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En respuesta a Rolando Astarita

El contenido del valor (II)

Fuentes: Rebelión

Una vez que se conoce cuál es el contenido de las categorías de la dialéctica, y parte de los errores que de suelen cometer a la hora de entender el ser determinado (confundir las determinaciones con el ser), se puede entonces pasar a pensar en otras cuestiones más cercanas a lo que es el contenido […]

Una vez que se conoce cuál es el contenido de las categorías de la dialéctica, y parte de los errores que de suelen cometer a la hora de entender el ser determinado (confundir las determinaciones con el ser), se puede entonces pasar a pensar en otras cuestiones más cercanas a lo que es el contenido del valor.

Para acercarse a tal contenido habría que buscar entonces algunas de las ideas más importantes sobre cómo se concibe el contenido en la filosofía dialéctica. Una vez más aclaro, que la referencia es a la dialéctica de Hegel.

Hay que recordar que dicho contenido es, según el uso que se le da aquí, el equivalente de lo que muchos filósofos han denominado sustancia. Por lo que ese contenido del valor del que hacemos referencia, no es más su sustancia.

Para la dialéctica, no tiene ningún sentido buscarle otra sustancia a la concepción del mundo que no sea dentro de los marcos de la propia racionalidad. Así por ejemplo, si bien algunos griegos apostaron por el agua, aire, tierra, fuego, o todos juntos, en realidad esto no era más que una abstracción. Ellos no decían literalmente que todo venía del fuego, sino que en mero ejercicio de abstracción tomaban este u otros como arbitraria referencian (limitada por su experiencia) para explicar el resto de la existía. En definitiva, no dejó de ser un ejercicio mental y racional.

Para Hegel, ninguna de estas, o incluso la mónada de Leibniz tenían sentido. Si se comenzaba el pensamiento por una cualidad o determinación, se terminaría nuevamente en esta. Así, al determinar solo unas determinaciones al concebir el pensamiento, no se contemplarían otras y por tanto, no se lograrían a comprender la totalidad del fenómeno. Por eso, quien pensó solo en fuego, no pudo llegar a otra conclusión que no fuera el propio fuego, o igual ocurrió con el resto de cualquier elemento o concepto de sustancia.

De ahí deriva otra cuestión fundamental de todo eso: lo relacionado con el principio de la filosofía, es decir, el principio del pensamiento y del mundo.

Para los que mencionaba que han pensando en la sustancia, han hecho de esta un principio. Es decir, algo que ya estaba antes que las cosas, antes de todo y que lo antecede en existencia. Así en muchos, hubo fuego, aire, o cualquier otro antes de lo demás y que han tomado cuerpo en todo lo que existe en el mundo.

A esto, la dialéctica respondió y sentenció lo que debe ser el comienzo de la ciencia, o de todo pensar que pretenda dar explicación verdadera (que se realice como tal) de la realidad. Esta, lo primero que se desecha es la idea de todo principio como lo enfocaba filosofía. Reconociendo que estos no eran más que abstracciones, y sobre la base de estas se comenzó a construir un camino, que hacía del principio un comienzo lógico formal. La dialéctica, cuestionándose las limitaciones de la lógica formal renunciaba a todo principio, o al menos al principio que muchos habían entendido: no debía tratarse de algo que antecedida cronológicamente a lo existente.

Sobre la base abstracciones se continuó en busca de una opción para el inicio de la ciencia. Se llegó a que el comienzo no debía ser un principio, sino simplemente un comienzo, buscando entonces no un principio del mundo, sino del pensamiento. Esto se trata, de un inicio sin principio, es decir, sin una determinación específica a la cual está atado todo el pensamiento. Este comienzo de la ciencia, debe entonces estar desprovisto de cualquier principio, de cualquier sustancia, es decir de cualquier contenido (cualquier sustancia mencionada aquí u otras).

Ese contenido no podía ser más que relaciones. Para Hegel, el principio no es otra que las relaciones, por lo que no existe otro contenido en su sistema que las relaciones. Así el principio y la sustancia adquiere una nueva significación. ¿Cómo podía ser el principio las relaciones?

Como cada uno de los teóricos que advertían un principio al mundo, y como esto no era más que una abstracción, donde en realidad era eso un principio del pensamiento, entonces en realidad el principio de las relaciones, no es más que un comienzo para el pensamiento sin otro contenido que las relaciones. Aclarando un poco eso: muchos filósofos buscaron una sustancia que sirviera de principio lógico formal para el mundo; para Hegel, este principio no tiene otra sustancia que las determinaciones vacías alrededor del objeto, y a esto le llama comienzo, pero no del mundo, sino del pensamiento, de la ciencia.

