Durante décadas se ha dicho, con mucha razón, que Colombia es el Israel de Sudamérica, algo que no es un elogio, sino una vergüenza. Algunas personas se enorgullecen con esa vergüenza, entre ellos el Premio Nobel de la Muerte, Juan Manuel Santos. También se enorgullecen la gran cantidad de sionistas que han aflorado en los últimos meses para apoyar, tácita o abiertamente, el genocidio del pueblo palestino. Podría pensarse que Colombia ya no es el Israel de Sudamérica por la actitud política del actual gobierno, cuyo discurso no se complementa plenamente con los hechos. Y, como le acontece a Gustavo Petro en todos los aspectos de su gobierno, el asunto no ha traspasado mucho la retórica, porque no se ha atrevido a romper relaciones con el régimen genocida de Israel ni a expulsar a su personal diplomático, ni mucho menos a suspender todos los acuerdos comerciales y militares con el estado sionista.
Aunque duela seguimos siendo «El Israel» del continente, pero ahora apareció un competidor, con ínfulas de convertirse en el nuevo Israel de esta parte del mundo. Nos referimos a nuestro vecino Ecuador, cuyo actual gobernante acaba de realizar uno de los hechos más infames en la historia reciente del continente, solamente superado por el crimen de Sucumbíos el 1 de marzo de 2008 por parte del régimen del innombrable matarife paisa, que ocupaba en ese momento la Casa de Narquiño.
Lo que pasó en la embajada de México en Ecuador, en el contexto de la barbarie capitalista mundial, no puede entenderse como algo aislado ni excepcional. Es un resultado de que el mundo haya normalizado los crímenes de Israel, entre ellos los cometidos contra diplomáticos y militares en otros países. Que se haya tolerado que Israel bombardeara y destruyera el Consulado de Irán en Siria y matara a funcionarios civiles y militares de ese país, violando el Derecho Internacional y la soberanía no de uno sino de dos países, es la legitimación mundial del Método Israel, que ya se puso en marcha en Ecuador.
Solamente se necesita que las extremas derechas que se están enquistando en diversos lugares del mundo, incluyendo a Nuestra América, procedan a aplicar el Método Israel como la base real de su accionar político. Y eso es lo que hace al pie de la letra el régimen ecuatoriano de Daniel Noboa, en lo que sigue el ejemplo colombiano, la verdadera escuela continental de larga data de aplicación del Método Israel, algo que no debería olvidarse hoy en medio de un aparente distanciamiento por parte de Gustavo Petro con respecto a los sionistas. Y Ecuador ahonda su conversión en un protectorado yanqui-sionista, un proceso que lleva varios años y se impulso desde el gobierno neoliberal de Lenin Moreno (2017-2021) y se ha radicalizado durante los gobiernos de Guillermo Lasso (2021-2023) y ahora en el de Daniel Noboa (2023-¿?)
EL MÉTODO ISRAEL
El investigador estadounidense Vincent Vives escribió un libro de gran alcance titulado el Método Yakarta en el que estudia el impacto internacional de la masacre de comunistas en Indonesia en 1965, y la forma como ese proceder criminal y contrainsurgente se aplicó en diversos lugares del mundo desde entonces, siempre bajo la tutela de Estados Unidos, dejando a su paso un impresionante reguero de dolor y sangre y millones de muertos y desaparecidos. [Vicent Vives, El Método Yakarta. La cruzada anticomunista y los asesinatos masivos que moldearon nuestro mundo, Capitán Swing, Madrid, 2021].
Ahora podemos hablar del Método Israel, por el cual debe entenderse de manera sintética al conjunto de prácticas criminales, terroristas, bestiales y genocidas de Israel contra el pueblo palestino en las tierras ocupadas [el nivel interno] y el terrorismo internacional contra todos los que son declarados “enemigos antisemitas” [el nivel externo]. Esto incluye el asesinato de miles de palestinos, árabes y personas de otras nacionalidades fuera de las fronteras de Israel y de los territorios ocupados; incluye el asesinato de científicos extranjeros que realizan investigaciones en programas nucleares, como ha sucedido en años recientes con personal iraní; ataque a instalaciones civiles y militares de otros países; atentados con coches bombas y con drones para masacrar dirigentes palestinos y árabes; bombardeo de sedes diplomáticas, con la violación de los convenios internacionales que protegen esas instalaciones, incluso en tiempos de guerra, siendo el más reciente el bombardeo con drones del consulado de Irán en Siria y el asesinato de 16 personas, entre ellos dos generales de la Guardia Revolucionaria de Irán; secuestros en el extranjero, violando las disposiciones internas de los países, de lo que el caso de Karl Adolf Eichmann es el más conocido….
