Si el paro nacional de octubre fue el golpe que inició su fractura, la llegada del COVID-19 al país va a ser el golpe de gracia al principal y fundamental dispositivo que ha tenido el actual gobierno para mantenerse (o aferrarse) al poder de Carondelet, su cerco mediático. Un proyecto de dimensiones descomunales nunca visto en Ecuador, dispuesto a crear una realidad desde los micrófonos, cámaras y redes sociales, distinta a la que se vive todos los días en la calle.
El relato fundamental de este cerco mediático ha sido mantener vivo el debate entre correísmo-anticorreísmo para galvanizar y justificar cualquier actuación o cagada monumental del Gobierno (especialmente de Lenín). Por eso no pueden dejar de mencionarlo. Echar permanente gasolina a esa hoguera permitió invisibilizar el debate clásico nacional entre pueblo-oligarquía (izquierda-derecha/arriba-abajo), de manera que todo lo que oliera a progresismo se proscriba del debate público inmediatamente por «sentido común».
Esta fue la estrategia populista de hegemonía del gobierno y sus aliados, que
si bien fue exitosa el primer año de gobierno, cada vez resultaba más ineficaz
ante su propio público. Las manifestaciones de octubre 2019 les cogió
desprevenidos y terminó por retratarlos, pero lo polarizante del momento les
permitió anclar su maquillaje mediático en quienes no apoyaron/no salieron a
protestar.
La crisis del COVID19 les está desintegrando el único anclaje que les quedaba.
Hoy la realidad es absoluta, no existe ni respuesta, liderazgo, coordinación,
ni, principalmente, voluntad política para disponer recursos, ni políticas que
defiendan a la mayoría de la población. Y digo absoluta porque la MUERTE es lo
más absoluto que hay. De eso no se vuelve, ni se le puede engañar. Ni sus
propios influencers pueden ponerse de acuerdo, tienen que contradecirse o hasta
pedir disculpas por defender el discurso oficial del gobierno actual. Son muy
pocxs ya los que creen en las cifras oficiales de contagiadxs y fallecidxs. Al
gobierno solo le quedan sus batallones de troles y la antigua SECOM, que
se hundirán haciendo lo único que han sabido hacer 3 años y medio, mentir y
buscar chivos expiatorios en el correísmo, por más fútil que parezca.
Pero todavía hay algo que el CERCO MEDIÁTICO mantiene latente todavía y es bastante
exitoso. Es la mentalidad de un buen porcentaje de ecuatorianxs que piensa que
no existe alternativa posible, que este desgobierno es mejor que el caos que
vendría si este gobierno llegase a renunciar. Ese mensaje ha calado. Han
logrado crear un «fin de la historia» criollo en el que el morenismo
es el estado final de nuestra sociedad, en la que no tiene sentido volver, pero
tampoco buscar salir de este pantano de miserias autoinducidas por nuestras
élites para su beneficio. El no poder imaginar un futuro distinto al que nos
ofrecen es todavía su pírrica victoria. Es por esto por lo que debemos
despertar juntxs de esta pesadilla. El CERCO MEDIÁTICO está llegando a su fin
porque la gente no puede comer cuento tanto tiempo. Ni siquiera lxs que siempre
tienen hambre de mentiras. Tenemos que despertar ahora antes de que, en sus
últimas delusiones, este gobierno termine por convertir al Ecuador en una gran
fosa común.
Renato Villavicencio Garzón es Máster en Estudios sobre Globalización y Desarrollo por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y Máster en Análisis Político por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Actualmente es doctorando en Ciencias Políticas y de la Administración por la Universidad Complutense de Madrid.