Así el principio no es algo que le da contenido al mundo, sino un elemento que sirve de un mero arrancar del pensamiento. De esa manera, se comprende que el comienzo del pensamiento no intenta buscar esa sustancia más antigua que antecedió a todo, sino que empieza de manera arbitraria, es decir, es un comenzar lógico, que no es más que partir desde la subjetividad pensando que todo está relacionado, en un sistema donde todo está determinado, y esas determinaciones no adquieren ningún contenido inicialmente. Con esto, como no se sabe cuáles son las determinaciones más influyentes o el poder que puede tener cada una sobre el objeto, el punto de partida es saber que existen todas esas determinaciones solamente, por supuesto, todas desprovistas de contenido.

De eso es de lo que va la dialéctica como momento inicial, como arrancada para hacer ciencia: comenzar aceptado todas las determinaciones que rodean al objeto, pero sin conocer o asumir alguna de estas. De ahí, podrían llegarse a comprender las determinaciones resultantes, pero no pueden ser estas un punto de partida del pensamiento.
¿Cómo relacionar esto con la categoría valor?

El caso del valor

El Capital, comienza tomando como objeto a la mercancía. Por eso, lo primero que hace Marx es describir bien ese objeto, de cuya descripción van apareciendo todos los elementos que permitan su desenvolvimiento, interesándose en este, su movimiento en la sociedad, porque entenderla como ser puro, en abstracto, sin interacción con algo, era dejarla sin sentido alguno.

Para percibir ese movimiento, entonces debe mirarse más allá de su forma, y buscar el movimiento de ese contenido, de esa sustancia, enfocándose así en lo relacionado con la esencia de la categoría. ¿Cómo comprender todas las determinaciones de esa mercancía?

Se está analizando un objeto, un ser determinado al cual hay que construirle determinaciones esenciales. Esas determinaciones, deben verse, siguiendo las características de ese objeto: si el objeto (mercancía) es: útil, que satisface necesidades y hecho para el consume de otro, entontes las determinaciones esenciales de ese ser, deben ser que sirve para algo y que es reconocido por eso. Así al llegar a la determinación esencial, nos encontramos con que simplemente es reconocido. Quitando contenido a las determinaciones esenciales y simplificando, queda simplemente eso de ser reconocido socialmente, es decir, el valor es reconocimiento (social) sin más cualidades (determinaciones).

Este es el camino que se va recorriendo, desmontando contenido a las categorías, hasta llegar a una que sea algo muy general: solo ese reconocimiento que llamamos valor. Cumpliendo con cómo debe ser el comienzo de la ciencia, estas determinaciones tienen como único contenido las propias relaciones.

Por eso, el valor, como determinación esencial, en primer lugar, se debe recordar que es una categoría de la dialéctica, lo que hace que su contenido sea propiamente el pensamiento. Lo que se continúa, pensando que su contenido, su sustancia, no puede ser algún elemento que sea principio al estilo cuestionado por la dialéctica. Es decir, no puede haber algún contenido (horas medias materializadas ejemplo) que se generen, siendo esto el valor y expresarse esto en una mercancía, como si este antecediera lógico-formalmente a la mercancía y tomara cuerpo en ella.

Por otro lado, queda también que el valor, ya que es la determinación que se busca en la investigación de Marx para poder explicar las demás, asumiendo cual es el principio de la dialéctica(las relaciones asumidas como comienzo del pensar), entonces tal valor debe entenderse como tal, como relaciones(determinaciones) alrededor de la mercancía (el objeto), que no tienen más contenido que las mismas relaciones, quedando solo como tales y que su única implicación inicial es que llevan implícito reconocimiento(social), ya que son relaciones entre hombres las que se establecen alrededor de la mercancía.

Prueba de ello, es por ejemplo, es que al definir el valor, a pesar de saber Marx que en dicho proceso está sujeto a la hegemonía de clases, excluye esto, evitándose dar más ponderación a algunas determinaciones que a otras. Sabiendo de seguro, que debían definirse al valor, como ese elemento que contenía inicialmente todas esas determinaciones, ya que como toda categoría dialéctica, se inicia siendo tautológica, transparente, vacía, sin otras cualidades.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.