En los orígenes de la filosofía estuvo la oposición ordenado/no ordenado, (el caos y el cosmos); en el arte, el eco engendró la rima; la sombra delineada con carbón sobre la piedra, el dibujo y la pintura. La duplicación es una constante de la cultura humana (Lotman I.M.). En muchas colectividades arcaicas la dualidad está […]
En los orígenes de la filosofía estuvo la oposición ordenado/no ordenado, (el caos y el cosmos); en el arte, el eco engendró la rima; la sombra delineada con carbón sobre la piedra, el dibujo y la pintura. La duplicación es una constante de la cultura humana (Lotman I.M.). En muchas colectividades arcaicas la dualidad está directamente vinculada a una organización con dos jefes, dos mitades exogámicas de la tribu, dos antepasados fundadores y un sistema bilateral de relaciones: simbólicas, rituales, matrimoniales, económicas, etc. (Veselovski A.).
Ideas dualistas se encuentran en muchas culturas arcaicas y se expresan claramente en la oposición de los hermanos gemelos: uno benéfico y otro maléfico, v.g. Con el tiempo, la idea del hermano gemelo, como el otro y el mismo personaje, comenzó a manifestarse en la esfera de lo religioso-político. En la cultura del antiguo Egipto se creía que el ka era el doble, gemelo del faraón que nacía al mismo tiempo que el soberano y lo protegía. La idea de la dualidad de personajes estuvo presente entre los latinos, como en la leyenda de los gemelos Rómulo y Remo, fundadores de Roma o en la India con las dos aves gemelas.
El objetivo de la dualidad es crear un ejercicio intelectual de clasificación del mundo real. La cultura quechua es un paradigma de la conciencia dual, basta observar la cantidad de conceptos de duplicidad que hay en su lengua: repetición (cuti), semejanza (hina), simetría (sanahuay), bifurcación (parka), confluencia (tinkuy) y otros más. Dentro de este código se ubican las categorías yanantin-masintin principios abstractos de identidad y solidaridad (T. Plat, E. Mayer).
Con el tiempo la fantasía de los hermanos gemelos y su oposición se conservó en el pueblo, pero entre la nobleza se consideró una variante que iba a favorecer directamente a los soberanos: cada Inca debía tener un doble tan divinizado como el mismo; se le denominaba huauque (hermano). Es decir que los huauques eran esculturas de piedra que representaban al soberano. Cada inca mandaba a labrar su propia imagen; se la vestía con lujosas prendas de fina lana, se le colocaban pelo y uñas del Inca y le dotaba de servicio y bienes materiales. El huauque reemplazaba al Inca sobre todo en las guerras de conquista.
«Atahualpa mandó… a hacer un bulto de sus mismas uñas y cabellos, el cual imitaba a su persona… mandó que fuese puesto en unas andas y llevado a do sus capitanes Chalcuchima y Quizquiz, los cuales iban haciendo guerra a Guascar, para que las provincias y gentes que sujetasen diesen obediencia a aquel bulto en lugar de su persona» (Juan de Betanzos).
La aparición de las ideas dualistas radica en las características de la propia psique humana, nuestro cerebro está capacitado para codificar binariamente como se comprueba en la cibernética. El espíritu creativo de las primeras civilizaciones, entre ellas el de la cultura quechua-inca, no se agota en el pasado, lo reconocemos en la actualidad.
Ileana Almeida: Filóloga, profesora universitaria y escritora. Entre sus libros figura Mitos cosmogónicos de los pueblos indígenas del Ecuador.
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