de Junio estamos celebrando «el 25 aniversario del más llamativo caso de un acto político de asesinato de un icono caribeño que escandalizaba a los gobiernos de esta región y de África y a los pueblos en muchos países del mundo».
Yo tenía la dicha y el honor histórico de haberme no sólo encontrado personalmente con Dr. Walter Rodney en Guyana, entre 1977 y 1979, durante el tiempo cuando yo estaba dando clases en la Universidad de Guyana; sino además de haber trabajado junto con el en la lucha contra el Apartheid, y en su Working People’s Alliance (WPA).
Frecuentemente dábamos conferencias juntos, condenando las políticas racistas y fascistas del Apartheid en mi «patria» Sudáfrica … Recuerdo que Rodney categoricamente aborreció todas las formas de explotación, dominación y alienación capitalista e imperialista tanto en los países metropolitanos como en los países del así llamado «Tercer Mundo».
En efecto, Walter Rodney permanentemente demostró que el asunto revolucionario no era la «lucha racial», que no era un asunto de «blancos contra negros», sino que es más bien una inexorable lucha de clase a escala global. En su famosa obra mayor, «How Europe Underdeveloped Africa» (1973), abarcando los últimos cinco siglos de la historia africana, latinoamericana y caribeña, ilustró científicamente cómo mediante el tráfico transatlántico de esclavos, mediante la creación del mercado mundial, y debido a su «cambio desigual» (Samir Amin) la Europa capitalista e imperialista, en proporciones geométricos, había progresivamente «sub-desarrollado», empobrecido a África y con ello al resto del mundo colonizado.
Explicó que el «desarrollo» y el «sub-desarrollo» son dos relaciones recíprocas, dialécticas, que son los dos lados del proceso histórico mismo, de la división internacional de trabajo, del propio mercado mundial … como diríamos hoy día: de la Globalización, del Fascismo Global.
En Guyana, haciendo frente a la dictadura del partido de Presidente L. F. S. Burnham, trabajando en la «clandestinidad», hasta tratando de resolver el «conflicto fronterizo» entre Venezuela y Guyana, alrededor de 1978, hemos experimentado días bien inquietantes. Por lo general, nuestro «grupo» se encontraba con Rodney en una «amedrentadora oscuridad total cerca al cementerio en Kitty.» (K. A.)
En 1980, cuando ya estaba dando clases en la Universidad de Los Andes, Mérida, había sido mandado a Georgetown por parte del Director Venezolano de Asuntos Exteriores de entonces, Roy Chaderton Matos … quien más tarde fue el ministro de Asuntos Exteriores en el gobierno bolivariano de Presidente Hugo Chávez Frías … para asistir al Embajador Venezolano en Georgetown, Sadio Garavini, por encontrar una pacífica resolución política en cuanto al problema del «Esequibo». Por lo tanto, en la medianoche, cubiertos por una oscura cortina de silencio en los desiertos, horripilantes cementerios y abandonadas, encantadas casas viejas, llevábamos a cabo nuestros serios discusiones políticos con Rodney y con otras personas.
Para información adicional, véase: La Evolución e Involución del Socialismo Cooperativista en Guyana, 1930 – 1985
Junto con otros recordamos nuestro primer encuentro con Rodney durante un largo paseo solitario a lo largo de un sendero pedregoso (Rodney casí resbaló), seguidos por los aullidos y ladridos de una multitud de perros callejeros hambrientos. Rodney lealmente nos acompañó a un sitio que a muchos de nosotros nos había sido desconocido. Sin embargo, nos conoció, confió en nosotros. El nunca titubeó o cuestionó nuestros motivos e integridad revolucionarios, ni se preocupó siquiera por su propia seguridad personal. El camarada obviamente estaba en una misión histórica y sabía que si el iba a tener éxito, esto iba a requerir de grandes riesgos y auto-sacrificio, y que hasta iba a poner en peligro su propia vida.
Por razones de seguridad, aquí no vamos a mencionar los nombres, sin embargo, uno de nosotros, en muy estrecha cooperación con Rodney, recuerda: «Había alguien dentro del WPA con quien hice contacto (era el conductor de una camioneta Tapir verde, más tarde ‘desapareció’ y nunca jamás lo volví a ver, probablemente lo mataron) … Recuerdo que este era el hombre que me invitó a que me incorporara al ‘movimiento clandestino de la WPA’, y cuando se me acercaron formalmente era precisamente el momento en que le hablé de nuestro grupo.»
