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Un libro que descubre el laberinto comercial y financiero de la venta del crudo ecuatoriano

Ecuador: Made in China

Fuentes: ecuadornoticias.org

Una investigación descubre el laberinto comercial y financiero de la venta del crudo ecuatoriano. Diez contratos están en duda. Un nuevo crédito de 2000 millones de dólares, garantizado con petróleo fue suscrito por el Ecuador con el Banco de Desarrollo de China, los últimos días del año 2012, con el cual se compromete 36 000 […]

Una investigación descubre el laberinto comercial y financiero de la venta del crudo ecuatoriano. Diez contratos están en duda.

Un nuevo crédito de 2000 millones de dólares, garantizado con petróleo fue suscrito por el Ecuador con el Banco de Desarrollo de China, los últimos días del año 2012, con el cual se compromete 36 000 barriles diarios de petróleo, durante los próximos tres años.

Con la nueva cifra, suman cinco líneas de crédito por un monto total de 7000 millones de dólares, con intereses que oscilan entre el 6 y el 7,25% anual, durante el gobierno de Rafael Correa. Este nuevo endeudamiento, estaría condicionado además a la adjudicación de varios bloques petroleros en el sur oriente, según se desprende del libro Ecuador Made in China, de la autoría de Fernando Villavicencio, experto petrolero.

Ecuador Made in China desentierra secretos comerciales y financieros. Como el cambio de propiedad del crudo ecuatoriano en altamar, en los propios buques de Flopec; o que el petróleo entregado a Petrochina es revendido por traders, especialmente a las refinerías de la multinacional Chevron-Texaco, en la costa oeste de EE.UU., y aun más, descubrir que por esta intermediación el país habría perdido al menos 3 dólares por barril, lo cual representa una cifra de 1250 millones de dólares durante todo el período.

La investigación de Villavicencio revela que en este gobierno se han llevado a cabo 10 contratos de provisión de crudo y fuel oil, sin licitación entre Petroecuador y Petrochina. Los compromisos representan 461 millones de barriles de petróleo en contratos a largo plazo, uno de ellos se extiende hasta el año 2019. De acuerdo con la publicación, se ha edificado un escenario en el cual Petroecuador realiza una transacción con Petrochina, donde se transfiere un monto superior a 36 000 millones de dólares -si se considera cada barril a USD 80-, por la recepción de tres créditos de 1000 millones y dos de 2000 millones de dólares. Desde este prisma, China recibe 461 millones de barriles de petróleo -36 000 millones de dólares- del Ecuador, los cuales son revendidos por adelantado, por la intervención de los traders Taurus Petroleum y Castor Petroleum, especialmente en el mercado estadounidense. Por esa cantidad de crudo Ecuador ha recibido, en comparación, la cantidad de 7000 millones de dólares al 7% de interés, más comisiones del 1,07%, menos 3 dólares por barril que se llevan los intermediarios.

La matriz de Petrochina es China National Petroleum Corporation (CNPC), una empresa semiestatal que controla el 86,32 % del capital accionario, el resto está en manos de capitalistas estadounidenses y la petrolera inglesa BP. CNPC fue inscrita en la Superintendencia de Compañías del Ecuador en el 2006, tiene su domicilio en las Islas Vírgenes Británicas, territorio que enlista el cuadro de paraísos fiscales del Servicios de Rentas Internas.

Laberinto petrolero y financiero

El instructivo de comercialización externa de Petroecuador promueve la venta del petróleo a consumidores finales. Pero la respuesta de Petroecuador sorprendió al autor: no es de interés del Estado la suerte final del petróleo. «¿No es de interés? pregunta el autor ¿O infunde el temor de que el país sepa que en la reventa o segunda facturación del crudo a través de los traders, aparezcan los precios reales y así se descubran las diferencias que engordan chequeras?», responde.

Durante seis años las autoridades respondieron con la excusa de que la responsabilidad del Estado acaba cuando el buque ha sido cargado en Balao, Esmeraldas. El propio presidente Rafael Correa respaldó los acuerdos con Petrochina, insistiendo que el petróleo ya no va a EE.UU. como en época de la «partidocracia corrupta». Pero, pese a estar informado de que el petróleo ecuatoriano va a EE.UU., Correa afirmó que éste va a China y, además, porque comercialmente hablando era un absurdo desplazar un buque Panamax (360 000 Bls) desde Balao en el Pacífico, pasando por el Canal de Panamá, hasta la República Popular China.

