Manuel Rivas mantuvo una conversación con Ángel S. Harguindey sobre la «Memoria Incombustible» dentro del programa «Escritores en la Biblioteca» del Foro Complutense de Madrid, el pasado jueves 22 de marzo. Rivas hizo diferentes alusiones durante su charla a la defensa de la ecología y a la necesidad de resistir a un capitalismo impaciente cada […]
Manuel Rivas mantuvo una conversación con Ángel S. Harguindey sobre la «Memoria Incombustible» dentro del programa «Escritores en la Biblioteca» del Foro Complutense de Madrid, el pasado jueves 22 de marzo.
Rivas hizo diferentes alusiones durante su charla a la defensa de la ecología y a la necesidad de resistir a un capitalismo impaciente cada vez más penetrante, y mantuvo un coloquio con las personas asistentes del que extraemos algunos fragmentos:
– ¿Tú crees que es posible que el capitalismo sea paciente?
«Bueno es una forma de denominarlo en estos tiempos, cuando yo creo que se hace más impaciente y voraz porque la maquinaria es más pesada y potente. Lo que estamos observando es que entro de esos círculos que se hacen a la hora de analizar el sistema económico, digamos que uno era el capitalismo muy mejorado por el esfuerzo del sindicalismo y de la socialdemocracia. Había otro círculo del capitalismo sospechoso, círculo gris, digamos intermedio y había un capitalismo directamente delictivo. Es curioso observar como el capitalismo delictivo y el gris cada vez se han hecho más grandes. Vivimos un tiempo de seria amenaza para esa síntesis que se dio, de un capitalismo más de rostro humano. La globalización ha servido para las mercancías, muy poco para los seres humanos, muy poco para la justicia, pero bueno… resistiremos…»
– Usted ha defendido los valores de la segunda república a través de a través de sus libros, de su obra y sus declaraciones. La Constitución del 31 para mi forma parte de esa memoria y leyéndola vemos que recogía en su artículo 44 la posibilidad de expropiación de la propiedad por causa de necesidad social. Hace unos meses el gobierno boliviano hizo pública el decreto de nacionalización del petróleo y el gas, las necesidad sociales en Bolivia son evidentes pues estamos hablando de un país con un índice de pobreza cercano al 65%, al 90% en zonas rurales. Sin embargo la prensa española criticó muy duramente esta nacionalización que ha decidido democráticamente el pueblo boliviano. Las preguntas son dos: la primera es qué posición tiene usted en este tema en claro paralelismo con los valores republicanos recogidos en la Constitución de 1931 antes mencionada y con la reivindicación de lo que usted ha denominado suerte colectiva. Y la segunda pregunta y ya que se ha hablado de capitalismo impaciente, sería ¿considera usted que cuestionar decisiones políticas de clara utilidad social para un pueblo desasistido y devorado por las transnacionales no es también un ejemplo de un negocio y de un capitalismo impaciente? Muchas gracias.
«Esas cuestiones que planteas, creo que hubo equivocadamente un tiempo en que parecieron que quedaban, digamos, como parte de una memoria revolucionaria o reivindicativa o de lo público, digamos, como cuestiones rancias, o como elementos anticuados, ¿no? Creo que hoy estamos, no es muy fácil ocultar, las cuestiones importantes para la humanidad… que estamos viviendo en la aurora, o en el preámbulo de una situación en que muchas de estas cuestiones se van a tener que replantear, pero replantear en todo el mundo, me refiero a los recursos públicos, al espacio de lo comunitario…, porque no se trata solo del tema de la propiedad, digamos del título de propiedad. Porque también hemos conocido experiencias históricas en las que el título de propiedad era formalmente público y formalmente estatal y lo que era, era una estafa porque estaba siendo utilizado por minorías, por burocracias y por partidos únicos. Entonces creo que la situación hay que relacionarla desde luego con una crisis ecológica que se vive y que va a poner en primer plano el espacio de lo público. Pero al mismo tiempo creo que es imprescindible que se ponga, que confluya, digamos, con la idea, con la noción de nueva ciudadanía en el sentido de ampliación de libertades y que la gestión de lo público es inseparable del espacio de la libertad».
– Cuando vi el título de tu último libro en el FNAC (Los libros arden mal) me dije: qué interesante; en cuanto le di la vuelta y vi el precio me imaginé a Polanco diciendo: «pero se venden bien». En relación con esto me gustaría preguntarte a ti que eres un gran defensor de la diversidad cultural qué opinas de que el grupo en el que publicas se haya hecho con las editoriales de libros de texto de gran parte de América latina utilizando manejos tales como contratar al cuñado del presidente Calderón en Méjico para dirigir el grupo Santillana allí, amenazando el sistema de protección social que en ese país ya le hizo ganar al Grupo Santillana los beficios de cerca de 25 millones de libros, el treinta por ciento de su producción total, y algo menos que en Brasil. ¿Qué opinas de que haya ocurrido lo mismo en Bolivia de donde procede la actual Directora de Recursos Humanos de Santillana en España, hija del antiguo ministro de Educación de Bolivia donde también se aprobaron la compra a Santillana de libros de texto con los mismos manejos? ¿O de España donde pegó el boom editorial Santillana gracias a una filtración ministerial en la época franquista de la ley Villar Palasí (la de la EGB) que le permitió a la editorial Santillana ser la única que tenía libros de texto adecuados al programa de esta ley.
Y no crees, que en relación con lo que demandabas antes de que las bibliotecas sean el centro de los centros de estudio, los libros de texto son un escollo en ese proyecto siendo un mero producto de consumo destinado a enriquecer a grupos como en el principalmente tu publicas y mediante el cual promulgas tus escritos. ¿Qué opinas de todo esto?
«Bueno publico en… Bueno en estos tiempos que te hablaba de mi padrino (referencia a parte de la entrevista en donde habló de un familiar, Xose Couseiro, un hombre que trabajaba de viajante de especies -azafrán, canela y todo eso- que llevaba por toda Galicia) y de la maquina de escribir, recibí una llamada de teléfono en la casa de mi padrino – nosotros no teníamos- y me dijo mi padre es un señor que se llama Polanco y pregunta por ti. Y desde entonces mis relaciones con Polanco, quiero decir… tuve la vida solucionada ¿sabes? desde aquella llamada cuando tenía 12 años o así… Bueno yo publiqué y publico en muchas editoriales, varias editoriales, publico en Galicia, en diferentes, en algunas de ellas nunca cobré derechos de autor, aunque el libro se vendió bastante, nunca cobre derechos de autor. A mi a parte de escribir y de opinar, me gustaría también ser capaz de hacer la reforma agraria, ¿sabes? ni lo intento. Yo puedo dar mi opinión y yo creo que si hay alguna irregularidad por parte de una editorial y es una injusticia, hay que luchar contra ella. Yo pedí que mis libros fueran impresos en papel ecológico, lo conseguí por eso es también tan grueso, y supongo que habrá bastantes imperfecciones en ese mundo del Grupo Santillana. No creo que sea de los peores grupos del mundo, tampoco. Nada más».
Papel ecológico…bastantes imperfecciones…nada más. Hubo quienes echaron en falta algo más.
Seguiremos informando