Describe la situación política, poco antes del asesinato de Rodney:
«Más tarde, era después de un día de manifestaciones violentas en el Tiger Bay area de la capital Georgetown donde recuerdo que la policía nos perseguía con bastones, fusiles y gas lacrimógena, cuando me encontré de nuevo con Rodney. Estuve temblando, tiritando y muy nervioso cuando le comenté acerca de la conversación que había sostenido con el conductor de la camioneta Tapir. El se acordó y me pidió organizar el encuentro con Andiaye. El resto es historia.»
Rickey Singh informa qué ocurrió durante la noche terrible, el 13 de Junio, 1980:
«Era el asesinato de este excepcional pensador y activista político caribeño, Walter Rodney, en la noche del 13 de Junio, 1980, mediante una bomba que había sido escondido en un walkie-talkie y que le había sido entregado por parte de un oficial de la Guyana Defense Force, Sargento Gregory Smith, actuando como un agente del entonces gobernante People’s National Congress. … Desaparecían a Smith del país a la vecina nación Surinam, y más tarde se trasladó a Cayenne donde murió.»
Pero, ¿quién era Dr. Walter Rodney? ¿Como qué el sigue viviendo en los corazones, en las mentes y en la memoria de los pueblos oprimidos y degradados?
* ¿Qué es su relevancia e inspiración revolucionaria para el Caribe y para América del Sur, para la Revolución Bolivariana?
Singh nos informa: «Doce años antes de su asesinato en el centro de Georgetown sólo a tiro de piedra de una unidad de policía móvil, se le prohibió a Rodney ingresar de nuevo a Jamaica donde en aquel tiempo residió y trabajó como profesor de historia en la University of the West Indies (Mona Campus).
«Entonces a la edad de 27 años, el profesor de historia en el University College de Tanzania, Rodney regresaba a Jamaica después de haber participado en un Congreso de Escritores Negros en Montreal, Canada.
«Este dramático acontecimiento político el 15 de Octubre de 1968, bajo la administración del primer ministro de entonces, Hugh Shearer, iba a estallar en lo que llegó a ser conocido en toda la región y más allá de sus fronteras como ‘los Rodney tumultos’ de Kingston.»
En su introducción a la obra de Rodney, ‘The Groundings with my Brothers’, Richard Small hace unas reflexiones acerca de cuan rápidamente a lo largo de los años 70 del siglo pasado el erudito joven, nacido en Guyana, había ganado popularidad en Jamaica y en el entero Caribe como «el hombre que sabía de África … y quien iba a hablarle a cualquier persona que deseaba escucharlo …»
Como Hugo Chávez Frías, Rodney habló el lenguaje de, por y para los pueblos, el idioma de los pobres, de los que habían sido violados y des-humanizados ya durante siglos. Al fin ellos hablaban, al fin ellos podían expresar sus opiniones, podían ser escuchados, hablando por si mismos. Esto era mucho más valuable que sólamente ganarse su pan diario, y más nada; significaba pensar por la primera vez en sus vidas, era la práxis y la teoría revolucionaria. Esto es lo que era y representaba Rodney, esto es lo que era el pueblo, y esto era lo que profundamente conmovió al Caribe y a África entera.
Como en los casos de Patrice Lumumba, Frantz Fanon, Che Guevara y Malcolm X, esto era lo que el imperialismo mundial tenía que destruir, tenía que sofocar en su origen revolucionario. Por lo tanto, todos ellos, los «dioses» tan amados, tenían que morir joven; pero, sólo para surgir de nuevo en todas partes, en cualquier momento, para surgir como Phoenix un zillón de veces de sus propias cenizas, como polvo de estrella emancipatorio de los más sagrados atributos de la humanidad: como una espléndida especie humana emancipatoria de Belleza, Verdad y Amor.
No importa la contemporánea Espada de Bush pendiendo encima de la cabeza del Presidente Chavez, encima de todos nosotros! Todo ello forma parte de la Invencibilidad invulnerable de la Revolución Bolivariana trans-histórica, de la que Walter Rodney es una preciosa parte intrínseca, precursora.
Como Malcolm X, tenemos que dar Walter Rodney su honorable lugar emancipatorio en los anales de la Revolución Bolivariana, de la Historia Americana.
¡No sólo era un historiador, hizo historia!
Lo que Rodney enseñó, los pueblos pobres lo convirtieron en pensamiento, en acción, en armas para emanciparse a si mismos. Este proceso revolucionario no es únicamente válido para Guyana, sino también para Venezuela como país caribeño, es válido para la Revolución Bolivariana per se.
Finalmente, la Diaspora Africana, toda la familia de los explotados y des-humanizados esclavos del milenio de ayer, pudieron escuchar la verdad real acerca de África, de los Africanos, acerca de la historia Africana, y todo esto narrado por uno de ellos, por parte de ellos mismos.