Luego de una larga investigación el autor puede afirmar que: «se ha generado una auténtica piratería en altamar con el petróleo ecuatoriano, llamada swap por los tecnócratas, ante los ojos y con el aval de los gobernantes». Esta investigación identificó la entrada al laberinto. Una vez firmada la alianza estratégica entre Petrochina y Petroecuador, aparecieron en escena los traders Taurus Petroleum y Castor Petroleum, de la mano de sus lobistas. Ellos se encargaron de vender por adelantado el crudo ecuatoriano a las refinerías, reservándose una tajada del diferencial por la intermediación. Así las cosas, en el Bill of Lading (conocimiento de embarque) que levanta Petroecuador se establece el puerto de destino del cargamento, definido previamente por Taurus y Castor con la compañía refinadora,principalmente en la costa oeste de EE.UU. (Chevron-Texaco). Otros cargamentos de crudo tienen como destino el terminal de almacenamiento de Taurus-Gunvor en Panamá, desde donde revende a consumidores finales, de la costa atlántica.

En decenas de facturas y Bills of Lading, entregados por Petroecuador, consta como beneficiaria del crudo la compañía Petrochina International América, domiciliada en Nueva Jersey, EE.UU., creada en el paraíso fiscal de Panamá a través de Escritura Pública 24425, inscrita el 29 de diciembre del año 2010 en la Notaría 4, empresa que, según el libro, aparece como una cortina de Petrochina International Company Limited, domiciliada en Beijing, suscriptora de los contratos. Petrochina América, beneficiaria real del crudo, fue constituida recién en diciembre del 2010 en Panamá, «sin embargo desde el año 2008 Petroecuador endosó los cargamentos de petróleo a una empresa inexistente». Así, el petróleo ecuatoriano cargado en Esmeraldas a nombre de Petrochina, cambió de dueño en alta mar. En el Istmo de Panamá también se cambió de dueño del petróleo, utilizando la terminal de almacenamiento controlado por la empresa Petroterminal (PTP) en sociedad con Taurus, Castor y Gunvor. Lo expresado se comprueba en varios Bills of Lading, obtenidos de fuentes internacionales, en los cuales Petrochina América, transfiere la propiedad de los cargamentos de crudos Napo y Oriente a Taurus Petroleum y Castor Petroleum, generándose un segundo Bills of Lading entre Petrochina América y Taurus o Castor, y en algunos casos modificando el destino del crudo. En este punto, el petróleo dejó de ser de Petrochina y pasó a manos de los traders privados, para consumar la triangulación y entregarlo a los refinadores. En el Bill of Lading de Castor se establece como puerto de embarque del cargamento de crudo Napo, a Chiriquí Grande (Panamá), en la terminal de almacenamiento, pese a que el único país que produce crudo Napo es Ecuador, y su puerto de carga, Balao-Esmeraldas. Según certificación oficial, EP Petroecuador no ha suscrito ningún contrato con Castor Petroleum, ni Taurus Petroleum.

La investigación revela que el principal comprador del petróleo ecuatoriano en EE.UU., a través de Taurus y Castor, es Chevron-Texaco, la propia empresa demandada por comunidades en el Ecuador, acusada por Correa de cruel, al haber provocado, según los denunciantes, uno de los mayores impactos sociales y ambientales en la Amazonía y daños irreparables a los pueblos ancestrales, -y sobre la cual pesa una orden de embargo internacional-. Chevron recibe el petróleo ecuatoriano a través de Petrochina.

En los reportes publicados por Taurus y Castor se registran las transferencias: el cargamento de 276 000 barriles de crudo Oriente, embarcado en Esmeraldas en el buque Pichincha de Flopec a nombre de Petrochina, según el Bill of Lading de Petroecuador, fue transferido por Taurus Petroleum a la compañía norteamericana Chevron, registrando en el nuevo Bill of Lading como lugar de carga (Shipper Country) un singular país en alta mar (High Seas). El buque descargó el crudo en California, el 20 de agosto del año 2012. El contenido del reporte de Taurus expresa que en alta mar se cambió la propiedad del petróleo, pero no en cualquier barco, sino en el buque tanque Pichincha, perteneciente a la empresa pública Flopec, de propiedad de la Armada Ecuatoriana.

