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Eduardo Galeano, referente para la lucha anticapitalista

Fuentes: Rebelión

Acaba de fallecer el notable escritor uruguayo Eduardo Galeano, bien conocido por ser el autor de la monumental obra «Las Venas Abiertas de América Latina». Sin duda alguna, un «intelectual» (no le gustaba que lo llamaran así) que ha servido y continuará sirviendo como referente para quienes plantean un mundo libre del perverso capitalismo, solidario, […]

Acaba de fallecer el notable escritor uruguayo Eduardo Galeano, bien conocido por ser el autor de la monumental obra «Las Venas Abiertas de América Latina». Sin duda alguna, un «intelectual» (no le gustaba que lo llamaran así) que ha servido y continuará sirviendo como referente para quienes plantean un mundo libre del perverso capitalismo, solidario, armónico, verdaderamente humano. Entre otras cosas, Galeano supo expresar de forma clara, amena y sencilla, los estragos del capitalismo corporativo a numerosos países y pueblos enteros, explicando cómo la riqueza de una minoría ha sido posible gracias a la pobreza de las masas, desarraigadas, vilipendiadas, sometidas y cada vez más empobrecidas. En buena medida, Galeano era voz de «los nadies», como llamaba a los más necesitados. 

En cuanto a la obra «Las Venas Abiertas de América Latina», publicada por vez primera en 1971, destáquese que ha sido traducida a más de 20 idiomas, y leída por millones en América y allende sus fronteras. Texto odiado por la burguesía, debido a que allí se analiza cómo América Latina ha sido desangrada desde el periodo colonial por los intereses de minorías codiciosas y egoístas. Allí Galeano aborda, entre otros aspectos, la extracción abundante de oro y plata a costa del brutal sometimiento laboral de los indígenas, factor que contribuyó notablemente a la consolidación del capitalismo europeo, y por tanto al sostenimiento de potencias como España, Inglaterra y Francia. De manera acertada, el escritor uruguayo señala que la riqueza de Europa se forjó a costa de la pobreza y miseria de millones de indígenas y ‘negros’ en el «Nuevo Mundo», auténticos generadores de dicha riqueza.

Por cierto que el año pasado (2014), en el marco de la Segunda Bienal del Libro en Brasilia, Galeano dejó a más de uno boquiabierto cuando aseguró que no volvería a leer su obra más conocida, por no tener la suficiente preparación política y económica al momento de escribirla, y porque «esta prosa de la izquierda tradicional es pesadísima (…)» http://www.laondadigital.uy/archivos/1049. Desafortunada y decepcionante confesión, pues «Las Venas Abiertas de América Latina», más allá de algunas cifras inexactas, de algunas imprecisiones, y de cierta «falta de madurez» del uruguayo durante su escritura, es un libro bien documentado y bien escrito, que explica de forma clara una verdad indiscutible en la historia latinoamericana: la continua intervención imperial y la presencia de gobernantes lacayos de Estados Unidos y otras potencias, aplicando a diestra y siniestra nefastas políticas internas.

Quizá la vinculación reciente de Galeano con líderes políticos que de izquierdistas sólo tienen el discurso, le hizo creer que su célebre texto es demasiado radical, elaborado con más pasión que razón. Quizá jamás se sepa el motivo verdadero del escritor para realizar los infelices comentarios señalados en el párrafo precedente. En todo caso, nada le resta valor a «Las Venas Abiertas de América Latina», obra de tal importancia y trascendencia, que en nuestros días refleja muy bien el desangre latinoamericano a manos de intereses transnacionales, y de gobiernos y élites totalmente arrastrados a estos intereses. Mientras exista el capitalismo, será un texto vigente y utilizado como referente para la lucha contra ese maldito sistema económico.

A continuación se citan algunas partes de otra conocida obra de Galeano, «Patas Arriba», publicada en el 2000. No es tan famosa como «Las Venas Abiertas de América Latina», pero en ella se refleja en buena parte el panorama socioeconómico actual, en el que la concentración del capital y de los medios de producción se acentúa en pocas manos, con consecuencias devastadoras como el avance acelerado de la pobreza, de la miseria, de la violencia estatal y paraestatal, y de la destrucción de numerosos ecosistemas.

«El mundo al revés premia al revés: desprecia la honestidad, castiga el trabajo, recompensa la falta de escrúpulos y alimenta el canibalismo. Sus maestros calumnian a la naturaleza: la injusticia, dicen, es ley natural. Milton Friedman, uno de los miembros más prestigiosos del cuerpo docente, habla de ‘la tasa natural de desempleo’. Por ley natural, comprueban Richard Hermstein y Charles Murray, los negros están en los más bajos peldaños de la escala social. Para explicar el éxito de sus negocios, John D. Rockefeller solía decir que la naturaleza recompensa a los más aptos y castiga a los inútiles (…).

¿Supervivencia de los más aptos? La aptitud más útil para abrirse paso y sobrevivir (…), el instinto asesino, es virtud humana cuando sirve para que las empresas grandes hagan la digestión de las empresas chicas y para que los países fuertes devoren a los países débiles, pero es prueba de bestialidad cuando cualquier pobre tipo sin trabajo sale a buscar comida con un cuchillo en la mano (…).

Los pistoleros que se alquilan para matar realizan, en plan minorista, la misma tarea que cumplen, en gran escala, los generales condecorados por crímenes que se elevan a la categoría de glorias militares. Los asaltantes, al acecho en las esquinas, pegan zarpazos que son la versión artesanal de los golpes de fortuna asestados por los grandes especuladores que desvalijan multitudes por computadora. Los violadores que mas ferozmente violan la naturaleza y los derechos humanos, jamás van presos. Ellos tienen las llaves de las cárceles (…), los países que custodian la paz universal son los que más armas fabrican y los que más armas venden a los demás países; los bancos más prestigiosos son los que mas narcodólares lavan y los que más dinero robado guardan; las industrias más exitosas son las que más envenenan el planeta; y la salvación del medio ambiente es el más brillante negocio de las empresas que lo aniquilan. Son dignos de impunidad y felicitación quienes matan la mayor cantidad de gente en el menor tiempo, quienes ganan la mayor cantidad de dinero con el menor trabajo y quienes exterminan la mayor cantidad de naturaleza al menor costo.

Continúan siendo altas muchas de las barreras económicas, y más altas que nunca se alzan todas las barreras humanas (…).

Cada vez que se reúnen, y se reúnen con inútil frecuencia, los presidentes de las Américas emiten resoluciones repitiendo que ‘el mercado libre contribuirá a la prosperidad’. A la prosperidad de quién, no queda claro».

Nota: el último párrafo cae como anillo al dedo a propósito de la recién finalizada Cumbre de Las Américas (VII), cuyo tema central, «prosperidad con equidad», no es más que uno de los tantos argumentos del capitalismo para perpetuarse y seguir destruyendo a la humanidad y al planeta en general.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.