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Cronopiando

El canon de Pachelbel

Fuentes: Rebelión

El canon de Pachelbel todo lo calla, reduciendo al silencio, en su divina virtud, el cotidiano oprobio del miserable ruido. Tan pronto comienzan a sonar las cuerdas cesan las voces, los gritos del vecino, los llantos del bebé que aún no ha dormido, enmudecen los timbres y las lavadoras, amainan las persianas sus fragores al […]

El canon de Pachelbel todo lo calla, reduciendo al silencio, en su divina virtud, el cotidiano oprobio del miserable ruido. Tan pronto comienzan a sonar las cuerdas cesan las voces, los gritos del vecino, los llantos del bebé que aún no ha dormido, enmudecen los timbres y las lavadoras, amainan las persianas sus fragores al alza, pasan inadvertidos por la calle los urbanos estruendos que aturden los sentidos, y las barrocas notas de tan sublime canon silencian la bulla intempestiva con que empiezan a abrirse puertas y ventanas.

El canon de Pachelbel todo lo calla cuando sus tres violines y un bajo continuo hacen enmudecer motores y bocinas, clausuran las noticias de las nueve y remiten al limbo los crujidos del día que amanece para que ni siquiera los relojes interrumpan la paz.

Bueno… el canon de Pachelbel y los auriculares que tengo puestos. Supongo que a ello se ha debido el que vinieran los vecinos a pedirme que bajara la música, que todavía era muy temprano, y que el canon de Pachelbel no les dejaba escuchar su ruido.

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