El informe demuestra que Petrochina revende el crudo ecuatoriano, aplican-do un sistema de doble facturación: la primera factura con descuento la hace Petroecuador con Petrochina, mientras Taurus o Castor realiza la segunda a nombre de Petrochina América con el consumidor final a precio de mercado. En el plano petrolero se produce un intercambio o swap (el petróleo ecuatoriano se revende y en compensación se adquieren volúmenes de crudo para las refinerías chinas, de productores más cercanos, especialmente iraníes) y, en el ámbito financiero se genera un mecanismo de circulación a través de varias cuentas y bancos domiciliados en EE.UU., Panamá y otros paraísos fiscales; laberinto en el cual el dinero, sin perder su identidad, se desvanece sin dejar rastro ni permitir seguimientos. De acuerdo con la estructura de la transacción que integra el Convenio de Cuatro Partes, el Banco de Desarrollo de China (CDB) figura como el ente proveedor del crédito, aunque no se identifique el destino del dinero (dólares americanos), que ingresa al Ministerio de Finanzas de Ecuador, a través del Bladex de Panamá, al menos en uno de los créditos asumió esa ruta en varias transferencias de 200 millones de dólares cada una. A cambio Petroecuador entrega varios cargamentos mensuales de petróleo a Petrochina, los cuales son revendidos. Esos recursos económicos que Taurus Petroleum y Castor Petroleum reciben cash de los refinadores son manejados en cuentas particulares a las cuales el Estado ecuatoriano no tiene acceso ni controla.

De las cuentas de los referidos traders, se transfieren a la cuenta de Petrochina los valores facturados con descuento por Petroecuador. De acuerdo con las cláusulas contractuales, Petrochina tiene hasta 40 días para depositar esos recursos en la cuenta conjunta en el CDB de Nueva York. A esta cuenta llegan los valores expresados en la primera factura, es decir, el precio del crudo descontado. ¿Dónde queda la diferencia entre el precio comprado a Ecuador y el vendido a los refinadores (3 dólares o más por barril)? El siguiente paso es transferir los valores correspondientes al pago de capital e interés a la cuenta del CDB, y la otra parte a la cuenta del Banco Central o de Petroecuador en el Bladex de Panamá, utilizando bancos intermediarios como el JP Morgan o el Wachovia Bank, de Nueva York. Todas las transferencias se realizan en el corazón financiero de EE.UU. ¿Con qué dólares paga Petrochina el crudo a Irán? Esa es la pregunta que provoca dolores de cabeza en EE.UU.

Pedro Delgado entra en la escena

El nombre de Pedro Delgado vuelve a aparecer, ahora relacionado con gestiones para una presunta intermediación financiera con el CDB de China, a través de la empresa Bioprost. Hay información de que Bioprost Grup, ofreció líneas de crédito a favor del Ecuador a cambio de un 1% por su gestión. Fue a mediados del año 2009 cuando se empezó a impulsar esta intermediación, como consta en un correo electrónico enviado por Juan Borja Charvet, desde la dirección  [email protected] a  [email protected] de Pedro Miguel Delgado Campaña, en el cual Borja le dice a Delgado: «Pedrito esas son las cartas del banco of china y según esta gente necesito una información para hacer la reunión en Miami los datos que requiere en forma muy general: 1. Cuál sería el monto que requiere el Estado ecuatoriano; 2. En qué rubros se va a ocupar el dinero (Ejemplo Medicinas Obra Publica Inversión petrolera, etc. Muy general); 3. Fórmula de pago (cómo se haría el pago y con qué recursos lo que conversamos ayer). Contéstame si puedes responder en inglés mejor aún y te confirmo la reunión».

Cuando dice esas son las cartas, se refiere a los adjuntos enviados a Delgado: copias de dos comunicaciones remitidas por el presidente de Bioprost, Patrick Wong, a la ministra de Finanzas, María Elsa Viteri, los días 16 y 29 de abril del año 2009, exponiendo la propuesta de líneas de crédito para el país. Las misivas suscritas por Wong precisan las condiciones y términos de los créditos, los cuales tendrían como referentes al Banco de Desarrollo de China y al Banco Comercial e Industrial de China. La cita textual dice: «Garantías: Promesa de pago del gobierno ecuatoriano mediante la firma de un convenio a través del Ministerio de Finanzas; garantía de pago mediante el Banco Central del Ecuador y garantía de pago de un tercer Banco de Estados Unidos, Europa o Panamá. Intereses: El porcentaje de intereses será entre el 6% o 6,5% + 1 punto adicional (única vez). El reajuste de la misma o la tasa fija será negociada directamente con el Banco».

Bioprost figura como una farmacéutica china con sucursales en varios países. Patrick Wong, uno de sus representantes, aparece también relacionado a Bioprost Solar, empresa vinculada a Petrofinder, una suerte de cazadores de contratos petroleros y lobistas de créditos a nombre del CDB, bancos rusos y financieras de otros orígenes. La oferta financiera de Bioprost coincide casi en su totalidad con los términos de al menos dos contratos de crédito de 1000 millones de dólares cada uno, suscritos entre Ecuador y China, el primero en julio del 2009 y el otro en el 2010, en el cual se sumó al interés un 1,07% por comisiones. Esto significa que los intermediarios habrían obtenido, sólo en los dos créditos, alrededor de 22 millones de dólares por comisiones.

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