No resulta nada sencillo encontrar el adjetivo preciso para calificar lo que ha estado ocurriendo en la 61 sesión de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU (CDH), en Ginebra.Como si el bochornoso episodio de la aprobación de la Resolución presentada por Estados Unidos contra Cuba, no fuera suficiente para descalificar a ese organismo […]
No resulta nada sencillo encontrar el adjetivo preciso para calificar lo que ha estado ocurriendo en la 61 sesión de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU (CDH), en Ginebra.
Como si el bochornoso episodio de la aprobación de la Resolución presentada por Estados Unidos contra Cuba, no fuera suficiente para descalificar a ese organismo internacional, ahora rechazan, por abrumadora mayoría, el proyecto presentado por la mayor de las Antillas, para solicitar una investigación sobre lo que todo el mundo sabe.
Se trata de conocer sobre el terreno el campo de concentración existente en la Base Naval estadounidense, enclavada contra la voluntad del pueblo cubano, en su oriental provincia de Guantánamo.
En honor a la verdad, el objetivo del texto presentado por la delegación antillana solo pretendía darle curso formal y legalizar ante la opinión publica internacional, la evidente y conocida violación de los derechos humanos de más de 500 personas, capturadas en Afganistán por las tropas norteamericanas, como supuestos combatientes talibanes.
Desde hace más de dos años esos hombres fueron internados en celdas semejantes a jaulas para tigres e interrogados sistemáticamente con el empleo de torturas físicas, presiones sicológicas y practicas degradantes.
A ello se suma el mantenimiento de los internados allí en lo que los juristas llaman ‘limbo jurídico’, consistente en la no formulación de cargos y la negativa de asistencia legal alguna. El contacto de estos prisioneros con sus familiares, también ha sido totalmente prohibido.
No es casual que como resultado de lo anterior, se produzcan suicidios, se registre un elevado número de enfermos mentales y otros padezcan graves afecciones gástricas y dermatológicas.
No se trata de exageraciones o manipulaciones realizadas por periodistas enemigos de Estados Unidos e interesados en dañar su prestigio, pues el acceso de la prensa a esas instalaciones no está permitido.
Pero la información publicada al respecto por numerosos medios de prensa no puede ser más fidedigna, pues ha sido ofrecida por algunas decenas de prisioneros europeos, que han logrado ser liberados en las últimas semanas.
En realidad los ‘desvelados’ integrantes de la CDH, no tienen necesidad alguna de trasladarse a Guantánamo para conocer la verdad, les bastaría con leer lo publicado en órganos nada sospechosos de izquierdistas o simplemente buscar a quienes han ofrecido sus testimonios.
Todos en la CDH, sin excepción, están convencidos de lo planteado por Cuba y saben muy bien lo que ocurre allí, pero se saben también incapacitados para actuar, cuando se trata de lesionar en lo más mínimo la imagen e intereses de Estados Unidos.
En la vanguardia del pelotón de abyectos marca el paso la culta Europa, incapaz de defender, no ya los más altos valores de la civilización que dicen simbolizar, si no a los ciudadanos europeos secuestrados en ese lugar.
La bochornosa situación creada en el seno de la CDH este jueves, constituye sin duda alguna el tiro de gracia, o para decirlo mas poéticamente, el canto de cisne de un organismo que tanto podía hacer a favor de los derechos humanos.
Por supuesto, eso sólo sería posible si el mundo estuviera regido por un sentido de justicia, y la ética, la moral y la dignidad no fuera para muchos un ejercicio olvidado.