El Método Israel no existe solo gracias y por el Estado sionista de Israel, sino porque es tutelado por Estados Unidos, la Unión Europea, muchos países árabes y de otros lugares del mundo. De la misma forma que el Método Yakarta ha sido funcional al capitalismo mundial, para destruir procesos democráticos, nacionalistas y revolucionarios, ahora en el plano internacional se despliega el Método Israel, acogido desde hace décadas por las clases dominantes y el Estado en Colombia en su guerra contrainsurgente y antipopular. El Método Israel, caracterizado por la brutalidad criminal y desconocimiento de cualquier derecho, es la pauta dominante en el capitalismo mundial y eso se ha normalizado con el genocidio de los palestinos y los sucesos de los últimos seis meses, tiempo durante el cual Israel ha realizado, con la protección de la autodenominada “Comunidad Internacional”, liderada por Estados Unidos, crímenes que avergonzarían a la Alemania nazi.
ECUADOR, PROTECTORADO YANQUI-SIONISTA EN AMERICA DEL SUR
Lo que hoy acontece en Ecuador reproduce el Modelo Colombia, que se implantó en nuestro país desde hace varias décadas, con la finalidad de preservar la dominación oligárquica y destruir la insurgencia popular. Ese Modelo se ha manufacturado con la directa participación de Estados Unidos e Israel, como lo demuestra, para señalar un solo ejemplo, la creación de grupos de asesinos paramilitares que han ensangrentado la tierra donde nació Gabriel García Márquez. Ese Modelo Colombia se sustenta en la acumulación mafiosa de capital, irrigada por el negocio transnacional de los narcóticos, la consolidación de “carteles” de la producción y tráfico de estupefacientes donde participan la DEA, la CIA y otras agencias de Estados Unidos que se lucran con el negocio de las “drogas ilícitas”, la configuración de una cultura traqueta que le rinde culto al enriquecimiento fácil y la generalización en la vida cotidiana de formas extremas de violencia. El resultado es la transformación en poco tiempo de sociedades relativamente pacificas y tolerantes, como lo era Ecuador hasta no hace mucho tiempo, en lugares donde se impone la violencia, el crimen, la muerte; todo lo cual viene acompañado de la imposición del neoliberalismo desde arriba por parte del Estado y las clases dominantes y los Estados Unidos y el neoliberalismo desde abajo, por parte de los empresarios capitalistas del narco, clara expresión de las nuevas formas del capital transnacional.
Junto a la narcotización de la agenda política, económica, social y cultural viene la política antidrogas de los Estados Unidos, que en realidad es un pretexto que encubre sus verdaderas intenciones contrainsurgentes y antipopulares para asegurar el control de riquezas naturales que se encuentran en nuestros países. Eso se acompaña de acuerdos militares, llegada de tropas estadounidenses, con sus asesores de Israel, establecimiento de bases para controlar el país y la región, planes represivos de vasta escala, construcción de un sistema carcelario diseñado en Estados Unidos y una supeditación a la estrategia política y militar de Washington. Bajo la trastienda y con menos ruido opera Israel, sobre todo con la promoción y venta de su experiencia represiva en Palestina.
Esto que se ha llevado a la práctica con tanto éxito en Colombia ahora ha llegado al Ecuador. Tampoco es coincidencia que este tipo de políticas, diseñadas en gran medida por el Comando Sur de los Estados Unidos, sean impulsadas por la extrema derecha antinacionalista y antilatinoamericana, que cumple a pie juntillas las ordenes de Washington y que aplica un programa represivo contra la población local, aprehendido en el laboratorio palestino de acuerdo con la lógica genocida del sionismo. Eso lo implantó en Colombia Álvaro Uribe Vélez y en Ecuador Lenin Moreno, Guillermo Lasso y ahora Daniel Noboa, un individuo nacido y hecho en Miami, un empresario capitalista que considera al país como su propia finca bananera, de la misma forma que Uribe concibe a Colombia como su finca ganadera.
Para esa extrema derecha en términos políticos, y para las fracciones del capital que representan en el plano económico-social, no existen normas o derechos que haya que respetar y hacen además ostentación de su ignorancia, por una parte, y de su brutalidad, por otra, como lo evidencia Nayib Bukele en El Salvador. El Método Israel se constituye en el principal efecto de demostración, que alimenta y justifica el renovado terrorismo de Estado a escala planetaria.