Estos relámpagos emancipatorios de una posible venidera consciencia de clase histórica del Tercer Milenio eran y son lo que encareció Walter Rodney a todos los «Condenados de la Tierra» (Frantz Fanon), y lo que hizo estallar el odio de la clase dominante del gobierno títere de Burnham y de la CIA en Guyana.
En cuanto a esto, más tarde, en 1998, el historiador jamaicano Ruppert Lewis notó en su ‘Walter Rodney’s Intellectual and Political Thought’, (El Pensamiento Intelectual y Político de Walter Rodney) que Rodney «perteneció a la generación de historiadores post-coloniales de África y del Caribe quienes emprendieron el proyecto de escribir la historia de las regiones afectados por el tráfico transatlántico de esclavos desde el punto de vista de aquellos cuyos voces han sido silenciados en el registro de los antecedentes históricos. Era un trabajo precursor, y era, también, un tiempo precursor…»
En 1974, seis años después que se le había prohibido regresar a Jamaica, Rodney, en aquel tiempo ya propagando la unidad de la clase obrera de los pueblos caribeños, decidió regresar a su tierra natal, Guyana. Politicamente organizó su propio partido obrero político «multi-racial», el WPA, como alternativa a los entonces así-llamados existentes tendencias «socialistas» y «comunistas» .
* Véase Franz J. T. Lee, The Evolution-Involution of «Co-Operative Socialism» in Guyana, 1930-1984.
Esta declaración de la lucha de clase obrera, del apuntar e ir más allá de las medidas capitalistas reformistas, más allá del racismo y de la ideología burguesa, hacía la real, verdadera revolución socialista, era demasiado para los EE.UU., para los entonces ya tradicionales aliados neo-coloniales, para Burnham y la CIA, quienes temían el llegar a ser de otro Cuba en América del Sur. Lo que resultó después Singh lo relata de la siguiente manera:
«Era el año 1979 y la campaña ‘contra la dictadura de Burnham’ liderada por Rodney estaba accumulando fuerza a lo largo del país, particularmente en Georgetown, donde las multitudes habían comenzado superar a los que estaban presentes durante encuentros públicos del reinante People’s National Congress (PNC).»
«Colegas cercanos de Rodney, entre ellos dos ‘camaradas’ quienes, en diferentes períodos, aparecieron como guardaespaldas, han sido matados a tiros en circunstancias separadas misteriosas, con la policía sosteniendo que había actuado en auto-defensa contra hombres ‘armados’. Otros han sido golpeados regularmente, incordiados u obligados a dejar su empleo, incluyendo la profesión docente y los servicios públicos.»
Finalmente, como ya lo hemos mencionado antes, en la noche del 13 de Junio, 1980, ocurrió el crimen brutal; «una bolsa entregada por el oficial de la GDF, Gregory Smith, contuvo la bomba poderosa que mató a Rodney, cortando su cuerpo virtualmente dos partes e hiriendo a Donald, su hermano menor, quien estaba sentado en el asiento de conductor de su carro estacionado.»
La CIA siempre asegura que «¡Los Hombres Muertos No Hablan!»
El asesino de Rodney, Smith, tendría que ser preguntado, ¿quienes eran sus superiores dentro del ejército guyanés?
* ¿Quién condujo el helicóptero que lo llevó fuera de la ciudad hacia Surinam?
Desafortunadamente, hoy está muerto, y enterado con sus secretos espantosos.
Finalmente, estoy feliz que conocía práxico-teóricamente a Walter Rodney en Guyana, y más aún, de haber tenido la oportunidad de trabajar junto con otros camaradas importantes como Cheddi Jagan, Perry Mars, Clive Thomas, Ruppert Roopnaraine, Eusi Kwayana, etc., en nuestros arduos esfuerzos por fomentar la revolución permanente socialista global del siglo 21.
Por cierto, oficialmente, el Presidente Forbes Burnham, en aquel entonces la versión guyanesa de un Machiavelli Orweliano, me había declarado persona non grata en Guyana, pero desde entonces los pueblos guyaneses, inspirados por las aspiraciones revolucionarias de nuestro amigo y camarada Rodney, calurosamente me obsequiaron con una visa de cortesía permanente, para luchar en todas partes por la emancipación en su nombre histórico.
(Traducido para Vheadline.com por Iris Buehler) http://espanol.vheadline.com/readnews.asp?id=39882
Original en inglés: Dr. Walter Rodney: In Memory of the 25th anniversary of brutal assassination http://www.vheadline.com/readnews.asp?id=37578
Franz J.T. Lee mailto:[email protected]