En un momento de difícil avance pero de grandes expectativas y justo en medio de la huelga que pone a prueba las renovadas fuerzas del movimiento sindical, el presidente del Partido Comunista, echa una mirada a los desafíos que vienen, en un escenario en que -no lo duda- los trabajadores serán los principales protagonistas de […]
En un momento de difícil avance pero de grandes expectativas y justo en medio de la huelga que pone a prueba las renovadas fuerzas del movimiento sindical, el presidente del Partido Comunista, echa una mirada a los desafíos que vienen, en un escenario en que -no lo duda- los trabajadores serán los principales protagonistas de los cambios que todo el país exige.
Si contamos de primero a primero de mayo, el que termina podría llamarse el «año de los trabajadores», por el resurgimiento del movimiento sindical ¿Qué se puede esperar para los siguientes doce meses?
El movimiento sindical desde hace un par de años y los trabajadores del cobre más o menos desde la segunda vuelta presidencial, han estado haciendo una gran contribución al proceso de cambios en Chile. Es un proceso que no es lineal sino en medio de grandes dificultades, sobretodo porque en el gobierno sigue primando con mucha fuerza la instalación del neoliberalismo como forma de desarrollo en el país, que tiene muy poco o nada en cuenta a los trabajadores como no sea para explotarlos de la peor manera posible y obtener utilidades para las grandes empresas. Entonces esta es una lucha difícil que tiene que seguir adelante.
¿Le parece que el resurgimiento del movimiento sindical tiene además un componente cualitativo, al plantear no sólo las luchas reivindicativas sino también las reformas políticas?
Ambas se potencian mutuamente, porque la experiencia de estos años ha mostrado que incluso los movimientos sociales más masivos y que han contado con apoyo mayoritario, como la Revolución Pingüino, no han podido sortear la barrera del Parlamento. Del mismo modo, llevar adelante reformas laborales con la actual composición del es muy difícil.
Así lo ha entendido la Central Unitaria de Trabajadores, que ha unido las reformas sociales y económicas con la necesidad de reformas políticas y al hacerlo ha posibilitado la convergencia del amplio arco que está representado en el Parlamento Social y Político e impulsado que éste pueda todavía hacerse más extenso y con mayor poder de ofensiva, porque son innumerables los conflictos que se están dando en el país, donde se revela a cada paso la necesidad de cambios profundos.
Eso es lo que hay en el fondo de la conformación del Parlamento Social y Político, donde se unen los sectores políticos que están por los cambios con el movimiento sindical y social que lucha por reformas y donde ambos entendemos que los dos son asuntos de primera importancia para el país.
Nos encontramos en estos días en medio de un conflicto donde parece ponerse a prueba la fortaleza del movimiento sindical. Me refiero a la huelga del cobre…
Creo que hay que resaltar lo que están haciendo los trabajadores subcontratistas del cobre, porque más allá de lo puntual lo que hacen es resistir la imposición de una forma de administración del empleo que es el subcontrato. Escenario donde Codelco -una empresa estatal- está jugando el papel lamentable de defender los intereses de la gran empresa privada, sobretodo de las trasnacionales, que ven con horror que puedan producirse reformas laborales en Chile y sobretodo el que estos consorcios tengan que negociar directamente con sus trabajadores.
Porque Codelco podría solucionar sin ningún problema hoy el pliego con sus trabajadores, que es el mismo pliego pendiente del año pasado, han obtenido excedentes mayores que los años anteriores, lo que también es un mentis para quienes plantean que con estas paralizaciones se producen grandes pérdidas para Codelco. El conflicto en términos económicos lo pueden solucionar fácilmente, pero lo que no quieren es crear la imagen de que se está negociando directamente entre Codelco y los subcontratistas. Lo que desde todo punto de vista es imposible de creer porque Codelco ha firmado tres actas de acuerdo tripartito entre trabajadores, Codelco y empresas contratistas, que son las que se está exigiendo que se cumplan.
Eso está llevando a una crisis de Gobierno, en que ha sido desautorizado el Ministro del Trabajo, da la idea de que al Gobierno no le interesara ni siquiera tener ministerio del Trabajo, llegando al absurdo de que en un asunto como este no esté el ministro del Trabajo al frente.
Con todo, pensamos que lo que va a imponer la solución a esta contradicción es la unidad y la movilización de los trabajadores, no sólo los del subcontrato del cobre, sino todos los trabajadores chilenos y por eso es tan importante esta conmemoración del 1 de Mayo, porque creemos que encuentra a los trabajadores más unidos y más movilizados en una perspectiva de futuro.
Parece común el diagnóstico de que el modelo no da para más ¿Qué rol le toca jugar a los trabajadores en los cambios?
Los trabajadores deben cumplir en este momento un rol esencial llevando a cabo lo que se han propuesto, en el sentido de buscar una alianza muy amplia de fuerzas políticas y sociales para crear una alternativa al neoliberalismo en el país. Provocar cambios en la salud, en la educación, en la previsión, en las leyes laborales, en la defensa de nuestras riquezas, haciendo converger a muchas fuerzas que hoy están dispersas para que busquen la unidad en torno a una plataforma de contenidos que incluso tome aspectos estructurales de la economía y de la institucionalidad del país.
Parece contradictorio que el Parlamento Social y Político esté integrado también por partidos de la Concertación y que sin embargo, sea bajo un gobierno de la Concertación que pasen cosas como lo que está ocurriendo en el cobre…
Efectivamente existen contradicciones. Hay parlamentarios que en la huelga del 2007 jugaron un rol muy importante en el apoyo a los trabajadores y que empujaron para conseguir el acuerdo que finalmente se logró y que hoy nuevamente están en disposición de respaldarlos. En el propio Gabinete es evidente que hay distintas posiciones. Hay contradicciones en el Gobierno, en la derecha, al interior de los partidos, en los diversos sectores del país, porque es transversal el diagnóstico de que el modelo hace agua y de que no podemos seguir así como estamos.
Entonces en el PSyP también se reflejan esas contradicciones y obviamente que hay partidos que están dispuestos a llegar más lejos en su disposición a los cambios y otros que no lo están tanto. Pero sí creo que es un sentimiento común de que esto no puede seguir como está, entonces es ahí donde se tendrán que confrontar las propuestas y veremos hasta donde llegamos a acuerdo. Porque claro que hay fuerzas que están por avanzar dentro del sistema y otros que queremos cambiar el sistema, pero tendremos que encontrar coincidencias y en eso el rol de la CUT es fundamental como catalizador.