En ese sentido, no es pura coincidencia cronológica que Israel bombardeara el consulado de Irán, lo destruyera y asesinara a 16 personas el 1 de abril, y el 5 de abril el gobierno de Daniel Noboa invadiera la embajada de México en Ecuador, maltratara al personal diplomático de ese país y secuestrara a un refugiado político que se encontraba en esa sede diplomática.
Israel es el maestro y Ecuador su aventajado, y a la vez, torpe alumno. Israel es el maestro de la criminalidad e impunidad en el plano internacional debido al respaldo de Estados Unidos y la Unión Europea, tal y como lo comprueba que, en el seno del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Estados Unidos, Francia e Inglaterra vetaron una resolución de condena a su acción criminal contra el consulado de Irán en Damasco. Esto significa en términos prácticos la legitimación de la violación de elementales normas del derecho internacional hoy vigentes, un derecho que cada vez tiene menos aplicación y cuya credibilidad se acerca a cero.
Mientras tanto, Ecuador como el lacayo de Estados Unidos e Israel, pero con poca relevancia en la geopolítica mundial, es condenado por instancias burocráticas del continente, entre ellas la inútil OEA. Es relevante que en la condena al flagrante delito diplomático de Ecuador hasta Estados Unidos se haya sumado y haya dicho: “Condenamos esta violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, incluido el uso de la fuerza contra funcionarios de la embajada”. Palabras que cobran relevancia sobre la hipocresía y la doble moral si recordamos que con respecto al bombardeo por parte de Israel del Consulado de Irán en Siria dijeron que no había pruebas de que Israel fuera el responsable del ataque.
SE IMPONE LA LEY DEL LEJANO OESTE EN LAS RELACIONES INTERNACIONALES
Israel y Ecuador al violar el derecho internacional de una manera flagrante como lo han hecho en días recientes actúan en verdad como cabeza de playa del capitalismo realmente existente, para el cual ya no existen reglas, normas y mucho menos derechos. Es la ley del más fuerte, del matón del barrio, del vaquero estadounidense del Lejano Oeste que cuando quiere y como quiere mata al indio y le corta la cabellera para mostrar su poderío y superioridad.
Esta es la ley de la selva que se está imponiendo en el orden internacional y es un resultado directo de las nuevas lógicas del capital, en donde cada vez se entrelazan más lo legal y lo “ilegal” y el capitalismo “liberal” deviene en capitalismo gore. Con esto, Israel, secundado por Ecuador ‒y aupados por Estados Unidos‒ está dinamitando una de las tradiciones más antiguas de la diplomacia mundial, aquella de garantizar la seguridad de los representantes diplomáticos de los gobiernos y la inmunidad de sus instalaciones diplomáticas en territorio extranjero. Ni siquiera Hitler, Mussolini, Pinochet o Videla se atrevieron a bombardear o allanar una sede diplomática.
La enseñanza que dejan las prácticas diplomáticas de Israel y Ecuador es clara: si ellos han bombardeado una sede diplomática y ocupado por la fuerza una embajada en el futuro cualquier gobernante lo puede hacer cuando se le venga en gana, porque la impunidad reinante, sobre todo con el estado sionista, lo legitima. De ahora en adelante, ningún país (salvo Estados Unidos, Israel y la Unión Europea, por aquello de que ellos sí se guían por el doble rasero de las reglas para los poderosos y garrote para los desvalidos) tendrá garantizado que sus diplomáticos gocen de inmunidad, y no corran el peligro de ser secuestrados o asesinados. Tal es la esencia del Método Israel en el campo del “derecho internacional” en un mundo que termina siendo no el de los derechos humanos o el de los derechos adquiridos, sino el de los derechos violados. Finalmente, lo que va quedando del Derecho Internacional es el Derecho colonial que se encargó históricamente de justificar la violencia contra los pueblos colonizados, como acontece ahora mismo en Palestina. Y, en las zonas periféricas, como Ecuador, ciertos lacayos aplican a su modo ese derecho colonial, pensando que gozan de la impunidad de Israel y que, si el maestro lo hace porque no lo puede hacer el alumno, o el “sapo de la clase” como decimos en el argot educativo de Colombia.
En síntesis, el Método Israel es el terrorismo de Estado sin fronteras, favorecido por los avances tecnológicos que permiten masacrar a poblaciones enteras solo apretando un botón a miles de kilómetros de distancia o destruir una embajada mediante el uso de drones asesinos. El Método Israel es la brutalidad pura y en la perspectiva de que Ecuador se convierta en el nuevo Israel de Sudamérica se precisa de que aplique al pie de la letra dicha brutalidad, tal y como lo acaba de hacer en la sede diplomática de México.
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